‘Nuevas Formas’ Explotación: Retorno Servidumbre esclavista

Así es el nuevo capitalismo siglo XXI:

*  "Las semanas que más trabajo puedo llegar a hacer más de 70 horas”

*  “Las semanas que trabajas 60 horas sabes que podrás pagar las facturas pero no tienes tiempo ni para comer; mientras que en las que trabajas menos de diez horas, tienes tiempo de sobra pero nada que llevarte a la boca porque no tienes ni un penique"

Nota del Editor:

     La búsqueda sin limites de nuevas formas de forjar la explotación laboral de la clase trabajadora por parte de la burguesía ha formado y forma parte intrínseca de la propia existencia del capitalismo,. La lucha constante por incrementar los márgenes de beneficios y la plusvalía que sacan a los trabajadores forma parte de la naturaleza de la burguesía como clase dominante.

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    Marx insistía en la importancia de la ‘revolución tecnológica’ en el sistema productivo. Pero el puso de manifiesto que los adelantos tecnológicos daban una ventaja temporal a unos burgueses sobre otros, en la medida que unos incorporaban antes esos adelantos de la tecnología, pero que finalmente esos avances tecnológicos se generalizan y finalmente lo decisivo en como obtienen e incrementan las plusvalía los burgueses es la forma en como explotan la mano de obra, a los trabajadores asalariados.

    Es una verdad absoluta que el llamado ‘sistema de mercado o libre empresa’ es un sistema socioeconómico asentado en la avaricia capitalista galopante. Ello lo reflejo magistralmente Marx cuando afirmo que “mientras que el avaro no es más que un capitalista que se ha vuelto loco, el capitalista es un avaro racional”.

     En sus inicios y desarrollo, aun sobre las bases de la explotación laboral de la clase trabajadora, el capitalismo ha jugado un enorme papel histórico progresista. Permitió el avance de las fuerzas productivas, hasta niveles casi imaginados por el ser humano hasta ahora. Los periodos de crecimiento de la economía capitalista permitieron enormes conquistas sociales, laborales y salariales para los trabajadores, que de esta forma recogían las migajas de los boom económicos.

      La jornada laboral de 40 horas semanales; las pensiones de jubilación a los 65 años, antes en algunos países; las vacaciones; los derechos a la seguridad social; los derechos a la formación y educación; las prestaciones por desempleo,… todo ello fueron logros importantes de la lucha de la clase trabajadora internacionalmente, que arrancaron en contra de los deseos de los empresarios de disponer ‘libremente’, según ellos entendieran en cada momento, de sus trabajadores. Todos estos avances laborales y sociales fueron el fruto de todo un periodo excepcional en la historia del capitalismo: el boom económico que siguió al final de la II Guerra Mundial y que permitió crear lo que hemos conocido como el Estado del bienestar, al menos en los países mas avanzados económicamente.

     Sin embargo, en un proceso indudablemente dialectico, aquel periodo de boom económico casi ininterrumpido del capitalismo tras la guerra acabo bruscamente con la primera gran recesión económica de la postguerra. De forma irónica muchos estrategas de la burguesía nos presentan el inicio del nuevo periodo histórico en el que entro el capitalismo a partir de aquellos momentos, un periodo caracterizado por la decadencia, como ‘la crisis del petróleo’, en 1973/74.

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     Esta recesión marco, como decíamos, un nuevo periodo de crisis orgánica capitalista, en donde las crisis cada vez son mas profundas y duraderas, mientras los momentos de auge no son capaces de devolver a la económica en general al punto mas alto de anteriores auges. En el momento presente vemos todo un claro ejemplo de lo que es característico en este nuevo periodo histórico para la economía y la sociedad, bajo un sistema en clarísima decadencia, que nos esta devolviendo a las épocas de autentica barbarie de los inicio salvajes de la burguesía como clase dominante.

      Desde 2008 hasta ahora vemos ante nuestros ojos lo que supone sin duda la mayor crisis económica de toda la histórica del capitalismo. Y como mecanismo para hacer frente a esta crisis sistémica, la clase dominante a nivel mundial esta aplicando una sola y exclusiva política económica: desmantelar punto por punto, eslabón por eslabón, todas las antiguas conquistas sociales, laborales y salariales de los trabajadores. La demolición planificada del Estado del bienestar es un acto consciente de la burguesía para meter en sus bolsillos el conjunto de las ‘rentas sociales diferidas hacia las familias trabajadoras’.

      Los presupuestos educativos, sanitarios, pensiones, becas a los estudiantes, prestaciones a los minusválidos,… todos esos recursos están siendo reducidos brutalmente, cuando no eliminados sin mas. Al mismo tiempo, vemos como la política consciente de la clase dominante es por eliminar las restricciones legales que impiden que los empresarios exploten de forma libre y sin trabas la mano de obra. De forma irónica, en una mas de esas perversiones del lenguaje, la burguesía y sus gobiernos nos hablan constantemente de la necesidad de llevar a cabo ‘reformas laborales’, que entreguen todos los mecanismos a las manos de los empresarios para volver a una época de sema-esclavitud asalariada.

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     En mas de un articulo lo hemos reafirmado: ¡socialismo o barbarie!.

    Puede que algunos amigos lectores puedan entender esto como una exageración, pero desde nuestra óptica solo una sociedad socialista podrá permitir que “el estrecho horizonte del burgués puede plenamente ser dejado atrás y la sociedad podrá escribir en sus banderas: de cada cual según su capacidad, a cada cual según sus necesidades” (K. Marx).

     Como demostración del verdadero mundo hacia el cual nos dirige la burguesía, queremos reproducir a continuación el articulo aparecido en www.publico.es, fechado el 10 de los corrientes, que nos parece esclarecedor del futuro al cual quieren empujar a la clase trabajadora internacional. Cada cual extraiga sus conclusiones.

Salvador Pérez

 

 

LOS CONTRATOS SIN HORAS,

LA EXPLOTACION QUE VIENE

      En Reino Unido, compañías como McDonald’s contratan hasta al 90% de sus trabajadores bajo esta modalidad laboral, que permite al empleador no estipular cuántas horas trabaja su plantilla, exigiendo disponibilidad en función de la carga laboral.

DAVID BOLLERO,  Londres 10/08/2013

      "Las semanas que más trabajo puedo llegar a hacer más de 70 horas, y las que menos, ocho o nueve". Así relata Aaron, de 45 años, su situación laboral como cuidador de personas mayores en una empresa que depende directamente de la Administración en un barrio del sur de Londres. Este cuidador se siente atrapado en un contrato sin horas, esto es, uno en el que el empleador no estipula cuántas horas semanales trabaja su plantilla, exigiéndole disponibilidad en función de la carga de trabajo.

      Una modalidad de contratación bastante similar a la que la CEOE quiere implantar en nuestro país. La Confederación Española de Organizaciones Empresariales ha propuesto al Ejecutivo que los empresarios puedan "imponer" a los trabajadores la conversión de su contrato a tiempo completo en uno a tiempo parcial cuando existan causas que lo justifiquen, con la finalidad de evitar despidos. Sin embargo, estas propuestas ya han recibido el rechazo frontal de los principales sindicatos y del PSOE, que temen que estas medidas únicamente sirvan para aumentar la precariedad laboral, tal y como ocurre en Reino Unido.

Mas de un millón de personas trabajan bajo

esta modalidad de contrato, según el CIPD.

     El caso de Aaron es uno más, la punta de un iceberg de más de 300.000 personas que se encuentran en esta misma situación, según datos de la Oficina Nacional de Estadística. Nada comparado con el último informe del experto en recursos humanos CIPD (Chartered Institute of Personnel and Development) que aumenta la cifra hasta casi cuatro veces más, superando el millón de empleados en esta situación tan precaria. El CIPD afirma que mientras que el sector privado acapara el 17% de estos contratos, el público absorbe el 24%, incluyendo al Servicio Nacional de Salud (NHS).

     "El nivel de estrés que soportamos", explica Aaron, "es increíble porque nunca sabemos si llegaremos a fin de mes. Las semanas que trabajas 60 horas sabes que podrás pagar las facturas pero no tienes tiempo ni para comer; mientras que en las que trabajas menos de diez horas, tienes tiempo de sobra pero nada que llevarte a la boca porque no tienes ni un penique".

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     En este contexto y gracias a la presión de un grupo de diputados laboristas, el Gobierno conservador de David Cameron ha anunciado que revisará de manera "informal" este tipo de contratos, para evitar abusos y violaciones de los derechos de los trabajadores, publicando sus conclusiones a la vuelta del verano.  El secretario de Estado de Comercio e Industria, Vince Cable, sostiene que "aunque es importante que nuestros trabajadores gocen de flexibilidad, resulta igualmente importante que reciban un trato justo".

      Y es que, entre los inconvenientes de este tipo de contrato, además de la incertidumbre de cuánto se trabajará (e ingresará) al cabo del mes, se encuentra también la pérdida de muchos beneficios respecto a un empleado normal, tales como seguros de vida o médicos, vacaciones pagadas o días por enfermedad, pagas de beneficios o preaviso del despido, que en estos casos puede ser de un día para otro.

La excusa de la crisis 

      Las cifras oficiales, muy alejadas del millón del CIPD, ilustran el crecimiento de este tipo de contratos desde 2005, cuando apenas existían 50.000; un año después ya había 134.000 y a finales del año pasado más de 250.000. En esta tendencia, 2010 supuso un punto de inflexión, con la entrada en vigor de una directiva europea en virtud de la cual todos los empleados que hubieran sido contratados a través de una agencia de colocación disfrutarían del mismo estatus que cualquier otro empleado cumplidas las 12 semanas de trabajo. Entonces, fueron muchas las compañías que recurrieron a los contratos sin horas para sortear la directiva y evitar pagar todos los beneficios a sus trabajadores.

A.Ehmann: "Estos contratos juegan un papel

crucial en nuestra recuperación económica".

     En este sentido, las asociaciones empresariales no han tardado en dar la voz de alarma ante la posibilidad de que el Gobierno elimine este tipo de relación laboral. Es el caso de Alexander Ehmann, director de Política Regulatoria delInstitute of Directors (IoD), una agrupación que reúne a más de 38.000 directores generales de compañías, incluidos diversos altos directivos de empresas del FTSE 100 (los 100 principales valores de la Bolsa de Londres). Convencido de que "estos contratos pueden jugar un papel crucial en nuestra recuperación económica", Ehmann afirma que "eliminarlos podría conducir al mercado laboral británico a rigideces como las de Francia o España". El representante del IoD asegura que "una de las razones por las que nuestra economía no ha seguido el mismo camino que el sur de Europa es porque los empleadores han sido capaces de adaptarse rápidamente a la demanda cambiante".

     Por su parte, otro portavoz de IoD, que prefiere denominar a estos contratos como "de horas no garantizadas", afirma que "creemos que son éticos, porque no sólo proporcionan a los empleados la flexibilidad para cumplir con sus otros compromisos (como estudiar, criar a sus hijos), sino que también se la da a una industria como la hostelería, en la que resulta tan complicado predecir qué plantilla se necesitará".

     Tanto es así que la propia sede del IoD en Londres, donde su máximo directivo gana 300.000 libras anuales, (unos 347.000 euros) cuenta en su departamento de hostelería con 16 empleados temporales con contratos sin horas. Estas mismas fuentes no sólo consideran que "sin este tipo de contratos el desempleo en Reino Unido sería mucho mayor" sino que, además, señalan que "el Gobierno tiene que reconocer que cualquier acción que limite el uso de esta modalidad contractual es más que probable que perjudicará a la creación de empleo".

Elevado subempleo

     Una de las principales denuncias por parte de los diputados del Partido Laborista hace referencia al subempleo, puesto que según datos del thinktank Resolution Foundation, en muchas ocasionesel empleado gana menos de la mitad del salario medio para ese mismo puesto de trabajo, apenas superando en una libra el salario mínimo. Una situación que afecta especialmente a los jóvenes entre 16 y 24 años (37%), así como a los mayores de 55 años.

Los laboristas demandan "la necesidad

de poner freno a este tipo de prácticas".

      A esta situación tan precaria se suman, además, los errores fiscales en el cálculo de las retenciones debido a las fluctuaciones de horas que pueden llevar al trabajador a deber sumas importantes de dinero a Hacienda. Alison McGovern, una de las laboristas que promueven la campaña para regular estos contratos, demanda "la necesidad de poner freno a este tipo de prácticas, porque lo que para algunos es flexibilidad laboral, para otros muchos trabajadores no es más que precariedad y falta de estabilidad". McGovern llama la atención sobre el incremento de explotación al amparo de estos contratos y reclama una acción urgente por parte del Gobierno, al que la situación le afecta directamente pues, en palabras de la propia diputada, "cerca de 3.000 empleados públicos padecen estos contratos".

McDonald's, en el punto de mira

       A pesar de que desde el IoD subrayan que son las pymes las grandes beneficiadas de los contratos sin horas, esta semana ha saltado la polémica después de que el diario The Guardian revelara que compañías como McDonald's emplean con esta modalidad de contrato hasta al 90% de su plantilla en Reino Unido, lo que supone un total de 82.200 personas.

        Curiosamente, la cadena de comida rápida que sólo en este país cuenta con 1.200 empleados y sirve a diario a 2,5 millones de clientes, fue certificada este mismo año por la consultora holandesa de recursos humanos CRF Institute como uno de los mejores empleadores, no sólo en Reino Unido, sino de toda Europa. Entonces, su vicepresidente en Gran Bretaña, Jez Langhorn, presumía de que "nuestros empleados son personas ambiciosas y con talento y nos hemos esforzado por poner en marcha iniciativas que les apoyen y motiven en su trabajo y en su desarrollo profesional".

     El 90% de los trabajadores de McDonald's

en Reino Unido, con contratos sin horas.

     McDonald's no es ni mucho menos una excepción,sumándose a la lista marcas muy conocidas como Sports Direct, que con 20.000 empleados sin horas también ronda la contratación del 90% de su plantilla con este modelo. De manera similar operan Boots o Subway, que se sacude la polémica sobre sus franquicias, haciéndolas responsables de todo cuanto tenga que ver con sus empleados.

      Andy, que con 18 años trabaja para una cadena de comida rápida en Londres, explica que "no es nada raro que el gerente llegue a media mañana y, si vienen pocos clientes, te mande para casa,sin importarle si vienes de lejos o cuánto te has gastado en transporte". A ello se suma, además, lo que pueden llegar a afectar los enfrentamientos personales con el encargado, que "a veces te puede llegar a quitar prácticamente todas las horas durante semanas, saturando a algún compañero con 50 o 60 horas semanales".

       En un comunicado de prensa, McDonald's asegura que "nuestros empleados están contentos con esta flexibilidad que les brinda la oportunidad de tener tiempo libre para las vacaciones escolares de sus hijos, preparar exámenes, etc.". La compañía niega que este tipo de trabajadores tenga menos beneficios que el resto y afirma que no se les exige plena disponibilidad cuando son llamados. Fuentes de la compañía consultadas por Público.es rechazaron entrar a valorar si estos contratos son o no éticos y señalaron que "nuestros empleados se mueven en una franja de edad que va desde el final del colegio a los años previos a la jubilación".

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