¡CAPITALISMO ES BARBARIE!: EL PARO MUNDIAL SUPERARA OFICIALMENTE 202 MILLONES EN 2013

* Informe de la OIT asegura un aumento del paro y los problemas sociales.

* Frente a la Crisis Orgánica Capitalista, la lucha por el socialismo es la salida para la sociedad.

Salvador Pérez

              En la sociedad en numerosas ocasiones se ha venido produciendo un amplio debate en el seno de la clase trabajadora, de la mayoría de la sociedad, en la izquierda y sus organizaciones políticas y sindicales, sobre si la lucha por ‘reformas progresistas’ es suficiente o el movimiento debe luchar de forma consciente y clara por llevar a cabo una revolución social que ponga punto y final al sistema socioeconómico, el capitalismo.

           En la mayor parte de las ocasiones de este debate, planteado en forma de la lucha por “reformas graduales” o la lucha por un cambio radical de las estructuras de la sociedad, ha concluido con el triunfo de las posiciones ‘reformistas’, que han permitido dejar intactas las estructuras capitalistas y que paradójicamente, en vez de lo prometido de un mundo de avances sociales, nos han llevado a la situación actual, en la que la sociedad no solo no se está planteando avances algunos, sino un retorno a cotas mayores de barbarie social para la mayoría de la sociedad.

             Es precisamente este factor objetivo, la situación de la más profunda y aguda crisis de las estructuras del sistema capitalista, que amenaza con hundir en el pozo al conjunto de la humanidad junto a él, lo que hace que ese debate histórico entre ‘proyectos reformistas o de transformación social’ se convierta objetivamente en absurdo. De hecho, con toda la experiencia internacional puesta sobre la mesa en estos momentos, podemos concluir que las ideas ‘reformistas’ están hundidas en el pozo sin fondo del capitalismo, en su lodo, y convertidas en algo absolutamente reaccionarias, en la medida en que solo sirven para perpetuar un sistema enfermo de muerte.

            Los marxistas seremos siempre los primeros luchadores por cualquier ‘reforma progresista’, pero comprendemos los límites que siempre han tenido estas ‘reformas’, en donde la clase dominante te da con una mano y te lo quita con la otra, al tiempo que comprendemos que hoy por hoy, si la humanidad no logra encontrar un camino hacia la transformación revolucionaria, poniendo punto y final al capitalismo, se verá empujada hacia cuotas cada vez más altas de reacción, de retorno a la barbarie pura y dura. Y en esta perspectiva, que es la que nos sitúa cualquier análisis serio de la situación objetiva mundial, solo la disyuntiva que plantearon los marxistas a principios del siglo XX tiene validez: “socialismo o barbarie”.

               Como si no podemos llamar a una situación objetiva en la que para mantener en la cumbre de la sociedad a un puñado de parásitos a la inmensa mayoría se nos está dejando sin piel, ni carne y están intentando roer hasta el último milímetro de nuestros huesos.

               El gran revolucionario ruso, Lenin, siempre insistía en que ‘la verdad es concreta, no abstracta’. Veamos a nivel mundial cual es la realidad concreta. La Organización Internacional del Trabajo (OIT), un organismo dependiente de la ONU, por tanto nada sospechoso de ser un organismo revolucionario o izquierdista, acaba de publicar un informe revelador al respecto de la situación del empleo a nivel mundial y de las condiciones de trabajo y salariales de la clase trabajadora. El citado informe es demoledor para el capitalismo, responsable único y exclusivo del callejón sin salida social en el que estamos.

          Este año, que hace pocas semanas acabamos de comenzar, nos dejara con la nada despreciable cifra de más de 5,1 millones de parados nuevos, lo cual elevará la cifra total de paro mundial a la escandalosa y friolera cifra de más de 202 millones de desempleados. A pesar de que ‘oficialmente’ están manejando, dicen, un “repunte de la producción para el periodo 2013-2014”, ello no impedirá ni mucho menos que veamos aumentar esa autentica mancha de aceite del desempleo mundial, que está ahogando a cientos de millones de trabajadores.

          Dice textualmente la OIT en su Informe que "a pesar de un repunte moderado en el crecimiento de la producción previsto para 2013-2014, se estima que la tasa de desempleo experimentará un nuevo incremento y que el número de desempleados en el mundo aumentará de 5,1 millones en 2013, hasta llegar a más de 202 millones en 2013 y otros 3 millones en 2014".

           Estas previsiones, sacadas de las condiciones objetivas de la crisis orgánica, de sobreproducción capitalista, están llevando al más profundo de los pesimismos a los estrategas de la clase dominante, entre ellos a los miembros de la OIT. Ellos, a pesar de que ven la catástrofe social, no tienen forma alguna de evitarla. Son como domadores de leones que saben van a ser devorados por estos y no pueden salir de la jaula. Por ello en el Informe de la OIT apuntan “que el aumento del desempleo ha presionado al crecimiento de los ingresos, lastrando los salarios reales en muchas economías avanzadas y reduciendo así el apoyo que el consumo privado podría aportar a la actividad económica”.

             Los marxistas hemos explicado de mil formas como la crisis del capitalismo se presenta así como una ‘pescadilla mordiéndose la cola a sí misma’. La crisis de sobreproducción conlleva de manos de la burguesía y sus gobiernos una política para reducir capacidad productiva instalada, cierran empresas como si fueran cajas de cerillas, empujan a millones de trabajadores a constituirse en un verdadero ‘ejército de reserva’ en el desempleo, los salarios y las condiciones de vida son recortados. Todo ello es lo que estamos viendo en estos mismos momentos en todos los países, en todos los continentes.

         Todo ello tiene un efecto perverso en esta lógica loca para las masas bajo el capitalismo: logran reducir hasta límites insoportables los niveles de vida, la capacidad adquisitiva de las amplias masas de la población y logran “cuadrar un ‘bello’ circulo”: menos capacidad adquisitiva genera más sobrecapacidad productiva del sistema y vuelta a empezar en la dinámica infernal del llamado ‘sistema de libre mercado’.

         Esta es la enorme contradicción objetiva del capitalismo, que ha sido capaz de crear una enorme capacidad productiva que no es capaz de utilizar y ello no es porque no existan necesidades sociales, sino porque la apropiación de la riqueza que genera la clase trabajadora por las manos avaras de la burguesía deja a la inmensa mayoría sin capacidad adquisitiva para consumir todo lo que se puede producir. El beneficio privado capitalista se nos presenta así, de esta forma, como un enorme obstáculo histórico para que la humanidad avance hacia nuevas cuotas progresistas.

        Los estrategas de la OIT nos dicen, en su Informe, que “el incremento adicional en el desempleo, con frecuencia experimenta un deterioro en la calidad del empleo, creando un empleo más vulnerable y un número mayor de trabajadores que viven por debajo o muy cerca de la línea de la pobreza aumentaron".

          En el Informe de la OIT se considera una incoherencia “las políticas monetarias y las fiscales adoptadas en diferentes países, así como un enfoque poco sistemático hacia el sector financiero y los problemas de la deuda soberana, en particular en la zona euro, han provocado que la incertidumbre perjudique las perspectivas mundiales”. Pero no son capaces de plantear una alternativa real y seria a todo ello, ¿por qué?...

         Porque para ello no solo hay que ver seriamente los problemas reales, que como leemos los estrategas burgueses son muy capaces de hacerlo y comprender las implicaciones objetivas de todo ello. También hay que ser capaces de ver más allá de los estrechos límites históricos de una sociedad, la capitalista. Hay que ser capaces de además de comprender que el capitalismo se ha convertido en un sistema absolutamente reaccionario, también hay que comprender que es un sistema temporal desde un punto de vista histórico y que debe dejar paso a una sociedad nueva, que los marxistas llamamos consecuentemente socialismo.

        A estas conclusiones no llegaran, indudablemente los estrategas de la clase dominante, ni tampoco los socialdemócratas y demás variedades de ‘reformismo’ dentro de las organizaciones de la clase trabajadora. Y no llegaran porque tienen todos ellos sus posaderas muy cómodamente ancladas dentro de las estructuras caducas del sistema capitalista. Viven de y por el mantenimiento del capitalismo, como podemos ver en los llamados dirigentes de todo tipo de reformismo en los sindicatos que cuando se ven obligados a ponerse en la cabeza de la lucha solo están mirando, bajo constantes llamamientos a los gobernantes a ‘retomar la senda del pacto social, del dialogo, en busca de un acuerdo entre ‘verdugos y justiciados’. Tal y como Marx explico brillantemente, “el ser social determina la conciencia y no al contrario”.

         Si es cierto que a estas conclusiones han llegado o están llegando individuos y grupos, que viendo la contradicción central de nuestra época, la bancarrota del capitalismo y la debilidad de la lucha de las masas por transformarlo, han caído o están cayendo en el sectarismo y otros acaban refugiados en políticas de búsqueda de luchas por la lucha, en muchas ocasiones situándose debajo de las llamadas ‘luchas espontaneas’, que no son capaces de mover los cimientos de la sociedad y que en última instancia llevaran a muchos de estos ‘luchadores’ a la frustración y la apatía. Ello será el resultado de caminar con el paso cambiado al que caminan las grandes masas, las que deben provocar y lograr el cambio social.

        La crisis económica del capitalismo no es abstracta, sino también concreta y ello lleva inexorablemente hacia una profunda crisis de la llamada ‘política’ bajo el capitalismo. Cada vez más capas de la población comienzan a sentir un profundo odio de clase no solo contra los grandes banqueros y empresarios, a los que correctamente identifican como los ‘principales culpables de la crisis’, sino también contra los gobiernos y políticos que llevan a convertir a estos ‘culpables’ en los principales beneficiados de la propia crisis.

          Llevados por su propia experiencia cada vez un mayor número de trabajadores y jóvenes están llegando a conclusiones revolucionarias, en un claro ‘proceso molecular de toma de conciencia’, que les lleva a comprender que el origen de todos los problemas de la sociedad radica en la propia existencia de un sistema que se basa en la injusticia y el egoísmo individual por el beneficio privado. Sobre este terreno fértil las genuinas ideas del socialismo revolucionario, del marxismo, deberán abonarse y crear una fuerte dirección basada en la solida roca del programa del marxismo, el único capaz de dar una salida al callejón sin salida social actual.

         Crear esta dirección marxista en el seno y corazón de las masas es la principal tarea del presente. Solo una dirección así puede conducir la lucha social por expropiar la riqueza de los poderosos, de los banqueros y grandes empresarios, al objeto de poder planificar las fuerzas productiva de forma democrática y en beneficio de los intereses de la mayoría, alejando el sistema productico y financiero de las garras de un puñado de parásitos que solo tienen interés en incrementar como sea sus abultadas cuentas de billones de dólares y euros en los llamados paraísos fiscales de Suiza, Isla Caimanes,…

            Es la único forma de romper el camino que lleva la sociedad hacia la barbarie, construir una sociedad de hombres y mujeres libres, iguales e inteligentes, una sociedad socialista.