La deuda, una montaña no pagable

*   ¿Estamos ante el final de la crisis económica?

*  A pesar de toda la propaganda, los problemas centrales continúan desarrollándose y creciendo

Salvador PEREZ

        Más de seis años llevan transcurridos desde que salió a la superficie los efectos claros del crack económico en el que estamos inmersos, en sus claras secuelas. Los economistas mínimamente serios no dudan en considerar este periodo como el de mayor profundidad de crisis económica, desde al menos el crack del año 29.

       En estos precisos momentos, en los que la clase dominante y sus gobiernos continúan con sus baterías de ataques sociales, laborales y salariales, está en sus inicios una campaña mentirosa desde los gobiernos, que representan exclusivamente los intereses de los poderosos en los distintos países, en línea a presentarnos la situación como que “estamos viendo la luz del final del túnel”, empeñados en la búsqueda de “brotes verdes” en la situación económica.

        Por supuesto, el Gobierno de derechas español es uno de los primeros en apuntarse a esta ‘campaña del fin de la crisis”. Ellos hablan de que “pronto asistiremos a la creación neta de empleo”, de que por fin veremos desbloquearse el crédito para las empresas y las familias” y por supuesto citan los niveles ‘bajos’ de la prima de riesgo como ejemplo de esta teórica mejoría.

        Es evidente que apoyándose en unos más que mediocres datos, pretenden desvirtuar la realidad objetiva y como no, continuar vertiendo enormes cantidades de mentiras sobre la población que padece en sus carnes las duras consecuencias de la crisis económica del enfermo capitalismo español. Y que ello tiene por objetivo intentar apuntalar a un más que debilitado gobierno, al tiempo que luchan por evitar un desplome electoral del PP en las próximas elecciones europeas a celebrar.

        Los recortes y ataques de los últimos años han sido, están siendo, tan devastadores para la inmensa mayoría de la población que hoy, si fuera cierto, el final técnico de la recesión económica no significa en términos prácticos el final de la crisis, al menos para la aplastante mayoría. Este es un hecho tan objetivo que nadie mínimamente serio plantea otra idea. Evidentemente existen quienes creen otra cosa: los banqueros y grandes empresarios, que se han llevado y llevan suculentas cantidades de las arcas del Estado a sus bolsillos y por supuesto, los que pertenecen o pululan alrededor de las orbitas gobernantes del PP, acostumbrados a no sentir ningún efecto de la crisis, con sus boyantes sobresueldos opacos e ilícitos.

          Curiosamente ahora mientras hablan de recuperación y crecimiento económico no dejan tregua para perpetrar más y más ataques sociales, laborales salariales. Ellos son conscientes de que estamos ante una guerra de clases, que por ahora, están ganando. Los poderosos y sus gobiernos continúan con la pretensión de ‘recuperar los beneficios’,… a costa de los salarios, el empleo, la sanidad y la educación pública.

         El gobierno derechista español recientemente anuncio un nuevo regalo a los empresarios, la llamada ‘tarifa plana’, que no es otra cosa que estimular a los empresarios a cambiar unos contratos por otros, “¿estables?”, pagando mucha menos Seguridad Social. Rayando finamente con el puro cinismo están las ‘recomendaciones del FMI al gobierno español, de profundizar la contrarreforma laboral, a pesar de que este mismo organismo imperialista reconoce que el peso central de la crisis está siendo pagado por los más débiles de la sociedad.

        En poco menos de dos semanas, reflejo de la total incapacidad de los estrategas burgueses de prever nada, el FMI ha publicado un segundo Informe, donde aborda también la situación del aumento de la paralización de la sociedad en torno a ricos y pobres. El propio FMI destaca como “las brechas sociales se han ensanchado en la mayor parte de países en procesos de consolidación fiscal, si bien España es la economía de la UE dónde más ha aumentado las diferencias entre ricos y pobres”. Pero a los recortes que empobrecen les deben seguir, según ellos, nuevos recortes.

La deuda sube

      Llegados a este punto conviene pararnos en el análisis y retomar el asunto de lo que ha constituido la piedra angular que ha ‘justificado’ todas las políticas de ataques y recortes a las que hemos y asistimos. Desde el inicio de la crisis nos han dicho que todo el problema central radicaba en el ‘excesivo endeudamiento’. Luchar contra esa montaña gigantesca de deuda era el objetivo que justificaba hasta el llevarnos a las cavernas sociales. Bien, ¿como estamos a este respecto?

        Pues la verdad es que detrás de todas las patéticas quejas de los representantes gubernamentales de la clase dominante, el único hecho objetivo real es que desde 2008 los niveles de ‘endeudamiento privado’ se han visto multiplicados por cinco, suponiendo ya más del 370% del PIB. Y las cifras del endeudamiento total, global, de la económica española es aún peor, rozando por muy poco la escalofriante cifra del CIEN POR CIEN del PIB, en el total de deuda pública.

        Pero todo el mundo es consciente de que el importante aumento de la deuda pública no es un producto de un aumento del gasto de las administraciones en inversiones y mejorar los niveles de protección sociales. De hecho estos capítulos han sido y están siendo atacados y recortados salvajemente.

        Todo aquel que quiera ver la realidad no puede dejar de apreciar que este aumento de la deuda pública es la continuación de la política de rapiña y saqueo a las arcas públicas que vienen ejerciendo en esta época histórica la burguesía y los banqueros. El Estado esta absorbiendo constantemente deuda privada, fundamentalmente de los bancos, que además se dedican día a día no a prestar dinero, sino a comprar bonos de esa misma deuda, obteniendo enormes beneficios en forma de intereses que el Estado paga por esa misma deuda, la de ellos.

        Este es un ejemplo grafico elocuente de que durante estos más de seis años de crisis económica internacional no se han resuelto los problemas de fondo que llevaron al colapso capitalista. Ahora la imagen de la salida de la crisis que nos quieren dibujar nos muestran los límites de las posibilidades capitalistas, en esta etapa histórica de declive general.

        En el fondo del asunto la montaña de deuda que continua acumulándose, ‘deuda ilegitima’, convierten a esta en absolutamente impagable. Con claridad todos los empeños en reducirnos los niveles de vida so pretexto del pago de la deuda no son más que pura mentira. Los estrategas burgueses son los primeros en saber que esa deuda no se pagara jamás.

        Paradójicamente esa montaña de deuda privada que ha sido transferido a las arcas vacías de los Estados provoco una crisis histórica y está lejos de haber terminado, continúa desarrollándose sobre bases productivas, con la destrucción de una parte importante de la capacidad productiva construida durante décadas anteriores.

         La reducción de los niveles de vida generalizados para la mayoría de la población significa en lo concreto una menor capacidad para consumir de esa mayoría. Ello tiene repercusiones lógicas e inevitables en acrecentar la sobrecapacidad productiva del sistema y la ‘necesidad’ de reducir esa misma capacidad. Es esto lo que empujo a millones de trabajadores a las filas del desempleo masivo, es esto lo que impide cualquier perspectiva de vida digna para cada vez más amplias capas de la población.

        ¿Podría ser que en vez de una salida a la crisis en los próximos meses podamos asistir a un escenario de claro agravamiento de la crisis, que nos aboque decisivamente hacia una depresión profunda de la economía mundial?

         Desde luego muchos son los factores que incidirán en el ritmo de los acontecimientos, factores que decisivamente se interrelacionan los unos con los otros. Pero unas cuantas cosas si nos quedan claras: cualquier accidente o acontecimiento, en cualquier parte del planeta, que en otros momentos pudiera ser entendido como secundario, ahora puede adquirir un valor decisivo para precipitarnos hacia mayores dosis de caos. Igualmente nos parece claro que desde la óptica del sistema todas las políticas que se emprendan irán para beneficiar a la casta burguesa dominante y en contra del interés de la mayoría.

       Los límites para el progreso de la sociedad bajo el capitalismo han tocado techo claramente y ello empuja hacia dosis de aumento de la barbarie social. Cambiar el mundo de bases es una tarea que hoy se nos antoja no como necesario, sino prerrequisito básico para que la humanidad no sucumba al completo a una época de negra reacción.