Años Rojos en una Década revolucionaria

PERSPECTIVAS DE UNA EXPLOSION SOCIAL REVOLUCIONARIA

           Desde estas páginas del Blogs hemos venido, estamos, realizado un permanente esfuerzo, que dura ya 7 meses, de mantener un análisis equilibrado de la actualidad. Lenin decía que ‘la verdad absoluta no existe, que la verdad siempre es concreta’, por ello siempre hemos razonado los argumentos de las opiniones desde este Blogs con datos y cifras, no las nuestras, sino aquellas que inclusive los enemigos más declarados de los trabajadores manejan y están planteando a diario y son las que utilizan para elaborar sus informes y proyecciones de futuro.

              No se trata de que no nos guste el Sistema capitalista simplemente. En realidad al editor de este Blogs no le gustan ningún tipo de injusticia, ya sea social, personal o de lo que sea. En el fondo se trata, como en su día ocurriera con Sistemas socio-económicos precedentes (el esclavismo o el feudalismo, por ejemplo) que el actual sistema llamado de ‘libre mercado o empresa’, o sea capitalismo, hace ya bastante décadas que agoto sus potenciales progresistas para hacer avanzar a la sociedad. Objetivamente, lo miremos por donde lo miremos, es un sistema en descomposición, en decadencia y reaccionario y ello se puede ver no en los deseos de nadie, sino en los hechos concretos, en las cifras y datos que la realidad nos suministra día a día.

Adios, europa capitalista

           Marx planteo que ‘un Sistema que es incapaz de desarrollar las fuerzas productivas, de generar mayor riqueza social, es un Sistema condenado a desaparecer’, a ser sustituido revolucionariamente por la clase social de abajo. Así ocurrió siempre en la historia de la humanidad y así ocurrirá con el capitalismo.   Pero ocurre que estos procesos nunca son mecánicos, pese a lo que creen algunos idealistas, por muy revolucionarios que pretendan ser. Si ello fuera así, hace décadas que la clase obrera habría cambiado el mundo y estaríamos en el socialismo.

             Durante años las personas nos acostumbramos a vivir como podemos, acumulando mucha presión, pero a ir tirando. ‘La línea de menor resistencia’ es cogida por lo normal por la gente, a pesar de los problemas nos amoldamos a ellos por lo normal. Sobre todo si hay algo que es conservador, movido por la rutina, las tradiciones y las costumbres, esto es la mente humana. Sin embargo, todo ese proceso de ‘aguantar como podamos’ va creando las contradicciones, que muchas veces pasan inadvertidas por casi todos, para que en un momento dado, en un punto concreto, todo salte por los aires. La gente normal, por ejemplo miles de los que se concentran hoy en día en las plazas de las ciudades españolas y de medio mundo, de pronto comienza a cuestionar todo lo existente, comienza a mirar a las injusticias de frente y a buscar una alternativa a los problemas.

             Estos son los comienzos de los procesos revolucionarios, los que cuestionan el sistema y buscan instintivamente transformar la sociedad. La gente comienza a participar activamente en la política, aunque la palabra les asquee por el uso que han hecho de ella los políticos profesionales del capitalismo. Pero cuestionan la política oficial y en su lugar plantean políticas del pueblo para el pueblo. Este es el punto concreto en el que estamos en muchos países ahora mismo. Llas condiciones objetivas están empujando a los trabajadores, a los jóvenes y al conjunto de los oprimidos a buscar una salida a la situación de crisis general del capitalismo.

             Y ello es la primera parte del asunto, la segunda y tan importante o mas que esta, que igualmente las personas en general suelen ignorar también, es que para que todo este proceso acabe con éxito, victorioso, hace falta el factor subjetivo, una dirección consciente que dirija la lucha de forma adecuada hacia el cambio social, no quedando a medio camino. Y esa dirección es ante todo y sobre todo, el programa del marxismo, del socialismo científico. A pesar de algunas que otras ilusiones de algunos ‘anarquistas sinceros’, el cambio social no vendrá solo, un buen día en que todos digamos después de un buen sueño reparador, ‘venga, hoy cambiamos la sociedad’, ni vendrá por que los capitalistas reconozcan la situación objetiva y decidan voluntariamente ‘enterrar a su sistema por caduco’. Vendrá por la acción revolucionaria de la clase obrera, basándose en un programa y métodos que conduzcan a cambiar de abajo arriba todo lo existente.

              Una vieja sociedad está moribunda y amenaza con arrastrar tras de si, hasta su tumba al conjunto de la humanidad. Evitarlo será posible, en esta época de cambios bruscos, de crisis,… en ultima instancia una época de revolución y contrarrevolución. Tener una visión correcta de los acontecimientos es fundamental, central, para hacer avanzar la sociedad en su conjunto, de lo contrario, la lucha de lo viejo, de lo caduco, por pervivir, amenazará a la humanidad con hundirla en lo más oscuro de la barbarie.

El método científico del marxismo          

             El marxismo es un método de análisis de la realidad, al objeto central de dotar de unas perspectivas correctas al movimiento de lucha de los explotados. Por ello, ante todo, el marxismo es una guía para la acción, un programa, una estrategia, una táctica y unos métodos, con el objetivo de transformar radicalmente el mundo.

             De ello nace la obligación de los marxistas de basarse en la realidad objetiva, partiendo de ella tal como es y no como nos gustaría que fuera en un momento determinado. Aquellos que se dejan llevar por el mundo de los deseos, frente al de la verdad de los datos, de los hechos objetivos, acaban inexorablemente abrazando una de dos cosas: los brazos de la clase dominante reaccionaria o el mundo del sectarismo político, puro y duro.

             Oportunismo pequeñoburgués y sectarismo son dos caras de una misma moneda, que conducen a la esterilidad política de cualquiera, aunque quieran gritar en alto que son ‘marxistas’. Ante estas dos tendencias, que no son incompatibles sino complementarias en el fondo (frecuentemente los oportunistas/reformistas reúnen muchas cualidades de los sectarios y estos casi siempre terminan estrellados ante la realidad y acaban abrazando ideas oportunistas).

             Los marxistas debemos hacer un permanente esfuerzo por mantener una correcta posición, corrigiendo y luchando contra las tendencias hacia el oportunismo y el sectarismo, por una orientación, una defensa firme y tenaz de las ideas y el programa, reexaminando de forma cotidiana la realidad, sin adaptarla a  nuestros deseos, sino para partir de ella y entroncar con el movimiento vivo de la clase obrera.

Los ricos roban a los pobres 

          Paul B. Farrell es un prestigioso columnista de ‘MarketWatch’, no precisamente un marxista, caracterizado en los últimos tiempos por publicar artículos mordaces sobre la realidad económica y social en los EE.UU. Es de estos analistas inteligentes de la burguesía, que viendo las cosas como son, están dominados por un miedo atroz y gritan en las orillas de la burguesía rogándole que ‘cambien’ para evitar que todo salte por los aires. Objetivo del todo estéril, porque la política economía, social o de cualquier tipo, de la burguesía no está determinada por consideraciones morales o de otro tipo, que no sea la lucha por acrecentar su dominio de clase, sus escalofriantes beneficios económicos.

EEUU-a Media Bandera

            Las conclusiones de Farrel, esta misma semana lo publicaba son: “los super-ricos han destrozado el sueño americano y la economía del país. No les importas, escuchan la bomba de relojería y acumulan liquidez. No digas que no estás avisado. El FMI prevé un nuevo colapso en todo el mundo. Abre los ojos. No es una metáfora. Prepárate para la revolución, la guerra de clases, el crash del mercado, el colapso de la economía, prepárate para otra depresión".

           Y continua, “las consecuencias de este desastre todavía no han llegado. Tenemos una burbuja que ha estallado, y una fuerte presión política para no dar la vuelta a la desigualdad, que es enorme entre los más ricos y el 99% de la población. Los más ricos son adictos y nunca es suficiente, mientras ignoran las necesidades de los demás y no están comprometidos con EEUU como nación”. 

            “Las múltiples revueltas que asolan el mundo muestran una nueva generación llena de ira por el elevado desempleo, la alta inflación y los sueños y las esperanzas muertos. Mientras, los más ricos son cada vez más ricos. Y esta ira puede llegar a América porque son cosas muy enraizadas en la psicología de EEUU”, hasta aquí las exposiciones de Farrell.

              Hoy mismo podemos leer en la prensa económica internacional, la cual evidentemente no está destinada para que los trabajadores normales la lean, que “Morgan Stanley cree que la economía global está "peligrosamente cerca de una recesión", por lo que ha recortado su previsión de crecimiento para los años 2011 y 2012. Morgan Stanley observa una recuperación irregular en los países desarrollados, donde la economía crecerá un 1,5%: el camino luce más desigual ahora (...) más precario de lo que pensamos anteriormente, advierte en un análisis antes de afirmar que los países emergentes tampoco serán inmunes”.

               Algunos, que se creen así mismos inteligentes, creían ver en el crecimiento económico de China la alternativa, la palanca de recambio para tirar de la economía internacional hacia adelante, ante la parálisis y caída de las economías de los EE.UU. y Europa. Menudas sorpresitas les espera a gente de este tipo, que no han comprendido nada y seguirán en la ignorancia a las que les somete la defensa de su sistema social en descomposición.

               China, como no puede ser de otra forma en un mundo absolutamente interrelacionado entre si, donde la economía es un todo a nivel mundial, depende totalmente del comercio mundial para su crecimiento. Si no tienen mercados fuera donde vender sus artículos, China entrara en las próximas fechas en recesión, como la noche sigue al dia, y esto a su vez alimentara nuevos y dramáticos episodios de la crisis capitalista mundial.

… China camina hacia la crisis

              Según Stephen Roach, Presidente en Asia de Morgan Stanley, “la debilidad del consumo en EEUU empieza a tener repercusiones en China, que puede dejar de comprar bonos del Tesoro norteamericano a medida que se centra en el consumo interno más que en las exportaciones”.

China

              Como hemos dicho en otros artículos de este blogs, esto causa verdaderos escalofríos, tan solo en pensarlo, a los estrategas del Capital. China tiene billones de dólares invertidos en Deuda Pública norteamericana y una decisión de retirar toda o parte de dicha inversión por parte de China llevaría de inmediato a la economía mundial a la mayor Depresión de toda su historia.

              Todo el mundo es consciente de esta situación, pero los márgenes para evitar que ello ocurra se estrechan, disminuyen y las condiciones objetivas para que China siga como principal acreedor de los EE.UU. comienzan a desaparecer.

Ello lo explica perfectamente Stephen Roach, cuando declara que:

               “Mientras se ha basado en las exportaciones, China acumuló superávits comerciales y por cuenta corriente, así como enormes reservas de divisas, dos tercios de las cuales se han invertido en activos denominados en dólares. Eso es lo que les ha convertido en el mayor comprador extranjero de bonos de EEUU".           

             Pero sobre la base que los mercados internacionales están cada vez más difíciles para China, se ven ‘obligados’ a tomar medidas que impulsen su propio mercado y consumo interno, con lo cual tiende a bajar su Tasa de Ahorro nacional, al igual que la acumulación de divisas, fruto de sus históricos superávits comerciales en el mundo. Ante esta situación, dice Roach,  " y adivinen, no les hace falta y dejan de comprar activos en dólares, no porque estén enfadados con nosotros, sino simplemente porque no les hace falta hacerlo".

                Esta misma semana, parece ser que muy preocupados en el Gobierno USA por las distintas alternativas abiertas ante las inversiones chinas en Bonos del Tesoro norteamericano, el  Vicepresidente estadounidense, Joe Biden, ha llegado a Pekín y ha sido recibido en el Gran Palacio del Pueblo por su homólogo chino, Xi Jinping. Además de decir que las relaciones de Washington con Pekín son prioritarias, de forma lapidaria a declarado que  “la estabilidad económica del mundo depende en buena medida de la cooperación entre EE UU y China".

         Todo bonito y bello, como en las mejores novelas de enamorados. Único gran problema es que tras estas bellas palabras se esconden las intenciones de las burguesía de EE.UU. y de China, ambas igualmente interesados en vender sus productos en los mercados del otro. Y de pronto descubren que no hay mercados para la producción de todos los capitalistas.  China quiere seguir creciendo económicamente y ello significa vender sus productos en el mercado norteamericano, pero EE.UU. necesita vender en su propio mercado y ganar para sus productos parte del chino. Y hay nace una contradicción insalvable.

Crisis, Inestabilidad y Revolución   

           Ante toda esta situación, escribe Rana Foroohar, en la revista Time, hay dos características que preceden a las Depresiones económicas y con ellas a las épocas de revolución y contrarrevolución, "un fuerte aumento de la desigualdad en ingresos y en los ratios de deuda respecto a los ingresos". Y en ambos casos, "los pobres y la clase media fueron exprimidos, al tiempo que trataban de endeudarse para mantener su nivel de vida”.

              “Los ricos se hicieron más ricos prestando su dinero, y buscaron más sitios donde invertir, lo que hizo dispararse los precios de los activos hasta que explotaron en la cara de todo el mundo. En ambas, la desregulación financiera y las políticas monetarias laxas fueron cruciales para crear la burbuja. Pero la desigualdad en sí misma y la presión política (no para frenarla, sino para ocultarla) fue fundamental para el desastre. El hundimiento de la clase media no es un síntoma de la crisis, es la causa de ella".

Ataques a lo social

             El llamado ‘Sistema de mercado’, el capitalismo, No da más de si para garantizar unos mínimos vitales a la mayoría de la sociedad. Esta es ya una época de enormes sacrificios, penurias y padecimientos para millones de seres humanos, condenados por la existencia de un sistema socioeconómico parasito, basado en la explotación del h0mbre por el hombre, en aras al beneficio privado de unos cuantas familias.  La cifra del Gobierno francés, donde reconoce el crecimiento de la pobreza, dando una cifra de 8,5 millones de pobres absolutos en Francia es otra demostración más.

               En las manos de la clase trabajadora, en cada país, estará la posibilidad de cambiar toda la situación, de TRANSFORMAR EL MUNDO. Como el genial revolucionario, León Trotsky, explico en el Programa de Transición, “la crisis de la humanidad se reduce en última instancia a la crisis de la dirección revolucionaria del proletariado”, que permita a la clase obrera llevar a cabo victoriosamente la revolución. con o sin dirección marxista, la revolución es un proceso inevitable, fruto del desarrollo dialectico de la lucha de clases, el hecho de que sea dirigida por una dirección marxista facilitará las tareas de la transformación socialista y por tanto los padecimientos para la inmensa mayoría de la sociedad.  Por tanto, estamos ante unos momentos claves para forjar, crear y fortalecer esa dirección marxista que necesita el movimiento obrero mundial.

Fdo. Salvador PEREZ

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