JUAN CARLOS VISITA A MOHAMED

LAS VISITAS PRIVADAS DEL REY DE ESPAÑA

           Nos informan que Juan Carlos I está estos días de visita privada en Marruecos y que se ha ido a visitar a su primo Mohamed VI. Bueno, en principio esto no debería ser noticia, después de todo los ‘asuntos privados’, son eso mismo, privados y uno visita a sus familiares cuando puede y le da la gana.

 

             Pero es que el asunto no deja de ser una broma de mal gusto, pues a uno no lo reciben nunca de esta forma cuando va a pasar unos días ‘privados’ en ningún sitio. Sin embargo, han recibido a Juan Carlos por todo lo alto. He de confesar que a mí nunca me han recibido así y que igual hasta me produciría malas sensaciones que lo hicieran así.  Según relata ‘El País’, el recibimiento fue así:

 

           “El rey Juan Carlos tuvo un recibimiento idéntico al de una visita de Estado, aunque su visita al país es privada. Un destacamento de la Guardia Real hizo los honores a Don Juan Carlos a su entrada, en un recibimiento que, según las fuentes marroquíes, es idéntico al de una visita de Estado, pese a que la del monarca español se trata de una visita privada…

 

         El rey alauí recogió a Don Juan Carlos en la residencia Jnane el Kbir y juntos, en un gesto poco habitual, según fuentes de la Casa Real marroquí, se dirigieron en un Mercedes propiedad de Mohamed VI hacia el Palacio Real de Marrakech, al cual llegaron sobre las 17.00 hora local…

 

         Antes de la entrevista, Don Juan Carlos fue recibido en el palacio por la plana mayor del Estado marroquí, encabezada por el primer ministro, Abás el Fasi, los presidentes de las dos cámaras parlamentarias, Abdeluahed Radi, y Mohamed Cheij Biadilah, respectivamente, los ministros de Asuntos Exteriores y de Interior, Taieb Fasi Fihri, y Taieb Cherkaui, y los jefes de las Fuerzas Armadas Reales”.

 

    Y es que hay visitas privadas que llenan cualquier corazón, el de Juan Carlos I seguro que también. Por ello, cuando a la entrada del Palacio le ofrecieron un refrigerio, no pudo dejar de caer en la tentación y se bebió un vasito de leche, aunque no acepto los dátiles.

 

        Pero durante más de hora y media los dos primos, Juan Carlos y Mohamed, estuvieron hablando de varios ‘asuntillos familiares’, nada de cosas del mas allá, sino de cosillas más mundanas, más cercanas a los acontecimientos últimos, especialmente los que están ocurriendo en Marruecos,  donde un creciente movimiento de protesta está cuestionando la existencia de la monarquía.

 

       Hablaron, según cuentan, de ‘terrorismo’, de las ‘relaciones bilaterales de España – Marruecos y como no, de las reformas que el rey marroquí anuncio desea llevar adelante (eso sí, empujado durante los últimos meses por manifestaciones de masas, que casualmente han sido reprimidas por Mohamed), traspasando ciertos poderes de la Corona al Primer Ministro y el Parlamento.

 

         Juan Carlos seguro que dio ánimos a Mohamed tras el reciente atentado terrorista habido el pasado 28 de abril en la plaza Yemá al Fna, de Marrakech.    Hombre, hombre, ¿no es para menos verdad?. Los marxistas siempre hemos criticado enérgicamente el terrorismo individual y sus métodos. Creemos que provocar matanzas de decenas de personas o asesinar a unos policías o demás representantes del Estado no ayuda en nada a la lucha de los trabajadores por el socialismo sino que por el contrario solo sirven para dar justificación a los gobiernos burgueses en sus políticas represivas contra el movimiento obrero, con la excusa de la lucha contra el terrorismo. 

 

        Pero tenemos a estas alturas bastantes dudas de que Juan Carlos le reprochara a Mohamed la política sostenida y permanente de ‘terrorismo de Estado’ que su régimen practica sistemáticamente en Marruecos contra  los activistas y militantes de izquierdas, al igual que contra el pueblo del Sahara?  Sinceramente, por muy ancianito que este el monarca español, dudamos que se acordara de esas cosas ‘secundarias’.

 

        Por supuesto que si hablaron de temas ‘importantes’, sobre todo de las relaciones comerciales entre el Estado español y Marruecos, sobre futuro, de como mejorarlas. Y una pregunta en el aire sale de inmediato: ¿tendrá algo que ver que la propiedad y gestión de la mayoría de las grandes empresas en Marruecos este en manos de Mohamed y sus familiares?.  El capitalismo en marruecos tiene nombres y apellidos muy concretos y conocidos. Las multinacionales extranjeras, incluyendo las españolas, que están haciendo verdaderas fortunas sobre la base de la mano de obra barata de los trabajadores en Marruecos, que carecen de cualquier tipo de derecho laboral, al tiempo que los apellidos de la gran familia real. 

 

      Por ello, en las recientes movilizaciones y manifestaciones era habitual escuchar reivindicaciones en contra del poder económico de la familia de Mohamed VI, esto es del capitalismo marroquí. Por ello mismo el rey ha prometido ‘reformas’, para dar apariencia de más democracia, dando la ‘ilusión óptica’ a las masas de que el poder está en el Parlamento y el Gobierno, que como en todos lados siempre están dispuestos a ser ‘comprados’ por el capital, que en Marruecos está en manos del monarca.

 

        Podemos decir que Juan Carlos ha ido a aconsejar a su primo desde la experiencia. No olvidamos que él fue nombrado ‘rey de España’ por el dictador Franco y que desde entonces ha maniobrado permanentemente para mantener en pie una monarquía constitucional en el Estado español, que como cualquier ‘parasito’ en un organismo vivo, está  enquistada en la sociedad española, viviendo plácidamente de los Presupuestos Generales del Estado,  esto es de los impuestos que pagamos todos los demás.

 

        Estamos convencidos de que los trabajadores, los jóvenes y oprimidos de marruecos están solo en el inicio del movimiento de lucha, que en el transcurso de ella aprenderán algo básico y fundamental: la lucha por una vida digna, en Marruecos como en el Estado español pasa por el final de las monarquías reaccionarias y del Sistema social en las que se sustentan, el capitalismo.

 

Fdo.   Salvador Pérez