La otra cara alemana: precariedad laboral y aumento pobreza

* Alemania tiene oficialmente un desempleo bajo, del 5,3 por ciento, pero en el último periodo está acumulando enormes contradicciones, como una creciente pobreza y una precariedad laboral que pondrá en dificultades futuras a millones de personas.

* La lucha de clases decidirá en el próximo periodo el futuro de la sociedad alemana y con ello el futuro del propio continente europeo en su conjunto.

Salvador PEREZ

       Ángela Merkel está cerrando su campaña electoral, para la reelección, machacando con la idea de que los países del Sur de Europa deben de continuar las políticas de austeridad y recortes. Todo ello en un contexto en donde no se para un minuto de poner el ejemplo económico alemán como modelo a imitar por todos los miembros de la UE. Machaconamente se nos dice que la economía y la sociedad alemana es ejemplo de competitividad y eficacia. Pero a un día de las elecciones alemanas el debate debería haberse centrado en un aspecto importante: ¿ello es así o la sociedad alemana, su economía, esta viviendo grandes claros-oscuros, que deben hacer reflexionar sobre la propia viabilidad del capitalismo en la primera potencia económica de la Unión Europea?.

      Enormes contradicciones sacuden a la economía alemana, lo cual esta abonando un terreno social enormemente explosivo para el próximo periodo, cuando todas estas contradicciones que subyacen debajo de la superficie salgan con fuerza. Veamos algunos ejemplos de todo ello.

     Merkel ha centrado toda su campaña, con el lema “Deutschland ist stark” (Alemania es fuerte y así debe seguir), en destacar ‘importantes logros económicos’. Uno de los aspectos más importantes la bajada del desempleo en Alemania, una de las más importantes junto a la economía china. Pero incluso en este capítulo, las contradicciones son claras, como exponía Télam Paul Ulrich, un estudiante en la Universidad Libre de Berlín, quien afirmo que “la competitividad mundial alemana tiene un precio, menos derechos y salarios para los trabajadores y enviar directamente a la pobreza a quienes no tienen trabajo”.

          Ello podemos verlo concretado en la existencia de más de un 16 por ciento de los alemanes en la pobreza, con un sistema laboral en donde la precariedad laboral es lo habitual y ello a costa de cada vez peores salarios para los trabajadores. Este es un dato demoledor para el conjunto de las ideas de Merkel en el sentido de hacer ver que la economía alemana es ‘solida y fuerte’. En realidad esta toda ella cogida por débiles alfileres que cuando se desprendan pueden provocar una catastrófica situación.

           La UE considera pobres a las personas que tienen unos ingresos, en donde se incluyen las ayudas sociales, por debajo del 60 por ciento de los ingresos promedios del país. Como decíamos, en Alemania en estos momentos existe un 16 por ciento de la población en esa situación, con personas ganando menos de 952 euros al mes.

          Como igualmente explicaba en esta campaña electoral Télam Paul Ulrich al albañil y militante de Die Linke, Otto Ropke, “Sea cual sea el gobierno, es necesario se aumente el impuesto sobre la fortuna y se instaure un salario mínimo. Es urgente, porque incluso si Alemania va bien las diferencias entre ricos y pobres son cada vez más grandes”. Las contradicciones se acumulan y saldrán a la superficie, sin duda.  Un ejemplo vivo de la situación lo proporciona Ropke, restaurador de un Edificio en el Este de Berlín, declara a este respecto lo siguiente: “Trabajo desde hace 20 años y gano 10 euros netos por hora. Cuando se gana tan poco no alcanza para alimentar a una familia”.

         Esta misma semana ‘Die Zeit’ ha hecho público un informe sobre pobreza, bajo el sugestivo titular de “Un drama se prepara”, en una clara advertencia a las consecuencias para millones de personas que están hoy trabajado en los empleos calificados con el nombre de los “mini-jobs”, trabajos temporales y a tiempo parcial, remunerados salarialmente con menos de 450 euros al mes, que no cotizan, ni tienen cargas de impuestos sociales, incluidos para la futura jubilación y que dejara sin ella a los millones de trabajadores que hoy están en estos empleos.

        Si bien el efecto inicial de la multiplicación de los “mini-jobs” fue que el desempleo, a niveles estadísticos, descendiera, sus nefastos efectos futuros no tardaran en aparecer en forma de aumentos del número de pobres, de personas sin pensiones,… Más de 7 millones de jóvenes y jubilados, a los cuales sus pensiones no les permiten vivir con normalidad, están atrapados en estos momentos en estos tipos de contratos de absoluta precariedad. ‘Die Zeit’ advierte en su artículo: “Estamos generando pobreza de cara al futuro”. Oficialmente, Alemania tiene en estos momentos 3 millones de desempleados, pero más de 6 millones de personas están cobrando alguna ayuda estatal, por un importe de 4,30 euros diarios.

      Y ello se produce además en el contexto en donde se está produciendo un fuerte aumento de los precios alimenticios, que crecieron en el mes de julio por encima del 5,7 por ciento, según la Oficina de Estadísticas alemana. ‘Die Tageszeitung’ puso de ejemplo el aumento fuerte de la patata, con un 44 por ciento de subida. Todo ello en un país, Alemania, en donde oficialmente la inflación no supera el 3 por ciento.

      Toda esta situación está llevando a numerosos colectivos sociales, a organismos no gubernamentales, a exigir al gobierno que aumente las ayudas económicas del Estado para las familias pobres. Pero además ello refleja toda la acumulación de contradicciones sociales, que como decíamos saltaran a la superficie en forma de lucha social en el próximo periodo. La lucha de clases en Alemania será quien decida el futuro de la propia sociedad alemana, el país clave de Europa.