EL MOMENTO PARA CAMBIAR LA SOCIEDAD
A 100 años Muerte de Lenin,
A 84 del asesinato de Trotsky
Desde antes de su asesinato, los epígonos de Stalin no hicieron otra cosa que “contar mentiras y cuentos de hadas falsas” a los trabajadores y jóvenes de todo el mundo sobre cuales fueron y son las verdaderas ideas de Trotsky. Siempre han intentado presentarlas como opuestas a las ideas de Lenin, el otro enorme y gran dirigente y teórico de la revolución proletaria de octubre del 17 en Rusia.
Sin embargo, la realidad fue y es muy distinta a como las cosas siempre nos las intentaron dibujar en la historia los viejos burócratas estalinistas. Podemos decir categóricamente que en los momentos decisivos de la revolución no se pueden encontrar diferencias fundamentales entre las ideas de ambos revolucionarios, entre Lenin y Trotsky. Tan es así, que en aquellos momentos los obreros rusos e internacionalmente (por ejemplo, Rosa Luxemburgo también lo llamaba así en sus escritos en aquellos días), el Partido Bolchevique era conocido como “el Partido de Lenin y Trotsky”.
Basados genuinamente en las ideas y la teoría del marxismo internacionalista revolucionario, estos dos grandes hombres llegaron, estando situados a miles de kilómetros uno del otro en aquellos momentos, a las mismas conclusiones y necesarias políticas para afrontar los acontecimientos revolucionarios que estaban teniendo lugar. Ambos, en común, llevaron a la Revolución Rusa a la victoria en 1917, situando al Partido Bolchevique a la cabeza del proletariado, los soldados y campesinos revolucionarios.
Y
ambos tenían la misma comprensión de la necesidad de la revolución
internacional, mundial. En aquellos momentos nadie, comenzando por el propio
hombre gris de aparato llamado Stalin, se hubiera atrevido con mucho éxito a
defender esa aberrante teoría antimarxista del “socialismo en un solo país”.
Solo y tan solo después de la muerte de Lenin, cuando la Casta burocrática en
formación estaba dando pasos hacia su consolidación en el poder, fue cuando
comenzaron a aparecer este tipo de teorías antimarxistas y reaccionarias, que
acabaron por destruir al propio Partido Bolchevique.
En ese periodo solo un titan revolucionario como León Trotsky continuó defendiendo las verdaderas ideas y el genuino legado revolucionario del bolchevismo, del leninismo, en contra de la contrarrevolución burocrática de Stalin. Y aquí, en esta defensa de las ideas, de las tradiciones del bolchevismo, es donde podemos encontrar la razón última del porqué, como antes habían sido exterminados todos los demás miembros del Comité Central del Partido Bolchevique en vida de Lenin, también el destino de Trotsky estaba marcado por Stalin para su muerte, su asesinato.
Hoy, 84 años después de su asesinato, podemos recordar sus palabras escritas en lo que se conoce como su testamento político, que muestran el verdadero carácter del “viejo”, el del optimismo revolucionario ante el futuro de la humanidad, frente al océano que le rodeaba de miseria política, intelectual y moral de los estalinistas y reformistas, que condenaron una y otra vez a la clase obrera a sufrir derrotas tras derrotas.
Trotsky escribió de su pluma en ese testamento lo siguiente:
“Mi fe en el futuro
comunista de la humanidad no es hoy menos ardiente, aunque sí más firme, que en
los días de mi juventud.
Natasha se acerca a la ventana y la abre desde el patio para que entre más aire en mi habitación. Puedo ver la brillante franja de pasto verde que se extiende tras el muro, arriba el cielo claro y azul, y el sol brilla en todas partes. La vida es hermosa. Que las futuras generaciones la libren de todo mal, opresión y violencia, y la disfruten plenamente".
Los marxistas hoy, los genuinos herederos de las ideas de Marx, Engels, Lenin, Trotsky, Rosa Luxemburgo... solo tenemos que mirar a nuestro alrededor para ver como los viejos reformistas de todo pelaje están en absoluta bancarrota política, presos de la crisis capitalista y los viejos estalinistas están reducidos a una mínima expresión, una sombra de lo que fueron e igualmente en bancarrota política total. Tenemos el deber y el derecho a mirar hacia nuestra clase, con plena confianza en ella para abordar sus tareas históricas de cambiar revolucionariamente la sociedad. En estos próximos años veremos como el capitalismo es arrojado al cubo de la basura histórica, como un sistema inservible y veremos el ascenso de la clase obrera a la dirección de la sociedad humana, bajo un nuevo Sistema social, el socialismo, que llevara al mundo a una época sin padecimientos, sin necesidades y miserias,... sin las aberraciones actuales.
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