150 AÑOS NACIMIENTO DE V. I. LENIN

EL ESTADO, LA REVOLUCIÓN Y LA CLASE OBRERA

      El 22 de abril de 1870 nació en Uliánovsk (Rusia), Vladímir Ilich Uliánov o Vladimir Ilyich Lenin, hace pues 150 años del nacimiento de quien pasó a ser conocido mundialmente con el nombre de Lenin​, considerado como el más importante teórico marxista del siglo XX.

    V. I. Lenin fue fundador y el más importante dirigente del Partido Bolchevique, donde jugó un papel vital y central. En 1917, durante la revolución rusa, junto a León Trotsky, jugó un papel de primer orden en las tarea de que la clase obrera, al frente de los campesinos y soldados, pudieran llevar a cabo la toma del poder en Octubre, creando el Estado Obrero basado en los 'soviets'.

    Lenin jugó un papel central en la lucha teórica, enriqueciendo de paso la propia base teórica del marxismo. Un vasto campo de temas centró la atención teórica y militante de Lenin. Mantuvo una dura lucha política contra las claudicaciones ideológicas de aquellos que se decían herederos de las ideas de Marx y Engels, los dirigentes de la II Internacional. Imbuidos del periodo reaccionario prebélico, los dirigentes de la socialdemocracia claudicación ante sus respectivas clases dominantes y se hundieron en el fango de las ideas oportunistas y del chauvinismo nacional.

       V. I. Lenin siempre combatió desde el terreno político, basándose en el análisis de la situación concreta y en la defensa de las ideas del socialismo científico. Defendió intransigentemente la necesidad de construir un partido revolucionario, lejos de insultos gratuitos y fáciles a los rivales. su método siempre fue la búsqueda de la máxima claridad política, debatiendo los asuntos y explicando las ideas con los argumentos supremos de los datos y cifras.

      Al igual que Marx y Engels, V. I. Lenin siempre fue muy inflexible en la defensa de las ideas, los principios y el programa, al tiempo que aplicaba la mayor flexibilidad en las formas, en los métodos organizativos y en las tácticas. 

    Es por todo eso que Lenin escribió tanto. Los documentos y libros que salieron de su pluma son claros y nítidos, ejemplos de una firme defensa de los principios de socialismo científico, la defensa de la filosofía del marxismo; el materialismo dialéctico, del estudio y la comprensión del capitalismo imperialista, la lucha contra la opresión nacional, la lucha contra las desviaciones que suponen  el reformismo oportunista y el ultra-izquierdismo sectario, el análisis del carácter de clase del Estado,...

           En ocasiones, cuando uno escucha y lee a  determinados individuos que dicen ser defensores del "leninismo", no tiene más remedio que preguntarse  ¿para qué escribiría tanto V.I. Lenin?. Total, si es cierto lo han leído, no entendieron nada, o ¡¡ lo entendieron todo completamente al revés!!. Ocurre esto cuando intentan 'limpiar' las ideas de Lenin de sus aristas revolucionarias.

        A Lenin le gustaba decir que "sin teoría revolucionaria no puede existir la práctica revolucionaria". Toda la obra de Lenin fue publicada, en Editoria Progreso (Moscu) y otras editoriales, como "obras completas" en 55 tomos. Estas obras constituyen un enorme legado  a las generaciones actuales, no solamente para el "estudio", sino fundamentalmente para ser consideradas como una "guía para la acción". Constituyen un arsenal para preparar los inminentes procesos de revolución y contrarrevolución, que desde un continente a otro, de un país a otro, vamos a ver crecer y desarrollarse como auténticos manantiales. 

  La clase obrera mundial necesita objetivamente luchar por cambiar la sociedad y va a luchar por la creación de una nueva sociedad socialista, la cual ponga fin al degenerado y estéril sistema capitalista, en el que aún mal vivimos la humanidad.

        Para que esta lucha resulte triunfante es necesario dotar al movimiento obrero de una dirección correcta, basada en las ideas, los métodos y el programa de Lenin. La primera tarea por delante es educar, formar y desarrollar una organización revolucionaria de cuadros, que sean capaces de llevar las ideas y el programa de Lenin a las masas. De esto depende la suerte y el desenlace de los próximos procesos revolucionarios, que ya se están desarrollando molecularmente entre las masas de los cinco continentes.

       V.I. Lenin siempre mantuvo en su mente la necesidad de una lucha intransigente por los intereses generales de la clase obrera, rusa y mundial. Siempre defendió la existencia del Partido  Bolchevique como organización de cuadros políticos, los más avanzados y conscientes de la clase obrera, luchando por una genuina política de independencia de clase. 

         Siempre estuvo en primera línea contra las claudicaciones, aún se presentarán como secundarias, ante la burguesía y sus representantes. Los bolcheviques, en vida de Lenin, siempre combatieron enérgicamente las políticas de "colaboración de clases". Para Lenin el bolchevismo era el partido de la oposición más intransigente, el partido de combate del proletariado y ello era incompatible políticamente con una política de apoyo a la burguesía, fuera con una carta más progresiva o no. 

      Bajo el capitalismo cualquier gobierno es, ni más ni menos, que un Junta ejecutiva que administra los asuntos e intereses comunes de la burguesía como clase dominante. Es por ello, partiendo de las ideas y métodos de Lenin, que es un tremendo error apoyar a ningún gobierno capitalista. Y si ello es así, no hablemos de participar desde dentro de ese gobierno. 

De cara a utilizar, y de paso desprestigiarlos socialmente, a los dirigentes de organizaciones de izquierdas, en ocasiones la clase dominante permite esa participación de 'dirigentes de izquierdas'. Estos señores ministros y señoras ministras rápidamente son neutralizados y absorbidos al sistema, dentro de la maquinaria estatal capitalista de esa "Junta Ejecutiva" de la clase dominante, para llevar a cabo la política burguesa poniéndole un sello de "izquierda" en el membrete. 

De la noche a la mañana convierten en 'hombres de Estado' a estos llamados dirigentes de izquierdas. Ello ha sido así y siempre será así bajo el capitalismo. Parece que el lema puede ser "di lo que quieras, pero haz la política que te dictan las grandes empresas y bancos".

      La última versión de todo esto la estamos viendo ahora mismo, en el gobierno de "izquierdas" en el Estado español. La participación, como ministros/as, de los máximos dirigentes de PODEMOS  y de IZQUIERDA UNIDA, Pablo Iglesias, Alberto Garzón,..., no puede esconder el hecho objetivo de que ante la crisis del COVID-19, de las primeras medidas que ha tomado el gobierno de Pedro Sánchez (PSOE), haya sido aprobar un fondo de 100.000 millones de euros para "ayudar", fundamentalmente, a las grandes empresas del IBEX-35. 

          La clase obrera, los desempleados, los pensionistas,... no necesitamos las migajas que caen por los bordes de las mesas de comilonas de la gran patronal y los banqueros. Nosotros necesitamos y reclamamos una verdadera política que defienda nuestros intereses, que evite que los recursos del Estado, también vía deuda pública, vayan a parar a manos, fundamentalmente, del puñado de multimillonarios. 

      Mientras los salarios, el empleo las pensiones, la sanidad, la educación, la vivienda,... son atacados hasta los huesos por la burguesía, no podemos admitir, ni permitir, que un solo euro del dinero público vaya a manos de los mafiosos capitalistas, con o sin 'ministros de izquierdas'. Y eso es lo que vemos de nuevo, país tras país, continente tras continente, ocurre en estos momentos, en la crisis histórica más grave de toda la existencia del capitalismo mundial.

Vigor actual ideas de Lenin

     Todo esto fue comprendido perfectamente por Lenin, que lo analizó de una forma equilibrada y objetiva. En los meses que pasó en clandestinidad, agosto y septiembre de 1917, en vísperas que los trabajadores rusos tomaran el poder en Octubre, Lenin escribió uno de sus textos más importantes, "El Estado y la revolución", que es una brillante demostración de lo equivocados que están aquellos que desde 'la izquierda' han abandonado por completo una visión y una defensa del análisis y el programa de clase, también en lo referente al Estado burgués y piensan lo pueden utilizar para combatir al capitalismo y llevar adelante "reformas progresistas".

       Como explico León Trotsky, en referencia a la importancia del libro de Lenin ('El Estado y la Revolución),  "Al mito de la democracia pura contrapu­so la realidad de la democracia burguesa, edificada sobre los cimientos de la propiedad privada y transformada por el desarrollo del proceso en instrumento del imperialismo. Según Lenin, la estructura de clase del estado, determinada por la estructura de clase de la sociedad, excluía la posibilidad de que el proletariado conquistara el poder dentro de los marcos de la demo­cracia y empleando sus métodos. No se puede derrotar a un adversario armado hasta los dientes con los métodos impuestos por el propio adversario si, por añadidu­ra, es también el árbitro supremo de la lucha” (León Trotsky, El congreso de liquidación de la Comintern).

   Aquellos que sueñan con poder cambiar la realidad desde cómodos sillones en los Ministerios, en el Parlamento o Alcaldias, se darán de bruces con la realidad una y otra vez. Bajo el capitalismo las estructuras del Estado está ideado para servir fundamentalmente los intereses y el dominio de la burguesía sobre el conjunto de la sociedad.

El Estado burgués moderno, esa monstruosa maquinaria burocrática, con sus funcionarios corruptos, sus jueces no menos corruptos, su ejército, su policía, cárceles, … esta amoldado a la defensa de las relaciones de propiedad privada, la propiedad de los grandes magnates de la industria, el comercio y el sistema financiero.

      En palabras del propio Lenin:  "La libertad de la sociedad capitalista sigue siendo siempre, poco más o menos, lo que era la libertad en las antiguas repúblicas de Grecia: libertad para los esclavistas. En virtud de las condiciones de la explotación capitalista, los esclavos asalariados modernos viven tan agobiados por la penuria y la miseria, que ‘no están para democracias’, ‘no están para política’, y en el curso corriente y pacífico de los acontecimientos, la mayoría de la población queda al margen de toda participación en la vida político-social” (Lenin, 'El Estado y la revolución', pág. 87).

          Los marxistas estamos a favor de la participación en todos los lugares en donde la teórica democracia burguesa nos permita. En el Parlamento, en Ayuntamientos, … pero comprendiendo las limitaciones que estos lugares ofrecen y siempre dispuestos a utilizar las tribunas como altavoces públicos en los que explicar la cruda realidad que existe y llamar desde esas tribunas a los trabajadores y la juventud a luchar, a movilizarse para transformar la sociedad. 

       El objetivo de los marxistas no es reformar el Estado burgués, sino organizar a la clase obrera para DESTRUIR ESTE MONSTRUOSO ESTADO, reemplazandolo por un Estado obrero, auténticamente democrático y que defienda unas relaciones de propiedad colectiva de las Fuerzas Productivas.

        Una verdadera sociedad democrática sólo será posible con un Estado Obrero, basado en lo que Lenin explicó:
A.- Elegibilidad y revocabilidad permanente, por quienes les eligieron, de todos los funcionarios.
B.- Representante Obrero, sueldo obrero. Ningún funcionario podrá cobrar más del salario medio de un obrero cualificado.
C.- No al Ejército permanente. Para defender los intereses de la mayoría, armamento del pueblo, creación de las Milicias Obreras.
D.- Rotatividad entre la población de todas las funciones del Estado. Si todos somos 'burócratas', nadie lo es.

       Tras la amarga experiencia de las dictaduras burocráticas del Stalinismo, tras la revolución húngara, en la lucha los obreros añadieron un nuevo punto, que los marxistas defendemos:

E.- Libertad y participación de sindicatos y partidos políticos, excepto los fascistas y aquellos que tomen las armas contra el Estado de los trabajadores. 

       Los marxistas no tememos que gente como Felipe VI, o empresarios como Amancio Ortega, puedan presentarse a las elecciones y defender el retorno a un sistema social que condenaba a millones de seres humanos al desempleo y vivir miseramente.

        El Estado Obrero estará basado en la más plena DEMOCRACIA OBRERA, en donde el conjunto de las necesidades sociales estarán satisfechas para toda la población. Con la economía nacionalizada y planificada democráticamente nos podremos permitir reducir la jornada laboral a 30 o 25 horas semanales, e incluso menos, podremos garantizar un sistema de salud, de educación, de vivienda, universal y de calidad, como derechos plenos para el 100% de la población.


     La población en su conjunto podrá disponer de tiempo y medios para participar plenamente en todas las esferas de la vida, desde la economía, a la cultura, el deporte, … será un renacer pleno para el desarrollo de una sociedad basada en hombres y mujeres libres, iguales e inteligentes.

         Cuando se han cumplido los 150 años del nacimiento de V. I. Lenin, la humanidad se encuentra ante una auténtica y crucial encrucijada. O la lucha por una sociedad socialista triunfa y haremos al estercolero de la historia al Sistema reaccionario del capitalismo, o este sistema de explotación del hombre por el hombre nos condenará a la barbarie. Como esta gran marxista explicó, Rosa Luxemburgo,  ...
¡¡ SOCIALISMO O BARBARIE !!

Salvador Perez
Colombia, 16 mayo 2020

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