EL SISTEMA CAPITALISTA EN CRISIS, ¡SEPULTÉMOSLO!
La humanidad necesita una alternativa
Las políticas arancelarias aplicadas por D. Trump, que pretenden inicialmente imponer al mundo que “USA lo primero”, con un feroz nacionalismo económico, están incrementando fuertes tensiones mundiales, comenzando por una escalada sin precedentes de la guerra comercial.
El conflicto y la lucha por los mercados mundiales aumenta, al tiempo que las perspectivas para la economía mundial se desploman. No es la primera vez en la historia que vemos procesos parecidos, pero en esta ocasión el conflicto adquiere dimensiones gigantescas, fruto de la transformación de la cantidad en calidad. Dos bloques imperialistas repuntan con claridad en toda la situación mundial: los EE.UU. por un lado y China, junto a sus aliados como Rusia, por el otro. En medio de estos dos bloques, la mayor parte del mundo sufrirá las consecuencias.
Y toda esta situación va mucho más allá del campo económico, como lo vemos reflejado ya en un aumento de las tensiones políticas y militares. Lo que parecía una simple consigna electoral populista de D. Trump, esa de “América Primero”, está marcando las pausas hacia un nuevo periodo histórico, con una política unilateral del imperialismo estadounidense, con efectos también en las llamadas “políticas de cooperación internacional” y un soberbio desprecio a cualquier formalismo, de guardar formas incluso ante la Asamblea de las ONU.
Los aranceles de Trump afectaran a más de 70 países, con aplicación unilateral, con tipos que van desde el 10% (países como Argentina o Rusia) al 50% a Brasil, pasando por el 25% a India o el 39% a Suiza. En especial los países de África, América y Asia, con sus poblaciones más vulnerables, ya están sufriendo un duro golpe, comenzando por la eliminación de las "ayudas al desarrollo". Para ver la "locura" de la politica de "América lo primero", a Siria (un país devastado por la guerra, EEUU le impone unos aranceles del 41%.
En la fase actual de desarrollo del imperialismo mundial el Sistema capitalista no tiene nada progresista que ofrecer a la humanidad. Ni siquiera en objetivos vitales para preservar la propia vida sobre el planeta en el próximo periodo: la degradación de la naturaleza y el cambio climático no es otra cosa que la demostración palpable de la avaricia por el máximo beneficio que conlleva que al frente de la sociedad continue la clase capitalista.
Solo la superación del capitalismo, estableciendo una sociedad que sustituya el interés privado por el interés social, mediante una planificación democrática y consciente de las fuerzas productivas y la economía a escala mundial puede evitar que el planeta tierra se convierta en un sitio en el cual no se pueda vivir. La transformación socialista de la sociedad se convierte así en algo de vida o muerte para el conjunto de la propia humanidad.
Consciente del verdadero papel que juega la clase dominante es por lo que hemos presenciado hasta las rupturas de los mínimos acuerdos de lucha contra el Cambio Climático. Donald Trump mando al cajón de los recuerdos los acuerdos suscritos en Paris, cosa que alarmo y preocupo a diferentes grupos mundiales ecologistas, pero que son el resultado normal de la defensa de la obtención del máximo beneficio privado para un puñado de vampiros sociales, comenzando por las multinacionales, a los cuales sirve con los ojos cerrados Trump y Cía.
En la contraparte hemos visto y vemos un aumento brutal de eso que algunos economistas burgueses llaman el “ejercito de la pobreza mundial”, ligado sin duda también a ese Cambio Climático, el aumento de las desigualdades, las hambrunas y las guerras, por ahora localizadas territorialmente. Y todo ello esta ocurriendo incluso ahora que según estos mismos economistas y estrategas de la clase dominante la economía mundial aún vive un cierto crecimiento.
Todo el mundo esta “patas arriba” y amenaza con empeorar su diagnostico y evolución. SE continua profundizando en aras de ese beneficio privado para unos pocos una política global de “condiciones laborales precarizadas al máximo, con trabajos a tiempo parcial, salarios en descenso, eliminación de derechos sociales conquistados en el pasado, aumento de los ritmos de trabajo y prolongación de las jornadas con horas extras de trabajo no pagado. Todo ello no hace mas que aumentar los desequilibrios entre ricos y pobres, hasta limites no pensados por casi nadie.
Y todo esto tiene un contrapunto natural: a la clase dominante les sobra cada vez más la democracia, aun la formal, los derechos de las mayorías y por tanto corresponde, según ellos, un aumento de las políticas de represión (que vemos desarrollarse país tras país comenzando por los EEUU y Europa). La clase dominante combate las protestas contra el empeoramiento de las condiciones de vida y de trabajo de la clase trabajadora con las porras y los gases lacrimógenos de la policía y el ejército.
Cualquiera puede imaginar si esto es así en el corazón del imperialismo, en los EE.UU. y en Europa, que no será en los países del mundo ex colonial. Lo visualizamos en todo el planeta: países como Argentina, Brasil, Colombia, se asuman al abismo en Latinoamérica, pero les siguen muy de cerca las situaciones en Sudáfrica, Turquía, etc. Y como no, el “horror sin fin que vive el pueblo Palestino, la devastación de la guerra de Ucrania, …
De algo aquí no tenemos dudas: ante la situación de crisis orgánica del capitalismo, del imperialismo, que asoma a la humanidad al precipicio, la clase obrera en los diferentes países no permanecerá por siempre quieta: veremos un repunte de la lucha de clases, de la búsqueda de una salida al impasse del capitalismo por parte de la clase obrera, de la juventud y del conjunto de los oprimidos.
Partiendo del hecho cierto de que el capitalismo siempre encontrara una “salida a sus problemas” (aunque sea destruyendo países, continentes y a millones de oprimidos), debemos ver, con datos y cifras cual es la situación real y si para la clase dominante será factible encontrar algún tipo de salida a la crisis que no sea más ataques a nuestros niveles de vida y de trabajo.
La situación, que tiende a agravarse cada día, del capitalismo es la siguiente, solamente mostrando unos breves datos: Los EEUU tienen una DEUDA GLOBAL disparada a más del 60 % de su PIB. La auténtica montaña de la Deuda Mundial total está en niveles de verdadera brutalidad, habiéndose disparado de una cifra de 173.000 millones $ en 2010, a más de 250.000 millones de dólares. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta que la deuda pública global alcanzará aproximadamente el 95,1 % del PIB mundial en 2025 y será aproximarse el 99,6 % para 2030. Veamos algunos ejemplos de países que nos ofrece el FMI:
Comparativo país por país:
§ Líbano:
~283 % del PIB — uno de los niveles más elevados del
planeta
§ Sudán:
~256 %
§ Japón:
~255 %
§ Grecia:
~162 %
§ Argentina:
~155 %
§ Venezuela:
~146 %
§ Italia:
~135–138 %
§ Estados
Unidos: estimado superior al 120 %
§ España/OCDE
promedio: ~101–110 %
del PIB
§ Francia:
~116 %
§ Australia: se proyecta 60,6 % al final de 2025
En el caso del Estado español, la Deuda Pública creció desde el 2007 que estaba en 384.662 millones € hasta alcanzar bajo el mandato de Rajoy más de UN BILLON 175.704 millones € al III Trimestre de 2018, con un aumento continuo y brutal de la desigualdad.
En definitiva, estos datos muestran claramente como el Sistema capitalista ha ido mucho más allá de sus límites, que está sentado en un barril de explosivos, en forma de una montaña de Deudas, que no podrán ser pagadas jamás y que le impide pueda ofrecer nada progresista a la inmensa mayoría de la sociedad.
La creciente desigualdad social está convirtiéndose en algo insoportable para la clase obrera en todos los países, al tiempo que los grandes banqueros y los multimillonarios baten año tras año beneficios récords, al tiempo que aprovechan para llevar a cabo aun mas la dominación sobre países y continentes enteros. La clase dominante están en una política constante de nuevas fusiones, de saqueos, concentraciones bancarias, al tiempo que practican abiertamente evasiones fiscales, desfalcos, robos abiertos al pueblo y demás tropelías.
En el siglo XX situaciones parecidas fueron realmente el preludio a un incremento del malestar social y a cambios bruscos en toda la situación, que dieron lugar al incremento de los conflictos bélicos y a dos guerras mundiales, a procesos de revolución y contrarrevolución, como fueron la propia revolución rusa de octubre de 1917, el Golpe de Estado de Franco y la guerra civil española del 36 al 39, a los procesos de la revolución en mayo de 1968, a la Revolución de Los Claveles en 1974, …
Si nos dejamos llevar por las apariencias, por aquello que nos cuentan los mentirosos medios de comunicación de la clase dominante, NADA ESTA PASANDO EN EL MUNDO. Pero sin duda, como muestra la nueva “guerra comercial” iniciada por Trump, todo esta en constante cambio. Prepararnos para afrontar una lucha global por derribar el podrido sistema capitalista ES LA TAREA DEL MOMENTO.



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