SUS SEÑORIAS JUEGAN AL MUS
La inestabilidad se instala
en la política
Alberto Arregui - Miembro de la
Presidencia Federal de IU
www.eldiario.es
La
atención de una gran parte de la población está centrada en las negociaciones
para la hipotética formación de un nuevo gobierno. Se cruzan las apuestas entre
esta difícil opción y la repetición de las elecciones. La ruptura de la tradicional
alternancia entre el PP (o partido de la derecha equivalente) y el PSOE es, en
sí misma, un factor de inestabilidad y, por tanto, de incógnita sobre el
futuro.
En
el último año se ha centrado la vida de la sociedad en el terreno electoral, lo
que no deja de ser una paradoja que violenta el curso que los acontecimientos
habían tomado. No es superfluo este cambio, ya que todo el movimiento que ha
caracterizado la última época tenía entre uno de sus más potentes impulsos el
rechazo a la representatividad demostradamente falseada, que las instituciones
hacen de la voluntad popular.
Instituciones
y movilización
De
forma un tanto tosca, se había abierto paso uno de los secretos mejor guardados
de la democracia burguesa: las instituciones no están para encauzar los cambios
sociales, sino para frenarlos, para defender el statu quo.
Ese
era un gran avance en las conciencias que se están encargando de ralentizar los
nuevos tribunos del pueblo. Los cambios se conquistan en las calles, en las
fábricas, en las movilizaciones. Las acciones de la PAH, o las huelgas
generales han hecho más que cualquier discurso en el parlamento; al fin y al
cabo las normas legales no se adelantan a los procesos sociales, al contrario
las leyes en general y las constituciones en particular, son el resultado de la
correlación de fuerzas entre las clases, el producto que refleja las victorias
o las derrotas que se han fraguado con la participación activa y consciente de
las distintas fuerzas sociales.
He
aquí otra de las características distintivas del período que hemos vivido en
los últimos cuatro o cinco años, la de comprender que las estructuras de los
partidos de izquierdas estaban institucionalizadas, esclerotizadas, alejadas de
la calle, y que era necesario superar eso.
Este
dilema no es algo nuevo, aunque lo sea en la conciencia de mucha gente; más
bien se trata de una tensión permanente, ser capaces de mantener la fidelidad a
los intereses del pueblo trabajador (la defensa de un programa de
transformación socialista de la sociedad) huyendo de dos tentaciones
permanentes, la de la adaptación al sistema y a sus telas de araña
institucionales, y no caer en una actitud anarquista despreciando la
importancia de utilizar esas instituciones para defender los intereses de
nuestra clase. La historia demuestra que el problema nunca se ha resuelto.
El órdago de Podemos
No
deja de ser llamativo que ahora, los que han formado nuevos partidos (Podemos y
Ciudadanos), hayan entrado de lleno en el juego de sillones (el trono, de
momento, no lo mueve nadie). Fácil de comprender en el caso del partido de
Rivera, es simplemente el pie "democrático" del PP, un recambio del
sistema. Pero la actuación de los dirigentes de Podemos, en especial el
llamamiento de su líder Pablo Iglesias Turrión a un reparto de ministerios con
el PSOE (ofreciendo generosamente un sillón a IU, que no lo había pedido),
exige una reflexión más detenida.
¿Alguien
en Izquierda Unida, o en Podemos, piensa que un gobierno con el PSOE, que
además está sometido al apoyo de otros grupos en el congreso de los diputados,
puede desarrollar el programa que hemos defendido en las elecciones?
Claro,
aquellos que han defendido el nefasto gobierno que se llevó a cabo en
Andalucía, a pesar de que fue la puntilla para IU, lo que están defendiendo es
su prestigio, pero no podrán poner un gramo de argumento que lo justifique desde
una perspectiva de clase.
La
mayor parte de la militancia de IU, y también de Podemos, si rechaza al PSOE
es, precisamente, porque los dirigentes de este partido nos han vuelto la
espalda (no a nosotros, sino a sus votantes, y al pueblo), cada vez que han
tenido ocasión.
Cuentan
que Saulo de Tarso, cayó de su caballo y su conciencia se transformó y pasó de
perseguir a la clase obrera, perdón, a los cristianos quería decir, y se
convirtió al socialismo, perdón de nuevo, al cristianismo dicen.
Dudo
que Pedro Sánchez monte el mismo caballo que el santo cristiano. Es más, dudo
mucho que Pablo IT crea en los milagros. Y con este sencillo razonamiento no es
difícil deducir que el dirigente morado está jugando al mus, más que a los
sillones. Es decir, se trata de una jugada de farol, un órdago a la grande, que
no busca un gobierno de izquierdas, sino entrar en una nueva convocatoria de
elecciones en condiciones ventajosas.
Un regalo envenenado para IU
Alberto
Garzón, hizo un planteamiento similar, pero bien distinto, al día siguiente de
las elecciones, hablando de una alternativa a la portuguesa y proponiendo una
serie de cambios legislativos que se podrían aprobar en el congreso de los
diputados como medidas de urgencia en favor de los más desfavorecidos. La diferencia
es cualitativa, no hablaba de ministerios sino de programa, pues se puede
respaldar un candidato del PSOE o de Podemos, frente al candidato de la
derecha, sea del PP o de Cs, y no entrar en dicho gobierno. Y esa es la postura
que la izquierda marxista ha venido defendiendo siempre en las filas de
Izquierda Unida.
Además
Pablo IT, ofrece galantemente un ministerio a IU. La jugada, sin duda, es
completa, pues así en caso de que Pedro Sánchez entre en el juego (algo muy
difícil por la oposición en su propio partido, pero no imposible), no se deja a
nadie a su izquierda.
El
PSOE actual, sus dirigentes (pues sus votantes si lo aceptarían), no va a
aceptar ningún punto de los que IU considera esenciales, como la salida de la
OTAN o la nacionalización del sector eléctrico y del sector financiero, o la
derogación de las reformas laborales, pero tampoco aceptará puntos que Podemos
ha declarado como vitales. Pongamos por ejemplo el derecho de autodeterminación
de Catalunya y los demás pueblos del Estado español, ni la ruptura con las
políticas de austeridad marcadas por la Unión Europea. ¿Cómo compatibilizar el
programa de Podemos (y no hablemos del de IU), con el nuevo recorte de 11.000
millones de euros que exige la UE en el ya famélico presupuesto heredado del
PP?
Los
dirigentes de Podemos saben esto perfectamente, y por eso le hacen al PSOE una
oferta que le coloque en situación de "culpable" de la repetición de
elecciones, o le lleve a los brazos de la derecha. Es llamativo que la
dirección de Podemos (más aún la del PSOE), han colaborado para impedir que IU
tenga grupo parlamentario, ya que aunque los votos en contra vienen del PP y de
Ciudadanos, fue el PSOE quien dio mayoría a la derecha en la mesa del Congreso,
y fue Podemos quién impidió una fórmula que permitiese un grupo a IU en
colaboración con el grupo valenciano.
Sin
embargo, que amable, ofrece "por el millón de votos", un ministerio.
Esto es lo que se llama "un regalo envenenado", con amigos así no
hacen falta enemigos.
La postura de Izquierda
Unida
IU
debe repetir, ya lo ha dicho, que impedirá por todos los medios a su alcance,
un gobierno de la derecha, pero eso no supone traicionar a sus votantes
entrando en un gobierno que haga, al fin y a la postre políticas de derechas.
Ni
el PP se cree sus propias mentiras de que "hemos superado la crisis".
La economía capitalista sigue sumida en una crisis orgánica, que entra en una
nueva fase con la crisis del capitalismo chino, que no da margen para las
viejas políticas de concesiones y "estado del bienestar". Cambiar las
condiciones de existencia de la mayoría de la población no se consigue con
maquillaje, es necesaria una intervención audaz para controlar los resortes de
la economía y un gobierno que no esté dispuesto a ello, como demuestra el caso
de Grecia, se convertirá en el administrador del capitalismo, en el ejecutor de
sus políticas.
Hay
quién pretende comparar esta suerte de gobierno con el PSOE con el gobierno de
Ahora Madrid en el ayuntamiento de la capital. Craso error. No solo porque el
ayuntamiento de Madrid no está gobernado por el PSOE, sino por una coalición
electoral con el apoyo de este partido desde fuera, no solo porque Ahora Madrid
se ha saltado la "regla de gasto" impuesta por el gobierno del PP, es
decir ha roto con las políticas del austericidio, sino sobre todo porque es
cualitativamente diferente. Cito a Rosa Luxemburgo: "Mientras en el
Parlamento o en el Consejo Municipal, podemos obtener reformas útiles luchando
contra el gobierno burgués, ocupando un puesto ministerial solo conseguiremos
esas reformas si apoyamos al Estado burgués. La entrada de los socialistas en
un gobierno burgués no es, pues, como podría creerse, una conquista parcial del
Estado burgués por los socialistas, sino una conquista parcial del partido
socialista por el Estado burgués". Nada que añadir al comentario de la
revolucionaria Rosa.
El
PSOE, para cambiar a una política, no ya a una que merezca el nombre de
socialista, sino simplemente socialdemócrata-keynesiana tendría que estar
dispuesto a una fractura interna, y a una ruptura con las políticas impuestas
por la Unión Europea, y si lo primero es difícil, lo segundo está hoy por hoy
descartado.
También
le va a crear muchos problemas y fracturas dar paso a un gobierno de la
derecha, que es su otra opción, por eso está atrapado entre dos fuerzas
contrapuestas. La elección es difícil, sobre todo una vez que la oferta de
Podemos le sitúa como responsable del desenlace.
Izquierda
Unida-Unidad Popular, debe ser capaz de tomar la iniciativa, no solo dejando
claro que dará su apoyo a cualquier opción que desbanque a la derecha del
gobierno, sino también ofreciendo un acuerdo más estable, un frente de
movilización con un programa que incluya las principales demandas que se han
formulado por su parte y la de Podemos en el proceso electoral. Le debe tomar
la palabra a los dirigentes de Podemos cuando reconocen la importancia de
nuestro apoyo electoral y exigir que se concrete una alianza de la izquierda
para hacer frente a una hipotética cita electoral, lo que debe incluir un
llamamiento, también, al PSOE, a su militancia para que rompa con los Felipe
González, Pepe Bono y demás elementos de la burguesía y se unan a una
alternativa de clase, con el respaldo de los sindicatos y los movimientos
sociales.
Nos jugamos demasiado, mucho más que unos sillones, la habilidad con las barajas no dará empleo y sustento a las familias de la clase obrera, pero un frente común basado en la movilización con un programa de transformación social si reuniría la fuerza que necesitamos.
Nos jugamos demasiado, mucho más que unos sillones, la habilidad con las barajas no dará empleo y sustento a las familias de la clase obrera, pero un frente común basado en la movilización con un programa de transformación social si reuniría la fuerza que necesitamos.
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