LUCHA DE CLASES EN ESPAÑA Y EUROPA

ANALISIS PERSPECTIVAS:

Primeras Etapas de la Revolución española - europea

 

Salvador PEREZ

    

         Desde hace meses hemos insistido en este Blog en que estamos ante un nuevo escenario económico, político y social. La existencia del Sistema capitalista supone a estas alturas un freno absoluto al desarrollo de las fuerzas productivas, al avance de la sociedad. Es más, podríamos decir que no solo se frena el avance social, sino que en realidad estamos viendo un claro intento, consciente o inconsciente es lo de menos, por parte de la clase dominante de hacer recaer a la sociedad hacia el precipicio de la barbarie social.

     

      Europa se está convirtiendo en una potente fuente de conflictos, que está haciendo avanzar a los acontecimientos de forma clara hacia la senda de la revolución y contrarrevolución. Ello no ocurre de forma ‘gradual’, sino como la vida misma, en base a saltos dialecticos. Cambios repentinos, bruscos y de gran dureza se están viviendo y los próximos meses y años serán testigos de muchos más.

        

                Al mismo tiempo que dimos la bienvenida a movimientos de luchas espontáneos que se vinieron a desarrollar durante todo el año pasado, fruto fundamentalmente de la incapacidad de las direcciones reformistas del movimiento obrero de ofrecer nada, anclados en su adaptación al sistema social, estos movimientos que continúan desarrollándose (15M en España, … Ocupar Wall Street en EEUU) son la confirmación que hemos entrado en esta nueva etapa, que sin duda será de radicalización social hacia izquierda y derecha, una etapa que ya estamos viendo claramente que conduce objetivamente al desarrollo de procesos revolucionarios.

       

        Que graciosas resultan ahora las declaraciones formales e informales de los burgueses y sus estrategas, muchos de ellos infiltrados en el movimiento obrero, de que ‘la revolución es cosa del pasado’. La cruda realidad les está dando en las narices a todos ellos, que no encuentran en esta etapa un rincón seguro donde esconder sus traseros.

    

         Dijimos que movimientos como el 15M mostraban, en líneas generales, lo inevitable del conflicto social, que eran los primeros síntomas del avance objetivo del proceso de la revolución. En la medida que el movimiento obrero sufre un ‘tapón’ por parte de sus ‘dirigentes’, que se niegan a organizar y preparar la lucha, esta se desarrolla en sus primeros combates en términos podemos llamar como espontáneos, en donde participa principalmente la periferia del movimiento. Cuando la clase obrera entre en acción, todo el panorama cambiara objetiva y subjetivamente. 

         

          Pero que el desarrollo del proceso revolucionario se está dando en estos momentos lo demuestra todos los hechos que estamos viendo el desarrollo, por ejemplo, de  magnificas luchas de los estudiantes en España. Comenzando por lo que han venido en llamar la ‘Primavera de Valencia’, esta continua ahora por bastiones fuertes del proletariado como el de Barcelona. Y solo estamos en los inicios del proceso, a pocas fechas de que la derecha reaccionaria ganara por mayoría absoluta las elecciones generales en España, algo que fue visto por algunos como señal de un giro social a la derecha. La lucha de clases sitúa en su verdadero contexto el papel de las instituciones burguesas y condenan a los ‘cretinos parlamentarios’ a la estupidez más absoluta.

       

      El desarrollo de las luchas actuales significan un giro social a la izquierda claro, lo cual dialécticamente está teniendo su contrario, en un proceso que se autoalimenta, en el giro hacia la derecha de la clase dominante y sus gobernantes, que no han dudado lo mínimo en usar la fuerza policial para reprimir a los jóvenes, en las mejores tradiciones fascistas de la clase dominante española. La represión ha tenido, está teniendo, sin embargo los efectos contrarios a los deseados por la clase dominante y sus políticos: lejos de asustar el movimiento de lucha lo está haciendo avanzar hacia adelante, elevando de paso la comprensión del papel del Estado burgués en la mente de los jóvenes y trabajadores.

          Los ataques sociales, las reducciones de los presupuestos educativos, sanitarios,…, están suponiendo una clara visualización en la mente de los trabajadores y la juventud, sobre el verdadero significado del capitalismo en estos momentos históricos. Ataques sociales mezclados con suculentos regalos de miles de millones a los banqueros y poderosos,… es la mezcla para que el proceso molecular de la revolución avance. Y eso está haciendo, sin que tengamos ninguna duda al respecto.

       

      En el proceso que estamos viendo veremos avances y retrocesos, a todos los niveles. Pero algo si será visible a todos: nada volverá ha ser igual que antes. Los viejos tiempos de la paz social, de la armonía social, de todos esos sueños burgueses, han pasado a la historia. La situación objetiva es más fuerte que todos los deseos de las burocracias sindicales de querer ‘tener una vida feliz y en paz social’. Ellos han estado y están apostando muy fuerte por el llamado ‘dialogo social, que no es otra cosa que firmar acuerdos con la clase dominante que suponen ataques sin lucha a todas las conquistas sociales del pasado.

    

        En España, como prueba de todo lo que decimos, estamos ante la inminente convocatoria de una Huelga General contra la Contrarreforma Laboral del Gobierno del PP. Los dirigente sindicales han hecho todo lo posible para evitarla, pero si la aplazan mas, se verán en un momento dado rodeado por los propios trabajadores, que amablemente los invitarían a que abanderan las organizaciones sindicales de clase. Objetivamente no pueden hacer más que ponerse al frente de la lucha o abandonar sus cómodas poltronas.

          León Trotsky explicó que el ‘reformismo’, la socialdemocracia, lleva implícita la traición. Los dirigentes reformistas de los partidos políticos y sindicatos de clase han girado tanto a la derecha, durante décadas, que parecen los únicos que tienen en estos momentos ‘confianza en el capitalismo’. Están, por supuesto, predispuestos a llegar a cualquier tipo de ‘acuerdos con la clase dominante’, en  línea de aceptar las políticas de la burguesía ante la crisis del Sistema socioeconómico. Ellos pensaban que así tienen garantizadas sus cómodas existencias de vida, en los aparatos burocráticos que se han elevado por encima de la cabeza de los trabajadores en las organizaciones tradicionales.

          Pero una cosa es lo que ellos, los dirigentes reformistas, quieren y otra bien distinta lo que la situación objetiva impone en un momento dado. Ellos siempre quieren evitar la lucha, pero en el contexto actual, donde la burguesía está atacando desde todos los frentes al movimiento obrero y sus conquistas sociales, si ellos no encabezan la oposición a los ataques, el movimiento encontrara sus cauces para poder expresar la necesidad objetiva de la lucha. En ese contexto la propia utilidad de los llamados dirigentes obreros estaría en entredicha, por lo cual no tienen más remedio que ponerse al frente de la misma.

         

             Karl Marx explico que un paso adelante del movimiento vale más que cien programas. Esto es absolutamente verdad y lo veremos en el terreno de la práctica, el único que determina la verdad de las cosas. Las últimas décadas fueron, en general, de giros hacia la derecha en las direcciones de las organizaciones de clase de los trabajadores, al igual que en la sociedad en términos generales.

      

          Ahora dialécticamente veremos un proceso en línea contraria, de giro hacia la izquierda en la sociedad, que de una u otra forma tendera a tener su expresión en un giro hacia la izquierda en las organizaciones de clase de los trabajadores. En la propia lucha el movimiento ira redescubriendo sus mejores tradiciones, en las ideas, el programa y los métodos de lucha.

    

           En la lucha nuevos elementos entre los trabajadores destacaran como los mejores luchadores, convirtiéndose en los dirigentes naturales que irán surgiendo de la propia lucha. Pero el factor determinante en toda la situación será que el propio movimiento obrero sea capaz de enlazar, de unir, con las mejores ideas, las ideas y el programa de lucha por la transformación socialista de la sociedad.

     

         No tenemos la menor duda de que en esta nueva etapa que se está abriendo en la sociedad los trabajadores tendrán, en palabras de Trotsky en los años 30 en referencia a la lucha de los trabajadores españoles, ‘no uno, sino docenas de oportunidades de cambiar la sociedad’. De esta lucha depende el futuro, el cual está en una lucha de fuerzas sociales vivas, que no está escrito de antemano, sino que será la lucha de clases quien determine su desenlace. En esta situación los trabajadores pueden cambiar la sociedad, poniendo viento en vela para el desarrollo armónico de la misma, basado en un programa de justicia e igualdad social, o bien la burguesía reinaugurara nuevas etapas de barbarie social. El propio futuro de la humanidad, tal y como conocemos hoy, esta en entredicho. Socialismo o barbarie continua siendo las alternativas a día de hoy para la humanidad.