ECONOMÍA MUNDIAL: DE MAL A PEOR

             La economía mundial tiene ante sí un panorama semejante al de una bomba de relojería, que no sabemos exactamente cuándo estallará, pero ante el cual se extiende la idea de que lo hará, en un próximo periodo no lejano. En la superficie todo parece indicar que el resurgir de las llamadas ‘crisis geopolíticas’ está predominando el panorama internacional, desde la crisis en Ucrania, pasando nuevamente por Irak y la repugnante actuación sionista contra Gaza. No olvidamos por supuesto ‘crisis’, como la que supone el repuntar del virus del Èbola en África occidental. Todo ello se nos presentan como manifestaciones de una profunda crisis de la humanidad, bajo el dominio agónico del capitalismo.

Salvador PEREZ

      De algún modo, la economía global parecía haber pasado en los últimos meses a un falso segundo plano. Es como el enfermo que pretende olvidar su fatal mal simplemente observando ‘otras cosas’. , Es inminente que toda la realidad objetiva vuelva con bríos a poner sus focos sobre la economía, en los primeros planos de la actualidad, pues ello es lo que decida el curso real del conjunto de los acontecimientos mundiales en el próximo futuro. En este sentido, la realidad es que el panorama económico es absolutamente desolador, miremos hacia donde miremos.

          Desde hace ya meses, influenciada por la caída de la demanda mundial, la segunda economía mundial, China, vive un clarísimo proceso de desaceleración económica. Este nuevo escenario económico en China ya esta mostrando efectos claros en un repuntar de la lucha de clases y procesos importantísimos a este nivel veremos en el periodo inminente.

         En el conjunto de Europa y en su llamada zona euro, vemos una clarísima línea plana, con tendencias hacia la caída en cualquier punto. Japón ha sufrido de nuevo un hundimiento en el segundo trimestre del año. Reino Unido sufre las consecuencias cada vez más nítidas de la crisis y de las políticas de la clase dominante de hundir los niveles de vida de las masas, con la llamada deflación salarial. El BCE intenta desesperadamente tomar medidas monetarias contra la recesión, bajando los tipos a niveles mínimos históricos, al igual que comprometiéndose a la compra masiva de bonos de deuda. Pero los cimientos en los que esta instalada la crisis, la sobreproducción capitalista en la economía real, no notan en el fondo los efectos de esas medidas monetarias.

          EEUU, que continua siendo la principal economía mundial, está viviendo momentos de cambios constantes y bruscos, con puntos de recuperación aparente que dejan paso a caídas y retrocesos cada vez más significativos. Estamos ante una línea general que previsiblemente empuja en toda regla hacia un nuevo  crack de la economía capitalista mundial.

          Todos los economistas serios comienzan a ‘lamentar la aplicación de políticas restrictivas’, que solo ayudan a la mayor parálisis de la economía. Pero al mismo tiempo tienen verdadero pavor, espanto, tan solo con recordar las llamadas ‘políticas monetarias ultra-expansivas’, de las que recuerdan que condujeron a la economía en los países avanzados hacia, probablemente, la mayor crisis de la historia del capitalismo. Los Bancos Centrales continúan apuntando hacia las políticas restrictivas y de permanente eliminación de los niveles de vida de las masas, a nivel de todo el planeta.

          Como los marxistas habíamos analizado, con respecto a este periodo histórico de dominio económico del imperialismo, existe un total divorcio entre las llamadas economía financiera y la economía real. Y ello es prueba inequívoca del agotamiento total del capitalismo como sistema social. Masas increíbles de capital financiero circulan por el planeta de manera permanente, movidas por la avaricia de las ganancias al corto plazo y la existencia de bajos intereses en los mercados en estos momentos. Y en este movimiento circular de billones de capital no existe un átomo de lo que podríamos llamar ‘inversión productiva’.

         Por el contrario estamos viendo una constante reducción en la cantidad de capital destinado a las inversiones en la economía real. El Subdirector de la ‘Academia de Investigación Macroeconómica’, Chen Dongqi, afirmo claramente en estos días que "la reducción de la cantidad de dinero que fluye a la economía afectará al crecimiento".

         Es un ejemplo más de las enormes limitaciones que existen y los principales estrategas ven para el crecimiento económico. Incluso es patético observar los propios datos del Banco Central Europeo, que a pesar de haber inyectado, hasta ahora, no menos de un billón de euros (1,34 billones de dólares) en la economía europea, ya está claramente preparando el añadir otro BILLON DE EUROS. A pesar de todo ello, el crecimiento económico de los 18 países de la zona euro, en el segundo trimestre, HA SIDO NULO. Y la situación económica además amanezca con la DEFLACION, con un dato de inflación actual del 0,4%.

        En realidad, pese a todos los planes de la clase dominante, Europa se enfrenta al peor de los escenarios económicos. El propio Mario Draghi, reconociendo el pavor que comienza a sentir en su cuerpo la clase dominante, declaraba recientemente que "Los riesgos que rodean al panorama económico en el área euro siguen siendo a la baja". El mundo de las ilusiones parece no querer abandonar la mente de estos compulsivos de la mentira oficial, con tal de poder justificar las políticas de ajustes y recortes a la mayoría de la población, en Europa y a nivel mundial.

Pilares podridos

         "No hay un país ahora que supere el debilitamiento. Olvídense de la perspectiva de que el consumidor estadounidense venga a rescatar a la demanda global". Con estas palabras contundentes definía Jacob Funk Kirkegaard, del “Petersen Institute of International Economics”, la situación económica del capitalismo mundial.

          Kirkegaard es claro mostrando ninguna confianza en que las políticas de los Bancos Centrales vayan a resolver los problemas de fondo, ante el panorama de que “los pilares del crecimiento económico mundial no están nivelados”. Todo ello se traduce, en lenguaje sencillo, en la ‘necesidad’ para la clase dominante de continuar sus políticas de ajustes y sacrificios sin límites para la aplastante mayoría de la población mundial.

         Personajillos mediocres y estúpidos, como el Presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, pueden en este contexto afirmar sin ruborizarse que ‘ya no son brotes verdes, sino profundas raíces’. Pero la realidad objetiva se encarga de darles en la cara día tras día. Cuando hablan pueden transmitir en la practica nulas ‘esperanzas’, en una situación en donde España es el país campeón europeo en desempleo, bajada de salarios, reducción en más de un 13,3% del poder adquisitivo de la población, pobreza infantil y otros muchos factores.

           Los pilares fundamentales del capitalismo europeo y mundial muestran los efectos perniciosos de la crisis orgánica de un sistema económico y social en decadencia, atrapado por la mayor crisis de sobrecapacidad productiva de su historia. Todos los pilares están carcomidos y cediendo posiciones hacia el colapso cada vez mayor, que provocara el derribo del sistema en su conjunto.

         Tal y como ocurrió una y otra vez en el proceso histórico, un sistema social está llamado a ser cambiado y sustituido por otro superior. Ello lo vimos en los periodos del esclavismo y del feudalismo. Ahora la historia se repite a un nivel superior y para completar exitosamente esta tarea es necesario que la clase trabajadora se dote del instrumento necesario para ello, el programa de lucha por una sociedad socialista, basada en la más amplia democracia, igualdad y justicia social.