Tiempos Nuevos en Pakistán

            Un día después de la subida escandalosa de los precios de los productos derivados del petróleo y del anuncio del Ministro del Interior que una importante red terrorista había sido detenida en Islamabad, el Ministro federal para las Minorías, un cristiano, fue asesinado brutalmente frente a la casa de su madre,  en la misma ciudad.

 

             En los últimos años existe una simetría de coincidencias asombrosa.  Se producen fuertes ataques económicos a las masas explotadas, que marcan el inicio por parte de los oprimidos de dar una respuesta de lucha. Acto seguido se produce un feroz  ataque terrorista, que tiene por respuesta disminuir estas luchas de las masas, que se ven golpeadas psicológicamente por la brutalidad de los atentados. 

 

           Esta brutalidad desenfrenada y anárquica de locura del terrorismo fundamentalista puede que no sea tan anárquica y desorganizada como pretende parecer. Tal vez hay un método calculado detrás de esta locura. Su persistencia y la resistencia a una orquestación, es generalmente ignorado por todos los medios de comunicación dominantes.

 

          Graves conflictos se están librando entre los organismos imperialistas y los del Estado paquistaní. Las contradicciones se han disparado en las instituciones y las facciones del propio Estado, entre los sectores liberales, conservadores y religiosos de la superestructura política y diferentes secciones de las clases dominantes, y, sin embargo, en última instancia sus intereses son comunes. Todos ellos tienen un gran interés en la perpetuación de este sistema explotador. Los conflictos y las crisis de las clases dominantes y sus aparatos de estado son una expresión inevitable de las convulsiones profundas de un sistema obsoleto, que económica y socialmente demuestra su decadencia terminal.

 

 

        

          Sin embargo, tan pronto como sienten los primeros movimientos de cualquier lucha de clases, se unen de nuevo y conspiran para aplastar o se desvían con todos los trucos posibles y el engaño. Su temor no es injustificado. Un sistema que apesta a corrupción y el saqueo, que no puede existir sin estos vicios, desafía sus propias leyes y con el tiempo se vuelve tan frágil y débil que una ola de lucha de las masas de las clases oprimidas pueden acabar con él.  

 

          De hecho, el asesinato de Benazir Bhutto, dio paso a un movimiento rápido de agitación militante, en el invierno de 2007. Los medios de comunicación atribuyeron la caída del régimen de Musharraf a los abogados y el movimiento de la sociedad civil cuando, en realidad, los imperialistas retiraron a Musharraf para evitar un levantamiento de los desposeídos de la tierra ", la sociedad incivil".  

 

          Hemos visto payasadas similares en el período siguiente. Todas las facciones de las clases dominantes arrojan alguna semblanza de la política ideológica que puedan haber tenido y unidos por temor a que un movimiento gigantesco podrían producirse. Se abrazaron las políticas capitalistas en una época en la que el sistema estaba cayendo a sus mayores niveles históricos.

 

           Para mantener el sistema recurrieron a un ataque económico masivo sobre las clases trabajadoras, con elementos del peor terrorismo y el derramamiento de sangre, que agregó más sufrimientos a las masas empobrecidas. La difícil situación de las masas se han agravado aún más con el aumento de los precios, por horas, el desempleo se triplicó y millones se han hundido más por debajo del umbral de la pobreza. La economía está en una espiral descendente y el estado está permanentemente al borde de la quiebra. Los economistas de élite no tienen solución real ni sus amos imperiales tienen una estrategia real para rescatarlos. Ellos han lanzado una avalancha de aumentos de impuestos y el precio.

 

           Ellos no parecen comprender los efectos de todo esto está teniendo en las masas trabajadoras, casi como si estuvieran viviendo en otro planeta. El sufrimiento de las masas continúa sin descanso. Según un reciente informe de la UNESCO, en promedio, 1.132 niños mueren cada día en Pakistán. Se trata de un mayor número de muertes en un solo día que cualquier otra causa, incluyendo atentados terroristas. Sin embargo, poco se dice en los medios de comunicación acerca de este asunto u otros de las clases trabajadoras.

 

         ¿Quién es responsable de este terrorismo económico? La élite militar, política y burocrática se encuentran en una loca carrera para acumular miles de millones en sus - sobre todo en alta mar - bóvedas. Los capitalistas y los terratenientes son poco gravados en impuestos y el saqueo imperialista, en forma de servicios de la deuda y la venta de armamento solo, consume dos tercios del PIB.

 

             En la parte superior de esta patética situación, con los actores políticos y no políticos, continúa sin disminuir. Y todo esto se lleva a cabo por la dirección del llamado del partido de los pobres - el PPP. Esto hace que todo el escenario sea más irónico. La tragedia de las masas es que el partido político que había percibido tradicionalmente como su representante se está utilizando como un instrumento de la elite dominante y el imperialismo para perpetuar su explotación. Esta es una de las principales razones que explican la aparente indiferencia política de las clase trabajadora.

 

               Sin embargo, esta tregua no durará mucho tiempo. La tormenta revolucionaria en el Oriente Medio está agitando las almas de un pueblo que ya hervía en Pakistán. La clase dominante está aterrorizada por los acontecimientos que se desarrollan en la región. Ahora sus representantes intelectuales están tratando de inventar "diferencias" entre Egipto y Pakistán. La intelectualidad misma en Egipto estaba tratando de encontrar diferencias con Túnez, apenas unos días antes de la caída de Mubarak.  

 

              

           

               A pesar de todos estos intentos de confundir la situación, los temblores de la revolución árabe se hacen sentir en los niveles de poder, incluso en los estados más reaccionarios de la región, como Arabia Saudita e Israel. La monarquía saudí está temblando en sus pies. Se han entregado 37 mil millones $ en subsidios sociales en un intento de evitar un levantamiento de las masas. Pero es dudoso que incluso una cantidad tan abundante pueda salvar a este régimen salvaje.

 

 

               El ministro de defensa israelí Ehud Barak en una reciente declaración soltó el temor que ha golpeado el corazón del Estado sionista. Él dijo: "Los disturbios en el Oriente Medio no debe culminar en los regímenes revolucionarios. Su romanticismo idealista de las propuestas de revolución pueden ser sustituidos por un Robespierre o un Lenin."         

 

            

                Los trabajadores, los jóvenes en el periodo reciente han sido traicionados por los dirigentes del movimiento de lucha que pusieron en marcha. Ahora deberán de tomar su destino en sus propias manos, Más temprano que tarde el movimiento de lucha comenzara de nuevo, a un nivel superior. La revolución en los países árabes puede ser el catalizador para ello. La clase dominante de Pakistán ha explotado sin piedad al pueblo, sometiendo a las situaciones mas terribles de miseria. Ellos deberán de comparecer ante el tribunal de la historia. Estos tiranos ya tienen escrito el veredicto: culpables de todos los crímenes contra las masas.  ( Lal Khan )