ESPAÑA... ¿TRAS LA HUELGA, QUE?...

Necesitamos Avanzar por el Cambio de la Sociedad

 

Salvador PEREZ

             Pretendemos con este artículo tratar la situación en el Estado español, tras la Huelga General celebrada el 29 de marzo, que pensamos supone un punto de inflexión en la situación, desde un doble punto de vista: cual es la situación real, objetiva, que atravesamos y cuales son las tareas que tenemos por delante para hacer avanzar la situación desde un punto de vista positivo para los trabajadores.

                     El Estado español tiene el triste records en la Unión Europea de tener una brutal cifra de desempleados, de condenados al paro forzoso por el sistema. Más del 23 por ciento de la población en edad de trabajar son parados oficiales y esta cifra va a más del 50 por ciento entre los jóvenes, en unas cifras que sobrepasan los 5,3 millones. En este contexto de verdadero drama social, el gobierno de la derecha, del Partido Popular, esta embarcado en una sistemática política de reducción del gasto publico, con recortes históricos que amenazan con llevar los niveles de pobreza por encima del 25% de la población. La educación, la sanidad pública, las pensiones, la atención a los enfermos,… está todo siendo puesto en jaque. Millones de personas son, literalmente, empujadas al precipicio de la desprotección y la pobreza absoluta.  En medio de toda esta situación el gobierno de la derecha aprobó una llamada ‘reforma laboral’, que como hemos explicado, ha supuesto el mayor ataque histórico a los derechos laborales y sociales de los trabajadores desde los tiempos de la dictadura del General Franco.

                   Toda esta situación ha estado presente en la participación de más de 10 millones de trabajadores en la Huelga general del 29 de marzo. Ha sido la acumulación de ataques de la clase dominante a los trabajadores, con la ‘gota que colmo el vaso en el ‘CONTRARREFORMA LABORAL’, la que ha obligado a los dirigentes sindicales a convocar la Huelga General. Poco antes de su convocatoria los dirigentes estaban empeñados en ‘pactar, en llegar a acuerdos’. La presión del movimiento obrero frente a los sostenidos ataques laborales y sociales, con un cabreo, una rabia y una ira creciente, ha sido la que hizo cambiar de aptitud a los dirigentes sindicales, que como siempre ocurre en estos acontecimientos, han demostrado una y otra vez estar a la derecha del movimiento obrero.

                 Más de 130 manifestaciones culminaron la exitosa Huelga General del 29 de marzo. A tan solo 100 días de constituido el gobierno del PP, presidido por Mariano Rajoy, este se ha visto enfrentado al movimiento obrero en la primera batalla. Pero esto es una guerra, una guerra de clases, y como en toda guerra después de la primera batalla vendrán el resto. La primera batalla ha sido claramente una demostración de fortaleza de los trabajadores frente al gobierno, a pesar de todos sus esfuerzos mediáticos de minimizar la huelga y sus efectos.

                 Por mucho que los ministros y despreciables politiquillos del Partido Popular, acompañando en sus intereses a los grandes empresarios y banqueros, hayan intentado hablar de fracaso de la huelga, esta demostró precisamente lo contrario. Más del 80 por ciento del movimiento obrero secundo la huelga contra el gobierno. Los batallones pesados de los trabajadores han participado activamente en la lucha y ello tendrá repercusiones en el próximo periodo.

          Metal, automoción, construcción, transportes, minería, química,… han paralizado la producción en el país, participando cientos de miles, de 1,5 a 2 millones de trabajadores, en las manifestaciones que han recorrido de ancho a largo toda la geografía del país. El propio gobierno que desprecio públicamente la huelga ha tenido que reconocer más de 800.000 personas participando en las manifestaciones.

        El gobierno saco a la calle, en un claro intento de amedrantar al movimiento obrero, a miles de policías antidisturbios, los cuales iban cargados de todo el material antidisturbios imaginable. Los incidentes fueron mínimos, sobre todo porque los ‘piquetes’ de trabajadores en huelga tenían poco labor debido al seguimiento masivo de la misma. A pesar de ello, más de 140 huelguistas fueron detenidos y más de 60 resultaron heridos, fruto de las reaccionarias órdenes que llevaban las unidades de policías de intentar crear incidentes con los que presentar a la opinión pública a los huelguistas como violentos.

                      Por ilustrar con un ejemplo los efectos reales de la movilización, del éxito de la Huelga General, decir que en Madrid cientos de miles de trabajadores se manifestaron desde la Plaza de Neptuno hasta la Puerta del Sol, gritando y coreando consignas contra la Contrarreforma Laboral. Oficialmente el gobierno ha reconocido más de 170.000 manifestantes, en la que sin duda era la manifestación que reuni9o más gente de las habidas en las últimas protestas convocadas por los sindicatos en la capital. Según algunos medios informativos, como el diario ‘El País’, “hubo casi el doble de personas que en la manifestación con idéntico recorrido y por el mismo motivo tras la huelga general contra la reforma laboral del Gobierno socialista en septiembre de 2010”.

                    En el País Vasco, una región que tiene un alto componente industrial en su actividad económica, al igual que en el conjunto del norte de España, la convocatoria fue secundada por más del 95 por ciento de la clase obrera. Las Comunidades Autónomas con más población, como Andalucía, Madrid, Cataluña o Valencia, el seguimiento de la Huelga General también registró un ÉXITO TOTAL EN EL CONJUNTO DE LOS SECTORES PRODUCTIVOS.

                   El gobierno, presionado claramente por los grandes empresarios, banqueros e imperialistas de la Unión Europea, intenta dar la impresión de que nada le afecta, que seguirá adelante sin más con su política. La ministra de Empleo, Fátima Báñez afirmó rápidamente que “la parte fundamental de la reforma laboral seguirá en pie pese al paro general”, al tiempo que dijo que el gobierno continuará con su agenda de ‘reformas’. Pero esta es una falsa imagen que no se corresponde con la realidad, con el indudable impacto que la huelga ha causado en un gobierno que nota y siente el golpe que le ha dado el movimiento obrero.

                    En estos momentos la pregunta que esta en mente de todo el mundo es ¿y ahora que continúa? El gobierno sabe que esta sentado sobre un verdadero polvorín de pólvora y teme que le explote todo en sus traseros. Los dirigentes sindicales están esperando una ‘respuesta positiva del gobierno tras la huelga, pero es claro para quien desee ver que esta no llegara por si sola, sin que el movimiento obrero ponga más ‘carne en el asador’. Un grueso importante de trabajadores, sobre todo aquellas capas mas experimentada en la lucha y consciente, sabe que ahora correspondería con la situación dar un paso adelante decisivo, que desequilibre la balanza en favor de los trabajadores: SERIA NECESARIA LA CONVOCATORIA YA DE UNA NUEVA HUELGA GENERAL DE 48 HORAS, que ponga el gobierno de la derecha de rodillas ante el movimiento obrero, concediendo las reivindicaciones.

                       Durante la jornada de la huelga el secretario general de CC OO, Ignacio Fernández Toxo, afirmó, en una idea 100 por cien correcta, que la protesta continuará, diciendo que “Si el Gobierno no rectifica, habrá un conflicto social creciente. No vamos a parar hasta que no se modifique el contenido de la reforma laboral, y se hará bien patente en la celebración del próximo Primero de Mayo”.

                       Bien es cierto que las dudas embargan a los dirigentes sindicales, que parecen asustados y no desean ir mucho más allá, ofreciendo una “mano tendida al Gobierno”, al que pidieron que abriera negociaciones tras el 29-M, ‘para corregir la reforma laboral’. Sin embargo. Objetivamente el gobierno trata de encajar el golpe y no da respuesta positiva aparentando firmeza. Sin más presión, sin más movilización contundente el gobierno no cederá nada. Eso es claro y por lo que se hace imprescindible la convocatoria rápidamente de una nueva huelga.

             Así lo entienden ya cientos de miles de trabajadores, así irán sacando conclusiones de ello miles de activistas obreros que irán haciendo sentir a los direcciones sindicales esa necesidad. La presión por abajo, reflejo de un giro hacia la izquierda en el movimiento obrero puede llevar a nuevas convocatorias de luchas, independientemente del deseo subjetivo de los dirigentes sindicales.

             El ejemplo de Grecia puede dibujar gráficamente la situación objetiva en la que entra el Estado español. Pese a las reticencias de los dirigentes sindicales griegos, el movimiento obrero ha vivido ya más de 18 huelgas generales, en una situación que ha colocado a Grecia ante la perspectiva de una situación revolucionaria.

           Los llamados ‘mercados’ están a la espera de comenzar a descuartizar a la economía española, al igual que han hecho ya con Grecia, a la cual han abocado irremediablemente hacia la bancarrota, hundiendo en la miseria a las masas. Todos los indicadores económicos españoles están en ‘rojo’. La economía entro ya oficialmente en recesión y las perspectivas no son desde ningún punto de vista optimistas. Los especuladores empujaran fuertemente para sacar la máxima tajada de beneficios rápidos en estos momentos y ello lo harán reclamando, como ya están haciendo hace meses, ataques y mas ataques contra el movimiento obrero.

                          En estas circunstancias la llamada ‘paz social’ esta descartada, en el Estado español y en el conjunto de Europa. Procesos de luchas crecientes son inevitables debido a la situación objetiva. Para los trabajadores y desposeídos de la sociedad la mejor y única garantía de éxito en la lucha es la de dotarse lo antes posible de una dirección y un programa que conduzca la lucha hacia la transformación socialista de la sociedad, acabando con la podredumbre que supone hoy en día la existencia del capitalismo para el 99 por ciento de la población.  No tenemos ninguna duda, al igual que la burguesía europea esta planteando que la situación en España es clave para el futuro del Euro y de la Unión Europea, que una lucha exitosa de los trabajadores en el Estado español, con un triunfo sobre la burguesía, será clave en el proceso de la lucha revolucionaria de la clase obrera europea por transformar la sociedad. Una Europa socialista será una brillante luz que ilume el conjunto del movimiento obrero mundial en la lucha por un mundo socialista, sin explotadores ni explotados.