PAREMOS LAS AGRESIONES IMPERIALISTAS EN VENEZUELA
¡Las Manos del Imperialismo Fuera de Venezuela, Colombia y Latinoamérica!
Donald Trump decretó el pasado sábado 29 de noviembre el cierre del espacio aéreo de Venezuela. Las principales aerolíneas internacionales procedieron a suspender los vuelos de pasajeros y del transporte de mercancías. En todo ello no solo estaba las órdenes del imperialismo estadounidense, sino también el visto bueno de los gobiernos capitalistas de Europa. Todo esto marca una clara elevación en los ataques del presidente ultraderechista de EEUU, en una clara medida de agresión imperialista, la cual viola cualquier tipo de soberanía nacional de Venezuela.
Toda esta escalada de agresiones imperialistas en la zona comenzó el pasado 20 de agosto, cuando los EEUU iniciaron el despliegue de fuerzas militares en el Mar Caribe, junto a las costas venezolanas. Este despliegue incluye varios buques de guerra, con un portaaviones y hasta un submarino nuclear.
Desde ese momento él envió de medios militares de EEUU ha pasado de las 4.500 iniciales a más de 15.000 en estos momentos, con medios que incluyen el “Gerald Ford”, que de hecho es el buque de guerra más grande de todo el mundo, a bordo del cual viajan más de 4.000 marines.
Desde la misma
“Casa Blanca” confirman que hasta el momento sus efectivos han “destruido” 17
lanchas venezolanas, colombianas y hasta de la vecina Trinidad y Tobago.
Confirman que han asesinado más de 66 personas. Las Asociaciones de Derechos
Humanos, al igual que los propios gobiernos de Venezuela y Colombia, elevan
estas cifras hasta más de 20 lanchas y más de 83 muertos.
Con esta nueva medida Donald Trump da pasos firmes hacia la intervención directa sobre Venezuela, decretando el cierre de todo el espacio aéreo de Venezuela. Ello supone una clara violación de toda la legalidad y una nueva agresión de carácter imperialista contra la soberanía venezolana y del conjunto de los pueblos de la zona.
“¿Cuál es el principio de la soberanía estatal sobre
el espacio aéreo?:
Este principio ha obtenido amplia reafirmación
jurídica internacional en tratados internacionales multilaterales, así como en
las leyes nacionales de la mayoría de los países, en el derecho aéreo no se
admite libertad de vuelos de aviones civiles extranjeros y el contenido del
principio de la soberanía sobre el espacio aéreo presupone el derecho del
Estado a fijar el régimen de su espacio aéreo. Ningún presidente de otro Estado
puede determinar, violar este principio y menos ordenar que cierren el espacio
aéreo de la República Bolivariana de Venezuela.
La OACI que es la organización que vigila estas normas técnicas debería
pronunciarse, pues los Estados firmantes de la Convención de Chicago son los
que las aplican. Lo que ha hecho Trump
es una injerencia ilegal violando la soberanía del espacio aéreo de Venezuela”.
El Narcotráfico como “excusa de la intervención”
Anunciando Donald Trump la orden de cerrar el cielo de Venezuela, reconoció abiertamente que también había ordenado a la CIA “ejecutar operaciones encubiertas en suelo venezolano, amenazando con trasladar los ataques marítimos a tierra, bombardeando territorios fronterizos de Colombia y Venezuela”.
Donald Trump está utilizando una asquerosa “cortina de humo” para justificar toda su política salvaje de injerencia imperialista, acusando sin ningún sustento que lo avale mínimamente, al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, de ser el líder del supuesto “Cartel de los Soles”, de cuya existencia todos los investigadores serios dudan. Hasta los propios informes de la DEA demuestran la total falsedad de estas acusaciones. Las rutas del fentanilo y hasta del 80% de la cocaína hacia los EEUU no pasan por Venezuela, sino por el Pacífico, desde los países con Gobiernos aliados de D. Trump, como son en estos momentos Perú y Ecuador.
Resulta hasta patético los esfuerzos del gobierno Trump de vincular al gobierno de Maduro con el narcotráfico, como pretexto para la intervención en el país. La Secretaria de Estado de EEUU elaboro una nueva y amplia lista de Cárteles, a los cuales ha declarado como Organizaciones Terroristas Extranjeras (FTO, en sus siglas en inglés). ¿Pero esto qué tiene que ver? Pues entre los señalados está el llamado Cártel de los Soles, por el cual Donald Trump acusa a Nicolás Maduro y a Diosdado Cabello, de ser sus lideres. Sin embargo, la Administración Trump tampoco dice la verdad en este caso, ya que el Cártel de los Soles no es una organización de narcotráfico, si una red de corrupción por dentro de las fuerzas armadas venezolanas, en la que si participan altos cargos militares, con el objetivo de enriquecerse.
Durante décadas Washington ha sido señalado como cómplice y protector de los grandes capos del narco, habiendo utilizado a esos mismos carteles, y a sus bandas paramilitares, con el objetivo de combatir asesinamente a la izquierda, a las luchas de los trabajadores y la juventud, así como de combatir los movimientos revolucionarios por todo el continente.
Marx, parafraseando a Hegel, explico que “la historia se suele repetir, pero nunca al mismo nivel, sino unas veces como falsa y otras como tragedia”. La historia del dominio de Latinoamérica por los EE. UU. está plagada de altas dosis de barbarie. ¿O olvidamos sin más la financiación del imperialismo estadounidense a la Contrarrevolución con el objeto de sabotear la revolución sandinista en Nicaragua, financiación que hicieron con el dinero que obtenían de la venta de crack y otras drogas?
La CIA, junto a
todos sus peones ultraderechistas latinoamericanos tienen un vasto y largo
historial en la participación y colaboración con todos los grandes capos y
organizaciones del narcotráfico. Ello fue clave, por ejemplo, en el surgimiento
y mantenimiento del paramilitarismo en Colombia, en toda su historia,
incluyendo ese gran capo del narco t organizador de las bandas criminales del
paramilitarismo, llamado Álvaro Uribe Vélez, el aliado eterno de los gobiernos
norteamericanos.
El imperialismo y sus agentes en todo el continente extendieron como apéndices las redes del narco y el paramilitarismo a todas las estructuras de los Estados, conectando estas acciones criminales con los aparatos policiales, militares y judiciales, como está quedando en evidencia en el reciente juicio del paraco/narco expresidente de Colombia, un reconocido trumpista, Álvaro Uribe, o con el reciente anuncio de Trump de llevar a cabo una amnistía sobre el expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, del cual el gobernante estadounidense aseguró, sin aportar ninguna prueba de ello, que la administración Biden le "tendió una trampa para condenándolo por cargos de narcotráfico”.
La brutal hipocresía del imperialismo norteamericano, y de sus gobiernos en la Casa Blanca, llega a cuotas elevadísimas. Existen centenares de denuncias, incluso procesos judiciales con sentencias firmes, que vinculan claramente a diferentes entidades bancarias estadounidenses con FINANCIACIÓN Y BLANQUEO DE CAPITALES DEL NARCO. Pero no hemos visto un solo encarcelamiento de directivos de esos bancos, que viven en una absoluta impunidad.
Pero todo ello no es otra cosa que un sistema de funcionamiento de las grandes elites, de los grandes dueños de empresas y entidades bancarias y financieras, que viven también en los circuitos del tráfico de cientos y miles de toneladas de las drogas a nivel mundial. Que enorme hipocresía la de la Administración Trump, que justo cuando están amenazando y tomando medidas en contra de Venezuela, se permiten anunciar el ya referido indulto al fundador ultraderechista del Partido Nacional de Honduras, a José Orlando Hernández, que hasta ahora estaba condenado a 45 años por liderar a uno de los grupos más importantes del narcotráfico centroamericano y que por supuesto también destaco por ser ejecutor de una política sistemática de represión llena de sangre en contra de los activistas de la izquierda.
Insistimos, detrás de toda esta política consciente de Donald Trump no existe interés en luchar contra ningún tipo de Narcos, mucho menos de bandas del Paramilitarismo, en ningún país de Latinoamérica. Las verdaderas y auténticas intenciones de Trump y los imperialistas está en sus intentos de recuperar al máximo todo su “patio trasero”, sus áreas de influencias para que sus multinacionales continúen e incrementen el dominio sobre las materias primas, la mano de obra barata y se garanticen continuar explotando a sangre y fuego a toda la región. Nunca dudaron en utilizar los medios que fueran para ello, desde los regímenes dictatoriales, a la organización de Golpes de Estado y la imposición de gobiernos títeres represores de todos los derechos de la mayoría, a la que han arrancado miles de víctimas en estos años atrás.
Los EEUU vieron en los últimos años surgir una potente amenaza a su dominio en el continente, con el ascenso imparable de China, que se convirtió en el socio comercial principal del conjunto de los países de Sudamérica y empuja en el mismo sentido de desplazar a los EEUU en países como Brasil, Perú, Chile, Argentina. A pesar de ser países con gobiernos aliados de Washington, se están viendo en la necesidad de llegar a acuerdos comerciales amplios con Beijing.
La repetición es la madre de la sabiduría humana. Repetimos, Washington esta señalado como cómplice participe en los Carteles del Narcotráfico y ha utilizado desde el principio a las Bandas Paramilitares para combatir los movimientos de lucha de los trabajadores, la juventud y el conjunto de los oprimidos, a la izquierda en todo el continente. Ahora sus payasadas que hacer creer que las medidas que está tomando es para luchar contra el narco está completamente fuera de la realidad. Estas maniobras las hace el imperialismo y sus multinacionales al objeto de recuperar y no perder más posiciones en América latina.
Es claro que toda la política de la Administración Trump contra Venezuela tiene por objeto el hacerse con el control total del petróleo, al igual que con el resto de sus riquezas energéticas y mineras, en la forma que sea. EEUU no puede permitir que en la lucha a vida o muerte que ahora mismo mantiene con China por la hegemonía mundial, un país como Venezuela, extremadamente rico en recursos naturales, no esté bajo la órbita del imperialismo norteamericano. Sin lugar a dudas que este es un objetivo con el cual los gobiernos y las multinacionales norteamericanas llevan soñando desde hace ya tiempo, en el cual la fortaleza de la revolución bolivariana les cortaba acceder a esos planes.
En estos momentos la Administración Trump está viendo las cosas de otra forma, en la medida en que son conscientes de que el régimen de Nicolas Maduro es seriamente cuestionado internamente en Venezuela, sobre todo ante el repliegue de las conquistas revolucionarias y el carácter cada vez más bonapartista del propio régimen de Maduro. Ello ha estado detrás de la visión de Trump y de sus asesores, que consideran está llegando el momento de golpear fuerte y poner fin a las cortapisas que les impiden hacerse con el petróleo y el resto de los recursos naturales. Golpean al gobierno de Maduro y envían, al mismo tiempo un claro mensaje a todo el mundo: "por mantener nuestra supremacía estamos dispuestos a sembrar el mundo de guerras y llenar las sociedades de barbarie creciente. EEUU lo primero”.
Todo ello lo han dejado claro meridianamente con el apoyo y respaldo de los EEUU al genocidio en Gaza, a su intervención directa en Siria, en su mantenimiento a la guerra en Ucrania. Y ahora, lo están comenzando a hacer con Venezuela. Todo es claro y nítido. Los estadounidenses quieren dejar claro que no toleraran más que el petróleo venezolano, que durante todo un siglo tuvo a EEUU como principal destino, ahora tenga como destino en un 85% a China. Los imperialistas estadounidenses no perdonan que Venezuela buscara el reemplazo a EEUU en la compra de armamento, situando a Rusia como a su principal proveedor.
El gran juego imperialista: Venezuela una pieza clave
Sin lugar a duda que Nicolas Maduro se mantiene en el poder, entre otros factores, por el apoyo de los militares venezolanos. En ello no ha jugado, ni mucho menos, un papel secundario el apoyo de Beijing y Moscú ha brindado a Maduro ante cada embestida importante de las propiciadas por los estadounidenses. La casta de oficiales del ejército venezolano participa directamente en la gestión de numerosas empresas “mixtas”, que han sido creadas al amparo del Estado venezolano, con la participación también de los capitalistas chinos y rusos.
Todo ello junto con la realidad de que una parte importante del empresariado venezolano, no solo la llamada “boliburguesía”, que nació de las entrañas de la propia burocracia del Estado, sino también la burguesía tradicional, están haciendo excelentes negocios con la política capitalista del régimen de Maduro y sus acuerdos con chinos y rusos. Esta misma burguesía que años atrás odiaba a muerte al régimen de Hugo Chávez, que organizaba todo tipo de sabotajes y complot para acabar con la revolución bolivariana, ahora hacen crecientes negocios con el bonapartista Maduro, que además reprime los intentos de lucha de los trabajadores y encarcela a activistas sindicales y hasta los militantes del Partido Comunista Venezolano.
Donald Trump fuerza ante todo ello la maquinaria del imperialismo norteamericano para intentar romper los lazos económicos de Venezuela con sus competidores directos, China y Rusia. No concilia con la permanencia de ese tipo de acuerdos, que además crean un precedente para otros países de la zona. Antes que toda esta situación se consolide aun más, los EEUU están forzando su maquinaria bélica con el objetivo de romper todos esos acuerdos, de un país que como hemos explicado es clave para los intereses imperialistas norteamericanos.
Como todo en la política del imperialismo, en ocasiones resulta patético ver como son capaces de combinar las acciones militares más reaccionarias, con falsos llamamientos al “dialogo y la paz”. Trump esperaba a estas alturas haber abierto brechas de crisis interna dentro del régimen de Maduro. Hasta ahora no parece que lo hayan conseguido y Nicolas Maduro les ha respondido movilizando varias decenas de miles de soldados y reservistas, al tiempo que haciendo llamamientos a la población para poder poner a todo el país en estado de pie de guerra. Pero también, mostrando el carácter de clase del régimen madurista, haciendo concesiones ante algunas de las políticas de exigencias de Trump.
En febrero, ante las primeras amenazas de Trump, Maduro puso en libertad a varios reconocidos golpistas venezolanos, identificados con la Oposición y también por ser miembros de los Servicios Secretos estadounidenses, que habían participado directamente en planes terroristas, algunos de ellos provocando la muerte de decenas de personas.
Maduro igualmente acepto imposiciones sobre los migrantes venezolanos deportados, al tiempo que autorizo la explotación de algunos yacimientos petroleros, de los más rentables, a compañías multinacionales norteamericanas. Si con ello pretendía calmar a la Administración Trump, se equivocó. Este tipo de dirigentes como Maduro siempre tienen el genio de conseguir lo contrario de lo que pretenden conseguir. Estas concesiones solo envalentonan más a los imperialistas y al propio Trump.
De cualquier forma, la verdadera situación es extremadamente volátil y Trump sigue empeñado en enseñar su puño y golpear cada vez que puede con el. Cualquier accidente en la situación podría provocar un cambio drástico en toda la situación, de Venezuela y del conjunto de la región. La Administración reaccionaria de Trump ha logrado en los últimos meses aparentes éxitos, que pueden transformarse en su contrario también en cualquier momento. Pero cosecho éxitos en su política con Noboa en Ecuador, en Argentina con Milei, los derechistas han vencido en Bolivia y también, lo cual no es secundario, la posible victoria de la extrema derecha en las elecciones presidenciales en Chile. Todo ello no hace más que envalentonar aún más a Trump en sus aspiraciones imperialistas.
Con todo ello no es extraño que veamos a Trump queriendo ganar todo en Venezuela. Esta misma semana, como prueba de que “van en serio”, la flota de guerra estadounidense impidió la llegada a las Costas de Venezuela de un Carguero ruso con “nafta”, producto que es fundamental para poder transformar el petróleo venezolano en gasolina, para poder garantizar el abastecimiento de combustible. Al final esa “nafta” fue suministrada por la empresa estadounidense Chevron.
Sin lugar a duda toda la situación está condicionada por multitud de variantes y de los propios intereses del imperialismo estadounidense en claro declive. Las perspectivas tienen pues un carácter condicional, como siempre, pero influenciadas de forma clara por las tendencias generales a la crisis y la volatilidad como elementos que provocaran profundos cambios bruscos y repentinos en toda la situación.
Sin lugar a duda que el gobierno Trump está sintiendo crecientes presiones de las elites de las multinacionales, ansiosas de tomar el petróleo y el resto de los minerales al asalto. Esas presiones empujan al gobierno de EEUU hacia una ofensiva militar que provoque un cambio de régimen en Venezuela. Y ello sería un importante triunfo político del trumpismo. Las tentaciones son claras, pero si andan precavidos es por las experiencias en el último periodo, en donde sin ir más lejos, se están viendo obligados a reconocer una derrota sin paliativos en la guerra de Ucrania, o como también se han visto obligados a “pausar su política de ocupación colonial en Gaza”, con la firma de un Plan de Paz, que es todo menos de paz. Se han quemado los bigotes y no desean quemárselos aun más en el terreno de lo que los consideran “su patio trasero”.
Las apuestas de Trump y los imperialistas norteamericanos son claras, pero la actuación de los gobiernos chino y ruso también juegan un papel en todo ello. Putin ha ratificado “el acuerdo de asociación militar estratégica con Caracas” y el gobierno de Xi ha realizado declaraciones rechazando las amenazas de Trump.
La derrota de la agresión, tarea de las masas
Cualquier analista puede ver que la actual agresión de EEUU contra Venezuela ya ha llegado más lejos que cualquiera de las anteriores. Es por ello que no es descartable, ni mucho menos, que los EEUU pudieran lanzar un ataque militar contra Venezuela, que tendría un carácter tremendamente sangriento. Solo ciegos empedernidos podrían negar esta posibilidad, más aun sabiendo por la experiencia que el trumpismo, el imperialismo estadounidense, ha demostrado reiteradamente ser capaces de provocar crímenes tremendos, incluyendo sus conscientes políticas de brutales violaciones a todos los derechos humanos fundamentales, incluyendo por supuesto los mayores ataques a toda la pretendida soberanía de los pueblos.
Es cierto que la mayoría de la población siente rechazo a las políticas capitalistas del régimen de Maduro, al igual que a su sistemática violación de los derechos de la clase obrera venezolana y sus ataques al sindicalismo y a la izquierda. Ello explica en parte por qué hasta ahora no se han producido movilizaciones significativas del pueblo venezolano, o de otros pueblos de la región, en contra de las políticas de ataques de los imperialistas.
Pero en perspectiva podemos afirmar que, si los EEUU comienzan acciones en tierra contra Venezuela, todo eso cambiara en cuestión de días o de horas. Debemos estar preparados ante esos cambios. Las imágenes en donde se vean caer bombas en territorio, de drones sobre terreno, provocaran un rápido estallido social, no solo en Venezuela, sino en Colombia y otros países de la región. Será nuestro deber estimular, apoyar y participar en la lucha de las masas de Latinoamérica en contra de los ataques del imperialismo yanqui. En principio parece que Trump no tiene interés en ver soldados norteamericanos sobre terreno venezolano. Ello es algo que los EEUU no se han atrevido hacer desde su estrepitosa derrota en Afganistán.
Los trabajadores, la juventud, los oprimidos de Venezuela, de Colombia, de Brasil, … no deben confiar ni un segundo en los imperialistas, ni de EEUU, ni de China, ni rusos. Todos ellos son nuestros enemigos declarados, No podeos confiar que nos defiendan unos sobre otros. Solo y tan solo podemos confiar en nuestra fuerza de lucha, de movilización y combate, llamando a las propias masas oprimidas de EEUU a luchar conjuntamente junto a nosotros, por vencer frente a los ataques que nos realizan en pro de beneficio privado de las elites dominantes.
El principal enemigo en cada país está en casa. Por supuesto somos de la opinión de que son los trabajadores y los oprimidos de Venezuela, de Colombia, de Brasil,... y también de Norteamérica, los que están llamados a ajustar cuentas contra nuestros enemigos de clase, que como vampiros utilizan sus posiciones dominantes en la sociedad para chuparnos la sangre, el sudor y la propia vida, con el objetivo de mantener e incrementar sus enormes capitales privados, a costa de condenarnos a cuotas inauditas de creciente barbarie en el declive del sistema capitalista, que no tiene nada progresivo que ofrecernos.
En nuestra lucha contra las agresiones del imperialismo inscribimos como tarea central la expropiación de las elites en nuestros países, la expropiación de las grandes empresas multinacionales, de la banca, las entidades financieras y de la tierra en poder de los grandes oligarcas. Todo ello debe pasar a estar en manos de los trabajadores, de los oprimidos bajo el capitalismo, para organizar un Plan Económico que permita erradicar el conjunto de las necesidades sociales existentes, presente y futuras.
El reciente levantamiento internacional en contra del genocidio en Gaza nos indica cual debe ser el camino a seguir para frenar los planes de Trump y el imperialismo yanqui. Una reciente encuesta de la CBS en EEUU indicaba que el 70% de la población estadounidense rechaza abiertamente las amenazas de Trump y los planes de una intervención militar.
La lucha por la transformación socialista de la sociedad en Venezuela, en Colombia y en el conjunto de Latinoamérica encontrara un poderoso aliado: la clase obrera norteamericana y las masas oprimidas, a los cuales el capitalismo en declive norteamericano tampoco tiene nada progresivo que ofrecerle.
¡¡ LA LUCHA LATINOAMERICANA CONTRA EL IMPERIALISMO YANQUI
!!
¡ Levantemos un poderoso movimiento de lucha internacional, derrotar las agresiones imperialistas !
¡Nos
unimos o nos hundimos! Es muy importante tener en cuenta algunos aspectos del planteamiento
del Comandante Hugo Chávez para
entender como los pueblos latinoamericanos han sido participes en las
incansables luchas por alcanzar la unidad, la autodeterminación y la soberanía,
legado de los libertadores –Simón
Bolívar-. Los años de opresión en
décadas pasadas por el imperialismo Yanqui y las sangrientas dictaduras
militares siempre han encontrado la heroica resistencia de hombres y mujeres
que con valentía y firme voluntad los han enfrentado para cambiar el rumbo de
la historia hacia gobiernos democráticos, progresistas y de izquierda, hoy
frente a las luchas por la soberanía sobre el espacio aéreo de la República
Bolivariana de Venezuela se presentan graves violaciones por parte del
imperialismo Yanqui de Donald Trump,
al cerrar el espacio aéreo de la República Bolivariana de Venezuela concepto
muy importante que es parte del derecho internacional que comprende las normas
reguladoras de las relaciones internacionales en lo que se refiere a la
utilización del espacio aéreo con fines de navegación área y de actividad
comercial.(BJEUM)
Comunicado de Prensa sobre
posición de Colombia ante las recientes afirmaciones del presidente de Estados
Unidos
Cancillería:
2 de diciembre de 2025.
En nombre del pueblo
colombiano y como expresión de la más profunda convicción democrática el
Ministerio de Relaciones Exteriores manifiesta que:
Recibimos con gran
preocupación las recientes declaraciones del Presidente de los Estados Unidos
de América, Donald J. Trump, en las cuales sugiere la posibilidad de realizar
acciones militares contra Colombia bajo el argumento del combate al narcotráfico.
Colombia continúa con el
indeclinable compromiso de la lucha contra el narcotráfico, abordando el
problema de manera integral, equilibrada, multidisciplinaria y con base en
evidencias, respetando los derechos humanos y las libertades fundamentales, de
acuerdo con el principio de responsabilidad común y compartida. Impulsa la
necesidad de abordar y solucionar las tensiones que el sistema de fiscalización
internacional de drogas genera al relacionarse con los derechos humanos, la
salud pública, el medioambiente, las cuestiones de género y la protección de
poblaciones vulnerables, como los pueblos indígenas, afrodescendientes y
campesinos.
Reafirmamos el compromiso con
la paz, la soberanía nacional y el respeto al derecho internacional; y como
parte de la región latinoamericana y caribeña se rechaza cualquier amenaza de
agresión externa que vulnere la dignidad, la integridad del territorio y la
soberanía del pueblo colombiano.
Hacemos un llamado urgente a
la fraternidad entre América Latina y el Caribe para que como pueblos hermanos
latinoamericanos prevalezca la unión ante cualquier intento de intervención
externa que pretenda socavar la soberanía.
Colombia es un pueblo con
raíces profundas que construye un futuro de prosperidad y tranquilidad para
toda la región.
Ministerio de Relaciones
Exteriores
Dirección: Calle 10 No.5 - 51,
Bogotá D.C., Colombia
Comunicado de Prensa sobre posición de Colombia ante las recientes afirmaciones del presidente de Estados Unidos
Cancillería:
2 de diciembre de 2025.
Recibimos con gran preocupación las recientes declaraciones del Presidente de los Estados Unidos de América, Donald J. Trump, en las cuales sugiere la posibilidad de realizar acciones militares contra Colombia bajo el argumento del combate al narcotráfico.
Colombia continúa con el indeclinable compromiso de la lucha contra el narcotráfico, abordando el problema de manera integral, equilibrada, multidisciplinaria y con base en evidencias, respetando los derechos humanos y las libertades fundamentales, de acuerdo con el principio de responsabilidad común y compartida. Impulsa la necesidad de abordar y solucionar las tensiones que el sistema de fiscalización internacional de drogas genera al relacionarse con los derechos humanos, la salud pública, el medioambiente, las cuestiones de género y la protección de poblaciones vulnerables, como los pueblos indígenas, afrodescendientes y campesinos.
Reafirmamos el compromiso con la paz, la soberanía nacional y el respeto al derecho internacional; y como parte de la región latinoamericana y caribeña se rechaza cualquier amenaza de agresión externa que vulnere la dignidad, la integridad del territorio y la soberanía del pueblo colombiano.
Hacemos un llamado urgente a la fraternidad entre América Latina y el Caribe para que como pueblos hermanos latinoamericanos prevalezca la unión ante cualquier intento de intervención externa que pretenda socavar la soberanía.
Colombia es un pueblo con raíces profundas que construye un futuro de prosperidad y tranquilidad para toda la región.
Ministerio de Relaciones Exteriores
Dirección: Calle 10 No.5 - 51, Bogotá D.C., Colombia



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