CATALUNYA: LA CALLE TOMA EN SUS MANOS LA DEFENSA DEL REFERENDUM Y AUTOGOBIERNO
· Frente al Estado de Excepción: CCOO,
UGT y CGT deben convocar una huelga general de 24 horas en Catalunya
·
La izquierda española debe movilizar
en todo el estado para defender las libertades democráticas y el derecho a
decidir del pueblo catalán
Miles de personas han tomado las
calles de Barcelona para defender el Referéndum del 1-O y el autogobierno de
Catalunya. Conforme arrecia la represión policial y la proclamación de facto de
un estado de excepción, que incluye en la práctica la anulación del
autogobierno catalán, la detención de 12 personas, en su mayoría altos cargos
de la Generalitat y el allanamiento sin orden judicial de la sede de la CUP, la
situación se aproxima al punto de ebullición de una situación revolucionaria.
“¿Es una
algarada?" –“No, sire, es una revolución”
El Duque de Liancourt a Luis XVI
Por Corriente Marxista Internacional
www.luchadeclases.org - 20 Septiembre 2017
El gobierno ha instaurado un Estado de Excepción de facto
con la prohibición de actos políticos, de pegada de carteles, y de reparto de
propaganda sobre el referéndum. También se ha prohibido a los medios difundir
propaganda del mismo y las fuerzas policiales han allanado las oficinas de
algunos de ellos. Se han cerrado las webs oficiales del referendum y prohibido
acceso a otras alojadas en el extranjero. Las fuerzas policiales han asaltado
imprentas para incautarse de cientos de miles de carteles, sobres y papeleteas
de votación, y en compañías de reparto, como Unipost en Tarrasa, para
incautarse de decenas de miles de sobres dirigidos a los interventores
designados para el 1-O. Tan grave como la anterior, la Guardia Civil ha
irrumpido esta mañana en varias sedes del gobierno catalán para secuestrar
documentación y ha arrestado a 12 altos cargos del Govern, y al director del
medio el Punt.Cat. Lo mismo han hecho en la sede la CUP. Cientos de alcaldes y
cargos públicos han sido imputados por su colaboran con la organización del
referéndum y están amenazados con detención si no se presentan a declarar.
El gobierno de Rajoy se ha incautado también de las
finanzas de la Generalitat y ha bloqueado sus cuentas, terminando de un plumazo
con la autonomía de la política financiera del gobierno catalán.
La situación en Catalunya está entrando en una senda
revolucionaria, a falta de 11 días para el 1-O, la continuidad de la política
represiva podría acelerar y alcanzar el punto de ebullición de un levantamiento
popular.
En varias ciudades catalanas los alcaldes han llamado a la
movilización popular esta tarde, como Badalona o Vic.
Ayer ya se dio un primer salto en el nivel de la conciencia
popular con la idea de tomar el destino del referéndum en sus manos. Cuando la
Guardia Civil, de manera ilegal, entró sin orden judicial en la sede la empresa
Unipost, en Tarrasa, para incautarse de los sobres dirigidos a los
interventores de las mesas electorales del 1-O, decenas de personas bloquearon
los accesos e impidieron durante horas la salida de los guardias civiles.
Finalmente, de manera escandalosa, la orden judicial llegó como el que pide
comida a domicilio.
Por la noche, en la ciudad de Reus (Tarragona) miles de
personas salieron a las calles al unísono para hacer una pegada de carteles y
concentrarse frente al hotel donde se alojan los antidisturbios de la policía
enviados por el gobierno de Rajoy, tras serles incautados escobas y carteles a
un grupo de personas que salía a pegar carteles por la calle, y donde
retuvieron a un miembro de la Asamblea Nacional Catalana.
Esta mañana se alcanzó el punto crítico con el registro
policial de varias sedes del Goven y la detención de altos cargos de la
Consellería de Hacienda. Espontáneamente, primero fueron decenas, luego cientos
y finalmente miles los que se han concentrado en la calle en protesta. Una
delegación de CCOO, la principal central sindical de Catalunya, se ha unido
también a los manifestantes en la Vía Laietana, incluido el dirigente de
CCOO-Catalunya, Javier Pacheco.
Toda esta represión del Estado no ha hecho más que
fortalecer la determinación de un número mayor de personas de defender y
participar en el referéndum del 1-O. Incluso muchos de los que no pensaban
participar o tenían la intención de votar NO, ahora están cambiando su
apreciación para votar SI cómo una muestra de la indignación ante el
avasallamiento más elemental de los derechos democráticos en Catalunya.
Desde Lucha de Clases hemos dado desde el principio un apoyo incondicional
al referéndum, porque es un derecho democrático elemental que el pueblo de
Catalunya decida libremente qué relación quiere mantener con el resto del
Estado español, incluida la opción de la independencia. La única unión que
fortalece y crea condiciones fraternales de convivencia y desarrollo en común
es la que se establece sobre bases voluntarias, y es la que defendemos. Pero
esa debe ser la voluntad democráticamente expresada del pueblo catalán.
La Constitución de 1978, a la que se agarran las fuerzas
oscuras de la reacción en España, para negar ese derecho democrático, carece ya
de autoridad política y moral, ha revelado su carácter antidemocrático,
coacciona y coarta derechos democráticos. El PP y los dirigentes de Ciudadanos
y PSOE se niegan a facilitar reformas que conduzcan al reconocimiento del
derecho de autodeterminación, que es apoyado según las encuestas por más del
70% de la población catalana. Incluso un referéndum supuestamente ilegal como
el del 1-O gozaba de un apoyo popular del 60% en una encuesta aparecida la
semana pasada, porcentaje que se habrá incrementado significativamente en los
últimos días.
El Parlament de Catalunya es un órgano de representación
popular y tiene el mandato político y moral de llevar a efecto este Referéndum.
Ante el bloqueo represivo del gobierno central y del aparato del Estado,
estaban justificadas las iniciativas parlamentarias tomadas para convocar
formalmente el referéndum, iniciativas y maniobras por otro lado, que tanto PP
como PSOE han realizado sin rubor durante años en el Congreso y el Senado para
llevar a cabo sus políticas. La diferencia es que la convocatoria del
referéndum del 1-O es una causa progresista y además tiene el apoyo masivo del
pueblo catalán. Es la ley quien debe servir al pueblo, y no el pueblo a la ley.
Es un principio democrático elemental.
La izquierda española y un sector de la izquierda catalana,
que tuvieron una posición muy equivocada al principio, posicionándose
abiertamente en contra de participar el 1-O; finalmente, a trompicones, con
idas y vueltas, reflejando la presión desde abajo ha venido decantándose a
favor de la participación, aunque discrepa del carácter refrendario de la
votación “por carecer de garantías jurídicas”. Pero su alternativa, un pacto acordado
que incluya a PP y Ciudadanos, es una quimera. Por lo tanto, ante el bloqueo
parlamentario estatal, la única alternativa posible y viable es la
desobediencia civil, la ruptura con la injusta legalidad vigente y basarse en
la movilización y la conciencia de millones en la calle para llevarlo a la
práctica.
¿Qué hacer
ahora?
Es un hecho que los sectores dominantes de la burguesía
catalana no apoyan la independencia y creen que el proceso ha ido demasiado
lejos. En realidad, la Generalitat y el PDeCat, más que representar en la
cuestión del referéndum a la burguesía catalana representan a la “sombra” de la
burguesía, debiendo apoyarse cada vez más en la pequeña burguesía radicalizada,
mientras teme que el proceso pueda escapársele de las manos y desembocar en un
auténtico levantamiento revolucionario, De ahí los llamamiento insistentes del
PDeCat y de dirigentes de ERC a la calma, a la protesta pacífica, a no dejarse
provocar, etc. Un movimiento masivo en las calles podría dejarles sin margen de
maniobra para tratar de buscar un acuerdo in extremis con el gobierno español o
para decretar el final del procés el 2-O ante la imposibilidad de llevar
adelante la votación por la represión. Seguramente, tendrían en mente convocar
elecciones autonómicas para tratar de asegurar su mayoría en un nuevo Parlament
y tratar de negociar nuevamente desde esa posición de fuerza. Más aún, temen
que un movimiento que dé a las masas una sensación de su poder en la calle,
sobre todo si la clase obrera se implica masivamente, haga surgir demandas de
clase, por la justicia social, contra la explotación laboral, que combine la
demanda de los derechos democrático-nacionales con demandas socialistas.
La lucha de Catalunya, por lo tanto, es absolutamente progresista y
está preñada de un potencial revolucionario y socialista que podría impactar en
todo el Estado español.
En los hechos, la única salvación posible del referéndum
del 1-O es que sea la calle quien tome el protagonismo de la lucha. Las fintas
y maniobras parlamentarias de la Generalitat para asegurar la celebración del
1-O han alcanzado sus límites, conforme la represión estatal está asestando
golpe tras golpe a los mecanismos organizativos del Referéndum.
Es por ello que, ante el Estado de Excepción abierto
decretado por la derecha franquista en Catalunya, todas las organizaciones de
izquierdas y progresistas de Catalunya deberían seguir la estela de la
movilización popular ya iniciada, canalizarla y organizarla y convocar
manifestaciones en las principales ciudades para mostrar el rechazo al acoso
represivo y defender el 1-O.
Estas manifestaciones, que indudablemente serían masivas,
tendrían además un impacto muy positivo en el resto del Estado y serían el
mejor antídoto a la campaña franco-españolista de la derecha.
Fiarlo todo a que la Generalitat prepare un
sofisticado y astuto mecanismo que sorteará todas las trampas del Estado para
garantizar la votación del 1-O, cuando las fuerzas represivas tienen tomadas
todas las comunicaciones, sedes del Govern, hipotéticos depósitos de urnas,
etc. sólo ayuda a adormecer la conciencia del pueblo catalán, que
mayoritariamente quiere votar, y su disposición a la lucha.
Sólo se puede confiar en la movilización de masas y en
fortalecer la conciencia popular, mientras se intensifican los llamamientos de
solidaridad y de apoyo al resto de organizaciones de izquierdas, sindicatos,
trabajadores y jóvenes del resto del Estado.
La izquierda española, por su parte, debe intensificar la
convocatoria de todo tipo de actos, denuncias, etc. para elevar la conciencia
general del peligro de involución autoritaria del Estado español, dentro y
fuera de Catalunya, bajo la divisa de que la unión de los pueblos del Estado
español debe ser libremente aceptada y decidida por todos sus integrantes. Muy
correctamente, diversas organizaciones incluidas PODEMOS e IU han llamado
esta tarde a una concentración en la Puerta del Sol de Madrid en defensa de las
libertades democráticas y a favor del derecho a decidir del pueblo catalán.
También en Andalucía se han convocado concentraciones frente a las sedes de las
delegaciones del gobierno en todas las provincias.
El movimiento obrero es la clave
de la situación. Hay que convocar una huelga general de 24 horas en Catalunya
Es muy significativo que en la manifestación espontánea de
esta mañana, una delegación de CCOO se haya sumado a la misma. El secretario
general de CCOO de Catalunya, la principal central sindical, declaró hace un
par de semanas que CCOO de Catalunya no se quedaría de brazos cruzados si el gobierno
de Rajoy avanzaba al punto de intervenir la autonomía de Catalunya. Por su
parte, la UGT catalana también ha emitido este mediodía un comunicado en
twitter que dice: “Defendemos las instituciones catalanas, condenamos las
actuaciones policiales y exigimos cesen las detenciones y reiteramos el
compromiso con el derecho a decidir”. La CGT de Catalunya también emitió un
comunicado hace unos días en el que declaraba su rechazo frontal a la represión
del Estado y su defensa de la libertad de expresión.
Bien, esto ya es una realidad. La represión está
aplicándose a todo vapor, las instituciones catalanes están siendo violadas y
sus competencias cercenadas. Hay detenciones y presos por exigir votar. Ahora
hay que pasar de las palabras a los hechos. Sólo el movimiento obrero tiene la
fuerza, cohesión y potencia para aglutinar el conjunto de los reclamos
populares y enfrentarse con éxito a la represión del Estado.
CCOO, UGT y CGT ostentan el 90% de la representación
sindical y están presentes en la inmensa mayoría de las empresas y oficinas de
Catalunya. Cuando una parte del pueblo ya se ha lanzado a la calle, la clase
obrera no puede quedarse atrás. CCOO, UGT y CGT deben convocar una huelga
general de 24 horas en toda Catalunya. Ara és l’hora. El movimiento obrero catalán es quien puede decidir hacia
dónde se inclina la balanza en la presente situación.
La huelga debe ir acompañada de la máxima participación
popular. Deberían formarse comités en defensa del referéndum en todos los
barrios y pueblos y en las empresas y oficinas. Su cometido además de asegurar
el éxito de la huelga, sería asegurar las condiciones para efectuar la votación
del 1-O. Enfrentadas a cientos de miles en las calles las fuerzas represivas no
podrían impedirlo.
Si pasada la jornada de huelga el gobierno central continúa
su política represiva, debería convocarse una asamblea general de toda
Catalunya de representantes de los comités. Constatada la suspensión de facto
de las competencias de la Generalitat, esa asamblea, máxima representación
popular y democrática del pueblo catalán, debería asumir las funciones de
gobierno como Asamblea Constituyente Revolucionaria y elegir un gobierno propio
que desconozca la intervención del Estado central para organizar con la plena
participación popular la votación del 1-O. Paralelamente, este gobierno
popular debería recurrir a medidas extraordinarias para superar el boicot
y la represión estatal, introduciendo el control obrero en los bancos y grandes
empresas, y asumiendo el control de las policías autonómica y local.
Sólo un gobierno de los de abajo, de estas características,
con el protagonismo principal en la clase trabajadora catalana, puede asumir y
sancionar la voluntad mayoritaria que el pueblo catalán haya emitido en el
Referéndum, incluida claro está la opción de una república independiente. Por
supuesto, una lucha que adquiere un carácter revolucionario siempre empieza por
demandas democráticas, hasta que la propia experiencia y participación activa
de la clase trabajadora pone en primer relieve las cuestiones sociales. Por lo
tanto, hacer confluir la demanda de una república democrática con una república
socialista es la tarea del día del ala de izquierda y socialista del proceso
catalán.
El vínculo de Catalunya con el resto del Estado es potestad
de la primera pero, qué duda cabe, que la forma final que adquiera dependerá,
en última instancia, de los procesos que tengan lugar en el conjunto del Estado
español. De hecho, para escapar a su aislamiento, las acometidas
represivas del Estado español, y para asegurar su subsistencia, una eventual
república catalana tendría que hacer un llamamiento al resto de la clase
trabajadora, de la juventud y de las capas progresistas del resto del Estado
para que les apoyen, se levanten y se les unan. Un Estado español neofranquista
indudablemente repelerá a la inmensa mayoría del pueblo catalán, pero una
España republicana y socialista será un polo de atracción no sólo para
Catalunya sino para todos los países de nuestro entorno.
Estamos en un momento histórico. El régimen del 78 hace
aguas por todos lados y muestra su completa corrupción. Los franquistas de
antaño han vuelto a tomar las riendas del estado completamente y han condenado
a la mayoría de la clase obrera a un futuro de explotación brutal, precariedad
y sufrimiento.
No es cierto que al otro lado del Ebro la situación
sea desfavorable para iniciar un proceso de cambio revolucionario como
vemos desarrollarse en Catalunya. Tras años de parálisis vemos una reanimación
incuestionable del movimiento obrero y de la actividad huelguística, hay furia
con las condiciones laborales y salariales en capas amplias de la clase obrera.
Hace una semana, 30.000 personas marcharon en Linares (Jaén) exigiendo
trabajo, dos días más tarde 20.000 hicieron lo propio en Algeciras exigiendo
una sanidad pública y de calidad, miles han salido a las calles de Murcia
contra la construcción e un muro junto a las vías del AVE que partirá a la
ciudad en dos. Un ejemplo valiente desde Catalunya, puede reanimar la
contestación social y hacer avanzar la conciencia política de millones a pasos
agigantados en cuestión de semanas, e incluso días.
Tanto en Catalunya como en el resto del Estado la voz de
mando es salir a la calle en defensa de las libertades democráticas. Contra la
monarquía y el régimen del 78. En última instancia, el objetivo que se alza en
el horizonte es la lucha por la república socialista en Catalunya y en el resto
del Estado español, como un primer paso para una Europa y un mundo socialista.
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