¿REFORMAR EL CAPITALISMO O DERROCARLO?

* GASPAR LLAMAZARES Y LA REVITALIZACION CAPITALISTA CON SOCIALISMO.

* DEFENDER EL SOCIALISMO, PONIENDO FIN AL CAPITALISMO REACCIONARIO

Salvador PEREZ

Si en algún momento histórico las ideas de la transformación socialista de la sociedad han aparecido como más necesarias, este es uno de ello sin lugar a dudas. La crisis económica del capitalismo impregna todos los demás aspectos de la vida, de la sociedad, la política, la moral,… Las ideas ‘reformistas’, aquellas que defienden en última instancia la continuidad del actual sistema socioeconómico, ‘dándole unos toques de barniz para hacerlo más progresista’, en estos momentos de profunda crisis capitalista se demuestran como verdaderas políticas reaccionarias.

El Sistema capitalista no admite ya ‘parches progresistas’, sino que necesita de una lucha a fondo de las clases desfavorecidas por superarlo, por derribarlo y sustituirlo por un sistema socioeconómico superior: el socialismo. En relación a ello, las palabras de Carlos Marx, cuando decía que “hasta ahora los filósofos se han limitado a interpretar el mundo, de diversas formas. Ahora de lo que se trata es de transfórmalo”, adquieren especial valor.

Sin embargo, como no podía ser de otra forma en personas que se han acostumbrado a vivir en los confines del actual sistema social, no faltan personas que se llaman a sí mismas de ‘izquierdas’ y hasta ‘socialistas o comunistas’, que continúan intentando compaginar el ‘agua y el fuego’. Uno de ellos es en el Estado español el Diputado de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, que para no ser menos acaba de justificar sus ideas en forma de publicación de un libro/manifiesto, llamado “El Libro rojo”, prologado por el ex juez Baltasar Garzón, el cual en su día estuvo pululando por las aguas de la socialdemocracia del PSOE que dirigía Felipe González, el que fuera abanderado de las ideas de renuncia al socialismo en el partido, ideas que han llevado al PSOE hacia su deriva actual.

Pues bien, como decíamos, Gaspar Llamazares parece contagiado de un ‘espíritu’ que circula ampliamente en la dirección de Izquierda Unida en el Estado español, que intenta convertir a la organización en la “Syriza española”. Pero lamentablemente estos dirigentes no han aprendido gran parte de las lecciones fundamentales de los acontecimientos que están provocando la mayor crisis histórica del capitalismo y que en Europa esta atenazando a la sociedad, llevando a la mayoría de la población de retorno a cuotas amplias de barbarie capitalista.

El único sentido de una lucha por crear una “Syriza española” debería ser para dotar al movimiento obrero, a la juventud y al conjunto de las capas oprimidas bajo el capitalismo, de una dirección adecuada para luchar por poner fin al sistema que nos lleva directamente hacia la barbarie, poner final al capitalismo y luchar por una sociedad socialista.

Sin embargo gente como Llamazares continúan ‘gritando’ sus ideas reformistas y afirmando que “Deseamos aprovechar esta oportunidad no para refundar el capitalismo sino para revitalizarlo a través del socialismo”. Lo que decíamos antes, ‘unir agua y fuego’ en el mismo lado. Solo gente que se viven en otro mundo, en otra galaxia, pueden continuar afirmando que es posible ‘revitalizar el capitalismo a través del socialismo’. Y ello es lo único que sabe decir nuestro ‘compañero’ Gaspar Llamazares y aquellos que lo acompañan en su nueva organización, integrada en IU para desde dentro hacer que la “Syriza española” no defienda las ideas del genuino socialismo revolucionario.

Por cierto, para que nos convenzamos de que Llamazares y los que le acompañan pasan en ningún momento de ser meros socialdemócratas (y las ideas socialdemócratas en estos son ‘animales extremadamente conservadores y por tanto reaccionarios, en la medida que se limitan a mantener apuntalado al sistema social dominante), en su libro/manifiesto añade que ‘el PSOE (damos por hecho que él se refiere a su dirección) podría formar parte de una Syriza española para el 2014: Las próximas elecciones europeas deberían visualizar esa propuesta unitaria que conformara una alternativa para ganar en las generales”. Así que ya sabemos que cuenta con la ‘unidad’ con la dirección socialdemócrata derechista del actual PSOE para “aglutinar en un frente común todos los esfuerzos progresistas”.

De nuevo ‘nada nuevo bajo el sol’ en las ideas y lo que defienden dirigentes reformistas como Llamazares. Más de lo mismo: ‘unidad de todos los socialdemócratas del Estado español, de Europa y del mundo’ para actuar como quinta pata del Sistema capitalista, unidos en salvarlo de su crisis y de la lucha de las masas por derribarlo. Y esta política para los trabajadores, para la juventud, para los oprimidos, en estos momentos en donde se levanta la lucha de clases en forma de profunda movilización social, no puede conducir nada más que a nuevos y dramáticos desastres para los que somos la aplastante mayoría de la sociedad.

Lo que necesitamos no es un ‘frente de izquierdas’ como el que nos proponen personas como Gaspar Llamazares, para mantener el capitalismo. Necesitamos un frente de izquierdas, basado en las genuinas ideas del socialismo revolucionario, del marxismo, para transformar la sociedad, de abajo arriba y de arriba abajo. Necesitamos ‘la unidad’ de todos los sectores sociales que se están levantando, que están luchando: desde los trabajadores de la sanidad, la educación, los empleados públicos, los de las fabricas y centros de trabajo que ven amenazados sus empleos y condiciones de trabajo, los jóvenes en desempleo y estudiantes, los trabajadores del campo, los pensionistas que ven atacadas sus pensiones,… para poder luchar todos juntos contra el fondo del problema de todos los ataques que estamos recibiendo: el sistema capitalista.

Lo que necesitamos es la unidad de clase que nos permita luchar por tomar el control en nuestras manos de las palancas fundamentales de la economía, arrebatándoselas a los que las tienen en estos momentos: capitalistas, banqueros y especuladores de todo el mundo. Solamente con esas palancas en nuestras manos, para planificar democráticamente el funcionamiento de la economía sobre la base de las necesidades sociales actuales y futuras, lejos de los mezquinos intereses del beneficio económico privado, pueden tener nuestros problemas una solución efectiva y definitiva.