Planes imperialistas en Siria e inestabilidad económica internacional

* El primer presidente negro de EEUU, B. Obama, pasara a la historia como uno de los mayores defraudadores de ilusiones de cambio del pueblo.

* Los movimientos hacia la intervención militar en Siria llevan al IBEX Madrid a caer un 2,96%, el peor dato en dos meses. Le siguen Paris, Londres, Roma, Atenas en la caída, con pérdidas del 4%.

Salvador PEREZ

          Es práctica habitual, en el papel que ellos mismos se han otorgado a nivel mundial de ‘gendarmes’, que la política exterior de los EEUU este determinada por los intereses de las grandes compañías. Bueno, para ser más exactos, la política exterior y la interior por supuestísimo que también. Los imperialistas tienen muy fuertes intereses estratégicos, de negocio, en todo el mundo árabe, de donde se extrae para comenzar la fuente prima que alimenta la energía del conjunto de la economía mundial, el petróleo.

          La comedia política estadounidense se basa en el reparto de papeles entre los republicanos y demócratas. Los primeros defienden de una forma más brutal la política de intereses de los grandes poderosos. En el pasado reciente vimos como. De manos de gobiernos republicanos, George Walker Bush, los EEUU intervinieron militarmente, de forma criminal en Afganistán, Irak,… Luego tenemos a los papagayos de los llamados demócratas, que solo cubren con un barniz de teórico progresismo la defensa de los mismos intereses, los de los poderosos en EEUU y a nivel mundial.

          Tanto es así, que la política ‘reformista’ de Obana se ha quedado en meros anuncios de intenciones de reformas sociales, en derechos civiles, sanidad y educación. Pero todas estas ‘intenciones de reformas’ que cuando chocan con los intereses de los poderosos son tumbadas bajo el argumento del peso representativo de los Republicano en las Cámaras. Un examen atento de la política de Obama, no en su propaganda, sino en los hechos reales, es aproximadamente la misma que la del reaccionario Bush: velar por los sacros intereses de las grandes compañías, llegado el momento regalándoles cientos de miles, millones de dólares del Presupuesto que financian los contribuyentes norteamericanos, los trabajadores y oprimidos de la sociedad.

        El primer presidente negro de EEUU, Obama, pasara sin duda a la historia como uno de los mayores defraudadores de las ilusiones de cambio del pueblo norteamericano. Pero después del asunto de la intervención en Libia, en donde aun deben explicar que ha significado desde el punto de vista de la democracia y el bienestar para el pueblo libio, a Barack Obama le faltaba para estar a la par con G. W. Bush, su propio Irak. Y paradojas de la historia, ya están todos los preparativos del imperialismo hechos para que lo tenga: Siria.

       Tras montañas de argumentos falsos, de campañas publicitarias internacionales basadas en la mentira pura y dura, sobre ‘armas de destrucción masiva’, la ‘democracia para los iraquíes’,… hace ahora 10 años, el imperialismo norteamericano perpetro una criminal guerra en Irak, cuyas consecuencias aún se notan en toda la zona. Pero Obama, este primer presidente negro al servicio de los poderosos, no podía acabar su presidencia sin tener en su biografía su propia intervención criminal, militarmente, en los asuntos de otros pueblos. Por ello estamos asistiendo a una especie de farsa o tragicomedia, en los preparativos de intervención del imperialismo en contra de Siria. A falta de poder acusar al gobierno sirio de poseer 'armas de destrucción masiva’, la Administración Obama saca el comodín de ‘las armas químicas’.

        Todo está listo y preparado para una nueva atrocidad imperialista, para intentar apagar los focos de la revolución árabe, dando un escarmiento en suelo sirio. Obama cumple así su papel de miembro subordinado de la clase dominante, de los imperialistas, que no duda en usar toda la fuerza militar acumulada para defender sus intereses estratégicos en toda una zona del planeta. Cuando decimos todo está listo, queremos decir que los distintos actores están jugando sus respectivos papeles.

        David Cameron presto a aparecer como el Primer Ministro de una potencia imperialista de segunda categoría, participando en el ataque a Siria. Hollande, el presidente ‘socialista’ francés detrás de los imperialistas participando. Y como no podía ser menos en los renegados socialdemócratas, los dirigentes de la socialdemocracia internacional, con el Partido Socialista en España al frente, apoyando la intervención, con o sin apoyo de la ONU dicen. Como no podía ser menos, por supuesto, en Campaña Pro-intervención del imperialismo en Siria que mantiene el renegado y vendido a la burguesía, Tony Blair, ex Primer Ministro laborista británico, al servicio de su Majestad la Reina y con toda seguridad a la CIA. 

          ¡Que hipocresía y cuento viejo de los dirigentes reformistas de derechas el intentar ampararse, si pueden, de alguna forma en resoluciones de un organismo internacional como la ONU, inútil y en última instancia al servicio de los imperialistas! De esto deberían tomar buena nota algunos otros reformistas llamados de izquierdas, como W. Meyer de IU, que pide que ‘la ONU se pronuncie’. ¿Hacen falta en algo que ya tienen decidido?

        Pero como siempre hemos mantenido los marxistas, “guerra no es otra cosa que la política por otros medios”. Y en última instancia, “la política no es otra cosa que economía concentrada”. Así que tenemos la necesidad de ver, en el conjunto de la ecuación nueva que significara una intervención militar del imperialismo en Siria, cuáles serán sus repercusiones en el terreno de la economía internacional y específicamente en la europea, que como hemos explicado en anteriores escritos, esta toda ella cogida por débiles y frágiles alfileres que amenazan con caerse y llevar a toda la economía mundial al escenario de una fuerte depresión.

        En los preámbulos del escenario bélico, interrelacionándose con todos los factores que mantienen a la economía europea en una galopante recesión sin precedentes, ya hemos visto los primeros indicios al redoblar de los tambores de guerra. Las bolsas de toda Europa han sufrido fuertes pérdidas, que anticipan acontecimientos caracterizados por cambios bruscos y repentinos, muy probablemente hacia el colapso y ruptura de la zona euro en el próximo periodo, al menos tal y como la conocemos ahora mismo.

         El indicador Ibex 35 de Madrid ha sufrido un desplome del 2,96%, en solo la sesión del martes pasado, situando el llamado ‘selectivo’ en los 8.394 puntos. Todos los ‘Valores’ están en negativo. Banco Popular tuvo una caída del 7,68%; Banco Sabadell -6,36%; Bankinter -5,91%; Sacyr - 5,32% e IAG sufrió una caída del -5,05%.

        Todos los expertos y jugadores de los mercados bursátiles hablan claramente de que estos desplomes bursátiles reflejan, entre otras cuestiones, las consecuencias de una previsible intervención en Siria, que añade mas inestabilidad a la montaña de ella existente. De cualquier forma, todos estos cambios bruscos en la bolsas reflejan en última nstancia el callejón sin salida en la que esta la economía real, la productiva, en toda Europa. Agencias como Moody`s ya están haciendo públicos informes claros en los cuales descartan con rotundidad que la economía europea vuelva a tasas de crecimiento, por lo menos hasta el 2017, dicen.

       Por ello, junto al desplome bursátil español, hemos visto algo similar en los principales mercados de toda Europa, que ven como sus Bolsas caen fuertemente. En Francia el CAC-40 retrocedió un 2,42%; en Italia el FTSE Mib lo hizo un 2,34%; en Gran Bretaña el FTSE 100 tuvo una caída del 0,8%; el FTSE Athex griego sufrió un descalabro del 4%.

        Toda la situación objetiva está indicando la necesidad de que la clase trabajadora, la juventud y los desfavorecidos de la sociedad nos preparemos conscientemente para afrontar un periodo convulsivo en la sociedad, un periodo en donde claramente la clase dominante está dispuesta a arrasar con todo aquello que ha permitido un presente mínimamente de vida decente para la mayoría de la población, empujando toda la situación hacia cuotas más altas de autentica barbarie.

        En este contexto, la radicalización de la lucha de clases es inevitable. Hemos sufrido derrotas, pero hasta el momento ninguno de ellas son decisivas. Si la mayoría de la sociedad somos capaces de organizarnos detrás de un claro programa por la transformación de la sociedad, finalmente la lucha podemos ganarla y en ello nos estamos jugando el propio futuro de la humanidad civilizada.