EBOLA Y OTRAS ENFERMEDADES BAJO EL CAPITALISMO

· Una larga lista de enfermedades ‘abandonadas’ por los gobiernos y la industria farmacéutica hacen estragos en África, Latinoamérica,…

· Faltan Fondos económicos e investigación para el combate de enfermedades que provoca cada año miles de muertos entre niños y adultos en el mundo.

Salvador Pérez

     El virus de Ebola se ha convertido en punto de atención internacional, como enfermedad, sobre todo a raíz de la repatriación de cuatro personas que cooperaban en países africanos. Dos fueron repatriados a EEUU y otros dos al Estado español. Hasta este punto, como siempre ocurre, el Ebola fue SIMPLEMENTE IGNORADO en la medida que era una enfermedad que contraían los pobres desposeídos habitantes de Africa. Hablar de la enfermedad, del ebola o cualquier otra y no hablar de las condiciones de absoluta miseria en la que vive la aplastante mayoría de la población en África, Latinoamérica,… es a todas luces incorrecto.

      Ahora todos parecen quejarse del avance de la enfermedad, pero solo cuando el virus de ebola amenaza con entrar en occidente. Como bien refleja declaraciones que comienzan a desesperar, como por ejemplo esta: “La enfermedad crece en África Occidental a un ritmo sin precedentes, pero la respuesta no llega solo con meses de retraso, además es claramente insuficiente. El brote se ha cobrado ya 1.552 vidas humanas de un total de 3069 casos”. Con estas palabras describía la situación Jeanne Liu, responsable de Médicos Sin Fronteras, en reunión especial en las Naciones Unidas.

     Por nuestra parte aun denunciando la situación dramática que está suponiendo el ebola, deseamos recordar que en estos mismos momentos este virus continua sin ser la principal enfermedad que mata a personas en Africa y en el resto del planeta, enfermedades que pasan como ‘olvidadas’ por los gobiernos de occidente y también hay que decirlo, por la industria farmacéutica, que al no ver beneficios en la producción de medicamentos para estas enfermedades, que sobre todo afectan a personas con pocos o ningunos recursos económicos, no invierten ni producen lo medicamentos adecuados.

      Médicos Sin Fronteras (MSF) afirma que entre 2000 y 2011 solamente el 3,8% de los nuevos medicamentos aprobados fueron destinados a estas enfermedades, todo ello a pesar de que suponen no menos del 10,5% de la mortalidad mundial. Esta es la lógica infernal de un sistema social que está condenando, ya en estos momentos, a cada vez más amplias capas de la población de los países avanzados económicamente a peores condiciones de vida, con una constante política de recortes y eliminación de la sanidad, educación, pensiones públicas.

     En occidente reaparecen todo tipo de enfermedades junto a la voraz crisis del capitalismo, pero en donde esta situación tiene sus más claros exponentes es en los países ex coloniales, actualmente simples colonias de las multinacionales capitalistas. Africa, Latinoamérica y Asia poseen masas de sus poblaciones sumergidas en la miseria permanente, con una carencia total de alimentación e incluso agua potable. Ello por no hablar de que desconocen en la práctica que es la sanidad y la educación. En estas condiciones impuestas a las masas por la existencia de anacrónico capitalismo, lo raro y extraño seria que no hubieran enfermedades que hacen estragos y aniquilan a partes de las poblaciones de esos continentes y regiones.

     Según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la enfermedad más presente y letal en Africa, muchísimo más que el ebola, continua siendo por ejemplo la malaria, que afecta a no menos de 207 millones de personas en todo el mundo. Según cálculos, nada exagerados, cada 30 segundos está muriendo en cualquier rincón del planeta un niño enfermo por la malaria, que en 2012 mató a 627.000 personas, principalmente niños menores de cinco años que vivían con bajos o nulos ingresos económicos. Casi la mitad de la población, 3.400 millones de personas, es clara candidata a padecer MALARIA, sin que occidente, sus gobiernos y sus industrias farmacéuticas privadas muevan un solo dedo para impedir esto.

     Otra enfermedad que muy frecuentemente es ignorada ya en occidente es la tuberculosis. Sin embargo esta enfermedad es desarrollada cada año por más de NUEVE MILLONES DE PERSONAS, aunque de nuevo debemos hacer hincapié que el 95% lo son en países pobres. La tuberculosis está matando a 1,7 millones de personas. Según Médicos Sin Fronteras, "la rápida expansión de la tuberculosis entre las personas con VIH, junto con la aparición y propagación de cepas resistentes a la mayoría de fármacos efectivos, han conducido a una situación en la que esta enfermedad está cada vez más fuera de control".

      Otra enfermedad que es vista como ‘curiosa’ en occidente es la ‘tripanosomiasis africana’, conocida popularmente como la enfermedad del sueño, que afecta estimativamente a mas de 20.000 personas, en los 17 países del África Subsahariana, aunque se concentra numéricamente más casos en la Republica Democrática del Congo.

     MSF explica que el diagnostico de esta enfermedad es complicado y que afecta "tanto en República Centroafricana, como en países afectados por conflictos y guerras, hay focos difíciles de controlar". La enfermedad se transmite por la picadura de la mosca Tsé-Tsé y se da en las zonas más pobres de África, la mayoría áreas rurales en las que la inestabilidad política y la falta de control sanitario dificultan el diagnóstico de esta dolencia que causa graves trastornos neurológicos. El tratamiento debería ser el que el paciente necesitara, dependiendo del estado de la enfermedad. Pero en la práctica no se detecta la enfermedad a tiempo y sin tratamiento la enfermedad es mortal.

      Las condiciones de vida míseras también están detrás de otra enfermedad que en la práctica está absolutamente desatendida, como es el ‘Leishmanmiasis Visceral’ (LV), conocida como Kala Azar. Cada año son diagnosticadas unas 300.000 personas con esta enfermedad, sobre todo en el trópico, en India, Nepal, Sudán del Sur, Etiopía y Brasil.

      El Kala Azar se transmite a través de la picadura de un ‘insecto flebotomino’, que provoca un debilitamiento del sistema inmunitario y hace que la persona sea más frágil para contraer otras infecciones. Con diagnóstico y tratamiento temprano se puede evitar la muerte, pero como una parte importante de los enfermos son dejados a su suerte, de casi seguro que fallecerán. Esta patología está asociada al VIH, pues como este ataca el sistema inmune de la persona y provocan una espiral destructiva en el cuerpo.

     La ‘enfermedad de Changas’ es otra de las grandes olvidadas por occidente, sus gobiernos y su industria farmacéutica. En la actualidad afecta a más de ocho millones de personas y según cifras de MSF, cada año es responsable de la muerte de más de 12.500 personas, sobre todo en América Latina. El contagio se produce a través del insecto de la vinchuca, que se encuentra presenta en las casas de la mayoría de las familias más desfavorecidas, y este insecto transmite el parásito ‘Trypanosoma cruzi’ .

      La mayoría de los afectados por esta enfermedad muestran síntomas en el momento en el que se infectan, pero luego estos efectos, que no son tratados por lo general, desaparecen hasta que el parasito va deteriorando mortalmente los órganos del cuerpo. No existió nunca interés en priorizar medicamentos para el tratamiento del Chagas.

     La propia Organización Mundial de la Salud igualmente incluye en su lista de enfermedades no tratadas correctamente el DENGUE, un virus transmitido por mosquitos de la especie del ‘Aedes Aegypti’, los cuales previamente han picado a otras personas enfermas de dengue. Cada año, según la OMS se producen entre unos 50 y 100 millones de personas infectadas en todo el mundo por el dengue, con especial énfasis en los países con climas tropicales y subtropicales.

     Existen cuatro variantes de dengue y una persona contrae uno de ellos. Superando la infección, se vuelve inmune al mismo, pero no a los tres restantes, por lo cual una misma persona puede contraer hasta cuatro enfermedades de dengue durante toda su vida. En el dengue es característico por los fuertes dolores musculares y en las articulaciones, por lo que dicha enfermedad es conocida como ‘la enfermedad rompe huesos’. El más grave de los cuatro es el ‘dengue hemorrágico’, potencialmente mortal, sobre todo en niños.

     Existen otra multitud de patologías, muchas de ellas clásicas ya, como son el cólera (entre 3 – 5 millones de casos de cólera en el mundo, con unos 100.000 - 120.000 defunciones); la lepra (últimos datos de 2012 hablan de 232.857 casos en países como India, Brasil o Nigeria); el sarampión (datos del 2012 informan de 122.000 muertes en África, Asia y el Mediterráneo Oriental, lo cual significa 330 muertes al día); neumonías (en 2012 significo la muerte de más de 1,1 millones de niños menores de cinco años en el mundo); diarreas (según la OMS más de 1.600 niños murieron cada día durante 2012 por esta causa);…

Existe Alternativa

      En pleno siglo XXI continuamos viviendo bajo un arcaico sistema social, que condena a la miseria, al hambre, la falta de agua, de recursos sanitarios y de todo tipo a amplias masas de la población mundial. Mientras una elite de privilegiados viven en paradisiacas condiciones de vida, poseedores de los medios de producción, que utilizan con el único y exclusivo fin de aumentar constantemente sus riquezas.

       Existen avances tecnológicos y de conocimientos científicos como para que el ser humano luche por acabar con la enfermedades. El único obstáculo lo representa el hecho objetivo de que ello se contradice con la única política que entiende la clase dominante mundial, la del incremento sin fin del beneficio privado de unos pocos. Miles de fábricas, de puestos de trabajo son destruidos y junto a ellos las posibilidades de acabar con el conjunto de las necesidades sociales.

      No hablamos de teoría, de hipótesis. Hablamos de cosas concretas y totalmente posibles: si las palancas fundamentales de la economía logramos ponerlas en las manos, el control democrático y propiedad colectiva de la mayoría de la población, al objeto de poder planificarlas para satisfacer las necesidades existentes en el presente y futuro de la humanidad, lejos de las ansias privadas del máximo beneficio de unos pocos en todo el mundo, entonces podremos comenzar ha hablar seriamente de afrontar una lucha eficaz y definitiva por eliminar el conjunto de las lacras sociales, erradicando el hambre y la miseria y juntamente con ello, poniendo fin a la existencia de la mayoria de las enfermedades que atacan al ser humano.