PERSPECTIVAS ECONÓMICAS Y EL CAMBIO DE SOCIEDAD

          *  Las políticas económicas a nivel mundial persiguen aumentar la Tasa de Beneficio de los capitalistas a toda costa, imponiendo los mayores sacrificios a la mayoría de la sociedad.

          *  Necesitamos nacionalizar, expropiar las grandes empresas, la banca, entidades financieras y las grandes extensiones de tierras, para planificar la economía en beneficio del conjunto de la población, lejos del interés privado de unos pocos privilegiados multimillonarios.

Salvador PEREZ

          Si no fuera por la dramática situación que el hecho en sí significa para cientos de miles, millones de trabajadores/as en estos momentos, uno hubiera sentido la necesidad de retorcerse de risa por la actitud absolutamente cínica y desesperada del Gobierno del PP en España, que se ha pasado el verano el completo machacando con una intensa campaña propagandística en la que nos dicen que esto que estamos viendo en la economía, en la sociedad, es el final de la crisis económica.

           El presidente Rajoy hace unos días fue un poco mas de cínico de lo acostumbrado y dio una vuelta de tuerca lingüística al asunto, cuando afirmo que ‘hemos salido de la recesión, aunque aun no de la crisis’. Uno de los datos económicos ‘estrella’ que ha utilizado el gobierno ha sido ‘la reducción de 31 personas de las listas del desempleo en el mes de agosto’. Brutal el dato como cualquiera puede comprender, ya que además de mentir mal estos de la derecha hacen las cuentas numéricas del paro de forma curiosa.

         Al mismo tiempo que estadísticamente en agosto había 31 parados menos, ello no oculta que este mismo mes tenía una reducción de cotizantes a la seguridad social de 99.000 personas y de hecho en este mes había en lo concreto 73.000 parados más que en agosto del 2012. Por tanto, ello será que hemos salido de la crisis, según los genios del gobierno del PP, que entender entienden mucho sobre sobres llenos de miles de euros, pero nada del autentico drama que supone el desempleo.

        ¿Pero de dónde saca el gobierno de la derecha sus alegrías sobre la situación económica en el Estado español? La verdad que no es entendible en absoluto. Siempre que el Ministerio de Economía o el de Hacienda hace algún pronostico económico se ven obligados a pocos meses a revisarlo, constatando datos tras datos de que la situación real es mucho peor de lo que ellos habían calculado. Pero aun concediendo alguna credibilidad a los pronósticos últimos del gobierno español, tenemos que concluir que sus datos apuestan a un mantenimiento en el tiempo, prolongado, de una situación verdaderamente dramática del desempleo en España, que está destrozando vidas, familias y a la sociedad en su conjunto.

         Según el propio gobierno del PP hasta el año 2018 el desempleo en España no bajara del 20 por ciento. Insistimos en esta idea, con unas previsiones de crecimiento del PIB que no son creíbles en absoluto. Tendremos que esperar, con el optimismo infundado de los cretinos gobernantes de la derecha, hasta el año 2019 para que en España veamos una cifra de desempleo del 15 por ciento, que se dice rápido además. Pero ni siquiera en esa situación el gobierno es capaz de prever que la economía vuelva a niveles anteriores a los del inicio de la crisis del 2008.

          De hecho, en el tono triunfalista de todas sus declaraciones, el propio Ministro de Economía, De Guindos, dice estar convencido de que la situación ‘va a mejorar’. Por ello prevé que el desempleo quedara por debajo del 27,1 por ciento al final de 2014. Aun en el escenario que dicen, con un crecimiento del PIB de una decima, el cual veremos en el terreno concreto de la practica que es absolutamente falso, estos mangurrinos tienen la previsión de que continuaremos viviendo un infierno en torno al empleo, que atizará con fuerzas al conjunto de la clase trabajadora española en el próximo año y los siguientes.

         Todo ello por no hablar de las condiciones que viven los trabajadores que tienen ‘la suerte de encontrar un empleo’ en estos momentos: absoluta precariedad y condiciones salariales de miseria. Y todo ello se ha visto y vera en los próximos años agravado por los efectos aterradores de la contrarreforma laboral de la cual los miembros del gobierno se sienten tan orgullosos.

           Es curioso que cuando vemos que la crisis económica de sobreproducción capitalista tiene un funcionamiento de círculo cerrado, lo cual hace que toda perspectiva de salir de ella sea muy condicional, el gobierno este basando todas sus esperanzas para salir de la crisis precisamente en la precarización de las relaciones laborales y los salarios bajos. Precisamente la falta de consumo es un látigo que atiza aun más la profundidad de la crisis, en el círculo de MENOS CONSUMO, MAS SOBREPRODUCCION CAPITALISTA, MAS DESEMPLEO, MENOS CAPACIDAD DE CONSUMO.

         El desempleo de masas es una lacra crónica de la economía capitalista desde hace décadas. En los mejores momentos económicos del capitalismo español el desempleo no bajo sustancialmente de los dos millones de trabajadores, que han constituido un verdadero ‘ejército de reserva’ de los capitalistas españoles, el cual ha utilizado para poder sobreexplotar con mucha más intensidad la mano de obra, con salarios a la baja.

          Pues bien, ¿Cómo podríamos confiar en este gobierno, que tiene unas perspectivas sobre el empleo catastróficas? La última EPA del II trimestre de 2013 venía a decir que el paro afectaba a 5.977.500 de trabajadores en España, una tasa del 26,26%. El gobierno del PP tiene una previsión que habla de una cifra de parados aproximados de 3.400.000 parados en 2019. Estas cifras de por si representan una clara condena histórica no solo al gobierno de la derecha, sino al conjunto del sistema capitalista que es incapaz de dar trabajo y explotar al conjunto de la clase trabajadora.

          En realidad todo el misterio de la política económica de la clase dominante en estos momentos gira en torno a su lucha contra la caída de la tasa de beneficios, que como Marx analizo en ‘El Capital’, es algo normal en el funcionamiento del propio sistema económica capitalista. Para la recuperación de la Tasa de Beneficios de los capitalistas, algo que dicen es necesario para que haya inversiones, el gobierno de la burguesía espera (de hecho todos los gobiernos esperan lo mismo) mejorar constantemente los niveles de las exportaciones españolas, disminuyendo al mismo tiempo las importaciones. Pero esto, que es un sueño de todos los gobiernos burgueses, es una quimera siempre.

          Por ello el gobierno de la derecha está empeñado en una batalla permanente por lograr recuperar la Tasa de Beneficios de la burguesía mediante la bajada constante de los salarios y la intensificación de los niveles de explotación de la clase trabajadora. A la hora de competir en el mercado mundial la burguesía es consciente en estos momentos de que solo puede hacerlo mediante la nivelación de los salarios, a la baja.

           El Gobierno tiene pues un claro objetivo, común al que tiene toda la clase dominante de Europa, que no es otro que lograr que los empresarios puedan rentabilizar mejor sus inversiones mediante una brutal intensificación de la explotación laboral. Esto es lo único que permite en estos momentos un aumento de la Tasa de Plusvalía, de los beneficios de los empresarios. Desde cualquier punto de vista que lo veamos, el gobierno tiene como objetivo servir a los intereses de los poderosos, que no olvidemos que solo invierten en la medida en que tienen claro que van a obtener suculentos beneficios y rentabilidad de ello.

         De hecho detrás de la crisis lo que vemos en primer lugar es una brutal caída de la inversión capitalista en todos lados, en España, Europa y los EEUU. Un dato claro de ello es que las inversiones en la zona Euro cayeron en 2009, con respecto al año anterior, en 250.000 millones de euros. Podemos concluir sin miedo al error que este es un factor clave en la crisis económica, el cual crea un problema añadido, que es el descenso del consumo por la reducción de los niveles de vida generalizados que persiguen los gobiernos: el consumo de los hogares en el año 2009 caía en la zona Euro en unos 72.000 euros.

        Marx explico como en el mercado mundial los precios tienen a equiparse. Y los salarios no son más que el precio del mantenimiento con vida y en condiciones de ser explotados de las manos de obra, de la mercancía llamada trabajo. Es por ello que en el terreno de la competencia mundial, las económicas de China y el resto de los países emergentes tienen su ‘ventaja’ en los bajos salarios y los obreros de estos países no pueden mirar a los de occidente con imitar sus condiciones salariales y de vida, sino que por el contrario el espejo en donde quieren reflejar a los trabajadores de Europa, EEUU, Canadá,… es en el de las condiciones de trabajo y de salarios existentes en las economías de China, Singapur, Corea,… Este es el verdadero significado de la contrarreforma laboral del gobierno PP y del porque ha sido y es admirada por la clase dominante en toda Europa.

CRISIS DE SOBREPRODUCCION

          En su desarrollo el capitalismo ha creado muchos más medios de producción de los que son capaces de poder utilizar. En primer lugar ello se deriva no porque no existan necesidades sociales a nivel mundial para ello, sino porque el capitalismo se basa en la propiedad privada para la obtención de beneficios privados de los medios de producción. Los capitalistas no invierten en los medios de producción para satisfacer necesidades sociales, sino para el lucro y el beneficio privado de ellos mismos.

          Y esto es un factor decisivo en el desarrollo y evolución de la economía capitalista, la cual periódicamente entra en crisis cíclicas de sobrecapacidad productiva instalada, que la burguesía debe resolver mediante la crisis anárquica, destruyendo parte de esa capacidad productiva instalada o infrautilizándola, con lo cual vuelcan sobre los hombros de la clase trabajadora, en forma de despidos, desempleo y empeoramiento de las condiciones de vida, esas misma contradicción clásica del capital.

          Los burgueses no invierten de una forma ordenada, planificada, en el desarrollo industrial y productivo, sino que llevados por el ansia del beneficio rápido lo hacen a saltos, a aquellos sectores que en un momento dado les proporciona esos altos beneficios lo más rápidamente posible. Es por ello, por el propio funcionamiento anárquico, sin control consciente alguno, del propio desarrollo del capitalismo por lo que se producen las crisis. Llega un momento en el que las ansias de esos beneficios rápidos crean una situación de saturación total de los mercados, apareciendo claramente la sobreproducción y colapsando el sistema. Una crisis, insistimos, de sobrecapacidad productiva, no sobre la base de las necesidades sociales existentes, sino desde el punto de vista de una utilización rentable en el beneficio de los medios de producción.

           Desde luego el fenómeno no es nada nuevo, sino que acompaño al capitalismo desde el principio y lo acompañara hasta la sepultura, en la que hay que enterrarlo desde un punto de vista histórico. La peculiaridad del momento actual es la profundidad y los niveles brutales de la crisis, de la cual la burguesía no tendrá nada fácil salir. Con bastante seguridad estamos hablando de la crisis actual como la más profunda de toda la historia del sistema. Por supuesto que el marxismo nunca hablo de nada parecido a ‘una crisis final del sistema’, sino de contradicciones tan profundas que para salir de ella deberán producirse acontecimiento tan extraordinarios y profundo, dialécticamente, como lo es la propia crisis.

          El sistema nunca vivirá una crisis final, deberá ser derribado y derrotado por la lucha consciente de la clase obrera al frente de la mayoría de la sociedad, en lucha por sustituirlo por un sistema social nuevo, el socialismo. Y ello es una tarea histórica revolucionaria, que está pendiente y deberá ser abordada en un momento u otro para que la humanidad encuentre una salida definitiva a los horrores crecientes de un sistema como el actual basado en la explotación del hombre por el hombre.

          Debemos de tener muy en cuenta la experiencia histórica de cómo la burguesía afronta las crisis de su sistema, sobre todo para combatir políticamente los argumentos bastardos de estas políticas burguesas y la de sus agentes en el propio movimiento obrero, siempre hombres deseosos de buscar todas las excusas posibles para evitar la lucha por cambiar la sociedad. Marx planteo que la burguesía en estos periodos de crisis de sobrecapacidad productiva siempre recurre para luchar contra ella mediante una destrucción masiva de fuerzas productivas creadas, una lucha feroz por recuperar su Tasa de Beneficios a costa de la mayoría de la sociedad, la búsqueda de nuevos mercados y la sobreexplotación de los existentes.

          Desgraciadamente la experiencia de toda la histórica es fácilmente olvidada de forma repetida por los dirigentes socialdemócratas de todo tipo, incluyendo aquellos que se llaman ‘de izquierdas’ y que como en el caso de los dirigentes de Syriza en Grecia o de Izquierda Unida en el Estado español, lejos de aprender de la historia, recuperando el programa y las ideas del socialismo científico, en estos momentos vuelven a girar sus cabezas hacia la derecha, buscando ideas absurdas de un capitalismo más humano, en última instancia a las ideas desacreditadas del keynesianismo.

         Cualquiera que quiera ver la realidad tal cual es debe concluir que lo que estamos viendo a nivel mundial confirma plenamente la validez y corrección de los análisis del capitalismo realizados por Marx y los teóricos del socialismo científico. Los capitalistas están cerrando empresas como si fueran meras cajas de cerillas, dejando de paso en la calle a millones de trabajadores, a familias trabajadoras que o han entrado o son candidatas a entrar en el negro callejón de la pobreza y la miseria. En el Estado español hasta 2012 se ha producido una brutal destrucción de empleo, más de 3 millones, de los cuales más de 500.000 empleos han sido destruidos en la industria raquítica del país.

          En la situación actual la capacidad productiva instalada está infrautilizada, funcionando por debajo del 70 por ciento. Esto sugiere claramente que los capitalistas no van a invertir un solo euro en bastante tiempo. Sin hacerlo podrían producir ya en estos momentos más de un 30 por ciento de lo que lo hacen. Todo lo que está sucediendo no es casual. Es la lógica pura y simple del sistema capitalista, que lleva a una lucha constante de los grandes empresarios a buscar aumentar sus tasas de beneficios a costa de los trabajadores y los más necesitados: ese es el verdadero significado del desempleo, el cierre de empresas y los propios recortes sociales que aplica el gobierno, al objeto de poder transferir los recursos públicos de las necesidades sociales a los bolsillos de los poderosos.

          Por otra parte, la lucha por nuevos mercados no es algo tampoco nuevo. El problema de la economía española es precisamente la enorme debilidad de su tejido industrial. De cualquier forma siempre vemos una lucha por los mercados, siempre. Anteriores crisis históricas fueros ‘resueltas’ por la burguesía mundial provocando dos guerras imperialistas a nivel mundial. En la II guerra mundial incluso el asunto lo llevaron al extremo de poner en peligro la propia existencia de la humanidad, con la utilización del armamento nuclear.

            Hoy lo que comenzamos a ver claramente es un aumento de las tensiones imperialistas en el mundo. En la propia UE afloran cada vez mas tensiones y divisiones en su seno entre las diferentes burguesías nacionales y sus mezquinos intereses. Este será en nuestra opinión un fenómeno que irá en alza en el próximo periodo y en un momento dado puede provocar el colapso definitivo de la propia UE, del euro, sobre todo viéndose afrontados a una lucha cada vez más a ‘cara de perro’ de las distintas burguesías, en lucha entre si y en lucha contra los avances de la economía norteamericana y china. Las tensiones imperialistas, con guerras comerciales, y no comerciales, estarán cada vez más sobre la mesa, serán el pan nuestro de cada día.

          Qué duda cabe que la intensificación de la explotación de los mercados existentes ya lo está llevando a cabo la burguesía de forma firme. ¿Qué otra cosa significa sino los tremendos niveles de sobreexplotación a los que está sometiendo a los trabajadores en todos sitios? Prolongación de las jornadas de trabajo, aumento de los ritmos y la presión sobre los trabajadores, acompañado todo de un fuerte descenso de los salarios directos e indirectos. Todo ello solo es entendible en la lógica de la burguesía de recomponer y aumentar su tasa de beneficio, mediante la extracción de más plusvalía absoluta y relativa a los trabajadores. Todo ello lo están llevando hasta límites de dejar sin prácticamente capacidad adquisitiva a la inmensa mayoría de las familias trabajadores, lo cual es un acicate mas en estimular la profundización de la crisis, de la recesión, a la cual están a pocos pasos de convertir en una profunda depresión económica en toda regla.

         Por la vía de la incorporación de nueva tecnología al sistema productivo tampoco van a dar solución a la crisis actual del capitalismo. De hecho esta tecnología es usada por los empresarios no para mejorar las condiciones de trabajo, sino para aumentar la productividad, mandando de paso a miles de trabajadores a las filas del desempleo. Todo en un círculo que lo único que pretende es incrementar e incrementar sin fin los beneficios, aumentando al mismo tiempo las lacras sociales, tales como el desempleo y las dificultades para sobrevivir.

        Ello lo podemos ver claramente en la situación alemana, el principal país exportador de la UE. En los años previos a la crisis lo que vimos en Alemania fue una reducción del número de trabajadores en el sector industrial, acompañado de incorporación de nueva tecnología, un aumento de la productividad y un empeoramiento en las condiciones salariales. Todo ello ha dado lugar a la aparición de toda una nueva clase de trabajadores en condiciones de extrema precariedad, mal pagados y firmes candidatos a caer en la dependencia de las ayudas estatales, de lo contrario a caer en la creciente pobreza. En estos momentos Alemania tiene 6,1 millones de personas recurriendo a los subsidios, un total de 4,4 millones de personas en condiciones de estar trabajando, mas otro 1,7 millones, entre niños y jóvenes que recibieron ayudas del Estado en 2012 por valor de 37.100 millones de euros. Evidentemente el Gobierno alemán a estas personas las mantiene fuera de toda estadística de desempleo oficial.

LA DROGA DEL CREDITO

         Con este panorama parece desde cualquier punto de vista lógico, desde la defensa de los intereses de los trabajadores, que todas las ideas que está introduciendo el gobierno sobre ‘el fin de la recesión y la crisis’, desde luego no tendrán efectos reales sobre los principales problemas que padecemos en la sociedad. Hoy más que nunca los trabajadores necesitan de análisis y alternativas que partan de decir la verdad, de llamar a las cosas por su verdadero nombre.

          La perspectiva que tenemos por delante no es que se solucione el problema del desempleo, al igual que ninguno de los principales problemas que tenemos por delante. En el mejor de los casos, aun en el supuesto de que la economía experimente un cierto crecimiento en los próximos años, es de que el único empleo que se cree sea totalmente precario, sobreexplotado y mal pagado.

          No existe una mejor perspectiva bajo el capitalismo en descomposición. Por ello aquellos que están defendiendo ante los trabajadores el cambio de política económica del gobierno, a favor del keynesianismo por ejemplo, no están haciendo con ello nada positivo. Es más, tendríamos que decirles que no es una cuestión de defender un ‘capitalismo más humano, racional y bueno para los trabajadores’. De lo que se trata es de argumentar y convencer a los trabajadores de que nuestro futuro estará determinado por nuestra capacidad de movilizarnos y luchar conscientemente por la transformación socialista de la sociedad.

          Ahora está descartado que por ejemplo el crédito pueda jugar el papel que precisamente jugo en el auge económico previo a la crisis. La inyección de créditos masivos jugo el papel de llevar a la economía capitalista mucho mas allá de sus posibilidades reales y creó una enorme burbuja de deudas que han aflorado en estos momentos, lo que hace que esa ‘medicina’ este descartada en el próximo periodo. El grueso de la grandes empresas, por ejemplo en España, acumularon tal cantidades de deudas en los años de boom económico, que una vez han logrado trasladar al sector público, al Estado, han llevado la situación a extremos brutales, haciendo pasar la Deuda pública del 40 por ciento del PIB a prácticamente el 100 por cien en estos momentos.

          El trasvase de esa montaña de deuda privada al sector publico lo han realizado mediante mecanismos clásicos también: hemos visto un claro desplome de la recaudación de impuestos del Estado, acompañado de un fuerte aumento de los gastos financieros de la deuda, todo ello acompañado, como no, de un ‘rescate bancario’. Todo en su conjunto ha permitido a los capitalistas transferir sus enormes deudas hacia el Estado, deudas que ahora el gobierno de la derecha vuelca sobre los hombros de la clase trabajadora en forma de brutales recortes de las conquistas sociales, laborales y salariales de décadas y décadas de lucha.

          ¿Quieren los keynesianos más argumentos para que comprendan que viven, en el mejor de los casos, de un simple sueño estúpido, útil solo para que ellos se justifiques en la no defensa de un claro programa de clase que arme a la clase trabajadora para la lucha por cambiar la sociedad?. Llamando a las cosas por su nombre, solo estúpidos pequeñoburgueses, al frente de las direcciones reformistas, pueden intentar jugar al ratón y el gato en una situación tan grave para la clase trabajadora.

          Porque además de todo ello el problema de la deuda del Estado no ha terminado, sino que está en sus inicios por llamarlo de alguna forma. El sistema bancario continúa además en quiebra, como reconoce la propia Comisión Europea en declaraciones no muy altas. Sobre todo quieren evitar quedar de una vez en evidencia de sus verdaderas intenciones de gestionar la crisis a favor de los multimillonarios, los banqueros y los grandes empresarios.

          Las mentiras del gobierno sobre el llamado rescate bancario son fragantes. Dice Rajoy que dedicaron 40.000 millones de euros, pero según el Banco de España, solo en concepto de ‘Capital’, los bancos españoles trincaron la friolera de 61.366 millones. En total las llamadas ayudas públicas a la banca han supuesto, datos del Banco de España, más de 632.220 millones de euros, al margen del llamado ‘aval’ del Estado a los depósitos inferiores a los 100.000 euros. Pero si piensan que el problema acabo, se equivocan en firme: en la medida en que se prolonga la crisis, se agrava el problema de morosidad de las familias, que entran en situación de no poder pagar por culpa del desempleo y los recortes del gobierno. Esta morosidad esta ya por encima del 11 por ciento y lejos de mejorar, empeorara en los próximos meses.

          Es por lo que tenemos una crisis profunda de la economía real, agravada por la crisis del sistema financiero que tiene el grifo del crédito cerrado, lo cual se nos presenta como una nueva pescadilla mordiéndose la cola y retroalimentando a la propia crisis. Nuevas ayudas al sector bancario serán necesarias y ello alimentara la ‘necesidad’ del gobierno de afrontar nuevos recortes sociales, los cuales retroalimentaran aun más la profundidad de la recesión.

          Toda la situación mundial esta cogida por frágiles alfileres, los cuales amenazan en cientos de puntos distintos con desprenderse. Cuando parecía que las ‘aguas europeas’ estaban más tranquilas, de nuevo tenemos una enorme inestabilidad política, reflejo de la situación económica, en Grecia, Italia, Portugal, por supuesto en España, en Francia,… Pero cuando uno mira hacia el gigante norteamericano la situación no invita a mucho más optimismo: el gobierno Obama acaba prácticamente de ser cerrado por el voto presupuestario de los Republicanos en el Congreso.

          Cualquier accidente, en cualquier punto puede provocar rápidos incendios y finalmente el elemento central en toda la situación continua siendo la actitud de las masas o para decirlo más claramente la falta de una dirección revolucionaria que conduzca la lucha hacia el fin del capitalismo.

          Desde un punto de vista racional, en beneficio de la aplastante mayoría de la sociedad, si existe una alternativa coherente, clara y concreta a la crisis capitalista. Esta no es ningún misterio y debe ser ampliamente defendida en el seno de la clase trabajadora y la juventud, que una vez asuma su necesidad la convertirán en una fuerza material con la cual tomaran el cielo por asalto, transformando la sociedad.

           Las palancas fundamentales de la economía, las grandes empresas, los bancos, el sistema financiero, las grandes superficies de tierras,… deben de estar en manos de los trabajadores, para que ejerzan sobre ellas un control realmente democrático y pongan todo a funcionar sobre la base elemental del interés social. La economía y el sistema financiero debe funcionar para satisfacer el conjunto de las necesidades sociales existentes, para acabar con el desempleo mediante el reparto del trabajo entre el conjunto de la clase trabajadora, reduciendo de forma inmediata la jornada laboral, la edad de jubilación,… garantizando al conjunto de la población salarios dignos y jornadas de trabajo que puedan conciliar con tiempo suficiente para participar en la gestión democrática de la economía y la sociedad.

         Por supuesto que los marxistas no queremos nacionalizar toda la economía. De hecho más del 80 por ciento de ella será propiedad que no será tocada en absoluto: las pequeñas tiendas, talleres, los pequeños negocios,… Los marxistas si decimos claramente el otro 20 por ciento de la economía si tiene que pasar a manos de los trabajadores y su control obrero democrático. Esas grandes empresas y entidades bancarias que dominan en la practica el destino de la sociedad deben ser nacionalizados, sin indemnización alguna, salvo los casos de pequeños accionistas que no tienen otros medios o propiedades, y las grandes fortunas amasadas por los banqueros, los grandes empresarios y los especuladores ejerciendo un robo descarado a la sociedad, deben ser de inmediato expropiados.

          Evidentemente estas medidas son el primer paso hacia una transformación radical de la sociedad, que dejara de funcionar bajo el criterio y el prisma del mezquino interés privado de unos pocos, para funcionar al compas de las necesidades de los millones y millones que hoy sufren la explotación brutal del capital sobre sus espaldas, que hoy sufren las secuelas del desempleo masivo, los desahucios de sus viviendas y los problemas para alimentar en el día a día a sus familias.

          Es claro que para llevar esto a la práctica nos deberemos enfrentar a vida o muerte con la clase dominante, que por supuesto no estará de acuerdo en perder sus cómodas posiciones de privilegiados en la sociedad. Pero toda la experiencia histórica de las revoluciones y las contrarrevoluciones a nivel mundial vienen a demostrar que finalmente si la mayoría somos capaces de dotarnos de un programa revolucionario correcto, de una dirección para la lucha que defienda coherentemente ese programa, la clase dominante es impotente frente a esa lucha.

        Y precisamente este debería ser el punto de partida de la dirección de Izquierda Unida en España, Syriza en Grecia, Die Linke en Alemania, el Frente de Izquierdas en Francia,…. Ser capaces de ofrecer un programa claro y limpio de lucha contra el capitalismo al movimiento obrero y a la juventud, en vez de buscar a cada paso cuadrar el círculo con políticas que se quedan en los estrechos márgenes del capitalismo, el cual como hemos dicho es incapaz de ofrecer nada progresista a las masas hoy, en su etapa de ‘larga agonía prolongada’ que vive. Ello por no referirnos al lamentable y cobarde papel que están jugando de autentica quinta muleta del sistema los dirigentes sindicales reformistas sin reformas que ofrecer.

          En este periodo es de vital importancia pues que los trabajadores vayan construyendo sus propias direcciones, con los mejores luchadores al frente de las mismas. Hace una fechas el magnate Warren Buffett, que en el último semestre vio aumentar los beneficios de sus empresas un 48 por ciento declaro que “es cierto que estamos ante una guerra de clases, pero esta la estamos ganando ampliamente”. Y es cierto, las primeras batallas las está ganando la burguesía, pero si somos capaces de construir en nuestras organizaciones de clase unas genuinas direcciones revolucionarias, basadas en las ideas del marxismos, estos energúmenos se encontraran con la sorpresa de que ganaron batallas, pero van a perder la guerra y que con nuestro triunfo la sociedad caminara hacia nuevas cuotas de progreso económico, social y político, hacia un mundo en donde los explotadores sean malos recuerdos de un pasado de barbarie dejado atrás.