80 ANIVERSARIO II REPUBLICA ESPAÑOLA

 
Breves apuntes sobre la
LA REVOLUCION Y LA CONTRARREVOLUCION
   
Fdo.   Salvador Pérez

  Este 14 de abril, se cumple el 80 aniversario desde la proclamación de la II República española, en 1931. Tras la celebración de unas elecciones municipales, en donde los partidos socialista y republicano obtuvieron el éxito, el Rey Alfonso XIII no tuvo más remedio que coger camino del exilio.

proclamacion republica
  Conocer aquellos acontecimientos, revolucionarios, que dieron a los desposeídos españoles, ‘no una, sino una docena de oportunidades de tomar el poder’, en palabras del genial revolucionario marxista León Trotsky, y que final e inevitablemente terminó en una cruel Guerra Civil de tres años, tras la ‘negativa una y otra vez de las direcciones obreras de tomar el poder en sus manos’ y tras el ilícito levantamiento del ejercito en 1936 contra el orden democrático y legalmente establecido en España, es una necesidad objetiva que existe, sobre todo para la nueva generación, la juventud.

           Tras la caída de la dictadura franquista un manto de silencio y, peor aún, de mentiras de clase, fue arrojado por la clase dominante y los dirigentes reformistas y estalinistas, sobre los acontecimientos de los años 30 en España. La llamada ‘política de reconciliación nacional’, del olvido, ha pretendido abrir un vacío en la conciencia de la clase obrera sobre los acontecimientos de aquellos años. Pero ‘un pueblo que olvida su historia está condenado a repetir los viejos errores’.
     Por otra parte, la naturaleza aborrece el vacío. Existen unas especies de animalitos políticos, al parecer pertenecientes al genero humano, que en posiciones claramente ultraizquierdistas pretenden repetir ideas, hechos y datos de forma absolutamente ‘mecánica’, para sacar conclusiones ‘rápidas’ para el presente. Pretenden ser marxistas, pero no dejan de ser elementos que en el momento actual están jugando claramente a la revolución, y ello es extraordinariamente negativo, pues en el momento de la verdad estos elementos siempre suelen equivocar el paso y confundir totalmente las cosas.

          En relación y a propósito de este tipo de personas y grupos, ultraizquierdistas y a la hora de la verdad oportunista, el teórico marxista Ted Grant escribió lo siguiente: “El marxismo sería una teoría muy simple si se limitase a repetir las ideas del pasado. Los sectarios y los oportunistas de los distintos grupos y sectas, ignoran los métodos y los principios que mantienen su validez y que se pueden sacar incalculables lecciones de las obras de los grandes clásicos. Repiten unas cuantas frases recogidas del pasado y piensan que eso les convierte en brillantes estrategas”.

bandera republica
       Algunos de estos grupos e individuos ahora reinterpretan los acontecimientos históricos de forma interesada, intentando aparecer como grandes teóricos del marxismo, repitiendo formulas e ideas sin tener en cuenta la noción importante de ‘espacio y tiempo’. Pero al fin y al cabo, allá ellos y sus ‘calenturas ideológicas’ de nuevos ‘teóricos’. 

         Frente a todos estos tipos de nuevas interpretaciones de los acontecimientos, siempre estará ahí la visión que el marxismo tiene de los acontecimientos históricos, del riguroso análisis de la situación en el pasado, presente y perspectivas de futuro, basado siempre en datos, cifras y argumentos, que siempre constituye la verdad concreta objetiva en la que basarse.

            Existen muy buenos libros y escritos sobre aquella época, que por supuesto desde aquí recomendamos a quienes desean profundizar en el análisis y la visión de lo acontecido. En especial los ‘Escritos sobre España 1930-39” de L. Trotsky; ‘Jalones de derrotas, promesas de victorias’ de G. Munis; ‘Homenaje a Cataluña’ de G. Orwell; ... y el siempre edificante de leer, ‘Revolución y Contrarrevolución en España”, de Félix Morrow.

             En este genial libro del periodista y marxista norteamericano, que participo en las milicias republicanas española, sobre la caída de la monarquía Alfonsina en abril del 31, escribe en los siguientes términos:

        “Gloriosa, incruenta, pacífica, armoniosa” fue la revolución del 14 de abril de 1931. Dos días antes el pueblo había votado la coalición republicano-socialista en las elecciones municipales; esto fue suficiente para terminar con Alfonso. La república española llegó tan fácilmente... Su advenimiento, sin embargo, fue casi el único hecho incruento conectado con la revolución antes o desde 1931.
         Durante un siglo España había intentado crear un nuevo régimen. Pero la parálisis de siglos de decadencia senil desde los días del imperio había frustrado cualquier intento. La historia de las derrotas y sus castigos fue sangrienta. Cuatro revoluciones importantes antes de 1875, seguidas por cuatro terrores blancos, fueron simplemente crescendos en una sinfonía casi continua de revueltas campesinas y motines militares, guerras civiles, insurrecciones regionalistas, pronunciamientos del ejército complots de las camarillas cortesanas”.    (F. Morrow)

proclamando repub lica
                Entusiasmo en las calles tras proclamación República

              conde romanonesPese a lo que se quiera decir al respecto, la caída de la monarquía fue un acontecimiento totalmente pacifico, que mostraba a las claras la podredumbre interna de una institución, que para mantenerse en el poder había tenido que recurrir a la dictadura de Primo de Rivera y que estaba alineada a todo lo viejo y reaccionario en la sociedad: la nobleza, el clero, los capitalistas y sobre todo los grandes terratenientes. La clase dominante ‘sacrifico’ la monarquía, dejándola caer al vacío, para salvar al sistema socioeconómico. En definitiva, en la mayoría de los casos, todos ellos se representaban en las mismas personas, como el Conde de Romanones, quien era inversionista de la industria, gran terrateniente y perteneciente a la nobleza.

                Cuando se celebraron las elecciones municipales, dos días antes de que Alfonso XIII tuviera que exiliarse, los trabajadores, los campesinos pobres votaron por los socialistas y republicanos en busca de una salida a la profunda crisis que asolaba España. Un país, que gracias a su no intervención en la Primera Guerra Mundial, había aprovechado para ganar espacio para sus productos en el mercado mundial, pero que una vez termino la Guerra, y contagiada igualmente que el resto de las economías mundiales por la depresión del 29, sufría las consecuencias de paro masivo, el estancamiento y retroceso de su industria y las secuelas lógicas de su secular atraso histórico.

               Los capitalistas españoles siempre se han caracterizado por llegar tarde a las citas de la historia. Una clase social dominante con todos los elementos e ingredientes para ser considerada de las más reaccionarias de Europa y el mundo: fue incapaz de llegar a la hora de la revolución democrático burguesa, de crear un Estado moderno con separación de la Iglesia del mismo, de realizar la repartición de la tierra, en manos de grandes terratenientes ligados a la aristocracia,… Por dar un dato, la Iglesia católica era uno de los mayores poseedores de tierras en España, dominaba la educación, era accionista de la industria y la Banca y por todo ello jugaba y estaba llamada a jugar un papel extraordinariamente reaccionario.

Primer Gobierno Republicano
Colaboración de Clases 

                 Tras proclamarse la II republica española, se constituyo un Gobierno de coalición entre el Partido Republicano y el PSOE, presidido por Azaña. Evidentemente, como casi siempre ocurre en las primeras etapas de la revolución, este gobierno representaba los intentos de congeniar los intereses de las clases pudientes con la clase trabajadora, y era un gobierno con representantes de la burguesía (P. Republicano) y representantes moderados y socialdemócratas del Partido Socialista Obrero Español.

               Las tareas que tenía por delante este primer gobierno republicano eran las tareas típicas e históricas de la revolución democrático-burguesa: dar al Estado un carácter laico, separando de él a la jerarquía de la Iglesia Católica, llevar a cabo una Reforma Agraria que acabara con el Latifundismo imperante sobre todo en el Sur de la península, propiciar el desarrollo industrial y garantizar los derechos democráticos de los diferentes pueblos que componían y componen lo que se llama ‘España’, además liberando a los pueblos sometidos aún en lo que quedaba del carácter colonial de España, sobre todo en el norte de África.
 
               Se puede afirmar, como muestra de la imposibilidad de que la burguesía hoy en día juegue ningún papel progresista en la sociedad, que todas estas tareas, que en teoría fueron emprendidas para su solución por el primer gobierno republicano, se cumplieron con éxito. A la hora de la verdad, los dirigentes de izquierdas se encontraban con las manos maniatadas por sus pactos con los representantes de la burguesía, que como hemos indicado tenían miles de lazos comunes con lo más reaccionario de la sociedad.

cartel tierra
                 Las tareas de la revolución democrático-burguesas eran llevadas a cabo por la clase obrera y sus organizaciones, basándose en un programa de independencia de clase y de lucha por transformar la sociedad, o jamás serian llevadas a cabo. Estas tareas democráticas están inscritas en el programa de la revolución socialista, en sus primeras etapas, pero para no detenerse en ellas, sino solamente como primeros pasos hacia el control de la sociedad por parte de los trabajadores, poniendo fin al régimen de dominio de la burguesía.

                  Ello quedaba claro por ejemplo en el tema de la Reforma Agraria, que fue emprendida por el primer gobierno republicano, pero a un ritmo tan lento que hubieran hecho falta siglos para ver hecha realidad dicha reforma agraria. En este caso, como en la democratización del propio Estado, los representantes burgueses siempre jugaban el papel de ‘freno’, impidiendo todo avance progresivo de verdad.

                  Ese era su papel y lo cumplieron a la perfección, al igual que el papel de los dirigentes reformistas, socialdemócratas, fue el de siempre: crear ilusiones reformistas en las masas y traicionarlas en los momentos críticos. Este primer Gobierno de la republica además de no llevar a cabo sus compromisos con los trabajadores, utilizo la represión en contra del movimiento obrero y jornalero, y legislo para poner más difícil la lucha de los trabajadores.

                Con un gran descontento social por la política del Gobierno republicano-socialista, con acontecimientos como los de Casas Viejas, donde la Guardia Civil asesino a los jornaleros en lucha, en las elecciones de 1933 gano las mismas la Coalición Española de Derechas Autónomas (CEDA), que formarían Gobierno y pasaría a la historia como la época del ‘bienio negro’.

Bienio Negro

               De 1933 a 1936, cuando en las elecciones gano el ‘Frente Popular’, la CEDA en el Gobierno intento llevar al fascismo al poder ‘democráticamente’, impuso una represión sistemática al movimiento obrero utilizando la legislación represiva aprobada por el primer gobierno republicano-socialista. Miles de luchadores fueron enviados a la cárcel, miles de huelguistas fueron brutalmente reprimidos.

             El látigo de la reacción sirvió, una vez más para animar a la revolución. Las masas, conscientes de los intentos de la derecha de acabar con todos los avances sociales, con los propios derechos democráticos recién conquistados, fueron los protagonistas mediante la lucha, impidiendo la implantación de un régimen fascista, que pretendía Gil Robles y finalmente fueron los trabajadores los protagonistas de llevar adelante la heroica Revolución Asturiana en 1934, que puso en jaque Gobierno y al propio Sistema capitalista en España.

miliciano
 
           Desgraciadamente, la Comuna de Asturias quedo aislada, por la negativa de los dirigentes de izquierdas de haber dado un carácter general en todo el Estado a la revolución, que al grito en Asturias de UHP (Unión de Hermanos Proletarios) significo un autentico faro de esperanza e inspiración para el movimiento obrero. Las Alianzas Obreras jugaron en Asturias un papel dirigente, y si no lo jugaron en el conjunto del Estado fue por la negativa de reformistas, estalinistas y anarquistas a que ello fuera así. Cada cual con distintos argumentos, cada cual jugando un papel nefasto desde el punto de vista de los intereses revolucionarios de la clase obrera.

             Los acontecimientos en Asturias, donde el Gobierno utilizó las unidades más reaccionarias del Ejercito. como la Legión, compuesta por toda la escoria de la sociedad y tropas alistadas entre los habitantes del Norte de África (el Marruecos español), bajo el mando de Franco, aplasto al proletariado revolucionario asturiano, no sin que este opusiera una brava resistencia.  Pero estos acontecimientos, además de miles de presos políticos, dejarían su impronta también en la conciencia de las masas.

            La clase obrera giro hacia la izquierda de forma rápida y ese giro dejo su impronta en las organizaciones de masas de la izquierda, que se radicalizaron y en ocasiones buscaron fuertemente las ideas y el programa del marxismo. Este fue el caso de las organizaciones socialistas, comenzando por las JJSS que hicieron un llamamiento a los partidarios de Trotsky en España para que entraran en la organización y ayudaran a ‘bolchevizar’ al PSOE.

             Dirigentes como Largo Caballero, que acabaría en la cárcel a raíz de los acontecimientos revolucionarios en Asturias, giraron hacia la izquierda tanto, como para ser conocido por las masas como ‘el Lenin español’. Si no hubiera sido por los errores ultraizquierdistas de los que se decían partidarios del trotskismo en España, su sector mayoritario, con A. Nin al frente, que se negaron a entrar a las organizaciones socialistas en esos momentos claves, todo el proceso podría haber tenido un desenlace muy distinto. El ultra-izquierdismo es una ‘enfermedad’ siempre, pero criminal en momentos claves de la situación objetiva.

Revolución y Contrarrevolución

                La naturaleza aborrece el vacío, y este fue llenado por los estalinistas españoles, que al principio de los acontecimientos revolucionarios representaban un pequeño partido, con pocos militantes e influencia, pero que sobre la base del prestigio que la revolución rusa representaba ante los trabajadores españoles, les permitió crecer y jugar un papel nefasto y contrarrevolucionario, aplicando las viejas y desacreditadas ideas mencheviques de la revolución era de carácter burgués y no debía salirse de esos limites.

                Reinventaron la vieja y desacreditada idea de la revolución por etapas, que durante la guerra civil y en palabras de ‘La Pasionaria’, consistía en  ‘primero ganar la guerra, después la revolución’, dándole todo el protagonismo a la burguesía que ellos decían progresista, devolviendo en cada ocasión el poder a la burguesía, poder que era conquistado por los trabajadores muchas veces casi sin dirección.

El Frente Popular

              Esta fue, en la práctica, la misión histórica del llamado ‘frente popular’: garantizar que la lucha del movimiento obrero no iba mas allá del marco del capitalismo y eso precisamente es lo que condeno la revolución a la derrota de manos de la reacción con el ejercito detrás, que supuso 40 años de negra dictadura militar, más de millón y medio de muertos.

               El Frente Popular no fue otra cosa que un gobierno de los dirigentes de las organizaciones obreras, donde participaron hasta los llamados ‘anarquistas’ de la CNT, junto con los políticos de la burguesía, o mejor dicho de su sombra, para maniatar al movimiento obrero e impedir que la revolución se desarrollara en términos socialistas.

               Los estalinistas, especialmente, jugaron un papel totalmente criminal en este tipo de políticas, siendo los abanderados y ‘quinta columna’ de la reacción en el campo de la republica. Stalin tenia autentico pavor a la posibilidad de que los trabajadores españoles tomaran el poder y pudieran indicarle un camino, un ejemplo a los obreros rusos en la lucha contra la burocracia del primer estado obrero.

                El estalinismo contribuyo decisivamente a la derrota de la revolución española y ello es tan objetivo como el afirmar que si en el Estado español hubiera existido una organización de unos cuantos miles de cuadros marxistas, trotskistas, con las ideas y los métodos correctos que León Trotsky aconsejo una y otra vez, las cosas hubieran sido totalmente distintas.
 
milicianas
            
           Las condiciones para el triunfo de la revolución española fueron señaladas por L. Trotsky, en “España, última advertencia”, en los siguientes puntos, que pasamos a reproducir:

“ En el fondo, las condiciones de la victoria de las masas en la guerra civil contra los opresores eran muy sencillas:
1. Los combatientes del ejército revolucionario deben tener plena conciencia de que están luchando por su completa emancipación, y no por el restablecimiento de la antigua forma (democrática) de explotación.
2. Lo mismo debe hacerse comprender a los obreros y campesinos, tanto en la retaguardia del ejército revolucionario como en la retaguardia del ejército enemigo.
3. La propaganda sobre su propio frente, sobre el frente enemigo y sobre las dos retaguardias debe estar impregnada del espíritu de la revolución social. La consigna "Primero la victoria, después las reformas" es la consigna de todos los opresores y explotadores, empezando por los reyes bíblicos y acabando por Stalin.
4. La victoria viene determinada por las clases y las capas que intervienen en la lucha. Las masas deben poseer un aparato de estado que exprese directa e indirectamente su voluntad. Semejante aparato no puede ser construido más que por los soviets de obreros, soldados y campesinos.
5. El ejército revolucionario debe, no sólo proclamar, sino realizar inmediatamente, en las provincias conquistadas, las más urgentes medidas de la revolución social: expropiación y entrega a los más necesitados de las reservas alimenticias existentes, redistribución de los alojamientos en beneficio de los trabajadores, y sobre todo de las familias de los combatientes, expropiación de la tierra y de los instrumentos agrícolas en beneficio de los campesinos, establecimiento del control obrero sobre la producción, y del poder soviético en lugar de la antigua burocracia.
6. Deben ser expulsados sin piedad del ejército revolucionario los enemigos de la revolución socialista, es decir, los explotadores y sus agentes, incluso si se cubren con la máscara de "demócrata", "republicano" "socialista" o "anarquista".
7. A la cabeza de cada división debe encontrarse un comisario de irreprochable autoridad, como revolucionario y como soldado.
8. En cada división militar debe haber un núcleo homogéneo de los combatientes más abnegados, recomendados por las organizaciones obreras. Este núcleo sólo tiene un privilegio: ir el primero a la lucha.
9. En los primeros tiempos, el cuadro de mando incluye necesariamente muchos elementos extraños y poco seguros. Su comprobación y selección debe hacerse en base a la experiencia militar, por medio de testimonios de los comisarios y de notas de los combatientes de línea. Al mismo tiempo deben emprenderse grandes esfuerzos en vista a la preparación de mandos provenientes de las filas de los obreros revolucionarios.
10. La estrategia de la guerra civil debe combinar las reglas del arte militar con las tareas de la revolución social. No sólo en la propaganda, sino incluso en las operaciones militares, es necesario contar con la composición social de las diferentes partes del ejército adversario (voluntarios burgueses ' "campesinos movilizados., o como en el caso de Franco, esclavos coloniales) y, al escoger la línea de operación, tener escrupulosamente en cuenta la cultura social de las correspondientes regiones del país (regiones industriales, campesinas, revolucionarias o reaccionarías, regiones de nacionalidades oprimidas, etc.). En otras palabras: la política revolucionaria domina a la estrategia.
11. El gobierno revolucionario, en tanto que comité ejecutivo de los obreros y campesinos, debe saber conquistar la confianza del ejército y de toda la población trabajadora.
12. La política exterior debe tener como principal objetivo despertar la conciencia revolucionaria de los obreros, de los campesinos y de las nacionalidades oprimidas del mundo entero”.

socialismo

¡¡ … SI PODEMOS !!

         Hemos entrado de lleno en un periodo de nuevos y vibrantes acontecimientos de la lucha de clases a nivel internacional, donde habrá oportunidades para que los trabajadores puedan tomar el poder y acabar con este injusto sistema social. Los maravillosos acontecimientos de los años 30 en el Estado español, llenos de lecciones para el futuro, constituirán una fuente de inspiración.

      Sirvan estas letras de homenaje a todos los que lucharon durante aquellos años por cambiar la sociedad, que con su ejemplo iluminan el futuro de los desposeídos en la actualidad. Entre ellos mis dos abuelos, el materno ‘desaparecido’ para siempre y el paterno muerto a balazos por la Guardia Civil, en la puerta de su casa  y ante su familia. A mi padre, Manuel Pérez, quien militó en las ideas del comunista toda la vida, hasta su muerte en  1992, confiando en la  ‘justa liberación del ser humano del yugo capitalista’.

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