PETRO LLAMA MOVILIZACION FRENTE ATAQUES REACCION - ¡¡ LAS TAREAS CLASE TRABAJADORA !!

¡¡ MOVILIZARNOS Y LUCHAR, SI!!

¡¡ LA NECESIDAD DE UN PROGRAMA PARA TRANSFORMAR LA SOCIEDAD !!

  

        En los últimos días, a través de su cuenta en la red social X, antes llamada Twitter, el Presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha estado escribiendo declaraciones y denuncias públicas, sobre la situación en la que vive el país, donde según dice las elites dominantes y sus más furibundos representantes, no solo no aceptan que al frente del gobierno no estén ya sus títeres de siempre, en las últimas décadas los denominados uribístas, continuadores de Álvaro Uribe,  sino que no cesan los ecos que presagian “tambores de guerra”, con planteamientos que apuntan constantemente a intentos de fraguar un “golpe de Estado blando”, con el objetivo de apartar del poder gubernamental a Petro y a su gobierno.

Por: Salvador Pérez

           Así, y según lo publicado por Petro textualmente, lo cual más tarde también ha explicado en varios discursos pronunciados en diversos actos, la situación del momento actual, con el Fiscal General Barbosa de por medio, sería la siguiente:

         "Han decidido la ruptura institucional. Como presidente de la república debo avisar al mundo de la toma mafiosa de la fiscalía y debo solicitar al pueblo la máxima movilización popular por la decencia"…

 "aquí no se puede tumbar un presidente progresista, el primero en un siglo, porque legalmente un sindicato de trabajadores aportó a un partido de izquierda. Llego el momento de la expresión popular"…

Petro ha hablado claramente de la existencia de una "ruptura institucional, cuando se ha investigado al Canciller de la República, que ha sido el primero en la historia en ser suspendido, pero que no ha escuchado que haya una seria ruptura constitucional cuando la fiscalía investiga al presidente de la República"….

 “Se han allanado sindicatos, se ha torturado y se ha usado presiones sobre testigos para que se acuse al presidente y no han tenido éxito; desesperadamente sectores del narcotráfico, autores de delitos de lesa humanidad, políticos corruptos y sectores corruptos de la fiscalía buscan la salida del presidente del cargo elegido por el pueblo"…

 "Incluso hechos repetidos varias veces en campañas de otros partidos políticos como al que pertenece el fiscal general, y que han sido declarados legales anteriormente, en nuestro caso se criminalizan con desespero… esta ruptura institucional ha llegado al máximo desespero, porque las mafias no quieren perder control de secciones enteras de la fiscalía que he puesto en peligro por haber presentado una terna de mujeres decentes"…

 "la respuesta desesperada no va a ser solo suspender al Canciller, sino procesar penalmente al presidente de Ecopetrol y al superintendente de servicios públicos por haber sido presidente del partido Colombia Humana y que la Fiscalía pedirá mi juicio político sin ocultar que ha hecho investigación inconstitucional en mi contra buscando el triunfo que el pueblo no les otorgó".

Reservas de apoyo entre las masas

    Todo análisis serio de la situación, sin embargo, viene a demostrar que estamos ante una clara correlación de fuerzas favorable a la izquierda en Colombia, e incluso en términos generales en todo el continente latinoamericano. Es por ello, entre otras razones, que el llamamiento a la movilización social en las calles que ha realizado en estos días el presidente Gustavo Petro ha recibido para sus promesas de “reformas”, con enorme rapidez, el apoyo de numerosas organizaciones sociales, comunales, sindicales y políticas- Igualmente todo indica, que como reflejo de lo anterior, también está obteniendo el respaldo de diversos dirigentes políticos, líderes e intelectuales, desde diferentes latitudes del continente y el mundo, que se están posesionando, en estos momentos, en contra de los “ruidos de sables de la reacción” y en favor del gobierno que preside Petro. 

        Ello les debería de servir como un estímulo importante, si alguna vez pensaron seriamente en hacer esa política, para que Petro y su gobierno comiencen de una vez a aplicar y cumplir el conjunto de las promesas que realizaron antes de las elecciones, sobre todo de aquellas que más significativamente van en beneficio de los sectores más necesitados de la sociedad colombiana.

Nada nuevo bajo el Sol

     Desde incluso antes de la llegada al gobierno de Petro asistimos a una constante y permanente campaña de los círculos más reaccionarios, que no aceptaron ni aceptaran jamás el haber sido derrotados electoralmente. Todos los teóricos planes de la derecha, de los representantes uribistas de la oligarquía y la clase dominante colombiana, indican eso precisamente y también el hecho de que si las circunstancias les fueran propicias estarían dispuestos a llevar a cabo un serio plan de derribo, un Golpe de Estado “blando o duro”, en contra del gobierno Petro, aunque para ello tuvieran que sumir a la sociedad colombiana en un rio de sangre.

    Si hasta ahora ello no ha sido así no es por falta de voluntad de estos reaccionarios, sino porque las condiciones objetivas para ello no están aún maduras.  Aún perdura en sus mentes la situación revolucionaria que vivió Colombia entre el 2019 y el 2021, con movilizaciones masivas en las calles casi a diario, que fue el caldo de cultivo en donde se fraguo el triunfo electoral de la izquierda. Esos acontecimientos aún pesan como una gran loza y condicionan la forma de actuar de la clase dominante colombiana, que siente pavor en estos momentos a provocar un enfrentamiento directo con las masas e intentan a toda costa evitar que estas se movilicen de nuevo.

        Es claro que los propios representantes de los círculos reaccionarios no son homogéneos y periódicamente aparecen sectores más impacientes, que mostrando sus deseos apostarían por jugar las cartas del derribo del gobierno Petro ya. Insistimos, aunque es imposible conocer todos los datos al completo, muchos de los cuales no han salido a la luz pública, pero antes de tomar posesión Petro como presidente vimos el intento asonada del General Zapateiro, que abiertamente no reconocía a Petro como Presidente, luego vimos los intentos desesperados de los uribistas de sacar a las calles a los “reservistas del ejército”, para enfrentarlos al gobierno y ahora las actuaciones desde la Fiscalía General y la Procuradora General Margarita Cabello, suspendiendo para ocupar cargos públicos al Canciller Álvaro Leyva.

        Paradójicamente el Fiscal General de la Nación, Francisco Barbosa, que fue nombrado por el reaccionario gobierno de Iván Duque, cumple su mandato este 12 de febrero. Sin embargo el Consejo General Judicial se está negando a nombrar nueva Fiscal General, de la terna de tres presentada por el gobierno de Petro, lo cual dejará al frente de la Fiscalía a la actual Vice-Fiscal General, la cual esta enturbiada seriamente con acciones de encubrimientos de delitos junto a clanes del narcotráfico y el paramilitarismo. Es un hecho público y notorio que desde hace ya bastantes meses Francisco Barbosa es quien ha venido ejerciendo de “portavoz no oficial” de los sectores más reaccionarios del uribismo frente al gobierno.

        Como decíamos más arriba, nada nuevo bajo el Sol. Están tratando de crear “alarma” con la posibilidad de un Golpe de Estado, ver que reacciones sociales provoca ello, pero al mismo tiempo aún no tienen la decisión tomada, como si ocurrió por ejemplo en Perú, porque en el caso de Colombia hoy por hoy ellos carecen de una base seria en la que apoyarse.  La clase dominante colombiana y el imperialismo se están moviendo con cautela y no parece que estén dispuestos a arriesgarse a provocar un choque frontal con el movimiento de la clase trabajadora en estos momentos, del cual no tienen garantías de que saldrían victoriosos y se pueden arriesgar a perder el control y dominio que ejercen sobre las palancas fundamentales de la economía.

        De cualquier forma, como decíamos, el llamamiento que ha realizado Gustavo Petro ha sido respondido rápida por más de 100 organizaciones y entidades, de lo más profundo de toda Colombia, las cuales expresan “su profunda preocupación política desatada en contra de nuestro gobierno y del presidente, nominado al Premio Nobel de Paz, Gustavo Petro.  Desde la posesión del presidente Petro, varios funcionarios y entes de control están perpetrando una estrategia de desestabilización del Gobierno, extralimitándose en sus funciones, desconociendo la Constitución, las leyes y los tratados internacionales”.

          Estas organizaciones han firmado un documento de apoyo, el cual ha sido publicado en la cuenta personal de Juan David Correa en la red  X. Este es el Ministro de Cultura, Artes y Saberes. Este documento ha sido también apoyado por la Agenda Internacional de Paz Londres, la Alianza Social Independencia, la Asociación Animalista Libera, la Asociación de Consejos Comunitarios y Organizaciones Étnicas del Bajo Atrato, entre otros.

          Para los trabajadores, los jóvenes y los oprimidos de Colombia el contestar esta pregunta no es de carácter secundario, sino de vital importancia. Esta idea, además, está siendo esgrimida una y otra vez desde las propias instancias del gobierno. Para nosotros es importante que “los arboles no nos impidan ver el bosque”, la realidad.

     Lo primero que debemos decir es que la clase dominante, que es quien finalmente autoriza y determina con su permiso a sus peones reaccionarios la ejecución de planes serios, como sería dar un Golpe de Estado, somos de la opinión de que en estos momentos concretos no es por lo que apuestan, como opción prioritaria. ¿Por qué?

        Por una primera y buena razón. Porque desde dentro del denominado por ellos “juego institucional”,  están logrando de una u otra forma que Petro y sobre todos sus ministros y altos cargos en el gobierno, la mayoría de ellos no ligados a ninguna organización de la llamada “izquierda”, sino representantes en el Pacto Histórico de organizaciones pro-burguesas, como son el Partido Conservador, los llamados Liberales, … y hasta los mal llamados “independientes”, estén “entrando en razones”, desde el punto de vista de los intereses de la clase dominante.

    Incluso fue significativo el hecho de que antes de celebrarse las propias elecciones presidenciales, como un acto de buena fe hacia la clase dominante, el propio Gustavo Petro acudió ante una Notaria en Bogotá para “firmar un compromiso de que no llevaría a cabo una política de expropiaciones”.  Como ahora veremos, estas cosas en sí mismas, implican antes de comenzar una clara renuncia a cumplir con el grueso fundamental de las promesas electorales que estaba realizando para los más necesitados y oprimidos bajo el capitalismo en Colombia.

    Es evidente de que la clase dominante colombiana, al igual que los imperialistas, son conscientes de que aún, a día de hoy, Gustavo Petro continua gozando de una importantísima reserva de apoyo social entre la mayoría desfavorecida de la sociedad.

        En general los trabajadores, la juventud, los campesinos pobres y el conjunto de los oprimidos no aprenden de la política por medio de lecturas teóricas, de los libros, revistas o documentos de los teóricos clásicos que condensan las experiencias históricas de las luchas de nuestra clase. Aprenden y extraen conclusiones políticas y revolucionarias sobre la base de sus propias experiencias y de los grandes acontecimientos en la economía, la sociedad y sobre todo de la lucha de clases en la que participan.

        La clase trabajadora acabara por exigir a Petro que cambie su política real, que todo aquello que dice y afirma en sus “discursos radicales” las lleve a la práctica en sus acciones de gobierno. Pero aún miles, millones de oprimidos en Colombia continúan esperando pacientemente que Petro deje sus posturas prácticas “moderadas” y comience a actuar para ofrecer salidas a los problemas fundamentales que la sociedad colombiana padece, QUE CUMPLA SUS PROMESAS DE CAMBIAR COLOMBIA. Y es por ello que los oprimidos continúan, aún, culpando a las décadas de gobiernos reaccionarios de la existencia de estos problemas.

        En cierta forma, de una forma dialéctica es lógico todo ello. Pero todo para las masas colombianas tiene sus límites. Cada vez se observa más claramente que la clase dominante colombiana no está sintiendo, en el terreno práctico que es el decisivo, que el gobierno de Gustavo Petro suponga un peligro para sus intereses de clase. Es por ello que a día de hoy no han apostado por dar ese golpe de Estado.  Prefieren llevar a cabo una política de “asusta viejas”, amenazando con el golpe con el objetivo de ir haciendo claudicar en todos los aspectos centrales al gobierno de Petro, obligándolos a abandonar todas sus promesas más importantes para con los oprimidos y que lleven adelante la política que siempre ha sido y es del gusto y necesidad de la clase dominante colombiana y del imperialismo.

         Esta es una política consciente de la burguesía, la cual tiene un doble objetivo: a.- seguir gobernando ellos como clase dominante a través del gobierno Petro, sobre la base de sus intereses fundamentales de clase.  b.- Con ello, al mismo tiempo, logran desprestigiar las ideas de “izquierdas” entre sectores importantes de las masas.

        Una vez esto esté claramente configurado si les permitirá, en el próximo periodo, llevar de nuevo al gobierno a sus representantes políticos directos, a algunos de los diferentes representantes ineptos e incultos del llamado uribismo, bajo el nombre que sea.

         Algo paradójico de los reformistas de todo pelaje es la capacidad que tienen de engañarse a sí mismos, llegados el caso. Gustavo Petro no es una excepción en ello, sino alguien que confirma esta regla política.  Cuando nos habla una y otra vez de “planes para desalojarlo del gobierno”, sin que mueva en realidad un solo dedo por poner fin al océano de miserias sociales, ni a limpiar las podridas y corruptas  jaulas del Estado burgués de Colombia (que no han sido cambiadas en absoluto y son los mismos “perros” que había cuando gobernaba el reaccionario Iván Duque), sin atreverse a enfrentarse a los oligarcas y grandes capitalistas, podridos de repugnantes beneficios, ES ELLO LO QUE EN ULTIMA INSTANCIA LE IMPOSIBILITA PODER CUMPLIR TODAS Y CADA UNA DE LAS POMESAS QUE TIENE CONTRAIDAS CON LOS TRABAJADORES Y LOS OPRIMIDOS DE COLOMBIA.

         Hasta ahora con los únicos apoyos reales con los que ha contado el gobierno Petro han sido los propiciados por los trabajadores, la juventud, los campesinos pobres y el conjunto de los oprimidos de Colombia y sus hermanos de clase en el Continente Latinoamericano y el mundo. En frente, como un espectro de la muerte, siempre ha tenido a los representantes reaccionarios de la clase dominante.

        De ello se deduce otra lección práctica fundamental para los trabajadores colombianos y del mundo: SOLO PODEMOS CONFIAR EN NUESTRAS PROPIAS FUERZAS, DE FORMA ORGANIZADA Y MOVILIZADAS PARA DOBLEGAR LAS PRETENCIONES DE LA CLASE DOMINANTE DE DOBLEGAR AL GOBIERNO, QUE HEMOS ELEGIDO NOSOTROS, PERO QUE ELLOS QUIEREN QUE GOBIERNE PARA SUS INTERESES EN PRO DEL BENEFICIO PRIVADO DE UN PUÑADO DE PARASITOS SOCIALES, QUE ES LO QUE SON.

 Los trabajadores, los jóvenes y oprimidos de Colombia tenemos que ser conscientes que la única forma de enfrentar seriamente a la reacción, a sus posibles planes e intentos de desestabilizar al gobierno que preside Petro, es exclusivamente en base a nuestra lucha, en la que tendremos en frente, como siempre, a la reacción uribista, que es la representante política de la oligarquía, los grandes empresarios y el imperialismo.

        Hasta ahora esto ha sido así, pero los oprimidos comenzamos a estar cansados solo de “bellos discursos y palabras de Petro y demás, sin que estas se concreten en la práctica de los hechos concretos en mejoras sustancialmente en nuestras condiciones de vida.  La clase trabajadora y los oprimidos en Colombia está siendo muy paciente con Petro y el gobierno, pero cada vez suena con más fuerza en el movimiento la pregunta de ¿cuándo van a pasar de las palabras a los hechos?, ¿cuándo el gobierno comenzará a llevar a cabo una política que realmente ataque los privilegios de las clases dominantes, para aplicar una política que signifique beneficios constante y sonantes para la aplastante mayoría de la sociedad, enfrentando a esa minoría social formada por los propietarios de las tierras, las grandes empresas, los bancos y las mafias del narco-paramilitarismo?  

     Décadas, dos siglos, de dominio de las reaccionarias clases dominantes en Colombia tienen al país sumergido orgánicamente en una permanente crisis social brutal, reflejo de una económica atrasada sin paralelos, que se traduce en crisis política. Los poderosos han podido medio gobernar siempre basándose en la represión, la corrupción y el asesinato sistemático de cualquier luchador del pueblo, ya sean dirigentes comunitarios, sindicalistas o militantes políticos de la izquierda. Ello fue siempre una política clara que unió a los corruptos funcionarios del Estado con todo lo podrido de la sociedad, narcos y paramilitares, que siempre han vivido bajo el paraguas y la protección de los propios gobernantes, en donde los gobiernos de Álvaro Uribe y sus títeres posteriores destacaron de forma nítida.

         Desde siempre los intentos de organizarse por la izquierda, incluido el poder presentarse a los procesos electorales de la pantomima que es la democracia en la que vive Colombia, siempre acabaron en ríos de sangre. Así ocurrió cuando la constitución de la "Unión Patriótica" (uno de los últimos intentos de presentar una alternativa electoral al uribismo, antes del Pacto Histórico de Petro) fue masacrado por los paramilitares amparados por los organismos e instancias gubernamentales.

        Los candidatos presidenciales fueron asesinados, al igual que miles de sus militantes. A ello sumamos la política consciente del uribismo, compinchados con los mandos militares, que llevaron a cabo los conocidos como "falsos positivos" (jóvenes que fueron desparecidos de sus hogares, asesinados para ser vestidos de uniformes de guerrilleros y ser presentados como "éxitos de los militares" en la lucha contra los grupos insurgentes). En Todo ello tuvieron implicaciones directas los Presidentes, los Ministros, los altos cargos del gobierno, que daban las ordenes a los Oficiales del DAS (el organismo predecesor de Migración Colombia) y estos a su vez concertaban estas acciones y asesinatos con los dirigentes de los grupos paramilitares, formados al calor de los gobiernos de turno.  

        Todo ello fue "el pan nuestro de cada día”, con el único objetivo criminal de evitar e impedir que las masas oprimidas se rebelaran en contra de este Sistema socioeconómico podrido, incapaz de garantizar siquiera el sustento diario  a la mayoría de la población.

      Las últimas elecciones presidenciales celebradas, en primera ronda el 29 de mayo y en segunda ronda el 19 de junio de 2022, por primera vez en la historia de Colombia, permitió que una fuerza política que era y es vista como de “izquierdas” ganara las elecciones. El 29 de octubre el “Pacto Histórico” encabezado por Gustavo Petro Urrego y Francia Márquez, después de obtener más de 11,5 millones de votos formaron gobierno, un gobierno visto por los oprimidos y también por la clase dominante, como ajeno a la oligarquía, los grandes empresarios, os banqueros y el imperialismo.

         Esto, sin duda represento un duro golpe a la clase dominante, acostumbrada desde la independencia a gobernar con sus representantes políticos directos. El uribismo había sido derrotado socialmente un año antes, en el Paro General de 2021, que dio continuidad a las movilizaciones sociales de los oprimidos emprendidas en el año 2019.

         Si durante los casi tres meses de movilizaciones del Paro General el gobierno títere de Uribe, del que era presidente Iván Duque, no fue tirado al suelo tan solo se debió a la ausencia o falta durante la lucha de una consecuente dirección revolucionaria, que ofreciera una respuesta concreta a la pregunta que reinaba en todo el ambiente en aquellos momentos, incluyendo entre la propia clase dominante: ¿Después del gobierno Duque, que? 

        En la medida en la que los llamados dirigentes del Comité del Paro, de los sindicatos y las fuerzas políticas de la izquierda, eran incapaces de ofrecer la única respuesta posible, LA NECESIDAD DE CONSTRUIR UN GOBIERNO DE LOS TRABAJADORES PARTIENDO DE LAS ORGANIZACIONES OBRERAS QUE FORMABAN EL PROPIO COMITÉ DEL PARO, un gobierno para tomar el poder real en Colombia, que ponga la economía, las tierras y las finanzas al servicio de los intereses de la aplastante mayoría de la sociedad, la oportunidad se dejó pasar. Y ello supone que la clase trabajadora deberá pagar un precio por ello y hace el proceso de la revolución socialista más largo y complejo.

        A estos dirigentes reformistas, de derechas en muchos casos, que estaban al frente de la lucha, los dirigentes de CGT, la CUT, la CTC, FECODE,…  junto a los dirigentes de Colombia Humana, del Polo Democrático Alternativo, del Partido Comunista Colombiano, ni siquiera se les pasaba por la cabeza ofrecer tal alternativa en el epicentro de la lucha de clases, ofrecer un genuino Programa para la Transformación socialista de la sociedad. Su reformismo incrustado hasta la medula, en el mejor de los casos, los convierte en auténticos ciegos políticos en los momentos claves de la lucha de clases.

        Todos estos dirigentes, con Petro al frente, decidieron estúpidamente dejar a Iván Duque gobernar un año más, llamaron a desconvocar el Paro Nacional e hicieron llamamientos conciliadores a las masas, que recordemos estaban en las calles soportando atroces represiones y hasta asesinatos ordenados desde el gobierno Duque, para “esperar un año, hasta las próximas elecciones presidenciales de 2022”,  en donde los candidatos del uribismo y las clases dominantes, primero con Fico después con Rodolfo Hernández, no pudieron evitar que Gustavo Petro ganara las elecciones.

         Es evidente, para todo el que quiera ver las cosas como realmente son, que el gobierno del Pacto Histórico, presidido por Gustavo Petro, es el fruto directo del proceso prerrevolucionario que Colombia vivió desde 2019 al 2021. De ello es muy consciente, también, la clase dominante (con todo lo más podrido que existe en la sociedad colombiana; con sus bandas de corruptos, narcos-paramilitares al frente).

        Es por ello que desde un principio han tratado de presionar a Petro, de una y mil formas, con el propósito de que desista de intentar llevar a cabo una genuina política en favor de los sectores más oprimidos de Colombia.

         En esta política consciente de la clase dominante las amenazas constantes de involución y de golpes de Estado han jugado también su papel, sin dudas. El General Zapateiro amenazo públicamente con organizar un golpe de Estado militar.  Y desde el principio, igualmente, hemos visto la actitud belicista y desafiante al gobierno del Fiscal General, Francisco Barbosa, quien actúa abiertamente con la amenaza de enjuiciar, por el motivo que sea, a Petro, a su familia, colaboradores y a su Gobierno.

         Hay una ley general, de plena aplicación a la situación concreta de Colombia hoy: “la debilidad invita a la agresión”. En todos y cada uno de los casos que hemos visto, de amenazas directas al gobierno de Petro por parte de los reaccionarios, vemos una actitud del gobierno, en dos líneas duales:  a) parar los ritmos, por tanto las promesas, de cumplir las promesas contraídas con los más desfavorecidos de la sociedad colombiana, con el teórico objetivo de “amainar las embestidas de los reaccionarios”.   b) llamar tímidamente a las  masas a movilizarse en apoyo al gobierno en contra del “peligro de golpe de Estado”.

Los reaccionarios atacan al Gobierno

        Tras la manifestación de los reservistas, concentrados en Bogotá, hubo movilizaciones impresionantes de los trabajadores, la juventud y los oprimidos en apoyo al gobierno. Las mismas fueron masivas y pudimos ver al propio Petro dirigiéndose a los manifestantes, asombrado por su número y fortaleza de ánimos en la lucha, agradeciendo el apoyo y afirmando que “pensé que me había quedado, que estaba, solo”. Esto tiene una importante lección política, que tenemos la obligación de valorar, al igual que es importante sea valorada por el propio Petro y demás dirigentes que forman parte del gobierno.

         Tras la formación del gobierno que preside Petro las cosas, objetivamente hablando, no han cambiado en su fondo para las masas. Y ello es cierto en todos los aspectos. Hasta ahora las masas solo están viendo declaraciones de buena voluntad por parte de Petro y su gobierno. Pero si desean que las masas no se cansen de solo escuchar buenas palabras, es necesario que el gobierno pase al terreno concreto de los hechos.

         El Paro General de 2021 no solo sembró las bases para cambiar el gobierno de Colombia, sino que una vez más demostró el carácter totalmente reaccionario, represor y sanguinario de los gobiernos de la oligarquía y los poderosos, en aquel momento presidido por Duque, causando miles de heridos, decenas de muertos y posteriormente encarcelando a los más destacados dirigentes de la juventud, sobre todo, a los dirigentes más significativos de las “Primeras Líneas de las manifestaciones”, como es el caso del compañero Sergio Andrés Pastor, “Alias 19”, condenado después de burdos montajes y pruebas falsas presentadas por la Policía, el ESMAD y la Fiscalía.

        El gobierno de Petro ha abierto las inscripciones para que los jóvenes se apunten al Programa que han denominado "Jóvenes en Paz", por el cual pretenden apartar a sectores de la juventud, entre los 14 a los 28 años, de los grupos y actividades criminales- Siempre que estos jóvenes carezcan de antecedentes penales pueden recibir un subsidio de 1 millón de pesos. Según el Ministerio de la Igualdad este programa puede llegar a unos 6.000 jóvenes, en una primera fase, en tres municipios de Bogotá y Buenaventura, además de Guachené, Puerto Tejada, Quibdó y Medellín. 

        Pero debemos ser claros: esto es una gota en un océano de pésimas condiciones de vida, sin perspectivas de estudio ni trabajo para miles, cientos de miles y millones de jóvenes en Colombia. Mientras Petro aprueba estas migajas, insistimos, esta incumpliendo su promesa de respeto a los derechos democráticos básicos de los principales dirigentes de los jóvenes de las Primeras Líneas del Paro Nacional, que como "Alias 19" continúan en la cárcel.

         Es claro que los deseos de la clase dominante, con el Fiscal General Barbosa al frente, en complicidad con los sectores más reaccionarios de la Judicatura, están deseosos de dar un escarmiento a los jóvenes y trabajadores más luchadores, con el objetivo de amedrantar al conjunto del movimiento.  

        Pero como dijo el poeta, “podrán cortar una rosa, pero no podrán evitar la primavera”.  Las condiciones objetivas, materiales, de existencia de los jóvenes, la sobreexplotación laboral y todo un mundo de injusticias sociales son el caldo de cultivo que no podrán suprimir en el que hunden sus raíces el surgimiento de la necesidad de movilizarse y de luchar por cambiar esa oscura realidad social. Podrán seguir ejerciendo represión y todo tipo de barbaridades, pero más pronto que tarde de nuevo veremos el avance en la lucha de la clase obrera, la juventud, los campesinos pobres, las comunidades indígenas y el conjunto de los oprimidos, en lucha por sacudirse de encima un mundo de permanente injusticia social reinante. Los matemáticos dicen que “las matemáticas no engañan”, pero también son empleadas por los mentirosos y los mafiosos corruptos de todo pelaje”.

         Sabemos que los poderosos, y sus agentes en las estructuras del Estado burgués, siempre saben utilizar dos, tres o diez varas de medir, según les interesa a ellos.  Siempre, siempre, encuentran y si no se lo inventan, un artículo de una Ley cualquiera, con la cual pueden condenar a prisión por años de luchadores como “Alias 19”. Mientras que con esas mismas leyes les dan protección y amparo a los asesinos de los manifestantes, a los narcos y sus compinches paracos, los cuales gozan de una magnifica vida llena de privilegios, en este “paraíso terrenal” en el que habitan, eso sí,  rodeados de océanos y mares de miserias e injusticias para la aplastante mayoría de la sociedad.

         Por todo ello es absoluta y totalmente insuficiente, impropio de un Presidente de Gobierno que se llama a sí mismo “del Cambio”, y que comprometido su palabra desde el principio con los trabajadores, la juventud y los oprimidos de Colombia, como es el caso de Gustavo Petro, que comenzara ofreciendo “contratos para los jóvenes de las Primeras Líneas”, como agentes de paz, mientras no mueven un solo dedo para excarcelar y dejar libres como merecen a sus más destacados dirigentes, que están sufriendo condenas de cárcel por ser simplemente luchadores sociales, que defendían las manifestaciones populares con sus propios cuerpos como armas.

        Ahora la justicia burguesa puede decir y hacer lo que le plazca, para ello están situados ahí, para ser un eslabón más en la defensa de los intereses de los poderosos. Pero es dominio público que durante aquellos más de tres meses del 2021 se vieron en vivo, en imágenes y se conocieron todo tipo de barbaridades, en donde no solo los escuadrones del ESMAD masacraban a los manifestantes, sino que las propias fuerzas policiales protegían, amparaban y preparaban las incursiones de los grupos paramilitares, al objeto de que desde camionetas blancas atentaran contra los pacíficos manifestantes.

        Ya no se trata de que el gobierno Petro “investigue lo evidente”, sino que tiene la obligación moral ante el pueblo colombiano de ponerles nombres y apellidos a esos verdaderos criminales, a los responsables de las masacres y atentados contra el pueblo que luchaba. Y por añadidura debería haber comenzado a realizar una “limpieza de los establos de la policía”, expulsando inmediatamente a los que ordenaron y participaron, desde arriba hacia abajo, procediendo como insinuaron antes de ganar las elecciones harían a disolver inmediatamente el represor ESMAD, enjuiciando y condenando a todos los reaccionarios y a sus ayudantes parácos, todos ellos actuantes al servicio entonces del reaccionario gobierno de Iván Duque.

         Está claro, como la noche sigue al día, que en esta tarea tampoco podrá contar Petro y su gobierno con la colaboración de organismos, que siguen controlados por los reaccionarios y los corruptos a todos los niveles, como es el caso de la Fiscalía General. Es necesario desmantelar de corruptos y mafiosos a todos estos órganos del Estado, en una lucha general por la defensa del conjunto de las libertades y derechos democráticos para el pueblo colombiano.

La lucha por los derechos democráticos

     Existen muchos otros ejemplos que demuestran que el Gobierno del presidente Petro no quiere en realidad enfrentar la necesaria lucha contra estos órganos llenos de corruptos y mafiosos del Estado burgués colombiano. No quiere, no lo entiende o no sabe cómo hacerlo, que afectos prácticos es lo mismo. Se llenan la boca de “derechos democráticos, de libertades,…” y son incapaces de luchar seriamente por ello.

        Dos ejemplos, que implican a Migración Colombia, un órgano de Civil de Seguridad, sucesor de lo que fue la pesadilla antidemocrática del DAS, nos van a permitir situar cual es la situación y cuál es la actitud nefasta de cómo está actuando Petro y su gobierno.

        Durante la celebración de Paro General Nacional de 2021, Cali fue epicentro de unas de las mejores luchas acontecidas en todo el país. En esta lucha fue asesinado, entre otros, Jhoan Sebastián Bonilla, que junto a su novia alemana eran miembros de la Primeras Líneas de Cali. Tras el asesinato de su novio, la ciudadana alemana Rebeca Linda Marlene Sprößer, que era la única testigo del caso, fue detenida por Migración Colombia, que le formulo un Auto de Deportación y prohibición de volver a entrar a Colombia durante 10 años.

        El entonces Director de Migración Colombia explico en aquellos momentos que Rebbeca Sprößer había ingresado a Colombia el pasado mes de marzo, con un permiso de turismo. Cuando fue requerida por Migración Colombia para adelantar un proceso de verificación, evidenciaron que se encontraba adelantando actividades que no tenían que ver con su condición de turista, las cuales afectarían el orden y la tranquilidad ciudadana.  Además, tras detenerla los funcionarios verificaron los papeles de la alemana y aseguraron que tenía vencido su permiso de estancia en Colombia. Se le garantizaron sus derechos en todo momento, sin embargo, tras la respectiva verificación, se tomó la decisión de expulsión. Esta decisión, adicionalmente, incluye la prohibición de ingreso a territorio nacional por diez años. Es una decisión soberana, discrecional, que cuenta con todo el soporte jurídico".

        Gustavo Bolívar se reunió con Rebbeca meses después en México y le prometió que “si Gustavo Petro ganaba las elecciones le levantarían la orden de expulsión”.  Unos meses después de  constituirse el gobierno de Petro,  el senador del Pacto Histórico, Gustavo Bolívar, comunico en su cuenta X que “Migración Colombia revocó la resolución mediante la cual la ciudadana alemana fue expulsada de Colombia, tras recibir un atentado en el que murió su novio Jhoan Sebastián Bonilla. Es única testigo del asesinato y aun así Duque la expulsó. ¡Bienvenida a tu segunda Patria!”.   Ello, evidentemente es muy positivo, pero de cualquier forma insuficiente, pues no ataja el problema de fondo, el de actuaciones ilegales, corrupto y reaccionario de parte de organismos como Migración Colombia u otros. 

        En ese mismo periodo, durante y después del Paro General y también bajo el reaccionario gobierno de Iván Duque, otro ciudadano extranjero, en este caso español, estuvo asesorando sobre sus derechos a un trabajador, que estaba siendo durante años maltratado y sobrexplotado,  laboral, salarial y socialmente, por una gran empresa dirigida por auténticos lúmpenes, que presta fundamentalmente servicios a los organismos del Estado colombiano en la reparación y mantenimiento de vehículos. Como consecuencia de este apoyo que le presto al trabajador, salió a flote una enorme olla de corrupción institucionalizada, de funcionamiento corrupto e ilegal, en las estructuras de la Inspección de Trabajo y del propio Ministerio de Trabajo en el Departamento del Magdalena.

        Los Inspectores de Trabajo, con prácticas corruptas que llevaban haciendo durante varias décadas, a cambio de “mordidas económicas a las empresas”, anulaban y dejaban sin derechos, sin nada, a los trabajadores afectados Todo ello fue denunciado penalmente ante la Fiscalía General de la Nación por Salvador Pérez  y por el trabajador Fredy Raúl Carleo, en dos denuncias por amenazas, corrupción, cohecho y Concierto para Delinquir.

    El lumpen empresario, Manuel Angello Moreno Arcineagas, Gerente de Morarci Group sas, al verse atrapado en esas denuncias, además de la Demanda Laboral para el pago de todos los atrasos y derechos al trabajador, no dudo en recurrir a “sus amiguetes” en Migración Colombia. Mediante una denuncia falsa que presento ante este organismo, acordó con la entonces Directora de Migración Colombia en Barranquilla y con el Oficial de Migración en Santa Marta que Salvador Pérez fuera DEPORTADO Y SE LE PROHIBIERA EL PODER INGRESAR A COLOMBIA DURANTE 4 AÑOS.

    Todo ello lo materializaron en un "Auto", lleno de falsedades y mentiras corruptas, con el único propósito de impedir que Salvador Pérez no pueda estar en el país para los procesos penales abiertos contra los Inspectores de Trabajo, la directora regional del Ministerio y el lumpen empresario mencionado.

         Salvador Pérez lleva batallando ya más de año y medio para que esa decisión de funcionarios corruptos de Migración Colombia en Atlántico-Santa Marta sea “revocada” por Presidencia, el Ministerio de Exteriores o el nuevo Director de Migración Colombia designado por Petro. Pero hasta el día de hoy han hecho oídos sordos y todas sus peticiones han acabado en las mesas de despachos de los mismos corruptos que aprobaron esa antidemocrática y corrupta decisión.  En este año y medio Salvador Pérez ha contado con el apoyo, enviados por escrito a Presidencia, Ministerio de Exteriores y al propio Director de Migración Colombia de decenas de organizaciones sociales, sindicales y políticas, desde Colombia, diversos países de América Latina y España.

         Debemos recordar a nuestros ilustres reformistas, como Gustavo Petro y al conjunto de su “gobierno del cambio” que deben ser conscientes de que si permiten y toleran estos comportamientos corruptos, propios de organismos controlados por mafias y clanes corruptos, ajenos a los intereses de la aplastante mayoría de la sociedad, ellos como gobernantes acabaran en una de las dos cosas siguientes, o en las dos:  1.- Siendo cómplices por omisión o por acción,   2.- Siendo prisioneros de esos clanes mafiosos corruptos.

         Como en el caso que hacíamos referencia del compañero Sergio Andrés Pastor, “19”, no basta con pagarle un sueldito a algunos miembros de lo que fueron de las Primeras Líneas, no basta con “revocar” los actos ilegales contra una ciudadana alemana.  ES NECESARIO E IMPRESCINDIBLE QUE TODOS LOS ATROPELLOS QUE COMETIERON ESTAS BANDAS CORRUPTAS EN LOS ORGANISMOS DEL ESTADO COLOMBIANO, DURANTE LAS EPOCAS DE URIBE, SANTOS, DUQUE, SEAN PUESTOS AL DESCUBIERTO, LAS ACTUACIONES REVOCADAS Y DEROGADAS Y LOS RESPONSABLES EXPULSADOS DE LOS ORGANISMOS DEL ESTADO.

        En este sentido, si Petro desea que los trabajadores, los jóvenes y el conjunto de los oprimidos de Colombia continúen confiando en su palabra, debe poner en el primer punto de la agenda del día de su gobierno el punto y final a todos los atropellos antidemocráticos, corruptos e ilegales, perpetrados durante décadas por los mafiosos corruptos desde sus posiciones al frente de los organismos del Estado burgués:  Poner en libertad a todos los miembros detenidos y condenados de las Primeras Líneas del Paro General y revocar inmediatamente todos los actos de funcionarios corruptos de Migración Colombia, en donde el caso de Salvador Pérez es de un atropello más.

Cambiar estas cosas, cambiando la sociedad

        Como decíamos, en el caso de Colombia con el Pacto Histórico, “no hay nuevo bajo el sol”. Colombia Humana, el partido del que es dirigente Gustavo Petro, forjo la creación del Pacto Histórico a la vieja usanza de la creación de los Frentes Populares. Siempre con estas creaciones los estalinistas y reformistas de todo plumaje intentaron unir en un mismo frente electoral a las organizaciones de izquierdas junto a organizaciones de la derecha, que representan en la mayoría de los casos la sombra de la clase dominante, al objeto de bloquear con su presencia cualquier posibilidad de poder luchar por medidas audaces y sobre todo que signifiquen cambios fundamentales en beneficio de la clase trabajadora y los sectores más oprimidos de la sociedad.

        Con estos Frentes Populares, como en definitiva no deja de ser el Pacto Histórico, los dirigentes reformistas se justifican antes las masas de que no pueden continuar hacia adelante en la lucha por la transformación radical de la sociedad, con el objeto de mantener “la necesaria unidad con esas organizaciones de derechas” y ello, según estos dirigentes reformistas “justifican” no poder proceder a tomar medidas totalmente necesarias y serias en beneficio de la clase trabajadora.

         Si en estos momentos se pudiera trazar unas perspectivas de auge y boom de la economía mundial y colombiana, tal vez podríamos valorar que incluso un gobierno como el del Pacto Histórico en Colombia, con algunos dirigentes que se podría pensar que en principio tienen buena voluntad para realizar ciertas  reformas progresivas en beneficio de la mayoría de los colombianos y colombianas, podrían igual tener ciertos éxitos, incluso con políticas que dicen querer “contentar a todos, a los trabajadores y a los empresarios”.  Pero ello está bastante lejos de la realidad y de las perspectivas para el capitalismo mundial y colombiano.

        Una simple mirada atenta a la realidad de la economía colombiana, bajo el absoluto domino que ejercen los capitalistas sobre ella, nos lleva a la única conclusión lógica con respecto a las anunciadas políticas de reformas de Petro y su gobierno. Naufragaran dentro de los estrechos y limitados márgenes del capitalismo colombiano. Más temprano que tarde chocarán radicalmente con la cruda realidad ante sus intentos de contentar a todos: por supuesto no contentarán a los poderosos, que siempre están deseosos de más y más beneficios y chocaran con las necesidades de la aplastante mayoría de la sociedad, que no podrá recoger ni las migajas que caen del banquete constante en el que están los grandes empresarios, oligarcas y banqueros.

        Llegados a ese punto, la clase dominante estará ya si dispuesta, en ese momento, a darles un puntapié en el trasero a Petro y sus ministros, cuando los haya desprestigiado suficientemente ante las masas colombianas, que abran visto cómo sus problemas esenciales continúan o se incrementan durante este periodo.

La lucha de clases es el motor de la historia

Al principio decíamos que el presidente Petro ha realizado un llamado a la movilización social en las calles, en apoyo al las reformas del gobierno contra los ataques desde la Fiscalía General, de Francisco Barbosa. De forma rápida se convocaron manifestaciones y concentraciones en todo el país para el 8 de febrero.

         Ello puede ser un importante punto de partida, que debe ser tomado con las dos manos por las organizaciones obreras y de izquierdas colombiana, al objeto de exigir al gobierno Petro que aplique ya en el terreno decisivo de la práctica sus promesas electorales, que por supuesto incluían, se lo recordamos una vez más “TOLERANCIA CERO CON LA CORRUPCION”.

        Pese al mundo de las fantasías y promesas vanas, se impone explicar abiertamente que bajo el capitalismo no es posible satisfacer las cada vez más importantes necesidades de la aplastante mayoría de la población. Es una cuestión de primer orden explicar y organizar a los trabajadores, a la juventud y al conjunto de los oprimidos que es totalmente necesario organizarnos de abajo arriba, en Comités democráticos, para discutir un plan para luchar contra los problemas que padecemos y la necesidad de un programa que debe  incluir la expropiación de las grandes fincas, las grandes empresas, las empresas multinacionales y la banca, con el objetivo de planificar democráticamente la economía y ponerla a funcionar para satisfacer las necesidades sociales existentes.

Bancarrota capitalista

        En estos momentos oficialmente el desempleo está situado , final de 2023, en una tasa del 10,7%, que casi duplica la tasa de desempleo entre la juventud.  Esto en un país en donde la gran mayoría de la población, un 50 % de economía informal.  Además las cosas irán a peor, pues la economía colombiana esta en estos momentos entrando técnicamente en crisis, en un periodo de recesión: en el primer trimestre de 2023 el PIB creció un 3%, en el segundo trimestre el PIB tuvo ya un decrecimiento del -0,4% y en el tercer trimestre del año pasado el decrecimiento fue del -0,3%.

        Existe una situación social terrible. No somos negativistas, sino realistas. Una parte importante de las familias hace ya mucho que no pueden disponer diariamente de tres, ni siquiera en muchos caso dos, comidas diarias, teniendo que rebuscar como pueden el poder comer una vez al día. Existe oficialmente una tasa de pobreza que afecta al 40% de la población, con una afectación de la pobreza extrema del 15%. Eso es totalmente intolerable, viendo “islas” de un puñado de ricachones que nadan en la abundancia más repugnante.

        Intentar dar solución a estos problemas desde dentro de la lógica del sistema capitalista es una burda ilusión, inviable absolutamente.  Tras los mezquinos y raquíticos programas de ayudas sociales que implanto el reaccionario gobierno de Duque durante la Pandemia mundial del Covid19, el nivel de la Deuda colombiana se ha disparado de tal forma que es prácticamente impagable, situándose en la escalofriante cifra de más de 826 billones de pesos colombianos. En pocas fechas veremos a los buitres del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial exigir al gobierno Petro no solo que no invierta más, sino que las escasas inversiones actuales sean drásticamente recortadas. Las tijeras de los recortes comenzaran por el gasto social, de cara al objetivo permanete de la burguesía de que el peso fundamental de la crisis de su sistema social recaiga sobre los hombros de los trabajadores y el conjunto de los sectores mas débiles de la sociedad.

      Es necesario desde ya decir la verdad, cara a cara, a los trabajadores colombianos. Si el capitalismo continua en pie se nos ara pagar las consecuencias de su crisis orgánica. Debemos prepararnos para luchar seriamente por una alternativa que plantee la transformación socialista de Colombia, como única alternativa de un futuro digno para las masas. La lucha por dotarnos de un genuino gobierno de los trabajadores ya comenzó. Debemos prepararnos para que la clase obrera tome las riendas del poder real en sus manos, comenzando por el control democrático del conjunto de las palancas fundamentales de la economía, que deben ser expropiadas a la clase dominante, que solo tiene objetivos mezquinos de beneficios para ellos solos como elite en el poder.

        Las organizaciones sociales, sindicales y políticas de la izquierda tenemos la obligación, no solo de luchar contra los planes reaccionarios del Fiscal Barbosa contra Petro, sino de luchar por poner fin al verdadero infierno social al que nos tiene obligado a vivir la clase dominante.

        Está muy bien, como primer paso, que más de 100 organizaciones sociales en los territorios hayan llamado ya a la movilización en las calles y que estén explicando que “Desde la posesión del presidente Petro, varios funcionarios y entes de control están perpetrando una estrategia de desestabilización del Gobierno”.  Ese es un punto de partida y un camino a seguir. Solo la movilización de las masas en las calles pueden poner freno a las provocaciones e intentonas de los reaccionarios y ya hemos demostrado en la historia reciente de que tenemos fuerzas suficientes para no solo luchar, sino para vencer en esa lucha. Debemos y tenemos que confiar solo en nuestra capacidad de lucha en nuestras fuerzas, frente a la derecha, la reacción ya la clase dominante colombiana.

        Tenemos que tener claro algo fundamental, como es que solo los trabajadores, la juventud, los campesinos pobres y el conjunto de los oprimidos colombianos tenemos realmente interés y fuerzas necesarias  para dar el combate de verdad por una sociedad basada en la justicia, la libertad y la igualdad social. Solo nosotros podemos y debemos organizar la lucha por poner fin a la corrupción y a la violencia del sistema, garantizando con nuestra lucha el pleno respeto al conjunto de nuestros derechos democráticos y un futuro digno. Podemos y debemos enfrentar esta lucha para que la sociedad funcione sobre la base de nuestros intereses, masacrados y machacados por la clase dominante y sus gobiernos hasta ahora.

        Estas más de 100 entidades y organizaciones de la sociedad civil en los territorios expresó su “profunda preocupación política desatada en contra de nuestro gobierno y del presidente, nominado al Premio Nobel de Paz, Gustavo Petro.  Desde la posesión del presidente Petro, varios funcionarios y entes de control están perpetrando una estrategia de desestabilización del Gobierno, extralimitándose en sus funciones, desconociendo la Constitución, las leyes y los tratados internacionales”.

         La conclusión a lo que dicen parece obvia a cualquiera que piense seriamente: es necesario pegar un golpe fuerte sobre la mesa y basándonos en la movilización social apartar de un plumazo, ya, a todos estos reaccionarios, que a lo único que aspiran es a tener la oportunidad de establecer un nuevo gobierno de la reacción, garante de los beneficios de las 80 familias que controlan la economía y la sociedad colombiana.

            En estos días también hemos tenido ocasión de leer y escuchar otros tipos de apoyo, que en nuestra opinión no son tan importantes para lo que está en juego y que pueden con ello hacernos desviar la atención sobre cuáles son nuestros objetivos de fondo.

        Así el autollamado  “Grupo de Puebla”, un foro político y académico, que está integrado por, teóricamente, representantes de la izquierda política latinoamericana y europea, ha venido a manifestar que “la persecución judicial contra el jefe de Estado colombiano está deteriorando la democracia del país …   El Grupo de Puebla expresa su profunda preocupación por la campaña de judicialización de la política (lawfare) que vienen adelantando contra el presidente Gustavo Petro, su familia y su gobierno, el fiscal general Francisco Barbosa y la procuradora Margarita Cabello, integrantes reconocidos de la derecha colombiana, que hoy se encuentra en abierta oposición al gobierno progresista de Petro”.

         El documento que el “Grupo Puebla” ha sido firmado por diferentes líderes latinoamericanos y europeos, como los expresidentes de Colombia y Ecuador, Ernesto Samper y Rafael Correa.   Igualmente firman también Marco Enríquez Ominami, excandidato presidencial de Chile; Irene Montero, exministra de Igualdad de España; Andrés Arauz, excandidato presidencial de Ecuador; Daniel Martínez, excandidato presidencial de Uruguay; Verónica Mendoza, excandidata presidencial de Perú; Ricardo Patiño, ex canciller de Ecuador; Carlos Ominami, exministro de Gobierno y Economía de Chile, Gabriela Rivadeneira, ex asambleísta de Ecuador; Ana Isabel Prera, exministra de Cultura de Guatemala; Esperanza Martínez, senadora de Paraguay; Hugo Martínez, ex candidato presidencial de El Salvador; Carlos Sotelo, ex senador de México; Camilo Lagos, ex diputado de Chile.  Por parte colombiana estuvieron presentes los senadores María José Pizarro, Clara López, Iván Cepeda David Racero; representante a la Cámara.

         Todo ello parece positivo y viene a indicar que en la medida en que el gobierno de Petro comenzara a practicar una genuina política en favor de los más necesitados de la sociedad, sin lugar a duda su apoyo crecería vertiginosamente, tanto interna como externamente.  Es verdad que algunos de estos del “foro político y académico” del llamado Grupo de Puebla, podrían abandonar ese apoyo, cuales auténticas ratas que abandonan los buques cuando comienzan periodos turbulentos. Pero dialécticamente los apoyos entre la clase obrera, la juventud y los oprimidos den Colombia, en Latinoamérica, en Europa y en todo el mundo aumentarían y fortalecerían la lucha, sin duda alguna.

         Colombia es un país rico en muchísimos aspectos, comenzando por sus grandes recursos naturales.  No existe ninguna justificación objetiva por la cual un país como Colombia tenga que padecer las enormes penurias y necesidades que sufre grandes sectores de su población. Cifras oficiales nos indican que un 40% de sus habitantes sufren de la pobreza, hambre y necesidades de todo tipo.

         Es claro que los recursos para que todos tengamos nuestras necesidades cubiertas están ahí, en el seno de la sociedad. El único pequeño gran problema que existe es que estos recursos están lejos del alcance de la gran mayoría de la población, en manos de un pequeño puñado de parásitos sociales, que de forma repugnante viven en “paraísos terrenales, rodeados de océanos de miserias”. Los datos que ofrecen, por ejemplo, la revista Forbes son más que elocuentes de todo ello.

         Aquí los datos que desprenden los 10 individuos (hombres y mujeres) más ricos en Colombia, a día de hoy:

 1.-      Luis Carlos Sarmiento Angulo (Nº. 200 en ranking global): Dueño del Grupo Aval lidera la lista nacional, pese a la crisis financiera que sufrió en el 2020. En su conglomerado están los Bancos de Bogotá, AV Villas, Banco de Occidente, Banco Popular, entre otros.

Según Forbes Sarmiento es parte de uno de los sectores que más vieron afectadas sus rentabilidades y utilidades durante el 2020, por la crisis de la pandemia.  Esta afectación propicia que incrementara sus “provisiones de Cartera”, por si acaso “las moras crecían más de lo previsto.

 2.-       David Vélez (Nº. 539 en ranking global): Entro este año en la lista, pero con una total consolidada en la misma, como el segundo hombre más rico del país. Es considerado el primer multimillonario colombiano ligado a la industria tecnológica. 

El antioqueño David Vélez, dueño de Nubank, un banco digital que fundo inicialmente en Brasil, pero que ahora tiene más de 30 millones de usuarios y una destacada presencia en México, además de Colombia.

Según Forbes posee una fortuna que supera ampliamente los 5.200 millones de dólares, que aproximadamente al cambio monetario actual supera con creces los 17 billones de pesos. 

3.-       Beatriz Dávila de Santo Domingo (Nº. 752 ranking global): Primera mujer en el ranking. Su mérito es ser la heredera de las fortunas de su esposo y de su padre. Dice dedicarse a la Filantropía y al Arte, como no.

Fue presidenta honoraria de la Fundación Mario Santo Domingo, que dice apoyar diferentes expresiones artísticas en el país y de paso evadir impuestos.  

La viuda de Julio Mario Santo Domingo, según Forbes, posee una fortuna por encima de los 3.900 millones de dólares.

 4.-       Jaime Gilinski Bacal (Nº. 775 ranking global): Propietario de la empresa “Gilinski Group”.  Pese haber descendido dos posiciones en la lista, lleva ya varios años en ella, persistiendo en el tiempo en la “lista de parásitos sociales”. Dice ser “banquero, empresario y agente de la edificación” colombiano.

 5.-       Alejandro Santo Domingo (Nº. 1.064 ranking global): Este individuo dice ser “empresario e inversionista colombo-estadounidense”.

Su fortuna es fruto exclusivo de ser hijo del empresario Julio Mario Santo Domingo y la socialite Beatrice Dávila, ambos de Colombia. Tras morir su padre fue quien se hizo cargo de “los negocios familiares”, en calidad de director ejecutivo del Grupo Santo Domingo y su activo Valorem.

 6.-       Carlos Ardila Lülle (Nº. 1.362 ranking global): Este multimillonario, aunque baja un puesto en la lista Forbes, es conocido por ser dueño de las empresas de la “Organización Ardila Lülle”, en donde podemos encontrar las empresas de medios de comunicación como RCN Televisión, y RCN Radio. Igualmente, sus negocios abarcan conocidas marcas de bebidas gaseosas de “Postobón”, al igual que la “Central Cervecera de Colombia”, con intereses en el Equipo profesional de fútbol “Atlético Nacional”.

 7.-       Hermanos Cortés Osorio e hijos (Grupo Bolívar): El Grupo Bolívar está liderado por Miguel Cortés Kotal, hijo de José Alejandro Cortés, cuyo padre y tío fundaron Seguros Bolívar, allá por el año 1939.

En las últimas ocho décadas esta ilustre familia vampira ha ido creando un auténtico “emporio empresarial”, en el que se incluyen bancos, seguros, construcción, así como otros tipos de inversiones.

 8.-       Hermanos Pacheco Cortés (Mercantil Colpatria): Este Holding cuenta en la actualidad con siete grupos de negocio, con presencia además de en Colombia en Canadá y dos empresas en Panamá.  “Mercantil Colpatria” incluye entre otras empresas a:

-Colpatria Constructora

-Olimpia (soluciones de ciberseguridad, seguridad biométrica y e-commerce)

-Axa Colpatria

-Colpatria Capital

-Colpatria (unidad de capital privado).

 9.-       Hermanos Echavarría Olázaga e hijos (Corona): Destacada familia de grandes empresarios de Antioquia.

Echavarría Misas compró la fábrica “Locería Colombiana”, origen de la Organización Corona, que fue dirigida por Hernán Echavarría Olázaga, junto a sus hermanos Elkin, Norman y Felipe. Con el tiempo la familia dio vida a la Fundación Corona, que además de permitirles “ahorrar en el pago de impuestos”, los sitúa entre los más ricos del país y el continente.

 10.-     Manuel Santiago Mejía (Alkosto): Igualmente uno de los más grandes empresarios de Antioquia. En la Universidad de Antioquia se hizo economista, tiene un MBA en la Universidad de South Illinois. Su padre, Santiago Mejía Olarte, fundo con anterioridad el llamado “Grupo Empresarial Antioqueño”.

             En sus mundos de “idilios” los reformistas de todo tipo, incluimos en esta categoría política al presidente Gustavo Petro, imaginan que es posible conseguir, mediante reformas progresistas, hacer que el capitalismo tenga un “rostro más humano”. Ello tiene bastantes implicaciones prácticas, que, a la larga afecta de forma decisiva a la suerte futura de los trabajadores, la juventud, los campesinos pobres y el conjunto de los sectores oprimidos en la sociedad bajo el capitalismo.

          En primer lugar, nunca en la historia ha sido posible, en última instancia, conciliar, como imaginan nuestros reformistas, los intereses vitales de la aplastante mayoría de la población, de las familias trabajadoras y los intereses vitales de los grandes empresarios, oligarcas y los imperialistas. Un simple examen de la verdadera naturaleza de las enormes cantidades de riquezas que están en manos de ese puñado de superricos, en Colombia o en cualquier otro país del mundo, nos lleva a la conclusión objetiva de que todo eso procede de la explotación, el sudor y la sangre de la clase trabajadora.

        Es por ello que insistimos en un punto clave: si Petro y su gobierno quisiera realmente cumplir con sus promesas electorales para con los trabajadores, la juventud, los campesinos pobres y con el conjunto de los oprimidos de Colombia, los mismos que fueron los que lo llevaron hasta la presidencia del gobierno, no vacilaría un solo momento, no mostraría esas "dudas" con respecto a lo que hacer y cómo hacerlo, estaría actuando en el terreno de la práctica para hacerlas realidad.

          Es una falacia hablar de una auténtica reforma agraria sin plantear claramente que hay que expropiar a los grandes oligarcas, a los que concentran en sus manos el grueso fundamental de las tierras productivas en el país.  Esos tienen nombre y apellidos y sus dominios están plenamente identificados. 

        El poder garantizar empleos dignos y bien pagados a los trabajadores, haciendo que se respeten escrupulosamente los derechos laborales, es totalmente incompatible con el hecho de que esas empresas continúen en manos de esos grandes empresarios, los cuales solo tienen en cuenta sus balances económicos, el obtener enormes beneficios sobreexplotando a los trabajadores, al tiempo que tienen contratados buenos contables para mantener contabilidades "secretas y en negro" de esas mismas empresas. 

        Poder ofrecer financiación a la población, incluidas a las empresas y organismos públicos, sin que veamos aumentar los déficit y deuda públicas de forma salvaje, es inviable mientras el sector financiero continúe en manos de los grandes banqueros, que solo entienden de obtener más y más beneficios a costa de cada simple operación que hacen los ciudadanos. Hay que expropiar sin indemnización al conjunto del sistema bancario y financiero, que son simples vampiros que viven de la sangre de la población.

         Como decía el fundador del socialismo español, del PSOE y el sindicato UGT, Pablo Iglesias, “o estas con la burguesía o estas con los trabajadores. No puedes estar con ambas clases al mismo tiempo".  Desde aquí animamos, por supuesto, a los trabajadores, a los jóvenes y al conjunto de los sectores oprimidos de Colombia a salir a las calles, comenzando este próximo 8 de febrero, para mostrar una firme exigencia al gobierno de Petro a romper definitivamente con la clase dominante, a dejar de asustarse de los reaccionarios y actuar valientemente en contra de ellos. El caso concreto del Fiscal General, Francisco Barbosa es un ejemplo más, pero ni mucho menos el único.

           Pero al mismo tiempo instamos a que los trabajadores, los jóvenes y los oprimidos debemos comenzar a exigir al Gustavo Petro a romper todo tipo de lazos y uniones falsas que mantiene con derechistas reconocidos o de jugando a “esconderse” aún. Algunos de esos derechistas, desgraciadamente están incluso dentro del propio gobierno, esperando el momento propicio para poder traicionar desde dentro a la izquierda y a las masas colombianas.

         Siendo absolutamente claros, aquí y ahora solo caben dos posibilidades finalmente: Petro acaba sometiéndose en todos los aspectos fundamentales a la clase dominante, a los poderosos, o basándose y apoyándose en la mayoría de la sociedad colombiana comienza a dar pasos serios a enfrentarse a esas 80 familias superricas del país, procediendo a nacionalizar, expropiando bajo el control democrático de los trabajadores las palancas fundamentales de la economía, con el objetivo de realizar un Plan económico serio para satisfacer el conjunto de las necesidades de la sociedad, en materias como la Salud, la Educación, el Empleo, la Seguridad, la Vivienda y la propia alimentación de la población. NO EXISTEN, NI EXISTIRAN, VIAS INTERMEDIAS.

           Expropiar a estos 10 magnates, a los multimillonarios y sus familias, que están ligados por miles de lazos visibles e invisibles con los oligarcas de la tierra, los grandes empresarios, los banqueros y las multinacionales, es el paso previo para que podamos hablar seriamente del objetivo necesario de comenzar a solucionar los problemas endémicos que padecen los 48 millones de colombianos y colombianas, para aspirar que vivan dignamente como verdaderos seres humanos.

          En última y decisiva instancia esta es la única elección vital a tomar y que no es otra que: con las 80 familias de multimillonarios o 48 millones de colombianos que merecemos un presente y un futuro digno de ser vivido realmente.

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