EL FINAL DE AÑO Y LA LUCHA POR EL FUTURO


       Este año 2016 está despidiéndose con unas perspectivas sombrías, bastante oscura, para la clase trabajadora, la juventud y el conjunto de los sectores oprimidos bajo el capitalismo. Nuevos nubarrones de inminentes ataques a los derechos laborales, sociales,…  se dibujan en el horizonte del próximo periodo, en los próximos meses y años.

Salvador Pérez

Desde que comenzó la crisis económica allá por 2008 todo el peso de la misma ha sido volcado sobre los hombros de la mayoría de la sociedad, en un espectáculo de vergüenza en donde los gobiernos títeres de la burguesía han puesto en jaque el conjunto de las conquistas históricas sociales, laborales y de todo tipo del movimiento obrero, con la única intención de meter cantidades sin prácticamente limites en los bolsillos de los poderosos, de los grandes banqueros y empresarios.

El problema central es que en esta época del declive histórico del capitalismo estas políticas serán las que una y otra vez intenten llevar a la práctica la clase dominante. Esto constituye algo fundamental de comprender, sobre todo porque descarta en líneas generales que veamos sobre el terreno concreto de la practica la aplicación de políticas reformistas, en el sentido progresista del terminó. La época de ‘reformas progresivas’ forman parte del pasado capitalista, no de su presente y menos de su futuro.

En el caso del Estado español, como decíamos, hemos asistido a casi un año en donde no pudo constituirse un gobierno, muestra característica de la crisis económica, social y política en la que vivimos. Tras varias citas electorales la clase dominante era incapaz de poder tener gobierno, mucho menos un gobierno fuerte y estable. Y ello a pesar de los llamamientos de la Comisión Europea a la formación de ese gobierno, ante la urgencia de que afronte nuevos recortes presupuestarios, laborales y sociales.

‘Pegar fuego y cobrar el seguro’

Finalmente, con la necesaria ayuda de ‘sus hombres camuflados’ hasta ahora de socialdemócratas, han logrado envestir nuevamente presidente del gobierno a M. Rajoy al frente de un gobierno en minoría del PP. La primera tarea del gobierno de la burguesía está siendo presentar unos nuevos Presupuestos Generales del Estado, para 2017, que recogen el fondo de las exigencias de la burguesía europea, de la Comisión Europea, con unas proyecciones de recortes en los gastos sociales de más de 8.000 millones de euros para los próximos dos años (5.500 millones el próximo 2017, con lo cual esperan ilusoriamente lograr situar el déficit en el 3,1% del PIB).

Pero para los sedientos toda cantidad de agua es poca. Tirar abajo todas las conquistas históricas de la clase obrera sigue siendo el objetivo número uno de la derecha española y de los organismos del imperialismo, llámense Comisión Europea o Fondo Monetario Internacional.

Tras enviar el Gobierno español las cuentas para 2017 a Bruselas, el FMI publico una serie de recomendaciones al mismo gobierno en las que hace énfasis en profundizar en la Contrarreforma laboral (facilitar aún más los despidos y su gratuidad), los recortes en pensiones, sanidad, educación y cualquier otro gasto social. Como mostraba una viñeta periodística sobre las recomendaciones del FMI al gobierno de Rajoy, es como decirle “pegue fuego al país e intente cobrar el seguro de incendios”.

El gobierno del PP ya se ha comprometido con la Comisión Europea a reducir por cuarto año consecutivo las pensiones, aprobando la subida de las mismas en lo mínimo que establece la ley, el 0,25%. Las prestaciones por desempleo se verán reducidas nuevamente, desde los 18.800 millones del 2016 a un máximo que aprueban de 16.600 millones. Igualmente las retribuciones a los empleados públicos bajaran desde el 11% del PIB de 2016 a un máximo del 10,6% del PIB en 2017.

Como decíamos, no existen límites ni cantidades cuando se trata de meter dinero público en los bolsillos de los poderosos. Ello queda avalado en las previsiones, que siempre pueden revisar para aumentarlas, de PAGO DE INTERESES DE LA DEUDA, que será en 2017 de no menos de 30.700 millones de euros, lo cual significa un genuino y autentico robo oficializado de las arcas públicas, que viene dándose año tras año, cuyo destino fundamental es ir a parar directamente a los bolsillos de los banqueros.

Y todo esto en el contexto que decimos, de ataque permanente al gasto social, que se prevén caerá desde el 42,4% a menos 41,3 en 2017. Los últimos 10 años han sido testigos de recortes y más recortes, de la eliminación constante, de derechos y conquistas sociales de la mayoría. Oficialmente el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) baraja unos datos que sitúa en un  11% la pérdida de Poder Adquisitivo de los trabajadores españoles desde que comenzó la crisis.

Más de 3,7 millones de trabajadores están en estos momentos cobrando menos de los 300 euros/mes, en condiciones salariales de miseria y hambre. Casi la mitad de los pensionistas españoles no llegan a cobrar ni el Salario Mínimo. La situación general nos dibuja un panorama en donde aumenta los niveles de pobreza, lo cual se verá agravado aún más en los próximos meses y años por el aumento del llamado ‘desempleo crónico’, la precariedad galopante del empleo y la clara pérdida de poder adquisitivo de los salarios y pensiones.

Un nuevo periodo lucha de clases

La situación, desde el punto de vista de la clase trabajadora y la mayoría de la sociedad, en el caso del Estado español e internacionalmente, está impregnada por la actitud, las políticas de cobardía cuando no de traición abierta, de los llamados hasta hace poco dirigentes socialdemócratas,  políticos y sindicales, que lejos de mover un dedo para reforzar y lanzar hacia adelante la lucha contra la embestida de la burguesía, están en líneas generales apoyando por acción u omisión esas políticas de recortes. 

En el caso del Estado español el hecho de que Mariano Rajoy al frente del PP haya constituido gobierno no se debe a sus grandes dotes políticas, sino a la traición manifiesta de la mayoría de los denominados dirigentes del PSOE, que obedeciendo las ordenes de los Consejos de Administración de los Bancos y grandes empresas, no dudaron en dar una patada en el trasero a su exsecretario General, Pedro Sánchez, propiciando así que la mayoría de sus diputados se abstuvieran en la votación y Rajoy pudiera ser investido Presidente.


Los dirigentes sindicales de CCOO y UGT han permanecido pasivos, en lo central, en todo este periodo de constantes ataques de la burguesía al movimiento obrero. Podemos afirmar que ha sido gracias a esta pasividad, en realidad colaboración mediante el método de ‘ocultarse detrás de la cortina’, por lo que la burguesía ha tenido menos dificultades en estos años a la hora de llevar adelante sus políticas reaccionarias.

Pero todo esto, fruto de la ‘autoridad’ de estas direcciones de décadas atrás, de cuando aún eran posibles obtener algunas reformas progresivas bajo el capitalismo, está llegando a sus límites. Ello queda demostrado por las últimas movilizaciones que los dirigentes de UGT y CCOO han convocado en el conjunto del país para el pasado 15 de diciembre, con manifestación central en Madrid este domingo 18. Es claro que los dirigentes sindicales comienzan a sentir en sus traseros la realidad objetiva: o se oponen de alguna forma a los planes del gobierno, pidiéndole de paso a los ministros que negocien con ellos algunas migajas, o finalmente el movimiento obrero saltara por encima de ellos y los barrera de sus poltronas.

Algo parecido vemos a nivel institucional, comenzando por el Parlamento, en donde PODEMOS está siendo vista socialmente como el genuino partido de oposición al gobierno del PP (con el que colaboran Ciudadanos y los dirigentes del PSOE). Qué duda cabe que este punto, el convertirse en el principal partido de la clase obrera española está también provocando diferencias y choques internos en el seno del mismo PODEMOS. La existencia de un sector proclive a ‘moderarse’, a intentar ganar espacio con políticas ‘realistas’, dentro de lo establecido, poniendo en énfasis en el trabajo institucional, el sector identificado con Iñigo Errejon, en el caso de acabar haciendo triunfar sus tesis, significaría el caminar de PODEMOS por el camino trillado del reformismo de izquierdas, el cual llevaría en un punto dado a la organización a un distanciamiento con su base social.

Afortunadamente parece ser que este sector, que pone más el énfasis en lo institucional’, no cuenta con la mayoría dentro de PODEMOS, que se situaría en torno a Pablo Iglesias en la necesidad de construir y desarrollar fundamentalmente el trabajo en la sociedad, en la calle, en las fábricas, en los centros de estudios,…


Todo esto no puede ser visto, ni mucho menos como secundario, sino como algo central. Es evidente que hay que utilizar el conjunto de oportunidades que nos ofrezca cada sitio para defender un programa de lucha por los intereses de la mayoría, comenzando por la clase obrera. Y el parlamento es un lugar más en donde hacer ese trabajo, siempre que se haga de una forma correcta y revolucionaria. Hay que convertir en cada ocasión la tribuna del parlamento en una caja de resonancia, de denuncia de las injusticias y las condiciones miserables en las que nos quieren obligar a vivir, haciendo llamamientos constantes a los trabajadores y la juventud a organizarse y a salir a la lucha por cambiar la sociedad. Este es el único camino correcto para utilizar las instituciones de la democracia burguesa.

Sobre la base concreta de la experiencia cada vez de forma más generalizada el movimiento sacara la correcta conclusión de que las soluciones a los problemas planteados no pueden esperarla de arriba, de las instituciones, de los parlamentos, de las viejas direcciones políticas o sindicales ancladas en las viejas y trasnochadas ideas del reformismo capitalista. Y ello ira animando a la participación consciente, de una forma dialéctica, en decidir el futuro al que nos enfrentamos, mediante la movilización y organización contra los planes reaccionarios de la clase dominante y finalmente en la lucha por cambiar radicalmente la sociedad de arriba abajo y de abajo arriba.

        Asistimos a los últimos días de un viejo año, cargado de problemas, dificultades y penurias para millones de seres humanos. Con alegría, con verdadero entusiasmo saludamos la llegada del 2017, un año que estará marcado por la lucha de clases, por la ilusión en la lucha por construir una sociedad verdaderamente humana, lejos de las lacras del caduco sistema capitalista.



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