PEDERASTAS Y "SAN WOJTYLA"

REACCIONARIOS Y PEDERASTAS EN EL VATICANO

      

    He de confesar que, en cierto aspecto, me cuesta escribir este artículo. Soy ateo convencido desde hace bastantes años y me da cierta pereza hablar, ni mal ni bien, de la Iglesia. Considero que la religión, ‘la fe’ como llaman, es algo privado de cada cual, por eso igual es un territorio donde no me siento demasiado a gusto opinando.

  

       Bien es cierto que como marxista  me siento en la obligación moral de exponer mis puntos de vistas abiertamente, sobre cualquier tema, sin insultar a nadie, pero también sin ocultar las muchas hipocresías e inmoralidades, humanas que no divinas, que se esconden detrás de muchos hechos y circunstancias que disfrazan en ocasiones con todo tipo de ropaje religioso.

  

         Es un hecho innegable que en la mayoría de los asuntos donde intervienen ‘las Iglesias’, y muy concretamente la Iglesia Católica, siempre están subyaciendo intereses materiales de por medio. Cuando vemos a la Jerarquía eclesiástica protestar por el ‘laicismo’ de cualquier Estado, en realidad esta protestando porque quieren más dinero para sus centros educativos, sus seminarios, sus universidades, … sus negocios terrenales.

    

      Todo esto viene al caso porque en estos días están acelerando el proceso de beatificación del anterior Papa, Karol Wojtyla, conocido por Juan Pablo II, en un proceso que parece ser será el mas corto de la historia. Karol Wojtyla será el primer Papa en 2.000 años que es beatificado de mano de su inmediato sucesor, a tan solo 6 años de su muerte. ¿Pero cuales fueron los ‘milagros y meritos para todo ello, para hacer santo a este hombre, que en los últimos años de su vida producía gran pena verlo aparecer en público vestido con el traje papal, por su delicado estado de salud ?. 

    

     Karol Wojtyla nació en Polonia, en Wadowice, un mes de mayo de 1920, en el seno de una familia acomodada, de clase media, rural y políticamente conservadora, que hacían militancia de un extremismo católico excluyente, dicen que ‘piadoso y vigoroso’. Situados en la lucha contra las ideas del bolchevismo, próxima en territorio y fechas la revolución rusa del 17, su madre Emilia jugo un papel central en su formación. Dicen que su madre se las arregló para que su hijo naciera cerca de un templo, pues quería que lo primero que oyera su hijo fueran los "cánticos a Dios".  Desde la infancia, pues, le viene dada su lucha, su actitud venenosa contra las ideas progresistas, de izquierdas en general y del marxismo en particular.

   

    Wojtyla accedió al papado en 1978, bajo el nombre de Juan Pablo II. Desde el principio destaco por sus ideas ultraconservadoras y reaccionarias, dentro y fuera de la iglesia. En el Vaticano fue desplazando a todos aquellos que el veía como progresistas, que fueron cambiados por todos aquellos elementos que destacaban por ser los más reaccionarios en la Jerarquía eclesial.  Fue de la opinión de que ya no le valían los franciscanos, dominicos o jesuitas, a los cuales veía como demasiado comprometidos con los pobres e influenciados por las ideas del marxismo.

 

      Por eso desde el principio Wojtyla encontró sus nuevos reclutas en el Opus Dei, los Kikos, Lumen Dei, los Carismáticos, Comunicación y Liberación, Schoenstantt, San Egidio y la Legión de Cristo. Todos aquellos que destacaban por sus ideas más retrogradas fueron ascendidos en el Vaticano de la mano de Juan Pablo II y todos juntos ‘montaron una gran máquina del tiempo’, en su empeño de volver atrás en la historia y situarnos en los tiempos de la Inquisición.

 

            Rompieron las posibilidades para cualquier movimiento de critica interna en el seno de la Iglesia, la cual centralizaron al máximo y establecieron las bases de la Iglesia de fin de siglo XX, se marcaron el objetivo de evangelizar de nuevo a todo el planeta, con sus ideas provenientes en muchos casos directamente de la Edad Media.

          Es por ello extraño, al menos no parece muy ‘lucido’ (si algo hay de lucidez en todo el Vaticano)  la carrera que han hecho por elevar a los ‘altares’  a Juan Pablo II, de quien se puede decir con pocas posibilidades de caer en un error que fue además de Papa un agente activo de la CIA norteamericana. Fueron sonadas sus ‘entrevistas secretas’ con reaccionarios de todo tipo dentro de lo que fue el campo denominado ‘soviético’.

   

      En el Vaticano de esos momentos otro individuo jugo un papel clave,  junto a Wojtyla, y este no fue otro que Marcial Maciel, fundador de La Legión de Cristo, sin duda de lo más reaccionario dentro de la Iglesia. Aunque no existe un aparato para medir los grados entre los reaccionarios, este ganaba por bastante delantera a sus competidores.

  

        En 1978, la Legión de Cristo era apenas una congregación profundamente conservadora creada por un ambicioso sacerdote mexicano, que aún no tenía aprobadas sus Constituciones, secretista, poderosa en México y con presencia entre las élites reaccionarias en España, Italia, Irlanda y EE UU.

  

       Nada más fue nombrado Papa, Wojtyla cenó con Maciel y esta fue la conversación que mantuvieron:   "Y a usted, padre, ¿cuándo le vino la idea de crear la Legión?", le preguntó Juan Pablo II a Marcial Maciel, en el comedor privado del Santo Padre. La respuesta de Maciel fue inmediata: "Santidad, a los 15 años ya tenía claro que quería crear una congregación de sacerdotes para instaurar el reino de Cristo en la sociedad". El Papa reflexionó y continuó: "Pues sabe usted, padre Maciel, yo a los 15 años aún no había sido ordenado y no se me pasaba por la cabeza llegar a ser Papa". Según un religioso que presenció la conversación, tras esa frase del Papa los dos rompieron a reír. Marcial Maciel paso ha ser uno de los ‘mariscales de campo’ de Juan Pablo II.

       Y todo ello cuando ya se sabia, desde antes de que Wojtyla fuera nombrado Papa en 1978,  que Maciel  era un pederasta y tenia varios descendientes con diferentes mujeres. En aquellas fechas Maciel ya sufría de una fuerte adicción a los opiáceos y llevaba décadas de manejos económicos poco claros. Controlaba con mano férrea a sus chicos callados por el particular ‘voto de silencio’, era dueño de sus mentes, haciendas y propiedades en la Legión de Cristo. Pero todo su poder poco tenía que ver con el que llegaría a conseguir de la mano del nuevo Pontífice.

  

       Con Juan Pablo II,  Marcial Maciel logró una influencia que nunca pudo imaginar, ni soñar.  Y más aún arrastrando su oscuro pasado del que nadie al parecer se dio por enterado.   Maciel era un genio  como recaudador, sus seminarios estaban llenos y presumía de no ir ni un paso atrás ni delante del Papa. Por si todo fuera poco, apoyaba económicamente a “Solidaridad”, el sindicato católico creado en Polonia en 1980 y dirigido por Lech Walesa, que estaba minando los cimientos del régimen comunista de parte del nuevo Papa.

     

    Durante el papado de Wojtyla, la Legión fue la congregación católica de mayor crecimiento. Cuando Wojtyla llegó al Vaticano, contaba con 100 sacerdotes. A su muerte tenía 800 y más de 2.000 seminaristas repartidos en 124 casas por todo el mundo. Universidades en México, Chile, Italia y España; facultades de Teología, Filosofía y Bioética. Más de 130.000 alumnos. Y 20.000 empleados en su grupo económico Integer. La cifra que más se ha repetido sobre el valor de los activos de la Legión en los últimos años es de 25.000 millones de euros.

   

     En su libro ‘Mi Vida es Cristo’, el propio Maciel cuenta que Juan Pablo II y él se conocieron en enero de 1979, dos meses después de que Wojtyla fuera elegido sucesor de san Pedro. Al nuevo Papa se le metió en la cabeza que su primer acto de multitudes fuera de Italia tenia que ser en México, un país con más de 80 millones de católicos en las puertas de EE UU y la Centroamérica de la Teología de la Liberación.  Había que arrebatar América a las garras del comunismo. Pero había un ‘pequeño problema’: México era un Estado laico y no podía recibir con honores de Estado al Papa, ni siquiera permitir celebrar misas al aire libre. El Papa tendría que viajar como ‘turista’.

   

         Sin embargo, Maciel cambió todo eso, fue quien organizó el viaje del Papa a México y por medio de sus influencias en el entorno del circulo de Rosario Pacheco (madre del Presidente Portillo) y de las hijas de este, Margarita y Alicia López Portillo, católicas y  ricas.  Se obro el ‘milagro’ para que el presidente mexicano, José López Portillo, recibiera al Papa con honores de Estado a pie de avión y le facilitaron todos los medios para la celebración de actos de masas al aire libre en todo el país.

      M. Maciel se convirtió así en la mano fiel y ‘fiable’ del Papa anticomunista. A nadie en Roma le importó lo más mínimo los crecientes rumores contra el Superior de los Legionarios, a nadie le importaba que en los cajones más oscuros del Vaticano se escondiera un grueso dossier sobre sus andanzas. Comenzando por el Papa, todos ignoraron y miraron hacia otro lado. Durante más de tres décadas Juan Pablo II no dejo de ‘recompensar’ la lealtad de Maciel’.

 

    Wojtyla aprobó las Constituciones de la Legión, sin cambiar una palabra, ordenó en el Vaticano a 59 legionarios e invitó a que Maciel fiscalizara varios sínodos de obispos, en Europa y Latinoamérica. Impulso la creación de la Universidad Pontificia de los Legionarios en Roma e implanto la congregación en Chile. El Papa ‘santo’ definió a Maciel como "un guía eficaz para la juventud".

 

       Después de la publicación en The Hartford Courant de las primeras denuncias por abusos sexuales, en febrero de 1997, el Papa hizo oídos sordos. Incluso el obispo mexicano Carlos Talavera entregó en 1999 una carta al Cardenal Ratzinger, en aquel entonces Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y actualmente Papa, que relataba los abusos de Maciel sobre el ex sacerdote legionario Juan Manuel Fernández Amenábar. La respuesta de Ratzinger fue concluyente, según comento este mismo obispo: "Lamentablemente, no podemos abrir el caso del padre Maciel, porque es una persona muy querida del santo padre, ha ayudado mucho a la Iglesia y lo considero un asunto muy delicado".

 

        No sería hasta después de morir Juan Pablo II, en abril de 2005, que todo el escándalo de la ‘vida y obras’ de Maciel pudiera activarse de nuevo. Mientras estuvo vivo no permitió que se cuestionara nada de este energúmeno pederasta, vicioso y mujeriego. Los ateos no creemos en el ‘Cielo ni en el Infierno’, pero mostramos nuestra más enérgica condena moral y a todos los niveles sobre individuos como Maciel, reaccionarios ideológicos y repugnantes bichos humanos. 

 

         Y por supuesto, no creemos en Santos, pero no aceptaríamos tener cerca de nosotros a alguien como Wojtyla, que protegió, tolero, alimento a este tipo de energúmenos y a todo tipo de ideas supuestamente religiosas que significaban siglos de saltos hacia atrás para la humanidad. Fue un claro defensor y protector del Sistema capitalista y de todo lo podrido que bajo el mismo habita. Hemos de suponer que han sido buenos para los Jerarcas del Vaticano estos argumentos para santificar a su persona y papado.

 

Fdo.   Salvador Pérez