LENIN CONTRA EL "IZQUIERDISMO" Y LA BUROCRACIA

Una de las características históricas del estalinismo, como sistema burocrático que había usurpado el poder a la clase obrera, fue su capacidad de manipular, falsificar y enterrar la verdad histórica, adecuandola siempre a sus necesidades y antojos Stalin y sus lacayos  sé veían obligados a aparecer ante la clase obrera rusa y mundial como heredera de las ideas, el programa y los métodos de V.I. Lenin.

Para ello tuvieron que falsificar la historia, la verdad y prohibir, en la práctica, obras completas del propio Lenin, por supuesto todas las de Trotsky y de Rosa Luxemburgo, entre otras.

      Tenemos que decir, en honor a toda la verdad histórica, que la burocracia de J. Stalin para ello contó en todo momento con la inestimable ayuda y el apoyo de la burguesía internacional,. La burguesía estaba, y esta, interesada en ocultar las verdaderas ideas de Lenin y la revolución, escondiendo la verdad debajo de las atrocidades y criimines de la burocracia estalinista, al objeto de desprestigiar las genuinas ideas del leninismo ante los ojos de la clase obrera Mundial.

        Lenin siempre insistió en que "la verdad no es algo abstracto, siempre es concreta". A esta altura de la historia no es posible para alguien mínimamente familiarizado con el tema aducir 'ignorancia' y por tanto defender aún el estalinismo equiparandolo a las ideas de Lenin. Ello es simplemente un acto repugnante, que además de falso solo puede desarmar políticamente a la clase obrera de cara al próximo periodo de luchas, que nuevamente abrirán la posibilidad de la transformación de la sociedad.


 Esto es un auténtico acto criminal de clase. Pero los estalinistas tienen en su haber tantos crímenes de clase, que no les representa en absoluto ninguna preocupación moral repetirlos nuevamente. Y además constatamos que cuentan, como no, con páginas web en la Red, para esparcir su mentiras y basuras.

     Así, aún, es posible leerles cosas como estas: "Los trotskistas siempre atacan la figura de Stalin, pero en realidad no atacan a Stalin sino que reproducen los ataques que Trotsky efectuó contra Lenin" (28 abril 2008, 'KAOSENLARED'). Aunque parezca mentira, esto está escrito y firmado por un redactor de esta web, en fecha tan reciente, por un estalinista de ahora, no en vida de Stalin.
https://kaosenlared.net/breve-esquema-sobre-las-diferencias-entre-leninismo-y-trotskismo/

    A continuación de estas breves palabras publicamos íntegro el discurso que Lenin pronunció ante el Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista, EN JUNIO DE,  1921, uno más en esos años, que muestra de forma fehaciente, clara y nítida, la posiciones de acuerdos comunes que mantenía en todo ese periodo, el último activo antes de su enfermedad y muerte, con León Trotsky. Enfrente a ambos estaban los sectores derechistas, izquierdistas y burocráticos, dentro del Partido Comunista ruso, en la Internacional y en Estado soviético.

    Es claro y público, el propio Trotsky lo explicó mil veces, que años antes de la revolución Trotsky había mantenido diferencias políticas con el Partido Bolchevique, con Lenin, sobre todo en lo referente al nivel de 'centralización' del Partido. Y es cierto que como dos dirigentes marxistas de talla, con esas diferencias polemizaron y que en esas polémicas políticamente se decían las cosas abierta y directamente a la cara. Nunca escondieron esas diferencias, sino que las  debatieron abiertamente, con firmeza y siempre, como es algo elemental para todo marxista, separando lo político de lo personal.

Trotsky intentó un largo tiempo, desde 1902, ser mediador o conciliador entre Bolcheviques y Mencheviques (mayoría y minoría en ruso), en busca de la 'unidad' del Partido Socialdemócrata Obrero Ruso. Y también es cierto que el propio Trotsky, estando vivo Lenin y también después de su muerte, explicó que Lenin había tenido siempre la razón, que el había estado equivocado en esos aspectos.

Solo desde la altura política, de un verdadero marxista, se es capaz de reconocer que se había cometido un error y corregirlo. Eso es lo que hizo León Trotsky. Por cierto, lo mismo que hacía Lenin siempre. Corregir un error es mucho más importante que cometerlo, lo cual le ocurre a cualquiera. Pero siempre fue el método de Lenin y Trotsky reconocer los errores y corregirlos.

    En el momento decisivo, la prueba de fuego para un revolucionario, la revolucion, tanto Lenin desde Suiza, como Trotsky desde Nueva York, llegaron a las mismas conclusiones sobre las tareas para el proletariado ruso, sin que ninguno de los dos conociera la posición del otro. Ello fue posible porque ambos eran los mejores teóricos del marxismo en aquellos momentos. 
     
     Ese acuerdo teórico y practico llevó a la integración inmediata de Trotsky, y del 'Comité Interdistritos' que dirigia, en el Partido Bolchevique, una vez llegó  Petrogrado en 1917. Trotsky fue recibido por los bolcheviques como 'uno de los nuestros'. Y llevó a Lenin a decir de Trotsky que "personalmente, quizá sea el hombre más capaz del actual CC"... "no se podía culpar a Trotsky su no bolchevismo" anterior. (Testamento Lenin).


     Para nuestros 'simpaticos, amigos de KAOSENLARED, una concreta pregunta sencilla: ¿Que dijo de Stalin ahí mismo, en la 'Carta al Congreso'?. Pues algo muy diferente a la opinión de nuestro 'amigo' de Kaos, Lenin dijo lo siguiente:
    
"El camarada Stalin, llegado a Secretario General, ha concentrado en sus manos un poder inmenso, y no estoy seguro que siempre sepa utilizarlo con la suficiente prudencia". …  "Stalin es demasiado brusco, y este defecto, plenamente tolerable en nuestro medio y en las relaciones entre nosotros, los comunistas, se hace intolerable en el cargo de Secretario General. Por eso propongo a los camaradas que piensen la forma de pasar a Stalin a otro puesto y de nombrar para este cargo a otro hombre que se diferencie del camarada Stalin en todos los demás aspectos". 
Lenin pedia, concretamente, al Congreso del Partido que quitara a Stalin de la Secretaria General. Y previamente Lenin había roto las relaciones personales con Stalin. Esa es la verdad concreta.

     Y a continuación, con respecto al GOSPLAN (organismo creado para la lucha contra la burocracia), Lenin rectificó su posición anterior y apoyo lo que Trotsky habia propuesto previamente. En su Carta al Congreso, conocida como Testamento, dice textualmente: 

"Sobre la concesión de funciones legislativas al Gosplán
       Esta idea la sugirió el camarada Trotsky, me parece, hace ya tiempo. Yo me manifesté en contra, porque estimaba que, en tal caso, se produciría una falta de concordancia fundamental en el sistema de nuestras instituciones legislativas. Pero un examen atento del problema me lleva a la conclusión de que, en el fondo, aquí hay una idea sana".

    Pero a diferencia del genuino marxismo, como hemos visto en Lenin y Trotsky, para el carácter monstruoso del estalinismo, que se caracterizó por no corregir nunca un error, sino al contrario saltar de un error a otro cada vez mayor. Finalmente Stalin sembró el 'culto a su personalidad' y predicó que el y su casta eran infalibles.

   Pero como dijo el clasico, "dejemos que los muertos entierren a sus muertos". Al fin y al cabo, el estalinismo costó derrotas tras derrota, con un autentico río de sangre obrera, en todo el mundo. Hoy el estalinismo no es otra cosa que un maloliente cadáver histórico.

     Lenin se preparaba, junto a Trotsky, para dar una batalla a fondo a la naciente 'casta burocrática en el Estado soviético y dentro del Partido. Su muerte no le permitió librar esta batalla que ya había iniciado contra Stalin y su camarilla.

     Y todo ello estaba ligado a la lucha permanente que toda su vida Lenin libró contra todo tipo de desviaciones del marxismo, a derecha e izquierda. Ambas posiciones en realidad son complementarias, como caras de la misma moneda. El discurso siguiente era parte de la lucha contra el "izquierdismo", dentro de la Internacional, una lucha que libró conjuntamente con Trotsky.

Salvador Pérez 


Discurso al Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista, previo al III Congreso

 V. I. Lenin

   Llegué en un buen momento, en el momento del discurso de Bela Kun. Vine acá para combatir los puntos de vista de Bela Kun, porque sé con absoluta certeza que si Bela Kun abre la boca, es para defender a los izquierdistas. Conozco muy bien a quienes iba a defender. Para el camarada Bela Kun, el comunismo consiste en defender a los izquierdistas. Él está equivocado. Es necesario intervenir muy seriamente contra este error. 


    Hay que decir abiertamente que existen oportunistas en el Partido Comunista Francés –y estoy seguro que hay–, y que los izquierdistas cometen un error al desear quedarse en la izquierda bajo el modelo de su amigo Bela Kun y de aquellos camaradas franceses. El camarada Bela Kun considera que solo los oportunistas se equivocan, pero, en realidad, los izquierdistas también cometen errores.

  Tengo estenografiado el discurso del camarada Trotsky. En este estenograma, Trotsky afirma que 'los camaradas de izquierda de este tipo, si continúan por el mismo camino, matarán al movimiento comunista y al movimiento obrero en Francia' (aplausos). Estoy profundamente convencido de ello. Es por lo que vine aquí, para protestar contra el discurso del camarada Bela Kun, que ha tomado la palabra contra el camarada Trotsky en lugar de tomar su defensa, lo que debería haber hecho si desea ser un verdadero marxista.

    El marxismo consiste en definir la línea política que hay que seguir en tal o cual circunstancia. Cuando el camarada Bela Kun nos viene a hablar de sangre fría, de disciplina y de todo aquello que ha descrito en su artículo en L’Humanité, bajo el mismo encabezado, parece que no comprende nada de lo que se manifestó. Y los que no comprenden que en el momento de una crisis suscitada por el envío de tropas francesas en el Ruhr, el partido no puede avanzar de esas consignas, no son marxistas.

    El camarada Bela Kun piensa que ser revolucionario significa defender a los izquierdistas siempre y en todo lugar. La preparación de la revolución en Francia, en uno de los países europeos más poderosos, no puede ser efectuada solo por el partido. La conquista de los sindicatos por los comunistas franceses, eso es lo que me gusta más me complacería.

   Cuando abro un periódico francés en particular (reconozco que me pasa poco seguido, porque no tengo tiempo para leer los periódicos), lo que más me sorprende es la palabra ‘célula’.  Me da la sensación que no encontrarán la palabra en ningún diccionario, porque es una expresión puramente rusa, elaborada por nosotros, en la larga lucha contra el zarismo, contra los mencheviques, contra el oportunismo y contra la república democrática burguesa. Nuestra experiencia ha formado una organización de este tipo. Las células trabajan colectivamente en las fracciones parlamentarias, en los sindicatos o en otras organizaciones donde existen nuestros núcleos. Y si encontramos comunistas que han cometido ese error, menos que la estupidez admitida por el camarada Bela Kun, les acariciaríamos la cabeza.

   Cuando miro a la magnífica tarea del Partido Comunista, cuando veo a estas células formadas en los sindicatos y en otras organizaciones, digo: La victoria de la revolución está garantizada en Francia si los izquierdistas no cometen tonterías[1]. Y cuando se dice, como el camarada Bela Kun, que la sangre fría y la disciplina no se justifica, esto es una tontería del espíritu de los izquierdistas. 

    Vine hasta aquí para decir a los camaradas izquierdistas: si ustedes siguen ese consejo, matarán al movimiento revolucionario, como lo ha hecho Marat [2]. Yo no defiendo el Partido comunista francés, yo no digo que es un partido totalmente comunista. No. Cuando el camarada Zalevski cita una expresión del periódico L’Humanité que dice directamente que la exigencia de la indemnización es una cosa justa, tiene evidentemente toda la razón a su manera. Pero no podemos admitirlo.

     Tomemos otro ejemplo, aquel de Marcel Cachin y de otros que, en el Parlamento francés, promueven el acuerdo franco-inglés y afirma que este acuerdo es una garantía de la paz.  Esto es oportunista, y el partido que admite esto no es un Partido comunista. Por supuesto, en nuestra revolución[3] debemos indicar que es necesario resaltar tal o cual hecho, tales o tales intervenciones, que no pueden ser admitidas, que no son comunistas. Pero la crítica debe ser concreta. Hay que estigmatizar el oportunismo. Pero el verdadero oportunismo del partido, que se encuentra en el discurso de Cachin, no se somete a la crítica. Hay que criticarlo, criticar la expresión y dar un nuevo consejo. Eso es lo que ha dicho el camarada Trotsky en su discurso.

   El camarada Laporte estaba completamente mal, y el camarada Trotsky, al protestar contra eso, tenía absolutamente razón. Tal vez la conducta del partido francés no era del todo comunista. Estaba dispuesto a admitirlo. Pero en ese momento, una estupidez tal[4] destruirá el movimiento comunista en Francia y en Inglaterra. Con la proclama de 1919[5], no se hace la revolución. El camarada Trotsky tiene mil veces razón al decirlo. 

     Un camarada Luxemburgués le ha reprochado al partido francés de no haber saboteado la ocupación de Luxemburgo[6]. Piensa que es una cuestión geográfica, como cree el camarada Bela Kun. No, aquí, la cuestión es política, y el camarada Trotsky tiene completamente razón en protestar contra aquello. Es una estupidez muy ‘de izquierda’, muy revolucionaria y muy perjudicial para el movimiento francés. Solo las tonterías izquierdistas pueden evitar la victoria del comunismo en Francia, en Inglaterra y en Alemania. 

     Si nosotros continuamos nuestra lucha contra el oportunismo, sin ninguna exageración, vamos a vencer seguramente. Debemos criticar abiertamente al Partido comunista francés, decir que no es un Partido comunista, decir que la política defendida y representada en el Parlamento francés por Marcel Cachin sobre la unión de Francia y de Inglaterra por la explotación de las masas obreras (yo no utilizaría esta expresión oficialmente)– por bandoleros, y no por meros bandidos, sino grandes ladrones–, debemos resaltar con la mayor precisión y la más grande franqueza que esta política, defendida por Cachin, expresada en tal o cual discurso de Cachin o en tal o cual número del periódico, no es comunismo, sino oportunismo.

       El Comité Central del Partido comunista no aprobará esta política, y espero que tampoco el Congreso de la Internacional Comunista. Pero no debemos apoyar ni los disparates que defendió el camarada de Luxemburgo, ni aquellos del camarada Laporte, aunque ha hablado muy bien… Sé que en la Juventud Comunista hay revolucionarios genuinos. 

      Critiquen a los oportunistas sobre bases concretas, señalen los errores del comunismo oficial francés, pero no hagan tonterías también ustedes. Cuando las masas se acercan cada vez más a ustedes, cuando está próximo el triunfo, es necesario tomar el control de los sindicatos. La mayoría de los sindicatos se adaptan maravillosamente al trabajo previo, y si logramos ganarlos obtendremos una gran victoria. 

       A la democracia burguesa ya no le quedan posibilidades, pero en los sindicatos todavía predominan los dirigentes burocráticos de la Segunda Internacional y de la Internacional Dos y Media. Antes que nada, tenemos que ganar una mayoría marxista confiable en los sindicatos. Entonces comenzaremos a hacer la revolución, no con un llamado a la “clase 1919”, no con las idioteces en que se especializa Bela Kun, sino por el contrario, con la lucha contra el oportunismo y contra las imbecilidades perpetradas por los izquierdistas. Tal vez esto no sea tanto una lucha como una advertencia contra los discursos de Marcel Cachin -paralela a la lucha abierta y declarada contra las tradiciones del oportunismo- y una advertencia contra las idioteces izquierdistas. 

   Por eso consideré mi obligación apoyar fundamentalmente todo lo que dijo el camarada Trotsky y declarar que la política que sostiene Bela Kun es indigna de que la defienda ningún marxista ni ningún comunista. Hay que combatir esta línea política, y espero, camaradas, que después la comisión que ha sido propuesta aquí (es una proposición muy razonable), que una vez que la Comisión haya completado su trabajo en el análisis de la conducta del partido francés, arribaremos a los resultados que confirman mi pensamiento.

Lenin, Moscú, 17 de junio de 1921.
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[1] La palabra en ruso es “gloupost” (“глупость”), que significa “locura”. En el francés está traducido como “bêtise”: tontería o necedad.

[2] Lenin tal vez se refiera al ataque de Marat contra los enragés durante el proceso revolucionario.

[3] En el estenograma en vez de “revolución” debería decir “resolución”.

[4] El intento de Bela Kun era movilizar al Partido comunista francés contra la dirección de Frossard.

[5] Se refiere a los documentos del primer congreso de la Internacional Comunista, en su mayoría principistas que fueron completados por los sucesivos congresos.

[6] Tras la ocupación del Ruhr, una parte de la delega­ción francesa planteaba que los jóvenes llamados a filas en 1919 se negasen a prestar el servicio militar. 
    El delegado de Luxemburgo acusó al partido francés de no "impedir" la ocupación de Luxemburgo por las tropas francesas, como si la detención de la guerra fuera una acción aislada de un sector (“la clase de 1919”) y no del conjunto de la clase obrera.         
      Trotsky decía que los intentos de resolver este tipo de problemas "privados" con una demostración de fuerza, cuando esa fuerza era insuficiente para solucionar el problema básico -la toma del poder-, conducen al aventurerismo.

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