¡ FUERA LAS MANOS YANQUIS DE COLOMBIA, VENEZUELA Y EL CARIBE !
Desde que Donald Trump accedió al Despacho Oval de la Casa Blanca no ha cesado, abiertamente y entre bambalinas también, como gobierno de los Estados Unidos, de interferir por todos los medios en la política del gobierno legítimo de Colombia, planeando incluso su derrocamiento, minando a cada paso las acciones del gobierno del presidente Gustavo Petro, al que los estadounidenses han declarado enemigo a derribar.
Dentro de esa dinámica se encuentra el último ejemplo político que ha tomado Trump, acusando de forma increíble y asombrosa al presidente de Colombia de “ser un líder del narcotráfico”, tras lo cual la Administración Trump a acordado in incremento de los aranceles a Colombia del 25%. En sus ultimas declaraciones Gustavo Petro a afirmado sin rodeos que "Estados Unidos buscan interferir en las elecciones colombianas de 2026". Por su parte, el gobierno de Nicolás Maduro ha manifestado que "ve con extrema alarma el uso de la CIA, que considera forma parte de una politica de agresión, amenaza y hostigamiento en contra de Venezuela".
Simultaneamente los Estados Unidos mantienen un despliegue militar en todo el Mar Caribe, bajo el falso argumento de "un supuesto combate al narcotráfico procedente de Venezuela", mientras que el gobierno de este país argumenta que "se trata de amenazar en contra de Venezuela para provocar un cambio de gobierno". De paso, todo apunta a que no solo en Venezuela, también en Colombia.
Este mismo miércoles, “EE. UU. ataca en menos de 24 horas a dos supuestas narcolanchas en el Pacífico. Cinco tripulantes fueron asesinados en los últimos ataques, según la información difundida por el titular del Departamento de Guerra, quien ha asegurado que "estos ataques continuarán, día tras día. El titular del Departamento de Guerra, Pete Hegseth, informó este miércoles que el Comando Sur de Estados Unidos realizó otro "ataque cinético letal" contra una embarcación en el océano Pacífico cerca de las costas colombianas, eliminando a los tres tripulantes y comparó a los supuestos narcotraficantes con el grupo terrorista Al Qaeda. Estos ataques continuarán, día tras día", dijo Hegseth en su cuenta oficial de Truth y agregó que no se trata de "simples narcotraficantes" sino de la "Al Qaeda" de "nuestro hemisferio y no escaparán de la justicia". (Agencia EFE, recogido en “Publico", 23/10/2024).
Seria hasta infantil por nuestra parte pensar que todo ello se trata solo de medidas económicas. Es claro que los EE. UU. ven a Gustavo Petro como un peligro político, no solo en Colombia, sino para continuar con su dominio en el conjunto de Latinoamérica. Gustavo Petro está configurándose como un destacado dirigente de la izquierda colombiana, latinoamericana y mundial.
Gustavo
Petro denuncio sin ambigüedades, ante la Asamblea de la ONU, el papel criminal
y cómplice del imperialismo estadounidense en el genocidio sionista en Gaza, ha
venido denunciando los planes de EEUU en derrocar al gobierno venezolano con el
único propósito de poner sus manos en el petróleo y otros minerales del país, …
y no menos importante: ha denunciado el bombardeo de lanchas en el mar caribe
no para luchar contra el narcotráfico, como pretexta hipócritamente Marco Rubio
(Secretario de Estado) y Donald Trump, sino como una forma concreta de asustar
al conjunto de los países de América Latina, a los que con unas bombas sobre
lanchas que portan jóvenes migrantes, intentan “convencer” de que el gobierno
yanqui puede bombardear a cualquier país de la zona que no diga “amen” a sus
políticas.
Kristi Noem, Secretaría de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, incluso se atrevió a acusar directamente a Gustavo Petro de “proteger al Tren de Aragua”, que por cierto no es otra cosa que un clan de delincuentes peligrosos, pero delincuentes y no narcotraficantes, con el fin de vincular al gobierno de Colombia con el de Venezuela. De forma vergonzante e ilegal, desde el punto de vista formal de la Diplomacia internacional, el propio reaccionario Marco Rubio ordeno eliminar las Visas en EEUU de Gustavo Petro, al igual que de otros funcionarios colombianos, minutos después de la intervención del presidente colombiano ante la Asamblea General de la ONU, en la que abiertamente denuncio el genocidio de Israel, con la complicidad norteamericana y europea, en Gaza.
El gobierno Trump considera un peligro mortal para los intereses del menguante imperialismo norteamericano en toda la región que continue teniendo un presidente, aun siendo un reformista de izquierdas, en la Casa de Nariño, en Bogotá. Es por todo ello que en estos meses atrás hemos visto todo tipo de operaciones y participaciones de altos funcionarios y representantes estadounidenses en planes de hasta golpes de estado en contra del gobierno Petro. Y las políticas de castigos arancelarios no son más que una pequeña parte en todo ese tipo de operaciones. Hoy mismo Trump ha subido de nuevo el tono y según “Radioprensa” el presidente norteamericano ha afirmado que “los colombianos tienen al peor presidente de la historia. Es un lunático”
Acostumbrados a décadas y décadas de aplastante dominio por todo el mundo, la clase dominante norteamericana no esta acostumbrada a tolerar nada ni a nadie que cuestione mínimamente sus panes y objetivos. Ellos exigen total sumisión y obedientes tontos en los gobiernos de la zona para continuar haciendo que el conjunto de Latinoamérica continue siendo “el patio trasero del imperialismo USA”.
Con la mentalidad de quienes siempre han vivido pensando que los Estados Unidos son los 50 Estados, más al norte Canadá y hacia el Sur toda América Latina. Y al otro lado del Atlántico, por supuesto la subordinada Europa, incluyendo sus súbditos de Gran Bretaña.
¿No es esta mentalidad imperial la que está detrás de los bombardeos a Venezuela de los aranceles a Brasil y de los planes en contra de Colombia y su gobierno? Todos estos países tienen algunos denominadores en común, pero el central es que en el ultimo periodo se han acercado comercial y económicamente a Rusia, con especial énfasis a China, que es visto en la practica como el enemigo directo número uno a batir por el imperialismo estadounidense, en su lucha por mantener sus zonas de influencias en el mundo.
En el caso concreto de Colombia, el imperialismo norteamericano ha estado acostumbrado a dominar el país, apoyándose en ese dominio para el control de gran parte de la región también, mediante la colocación en el poder político de títeres reaccionarios, a los que consentía todo tipo de tropelías (corrupciones generalizadas, paramilitarismo, narcotráfico, …)a cambio de que obedecieran fielmente sus dictados. ¿Y de que otra forma podríamos llamar a todos los presidentes que ha tenido el país desde tiempos inmemoriales?:
· * Misael Pastrana Borrero (7- agosto - 1970 a 7 –
agosto – 1974).
* Alfonso López Michelsen (7 – agosto – 1974 a 7 –
agosto – 1978).
* Julio César Turbay Ayala (7 - agosto – 1978 a 7
- agosto – 1982).
* Belisario Betancur Cuartas (7 - agosto – 1982 a
7 - agosto – 1986).
* Virgilio Barco Vargas (7 – agosto – 1986 a 7 -
agosto – 1990).
* César Gaviria Trujillo (7 - agosto – 1990 a 7 –
agosto – 1994).
* Ernesto Samper Pizano (7 - agosto – 1994 a 7 - agosto
– 1998).
* Andrés Pastrana Arango: (7 de agosto de 1998- 7
de agosto de 2002).
* Álvaro Uribe Vélez (7 - agosto – 2002 a 7 - agosto
– 2010).
* Juan Manuel Santos Calderón (7 - agosto – 2010 a
7 - agosto – 2018).
* Iván Duque Márquez (7 - agosto – 2018 a 7 - agosto – 2022).
Y el 7 de agosto de 2022 llego a la presidencia Gustavo Petro (7 – agosto – 2022 a presente), quien fue auspiciado al poder no por el imperialismo y las fuerzas reaccionarias del país (la oligarquía, los grandes empresarios y banqueros), sino por los trabajadores, la juventud y el conjunto de los sectores oprimidos de la sociedad colombiana. Es por ello que los reaccionarios y el imperialismo estadounidense ven a Gustavo Petro como al representante de los oprimidos de Colombia y es el motivo por el cual lo tratan como a su enemigo mortal.
Aquí es necesario que recordemos que un año antes de la victoria electoral de Petro los trabajadores, los oprimidos y la juventud colombiana habían derrotado claramente, en las calles, con la movilización y la lucha, al títere del uribismo, al presidente Iván Duque, que se sostuvo meses en el poder por la negativa de los dirigentes del Comité del Paro y del propio Pacto Histórico, que prefirieron aplazar la lucha hasta derrotarlo en el terreno electoral.
Desde aquel entonces, desde el estallido social de 2021, la oligarquía y el conjunto de la clase dominante reaccionaria de Colombia, de la mano de sus aliados los imperialistas norteamericanos, no perdonan a las masas colombianas la tremenda demostración de fuerza que hicieron en las calles durante meses, que hizo tambalear al gobierno Duque con caer en cualquier momento y que preparo socialmente el triunfo para el primer presidente de izquierdas que ha tenido Colombia, Gustavo Petro.
Desde entonces, como decimos, la oligarquía, los grandes empresarios y banqueros, de la mano de sus títeres políticos reaccionarios, los uribistas, esperan el momento adecuado para llevar a cabo su revancha contra las masas colombianas y sus representantes políticos progresistas, en cuya cabeza esta Petro.
Las medidas que acaba de anunciar la Administración Trump esta en esa línea. Los reaccionarios colombianos están afónicos de pedir a los imperialistas estadounidenses que intervengan para deponer a Gustavo Petro y devolverles a ellos el gobierno. Las conversaciones que se escucharon d ellos audios de Álvaro Leiva con congresistas y senadores reaccionarios norteamericanos, próximos a Marco Rubio y Trump, así lo demostraban de forma inequívoca. Y los aranceles y las constantes amenazas de los norteamericanos, interfiriéndose de forma repugnante en los asuntos colombianos, muestran esa misma y única cosa: es un claro mensaje al conjunto de la población, a los cuales vienen a decir: “Si se atreven en so26 a votar de nuevo a la izquierda, al partido de Petro, hundiremos la economía colombiana y con ella a todos vosotros”.
Desde este Blog hemos explicado reiteradamente que la única solución definitiva a los problemas que afrenta Colombia, a los que se enfrenta el gobierno de Gustavo Petro, es “pasar de las palabras a los hechos. Que es imposible tener satisfechos a todos al mismo tiempo, que bien el gobierno se entrega a los poderosos, como ellos desean, o bien para satisfacer las crecientes necesidades e intereses de los trabajadores, a la juventud y a los oprimidos del campo y la ciudad, enfrenta los desafíos y tareas pendientes de enfrentarse a los sectores más opulentos de a sociedad, a esas 50 familias que controlan el grueso de las palancas fundamentales de la economía colombiana, desde las grandes fincas agrícolas y ganaderas, a las grandes conglomerados de empresas y los bancos, todo ello en manos del 1 por ciento de la población, que solo entienden de beneficios y más beneficios, a costa de mantener en la pobreza y la extrema necesidades a la aplastante mayoría de la población”.
Esos grupos son los verdaderos dueños de Colombia, de su economía y del poder real, los mismos que controlan y fomentan todo tipos de clanes de corrupción en el país, tanto en el ámbito privado como en los propios organismos del Estado colombiano, infectados y controlados por esos clanes corruptos que compran a Congresistas, Senadores, Fiscales, Jueces y funcionarios al más alto nivel, ….
Esos son los mismos que anhelan y desean volver aun más a las políticas de la cínicamente llamada “seguridad democrática” de la época de los gobiernos de Álvaro Uribe Vélez, cuando desde el gobierno de Antioquia primero, luego desde la presidencia del país, auspicio y fomento la proliferación del paramilitarismo, con el cual asesino, masacro y elimino a cualquiera que le molestara, a el o a los ganaderos y ricachones de Colombia. Que duda cabe que el paramilitarismo fue el complemento perfecto para que todos ellos pudieran participar y dirigir los negocios del narcotráfico, de lo cual se enriquecieron y enriquecen más y más.
Cuando decimos que el Gobierno Petro solo tiene la opción de “pasar de las palabras a los hechos”, lo decimos en el sentido más literal del término. Cada vez que la oligarquía, los poderosos económicos y sus ramificaciones mafiosas han intentado doblar el pulso a Petro, el gobierno solo ha tenido a un aliado fiel y firme: la clase trabajadora, la juventud y los oprimidos de Colombia, que en cada ocasión han salido a las calles a defender las reformas del gobierno frente a las maniobras de los reaccionarios por frenarlas y hacer que el gobierno las abandona.
La única forma de que el gobierno de Petro, al igual que el que el pueblo colombiano elija en 2026, pueda llevar adelante un genuino programa en beneficio de los intereses de la mayoría aplastante de la sociedad es precisamente que se base en el pueblo organizado y movilizado en pro de asentar y llevar adelante esas políticas para la mayoría.
Frente a esto sabemos que la clase dominante intentara continuar sus constantes ataques, de diversas formas, frente al gobierno. Más corrupción, más violencia, más llamamientos y visitas a Washington rogándole a sus amos que intervengan contra Petro y el gobierno progresista, … Todo ello esta y estará en el orden del día de la extrema derecha, representantes fieles de las oligarquías del pais, y de sus amos los imperialistas norteamericanos. Y frente a ello tenemos la obligación y la necesidad objetiva de organizar y movilizar al pueblo, a los pueblos, barrios y ciudades de toda Colombia.
En última instancia debemos explicar una y mil veces que el destino y el futuro de Colombia, como el de Venezuela o el de cualquier país de la región lo deben de decidir democráticamente las mayorías de las sociedades de esos países: nuestro lema tiene que ser claro y contundente:
¡¡Fuera las injerencias yanquis y de las oligarquías del futuro de los pueblos latinoamericanos, de los cuales Colombia es un pilar central!!
¡¡El gobierno, y su política, en cualquier país, solo es competencia y asunto, para decidirlo, de la propia clase obrera y el campesinado en cada país!!
Hasta ahora hemos visto como en cada ocasión importante en donde el presidente Petro se ha visto obligado a enfrentarse al gobierno Trump, los lacayos reaccionarios colombianos se han puesto al lado de sus amos del Imperio, los cuales intentan contribuir a obstaculizar al máximo los márgenes de maniobras del que es el primer gobierno progresista de la historia de Colombia. A ellos les resbala olímpicamente que sea el gobierno elegido con el mayor numero de votos de la historia del país.
De cualquier forma, en estos momentos parece un escenario bastante improbable que la reacción colombiana pueda poder ganar ni siquiera en el terreno electoral, en el que siempre estuvieron acostumbradas a realizar todo tipo de juegos sucios, incluyendo la compra de votos. El “Centro Democrático”, el partido de Uribe atraviesa una profunda crisis existencial, en donde unos cuantos candidatos erráticos transmiten la misma confianza que puede producir un sancocho cocinado varios meses antes de ser consumido, con líos entre ellos mismos y judiciales pata la práctica totalidad de sus miembros, incluyendo al propio Álvaro Uribe.
Si miramos objetivamente la situación, como debemos de hacerlo siempre, vemos como la realidad es que la oligarquía nacional tiene bastantes problemas para reconducir favorablemente la situación a sus intereses de clase. Cuando pusieron mil trampas y obstáculos para que la “reforma laboral” se aprobara, tuvieron que dar marcha atrás rápidamente ante solo los inicios de conatos de luchas de la clase obrera y de los campesinos en todo el país. Ante ello la oligarquía, que aun tiene fresca la memoria del estallido social de 2021, se hicieron a un lado, “permitiendo que la reforma pasara y fuera aprobada. Esto es un barómetro fiable de lo que podemos conseguir con una política firme, asentada en el apoyo de las masas, frente al boicot de los reaccionarios.
REFOMISMO O REVOLUCION: No a las políticas a Medias
A estas alturas es claro que las políticas progresistas en el pais tienen aliados poderosos en contra: la oligarquía, los grandes empresarios y banqueros, que son los que finalmente están detrás igualmente del paramilitarismo y el narcotráfico. Pero está claro también que, al menos por ahora, la clase obrera, los campesinos pobres, la juventud y el conjunto de los oprimidos de la sociedad colombiana están prestos a apoyar y defender al gobierno progresista y las políticas de reformas que puedan mejorar las condiciones de vida de la aplastante mayoría de la sociedad. Es en ello en donde debemos basarnos y fundamentarnos para llevar a cabo la defensa de nuestros intereses.
En nuestra opinión el mayor peligro que enfrentamos en Colombia, al igual que ocurrió en su día en Venezuela y en otros países en donde se intento llevar a cabo políticas para la mayoría, no es solamente el peligro que representan las clases dominantes nacionales y los apoyos que tienen de los imperialistas estadounidenses. El mayor peligro, como decíamos antes es “no pasar de forma urgente de las palabras a los hechos”, a llevar adelante, al terreno concreto de la practica, las promesas de mejoras de las condiciones de vida y trabajo para la inmensa mayoría de la sociedad.
Siempre quedarse a medio camino, en donde las promesas nunca se acaban de materializar en la vida cotidiana de las masas, acaba creando frustración, apatía y desmoralización. Y son esos momentos los que aprovechan las elites dominantes para plantearse “volver a tomar el control, con cuchillo entre los dientes y ajustar cuentas con la clase trabajadora y los oprimidos”.
La situación actual en Colombia es favorable para la lucha y los objetivos de la clase obrera, los campesinos pobres, la juventud y los oprimidos en el país. Y porque es favorable es por lo que la oligarquía está en pánico. Pero sino completamos las tareas que tenemos pendientes, si los dirigentes del Pacto Histórico continúan con mera retórica y sin completar el programa gracias al cual ganaron el gobierno, corremos el riesgo de que el movimiento decaiga y la reacción se envalentone más aun. Insistimos, Petro, Cepeda, Corcho y todos los demás deben de pasar de las palabras a los hechos.
La política exterior siempre es la continuación de la política interior y como dicen los científicos, “la experiencia es la madre de toda la sabiduría humana”. Es necesario no solo en los discursos, sino en el día a día de la practica llevar adelante unan clara política que no deje lugar a dudas ante las masas de las verdaderas intenciones y dirección en la que queremos ir.
Frente a las bravuconadas de la Administración Trump en contra del gobierno progresista es necesario que se apruebe de forma inmediata que todas las bases norteamericanas sobre suelo de Colombia salgan del país inmediatamente. Junto a la eliminación de las bases americanas del territorio, todo el personal militar estadounidense debe abandonar el país, pues como la experiencia ha demostrado fehacientemente no están para nada que no sea “conspirar contra el gobierno presidido ahora mismo por Petro”. Eso de la lucha contra las drogas en “un cuento infantil que no es creíble ni por los niños de la educación infantil”.
Pero tenemos que ser concretos en todo, también en decir la verdad tal cual es: mientras el poder real esté en manos de las 50 familias de ricachones, muchos de los cuales viven en Miami, Madrid o Paris, ni este gobierno, ni ningún otro, podrá abordar políticas serias que den soluciones a los problemas fundamentales de la inmensa mayoría de la sociedad. Tú no puedes decidir y tomar medias sobre aquello que no controlas: es urgente y necesario proceder de inmediato a expropiar las 500 empresas estadounidenses que operan sobre territorio colombiano, poniéndolas bajo el control democrático de los trabajadores. Si los imperialistas usan la amenaza de “cerrar las empresas para aumentar el desempleo”, es nuestra obligación expropiarlas y ponerlas bajo control obrero democrático, para que funcionen para satisfacer necesidades sociales.
Es obvio que la clase dominante colombiana y extranjera pondrán el grito en el cielo. Pero total, ya lo hacen ahora sin haber tomado esas necesarias medidas. No podemos permitir que los trabajadores continúen teniendo empleos y salarios miseros, que la juventud continue sin medios para poder estudiar dignamente, sin que las familias tengan acceso a una vivienda digna, sin que la salud sea un derecho universal de calidad para todos, al igual que las pensiones de vejez,…
Y todo ello choca con un solo y único problema de fondo: la existencia de un puñadito de superricos dueños de todo, incluyendo de la propia existencia o no de nuestras vidas. En los últimos meses, según la Revista Forbes, existen los 6 colombianos más ricos que poseen unan fortuna en dólares por encima de los US$12.700 millones. Estos serían los siguientes:
1.-
David Vélez
Fortuna: US$11.500
millones
Edad: 42
años
Ganancia
2023 &2024: 155.56%
2.- Jaime Gilinski Bacal
Fortuna: US$7.800
millones
Edad: 66
Ganancia 2023 vs. 2024: 166.67%
3.- Luis Carlos Sarmiento Angulo
Fortuna: US$7.200
millones
Edad: 91
Ganancia 2023 vs. 2024: 12.5%
4.-
Beatriz Dávila de Santo Domingo
Fortuna:
US$3.700 millones
Edad: 85
Ganancia
2024 vs. 2023: 2.78%
5.- Alejandro Santo Domingo
Fortuna:
US$2.800 millones
Edad: 47
Ganancia
2023 vs. 2024: 7.69%
6.- Andrés Santo Domingo
Fortuna:
US$1.700 millones
Edad: 45
Ganancia 2023 vs. 2024: 5.2%
Pero todo el mundo sabe que los únicos en la sociedad que produce son los trabajadores, aquellos que se dejan sus vidas en largas jornadas de trabajo, a cambio de salarios la mayor parte de las veces miseros y sobre los cuales ejercen una despiadada explotación laboral personas como estas que aparecen en las listas de superricos.
Nos acusan y acusarán de “socialistas, de comunistas”, ….. y de miles de cosas más. Siempre lo han hecho. Pues bien, si queremos que desaparezcan las bolsas, los oceanos de miseria social creciente, queremos acabar con la situación de que solo unos pocas familias adineradas gracias al fruto del robo de nuestro trabajo y derechos, puedan vivir en islas de lujos asquerosos, de derroches absolutos. En este sentido nos "confesamos culpables del crimen de querer que la inmensa mayoría de la sociedad viva en condiciones dignas, de luchar por la justicia social".
Estamos plenamente convencidos de que cuando este programa y esta lucha sea asumida como suya por la mayoría de los colombianos, de los latinoamericanos, será posible cambiar la sociedad, comenzar a construir un verdadero y bello jardín terrenal, en el cual todos y todas podamos vivir una vida verdaderamente humana, en donde tampoco los imperialistas estadounidenses podrán evitar que la potente clase obrera norteamericana comience la lucha por implantar una sociedad basada en la plena justicia social también en los propios Estados Unidos. Nuestro programas y objetivos serán los mismos.
¡¡ADELANTE, JUNTOS PODEMOS!!
¡¡ EL FUTURO ES NUESTRO, ENFRENTEMOS LA BARBARIE CAPITALISTA !!
¡¡ FUERA EL IMPERIALISMO GRINGO Y SUS COMPLICES DE LA OLIGARQUIA !!

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