COLOMBIA EN LA ENCRICIJADA
El Gobierno de Gustavo Petro capea el Temporal
Así podemos ver que la ciencia premoderna explica que la naturaleza aborrece el vacío, haciendo de este horror vacui un principio absoluto. Mas temprano que tarde el “vacío” termina por llenarse, haciendo que la necesidad acabe por manifestarse de una u otra forma, aunque muchas veces veamos como “la necesidad se manifiesta por medio del accidente”.
Sabemos que la victoria electoral del Pacto Histórico, con Gustavo Petro al frente, no fue del agrado de las elites dominantes colombianas, ni de aquellos países que tienen y ven a países como Colombia lugares en donde hacer suculentos beneficios. Y sabemos que esta victoria fue vista como “el mal menor”, después de meses del Paro Nacional que recorrió Colombia durante 2021 y gracias al cual el gobierno reaccionario y títere del uribista Iván Duque se tambaleo y estuvo ciertamente a punto de ser derrocado por las masas colombianas.
Para la oligarquía, los grandes empresarios y banqueros “las formas de su dominio son flexibles”, viendo en ellas no principios absolutos sino medios por los cuales continuar ejerciendo su dominio y control de la economía y la sociedad. “Democracia, elecciones, Congreso, Senado, derechos democráticos o sociales… son meras formas para utilizar para que todo lo decisivo e importante sea discutido y aprobado en los Consejos de Administración de las grandes fortunas, acuerdos que posteriormente llevan a Congreso o a la Corte de Justicia para que se les ponga el sello “oficial”.
¿Qué sino significa todo lo que hemos visto en el Congreso y el Senado colombiano, en donde un pequeño número de esbirros de las elites dominantes han bloqueado e impedido por meses que salgan adelante los proyectos de reformas que había prometido en campaña Petro y que pretendía aprobar el gobierno, desde la Reforma Laboral, la Pensional o de Salud?
Pero además, como siempre ocurrió por todo el continente latinoamericano, cuando no es suficiente los “tapones” en forma democrática, a lo Efraín José Cepeda Sarabia (Barranquilla, 24/05/1950 – empresario y político de derechas, miembro del Partido Conservador y “elegido” para el Senado colombiano en ocho ocasiones consecutivas, desde 1994), pues entonces aparecen personajes como Álvaro Leyva y a plena luz del día y la noche, comienzan a preparar un Golpe de Estado, para derrocar al Presidente y a su gobierno de la mano de la CIA, el Pentágono norteamericano y las fuerzas oscuras y tenebrosas del narco paramilitarismo colombiano, auxiliados todos ellos por las Vicky Dávila y Francia Márquez.
“Quien no aprende de la historia esta condenado a repetir una y otra vez todos los viejos errores del pasado”. En 1973 Salvador Allende en Chile pensó que podría convencer con argumentos e ideas a Augusto Pinochet y poco antes de morir en el Palacio de la Moneda aún estaba al teléfono intentando convencerlo de las bondades de la democracia y del “Estado de Derecho” que había propiciado que Allende lo hubiera nombrado fechas recientes comandante en jefe de las Fuerzas Armadas chilenas.
Como era lo previsible, esos cantos de las bondades en la democracia le resbalaron a Pinochet, el cual tenia ordenes de la clase dominante chilena y de la CIA y el imperialismo norteamericano para bombardear el palacio presidencial y “dar de baja al izquierdista Allende”. Misión cumplida y desde el año 1973 hasta 1990 Pinochet ejerció una sangrienta dictadura sobre las masas que dejo ríos de sangre entre la flor y nata del proletariado y la juventud chilena.
Bien es cierto que esa no era la única perspectiva que en aquel momento existía. Si Salvador Allende y los dirigentes del PSCh y del PCCh hubieran tenido una comprensión teórica correcta de la situación, acompañando a sus palabras de acciones decididas para que la clase obrera chilena hubiera tomado el poder en sus manos, el Golpe de Estado podía haber sido derrocado y las masas podrían haberse evitado más de dos décadas de sangrienta dictadura militar. De ejemplos como este debería estar tomando buena nota Gustavo Petro ahora mismo en Colombia. Como entonces, ahora es necesario pasar de las palabras a los hechos de forma urgente, cortando no el plan, sino los planes de los reaccionarios colombianos, sincronizados con la Administración Trump y todo lo viejo y podrido del régimen uribista, que debilitado aún sigue respirando.
Juan Diego Quesada, periodista de El País, el pasado domingo 29 de junio expuso en el periódico unas informaciones y grabaciones que le habían realizado a Álvaro Leyva, ex Canciller del gobierno Petro (ministro de Exteriores). En ellas se escuchaba con claridad como Leyva viajó a los Estados Unidos al objeto de reunirse con asesores próximos al secretario de Estado de la Administración de Donald Trump, buscando el apoyo para hacer caer el gobierno de Gustavo Petro.
Como de una obra escrita, clásica de lo que siempre han sido los comportamientos de los reaccionarios por todo el mundo, todo tiene la apariencia de que el presidente de Colombia, Gustavo Petro, lleva meses algo así como capeando el temporal. Un indicador de ello puede ser como la Cancillería ha pasado ya por tres manos, en espera de la cuarta, cuando hace unos días la que parecía “mano de confianza de Petro” desde el inicio de la legislatura, Laura Sarabia, presentara su dimisión el jueves, según se dice por claras “desavenencias con el equipo del presidente”.
Leyva lo quiere “fuera”
Sin embargo, ahora lo hemos visto construyendo una red de apoyos, tanto nacionales como internacionales, para sacar fuera del poder a Petro. En las grabaciones difundidas por El País se escucha como Leyva viajó hasta Washington con el propósito de poder reunirse con el secretario de Estado de los Estados Unidos, Marco Rubio y que este lo ayudara a ejercer "presión internacional" que obligara a que Petro saliera del poder como presidente de Colombia. En un tono clásico de los reaccionarios, en uno de los audios se escucha a Leyva decir que "hay que sacar ese tipo", para lo cual afirmaba contar con el apoyo de "actores armados y no armados" (entre los contactos de Leyva están los jefes de El Clan del Golfo y el ELN, así como V. Dávila, Miguel Uribe y Francia Márquez, …).
Paralelamente con la construcción de este plan para desalojar en Petro del Gobierno, o más correctamente podemos decir que complementariamente, vinos como Leyva publicaba un reguero de cartas, que inundaron las redes sociales, en las que aseguraba que Petro es un degenerado y un drogadicto. Antes de “sacarlo del poder” tienen que desprestigiarlo ante las masas, acusándolo de todo lo imaginable e inimaginable.
Pudimos leer en esas cartas de Leyva dando “detalles de episodios de comportamientos erráticos del presidente, con ausencias inexplicables”. Para añadirle condimentos en la campaña en contra de Gustavo Petro, Leyva escribió que Laura Sarabia es la persona que “le suministra las dosis y oculta sus vicios”. Aunque tanto Gustavo Petro como Laura Sarabia han asegurado que todas esas acusaciones de Leyva son mentiras y difamaciones, ya han sido esparcidas por todos los rincones del país y el mundo. Ya han sido publicitadas en primera plana en los principales medios de comunicación de la burguesía. Y como es lema de los periodistas a sueldo de la clase dominante, “si algo es verdad o mentira no importa, ello no debe arruinar un titular jugoso e interesado”.
La partida “en tablas”. Buscar una salida
Desde un punto de vista objetivo, la llamada “verdad” no puede existir en abstracto, sino en forma concreta. Para llegar a ella nos debemos de basar en la generalización de cuáles son las condiciones concretas de existencia, de tal o cual fenómeno. Es por ello que podemos afirmar que LA VERDAD siempre está determinada por las condiciones de “lugar y tiempo”.
Aquí el problema no es Álvaro Leyva, que como persona en si mismo nos es indiferente. En ultima instancia este dinosaurio político de la clase dominante colombiana solo representa un indicador de los deseos existentes en el seno de esa misma clase dominante de poder quitarse de en medio a Petro y junto a él, la posibilidad de una repetición a un nivel superior de la lucha de las masas colombianas por conquistar un futuro digno de tal nombre.
El gobierno de Petro está asentado en los mismos mimbres de descomposición del Estado burgués corrupto colombiano. Diríamos que el único tipo de Estado que puede existir bajo el extremadamente débil y raquítico capitalismo en Colombia. Una de las promesas con más impacto de Petro durante la campaña electoral fue “la lucha por corrupción 0”. Pero tu puedes pelar una cebolla capa a capa y no pasa nada. Pero si intentas cazar a un tigre pata a patam muy seguramente acabaras siendo alimento para el tigre.
Al firmante de este artículo, en opinión igualmente del aquí firmante, en claro acto de corrupción de organismos del Estado colombiano junto a un empresario de Barranquilla, Migración Colombia saltándose la propia Constitución colombiana de 1991 y los principios de los Derechos Humanos, acordaron Deportación y prohibición de entrada a Colombia por 4 años. A pesar de que reiteradamente el caso ha sido planteado ante Presidencia y el Ministerio de Exteriores, nada han acordado para derogar ese auto corrupto, ni sus autores han sido apartados de donde están actuando de esa forma.
Sin embargo hemos visto en estos menos de tres años de gobierno de Gustavo Petro pasar por la Cancillería a Álvaro Leyva, a Luis Gilberto Murillo y a Laura Sarabia, en donde los tres han caído por el llamado “el negocio de los pasaportes en Colombia”, en donde al parecer el presidente es muy consciente de la nada clara y transparente contratación de la “fabricación de las libretas” (pasaportes), contrato con una multinacional que está en el limbo tras la negativa presidencial a extender el contrato.
¿Pero cómo puede Petro intentar que desde la Cancillería no se continúen haciendo negocios poco claros?, la respuesta la da Leyva en los audios pub licados: “hay que sacar de la presidencia a este tipo”. La forma en como se saque a este tipo es un factor secundario para estos reaccionarios.
Hasta ahora todas las intentonas de la extrema derecha han sido respondidas de forma ejemplar, que lo seria aun mas si hubiera una dirección con claridad política al frente de la lucha, por las masas colombianas, que han respondido en las calles y plazas de toda Colombia cada vez que han sido llamadas a movilizase. Sin ninguna duda esta ha sido hasta ahora la verdadera muralla que ha impedido al uribismo, la extrema derecha y la case dominante ir más allá en sus deseos de “sacar del poder a Petro”.
Y esto es un asunto de vital importancia comprenderlo, porque después de tres años en el gobierno, con independencia de los discursos e ideas, en la practica objetiva los avances que signifiquen mejoras materiales para las masas colombianas han sido bien pocas. Las masas contienen con su lucha a la reacción, pero las mejoras en trabajo, salud, educación, condiciones de vida dignas en los barrios, … no terminan por llegar con claridad. Y al final del día al estomago hay que echarle alimentos.
La historia de la clase dominante colombiana es una historia de sangre, sudor y lagrimas para las masas. El Narcotráfico ha estado ligado siempre al Paramilitarismo y a la corrupción estatal. Los asesinatos de trabajadores, jóvenes y lideres sociales han estado y están al orden del día. Los empresarios contratan, cuando lo hace, como es viene en gana, pagan como quieren y la única ley que aceptan es la que ellos imponen en sus empresas. Y cuando alguien no acepta eso las fosas comunes, las pistolas y metralletas del paramilitarismo aparecen.
Y evidentemente el Gobierno de Petro no es ni mucho menos igual a los gobiernos anteriores que vimos de Álvaro Uribe Vélez y sus títeres. Como decía el gran filosofo Spinoza, “ni reír ni llorar, comprender es la cuestión”. Aun en día grandes sectores de las masas colombianas “ven al gobierno Petro como su gobierno, enfrentado a las elites reaccionarias”. Y partir de este punto es fundamental, no para justificar las indecisiones del gobierno y su tibieza a la hora de llevar a la practica un genuino programa en beneficio de las masas oprimidas de Colombia, sino para poder hacer avanzar el nivel de conciencia de la clase obrera, la juventud y los oprimidos, en el país y en toda la región.
Aquellos que se creen así mismo “super revolucionarios y marxistas, …”, que enarbolan la bandera de lucha “y por el derrocamiento de Petro”, pretendidamente desde posiciones de izquierdas, nos deberían de explicar como lo harán, sino cuentan ni con el apoyo de las masas, ni siquiera con una visión de perspectivas e ideas correctas para la situación. En realidad, no dejan de ser minúsculos grupos sectarios, en los bordes del camino de la clase obrera, que no comprenden nada y que en el mejor de los casos solo sirven para crear confusión en el propio movimiento, desprestigiando de paso las genuinas ideas del marxismo y del programa para la transformación de la sociedad. Cuatro perros ladrando por fuera del movimiento obrero.
La aptitud de las masas es enormemente positiva, porque en el fondo reflejan deseos correctos de buscar una salida al impasse del capitalismo colombiano y mundial, en la búsqueda de un genuino programa para la transformación socialista de la sociedad. Y es el miedo a las masas, al pasado reciente de los Paros nacionales de 2029 y 2021, lo que tiene a la propia reacción en crisis. No es que no quieran, es que se ven imposibilitados para seguir gobernando de la forma que siempre lo hicieron. Y ello es una de las condiciones objetivas necesarias para el desarrollo de una revolución socialista en Colombia, como explico en 1917 Vladimir Ilich Uliánov (Lenin).
El gran revolucionario ruso explico cuáles eran las tres actitudes fundamentales que se deben de producir, representando a las tres clases principales de la sociedad moderna. Estas son:
1) La burguesía, contraria a toda revolución, trata por todos los
medios de limitar el alcance de las transformaciones políticas y económicas,
incentivando la restauración del antiguo orden por todos los medios.
2) La pequeña burguesía (compuesta de clases medias, campesinos, etc.),
aunque simpatiza con la revolución, no se decide a romper completamente con la
burguesía. Sus “ilusiones constitucionalistas”, su “cretinismo parlamentario” y
su falta de audacia la condenan a una oscilación vacilante entre
restauración y revolución.
3) El proletariado es la única clase con un interés real en llevar la revolución hasta sus últimas consecuencias, manteniendo en alto la bandera de la revolución a través de todas sus fases, sin perder de vista su objetivo final.
Por nuestra parte solo una pregunta clara y directa: ¿Si nos dotamos de un claro programa, de unas claras perspectivas de lucha por transformar la sociedad, que obstáculos insalvables tendríamos por delante?
El uribismo, los representantes políticos de la oligarquía reaccionaria, de los grandes empresarios y banqueros, están ante una crisis histórica. Ahora mismo el expresidente Uribe esta ahora en la recta final de un juicio penal por “soborno de testigos y fraude procesal”. Además, los Juzgados argentinos investigan la responsabilidad de Uribe en más de 6.402 civiles asesinados en estado de indefensión, los conocidos como “falsos positivos”. En todos estos casos se vinculan las estructuras delincuenciales con funcionarios de organismos del Estado. Es un hecho evidente, que solo se puede negar para encubrir el hecho en si mismo, que Álvaro Uribe gobernó el país en “santa alianza con el narcotráfico y el paramilitarismo”, a los cuales en cierta forma integraba junto al ejercito, la policía, sectores de la judicatura y organismos como el DAS.
Toda pretensión de hacer aparecer al uribismo como algo distinto es ajeno a la verdad concreta de los hechos. La violencia, el asesinato y altas dosis de barbarie social es intrínseco al carácter reaccionario de la dominación de la clase dominante colombiana, que se materializa a través del carácter podrido del propio Estado burgués.
Es por ello que pretender “reformar” esas estructuras del Estado corrupto y degenerado que existe en Colombia es un puro cuento para niños. La única solución para la clase obrera colombiana es demoler ese Estado ajeno a los intereses de los oprimidos. En el proceso de la necesaria revolución social en marcha la clase trabajadora tiene que construir los mimbres de su propio Estado obrero, que debe garantizar una genuina democracia obrera. Las tareas son enormes, pero inevitablemente si queremos tener éxito hay que llevarlas adelante.
Vladimir Ilich Uliánov, Lenin, explico correctamente que “hay momentos excepcionales en los que las clases excluidas de la vida pública asaltan los cielos del poder político. Son los momentos realmente productivos de la historia, experiencias que desatan la energía que, lentamente almacenada durante decenios, dormita en las entrañas de la sociedad” …” sólo llevando la revolución hasta el final, es decir, sancionando el poder del pueblo y su soberanía como principio rector del Estado, podían salvarse la revolución y todas sus conquistas”.
En esta lucha que recién comienza la clase trabajadora colombiana, al frente del conjunto de los oprimidos bajo el capitalismo, veremos abrirse las grandes alamedas, dejando la actual barbarie en el cubo de la basura histórica, comenzando la tarea de un verdadero florecer de la sociedad, en donde todos tendremos el derecho fundamental a una vida digna.
Compañeros, compañeras, adelante. El futuro nos pertenece o no veremos futuro digno de tal nombre para la sociedad en su conjunto.
Excelente nota de análisis sobre la situación política nacional de Colombia, con un alto contenido sobre las condiciones objetivas para avanzar y profundizar la lucha de clases.
ResponderEliminarAnte la oscuridad de los reaccionarios necesitamos ideas, perspectivas y un claro programa de lucha
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