Bogotá “Ciudad militarizada”, Toque de Queda incluido

* El presidente colombiano, Santos, responde a las huelgas y manifestaciones campesinas decretando la militarización de las zonas de conflicto.

* El gobierno Santos está discutiendo seriamente la posibilidad de hacer una declaración de “Estado de excepción en Colombia’.

S. Pérez - desde Colombia

         Los campesinos colombianos llevan 13 días en huelga, ante la situación que el propio gobierno de Juan Manuel Santos reconoce como insostenible para que estos tengan unas condiciones de vida mínimamente dignas. Santos dice con la boca pequeña que una parte importante de las reivindicaciones campesinas son justas. Los campesinos a lo largo y ancho del país se están movilizando, ocupando las carreteras y manifestándose en las calles. Pero no son los únicos.

         Ayer mismo en las calles de Bogotá y de las ciudades más importantes del país, como Cali o Medellín, confluyeron en manifestación los campesinos con otros muchos sectores que se unen a la lucha. El profesorado, personal administrativo y los alumnos de las universidades, los trabajadores del transporte, los trabajadores de las pequeñas minas, los trabajadores sanitarios, funcionarios convocados por distintas organizaciones sindicales,… todos juntos están demostrando fuerza en la lucha y están consiguiendo paralizar las principales actividades de Colombia.

       En las manifestaciones de Bogotá han participado:

       GREMIO DE LOS TRANSPORTADORES, MESA AMPLIA NACIONAL ESTUDIANTIL –MANE-,  la CUT, la CGT y la UTC, la FECODE, la USO, ANTHOC, la ADE, TRABAJADORES Y ESTUDIANTES DEL SENA,  CONAMINERCOL, SINTRABIENESTAR, LA MESA NACIONAL AGROPECUARIA, FENSUAGRO, EL CONGRESO DE LOS PUEBLOS, LOS EMPUTADOS, MOVICE, VAMOS POR LOS DERECHOS, LA ASOCIACION JUNTAS DE ACCION COMUNAL DE CIUDAD BOLIVAR, SOACHA, SUBA, TEOUSAQUILLO, USAQUEN, LOS ESMERALDEROS DE COLOMBIA, LA VIA CAMPESINA, ANUC-UNIDAD Y RECONSTRUCCION, MIA, ETOC, SINTRAIME, SINTRAELECOL, ASOPRENSA, ASOTRAC, ASOTRAINDEGA, SNTT, ADEBAN, UNEB, COMANDO NACIONAL UNITARIO,  SINTRASENA,  ACEB, MOVIP,  ASOJUNTAS DE TEUSAQUILLO,…   POLO DEMOCRÁTICO ALTERNATIVO, PARTIDO COMUNISTA, PST, MOVIMIENTO SOCIAL Y POLITICO ‘MATCHA PATRIOTICA’,….

        Curiosamente, en medio del proceso negociador del gobierno Santos con la guerrilla de las FARC, al objeto de que estas se integren a la vida política y abandonen las armas, el presidente Santos no podía dejar de utilizar una vez más el ‘comodín’ de la presencia de la guerrilla en el medio rural para atacar las movilizaciones campesinas.

       Por una parte, las negociaciones de paz están siendo bombardeadas desde el principio, para que fracasen, por los sectores más reaccionarios, como el ex presidente Álvaro Uribe y los elementos del paramilitarismo incrustado en las propias filas del Estado colombiano. Pero ahora Santos siente miedo a que las movilizaciones campesinas y de la clase trabajadora sean aprovechadas también por sus opositores de derechas, en unos momentos en donde resta un año para el proceso electoral en el que se debería poder elegir al nuevo presidente de C0lombia. Y esto es un importante elemento en toda la ecuación, ya que Santos se presenta a la reelección.

       Por todo ello, a forma de quien anuncia un autentico ‘autogolpe de Estado’. El presidente Juan Manuel Santos hizo interrumpir las emisiones televisivas y de radio el día de ayer, pasadas las nueve de la mañana, para anunciar las medidas urgentes adoptadas por su gobierno frente al paro campesino y las manifestaciones en Bogotá y otros lugares del país: anuncio que militariza la ciudad de Bogotá, a la que el gobierno ha mandado a 50.000 efectivos militares para unirse a los miles de policías existentes, el establecimiento del toque de queda en la ciudad a partir de las 6 de la tarde.

       Y como no podía ser menos, para justificar medidas propias de una dictadura pura y dura, el presidente Santos lo justifica con el argumento de siempre: la infiltración de elementos violentos en las protestas, que oficialmente asignan a la guerrilla de las FARC y a organizaciones legales próximas como "Marcha Patriótica". Conjuntamente con estas medidas represivas claramente, el gobierno Santos en vez de dar una salida positiva al conflicto campesino atendiendo las justas demandas planteadas, han tomado la decisión de suspender las negociaciones en las mesas de dialogo del Gobierno con los representantes campesinos.

       Al mismo tiempo el gobierno ha suspendido su participación en mesas de diálogo que lleva a cabo con representantes campesinos para buscar una solución al conflicto que, sin embargo, reconoce justificado por el abandono secular del agro en Colombia. Esta es la respuesta del gobierno, pues, a una movilización justa, reconocida como justa en sus demandas además por el propio Santos, tras 13 días de paro campesino en la práctica totalidad del territorio colombiano.

Producción Imposible

     La movilización campesina tiene sus raíces profundas en la situación insostenible de la producción, en donde los costes de producción son cada vez mayores y los precios de los productos tienden hacia abajo. Los campesinos acusan al gobierno de carecer de una política de apoyo al sector agrícola colombiano, en donde no pueden competir con la producción de fuera, producto de los ‘Tratados de Libre Comercio’ firmados por el gobierno con Estados Unidos y otros países desarrollados, en donde mantienen políticas de subsidio de la producción y restan todo margen de posibilidad de poder competir a los productos colombianos, en productos tan básicos para la población como son el arroz, la cebolla, patata, ajos,… y el sector lácteo.

     Todo ello hace de las zonas rurales colombianas grandes territorios en donde reina la pobreza y la más absoluta desigualdad social a todos los niveles. En este contexto la lucha campesina, de los trabajadores y la juventud se hace inevitable. Ello es comprendido por el gobierno colombiano, que en palabras de Santos durante la elocución de ayer reconocía el ‘abandono en el que se encuentra el agro’.

¿Democracia?

        El Estado colombiano ha sido utilizado históricamente por los imperialistas de EEUU como su ‘patio trasero’, uno de los lugares desde el cual llevar a cabo sus planes reaccionarios en toda Latinoamérica. Formalmente una democracia, el Estado colombiano está dominado y controlado por los sectores más reaccionarios de la oligarquía y la burguesía, que no muestra nunca dudas en usar los métodos más despiadados en contra de la lucha de las masas por unas mínimas condiciones de vida.

       Los paramilitares han actuado y actúan como quinta pata del Estado y las ligaduras con todo lo mas podrido de la sociedad, narcotráfico incluido, esta visible bajo el débil barniz ‘democrático’ que quiere transmitir el gobierno Santos, que a diferencia de su antecesor, Uribe, ha intentado mantener una cierta imagen populista y de demócrata, desligado de estos sectores más reaccionarios. Pero una cosa son los deseos y otra bien distinta los objetivos finales que se defienden, los de los poderosos en Colombia.

       Por todo ello no tiene nada extraño en Colombia escuchar los creciente rumores ‘oficiosos’, no desmentidos por Santos, que afirman que en el seno del gobierno Santos se está discutiendo seriamente la posibilidad de hacer una ‘declaración de Estado de excepción en Colombia’. Mientras tanto, como es típico en las situaciones en donde se camina hacia un régimen abierto de bonapartismo y dictadura, el gobierno intenta con sus medidas de ‘militarización de Bogotá y todos aquellos territorios en donde sea necesario’, imponer la ley del miedo y el terror en la población.

Violencia y terror, política de gobierno

       Esta mañana han aparecido muertos dos jóvenes por herida de bala, en el extrarradio de Bogotá. Ayer otras dos personas murieron en las manifestaciones de la Capital. Los antidisturbios, sin duda apoyados firmemente por las bandas paramilitares, están empleándose con saña y fuerza frente a los manifestantes y en las zonas campesinas de Colombia. El que fuera candidato de ‘izquierda a la Alcaldía de Bogotá’, entregado a la política de los sectores más poderosos, el alcalde de Bogotá, Gustavo Petro decreto por su parte el ‘toque de queda en los barrios populares del cinturón de la Bogotá’. Pero por supuesto ello no fue obstáculo para que la represión de la policía antidisturbios continuara y ello provocara fuertes enfrentamientos.

        No cabe duda de que una parte de los disturbios y saqueos que está viviendo Bogotá estén siendo provocados por el lumpen desclasado, que aprovecha las movilizaciones de los campesinos y los trabajadores para dar rienda suelta a sus ansias de violencia y robo. Pero igualmente no tenemos dudas de que una parte importante de todo ello está siendo provocado por elementos infiltrados de las fuerzas de seguridad del Estado, la misma policía y sobre todo los mercenarios paramilitares, al objeto de desacreditar la movilización y la lucha y justificar las medidas represivas y de tendencias hacia la declaración de una dictadura abierta en Colombia.

        Una simple mirada rápida a los cientos de videos subidos en las redes sociales, en los últimos dos días solamente, muestran claramente como los antidisturbios están llevando el terror a la población en el interior de las propias casas de los campesinos, en acciones en donde reina la violencia extrema, con todo el material del que disponen, incluyendo el lanzamiento de gases dentro de las propias viviendas. En Bogotá hasta ahora el saldo de la intervención de los antidisturbios y los paramilitares arroja muerte y cientos de heridos de gravedad. En los hospitales de Bogotá, tan solo ayer, fueron atendidos no menos de 200 heridos graves.

Cambiar la sociedad, el único camino progresista

        Ante toda esta situación solo cabe desde los sectores populares, desde los campesinos, trabajadores y la juventud, al frente del conjunto de los desfavorecidos socialmente del país, preparar la convocatoria de una movilización amplia y contundente desde la izquierda. Caminar hacia una Huelga General en Colombia, frente a toda la situación que condena a la falta de libertades reales y de unas mínimas condiciones de vida dignas a la población.

         Preparar la lucha social para combatir firmemente por un futuro digno y en contra de la violencia del gobierno y las bandas paramilitares fascistas. Organización y lucha deben ser las consignas del momento en Colombia, por la defensa de un genuino programa de cambio social que ponga las palancas fundamentales de la economía colombiana en manos de los desfavorecidos, al objeto de borrar el mundo de barbarie en el que vive una aplastante mayoría de la población.