Los Ricos No Pagan

EXPLOTACION, SAQUEO SOCIAL Y ESTAFA FISCAL:

ESPECIALIDAD DE LA CLASE DOMINANTE

               La clase dominante se mantiene en su posición privilegiada gracias a muchos factores, todos interrelacionados, que hacen que a pesar del papel absolutamente reaccionario que juega hoy en día la burguesía  en la sociedad. Desde hace ya décadas la burguesía es consciente de ello, pero se mantienen firmes al volante del vehículo social, como un alcohólico que se niega a bajar del coche con la botella en la mano. 

                La burguesía dispone de un variado arsenal para controlar todo lo que ocurre en la sociedad, todo lo importante. No solo posee el ejército (en particular la obediencia de la casta de oficiales), la policía, las cárceles y demás medios de represión de los Estados modernos. Y estas cosas no son secundarias, pero no juegan un papel central para que la burguesía se mantenga en el poder la mayor parte del tiempo.

              Medios más sutiles, menos ‘visibles’ juegan un papel clave en el dominio de la burguesía sobre la sociedad. Desde que nacemos hasta que morimos somos bombardeados diariamente por ideas que corresponden a los intereses de clase de la burguesía. Los pulpitos de la Iglesia (que nos llaman a la resignación), las cátedras educativas que forman ‘buenos ciudadanos esclavos’, los dirigentes ‘reformistas’ que insisten que ‘mañana será mejor’,…

               Las tradiciones, la rutina, la educación,… todo ello es un buen escudo para que la clase dominante esconda su dominio y haga creer a todos que ‘lo que vivimos es lo normal’. Si no fuera así, de un soplo, la mayoría acabaría rápidamente con el dominio de una minoría parásita.

               En los últimos cuatro años, de forma más fuerte, escuchamos en cada rincón, en cada medios informativo de la burguesía, que ‘todos tenemos que hacer sacrificios para salir de la crisis’. Los brutales ataques sociales, ataques a los salarios directos e indirectos (presupuestos y conquistas sociales del movimiento obrero) están bajo fuego permanente por parte de la burguesía, su brazo ejecutivo llamado gobiernos y sus estrategas y de vez en cuando escuchamos que son ‘sacrificios’ que tenemos que hacer.

               Pero la burguesía no solo ‘nos roba’ mediante la extracción de la Plusvalía al trabajador (el trabajo no pagado por los empresarios a los trabajadores, que constituye la base del beneficio empresarial), sino que nos ‘roba’ reduciendo o eliminando presupuestos sociales en educación,  sanidad, pensiones,… todo ello para transferirlos a los grandes empresarios y banqueros,  con el único objetivo de aumentar sus riquezas.

              Por cierto, lo que no suelen decirnos nunca, casi nunca, es que los Presupuestos de los Estados salen, fundamentalmente, de los impuestos y tasas que estos estados recaudan entre los ciudadanos. Y he aquí otra forma de comprobar cómo somos robados, nuevamente por la burguesía. Los impuestos son pagados fundamentalmente por la clase trabajadora y sus familias.

              Ahora, que los Estados están viendo caer sus niveles de recaudación, fruto de la caída de la actividad económica, nos hablan permanentemente de subir impuestos, el IRPF, el IVA, los impuestos especiales al consumo de determinados productos,… Y la pregunta es ¿Quiénes son los que pagan esos impuestos? Vamos a verlo, gráficamente, en una situación que en líneas generales es denominador común en todos los países capitalistas, donde las diferencias sociales existentes jamás habían sido tan brutales como en la actualidad.

              En las últimas semanas han saltado a los titulares de prensa algunos millonarios que han salido pidiendo que les suban los impuestos por un tiempo para contribuir a solucionar la crisis. El psiquiatra retirado de 68 años alemán Dieter Lehmkuhl, propugna que los dos millones de alemanes cuyo patrimonio supere los 500.000 euros -y aquí se incluye él mismo- paguen un 10% más, al menos durante dos años. Una propuesta que aportaría 100.000 millones de euros a las arcas públicas.

             "No sé si sucederá lo mismo en España, pero en mi país en los últimos 15 años ha aumentado la brecha entre pobres y ricos", reflexiona Lehmkuhl, quien es plenamente consciente de la situación insostenible del Sistema. "Es imposible sostener un modelo de sociedad en el que un 10% de los alemanes tiene el 70% de la riqueza".

             En esta línea, Nicholas D. Kristof, Premio Pulitzer en dos ocasiones, ha publicado un artículo recientemente en el The New York Times, que explica que  “los consejeros de las mayores compañías estadounidenses ganaban en 1980 unas 42 veces más que el trabajador medio, y que en 2001 el promedio era ya de 531 veces. Algo va mal en un sistema que crea y tolera semejantes desigualdades, y esto es extensivo a Europa”.

             Dieter Lehmkuhl afirma, basado en un optimismo fuera de la realidad bajo el capitalismo,  cree que “los Gobiernos tienen que hacer aquello para lo que han sido elegidos: trabajar buscando el bien común y el interés general, y no el del sector financiero ni el beneficio de unos pocos privilegiados".

             Sin embargo, hoy que se está celebrando una Huelga General en Italia en contra de los paquetes de ataques sociales del gobierno Berlusconi contra los trabajadores y más desfavorecidos, nos enteramos que “el Gobierno italiano ha retirado su propuesta de gravar con un 5% añadido las rentas que superen los 90.000 euros, y con un 10% las que sobrepasen los 150.00”. Como decíamos, que paguen los pobres, pero a los ricos no tocarlos, sino es para darles más.

             Francia mantiene intacta su decisión de penalizar con un 3% adicional a quienes declaren más de 500.000 euros. En general, según reconoce oficialmente la propia Comisión Europea, “la presión fiscal sobre quienes más ganan también ha bajado en el conjunto de la UE”. Y ello no es casual o fortuito, sino fruto de planes concretos de la burguesía, que demuestra lo que hemos dicho miles de veces: la burguesía solo conoce un medio de supervivencia, que la clase trabajadora pague la crisis del sistema capitalista.

               El estado español es un caso curioso, prueba una vez más de carácter absolutamente parasitario de su clase dominante. Los ricos españoles están históricamente acostumbrados a ‘reírse de los impuestos, de las leyes y de todo lo que no les interesa’.

               El 2,2% de los contribuyentes, 294.583 personas han declarado unos ingresos superiores a 90.000 euros y aportan un 24,8% de la cuota líquida del IRPF, lo que se traduce en 15.769 millones de euros. Por otra parte, solamente 6.829 personas declararon en 2009 ingresos superiores a los 600.000 euros, lo cual solo representa el 0,04 por ciento de los contribuyentes y aportaron la mísera cantidad 2.667 millones de euros, un despreciable 3,93 por ciento de la recaudación del IRPF.

               Todos estos datos solo demuestran una cosa bien simple, que todos en la sociedad intuimos, presentimos y sabemos. ¿Cómo hacen los ricos para no pagar impuestos? Veamos algunas formas, que son sencillas, pero requieren buenos bufetes de abogados, economistas y demás ‘estas’ especializados en ‘legalizar las trampas de los ricos’.

             Las retribuciones de los Consejos de Administración, por ejemplo, se consideran rentas del trabajo, y por tanto pagan el tipo marginal máximo en el IRPF (entre el 45% y el 50%, dependiendo de la comunidad autónoma española donde tributen).  Sin embargo, para evitar pagar impuestos, la mayor parte de los ingresos de estos ‘Consejeros’ no es en sueldo. Cobran cantidades brutales para el resto de humanos, pero en conceptos de ‘bonos, dividendos o stock options’, que tributan al 21%, en vez del 45 o 50%.

               Además, según reconocen los técnicos de la Hacienda española, las rentas superiores a 600.000 euros pagan un tipo medio efectivo del 27,8%, por debajo de la horquilla de quienes están entre 60.000 y 600.000 euros. En 1993 quien declaraba haber ganado más de 180.000 euros (30 millones de las antiguas pesetas) estaba sometido a un tipo impositivo del 49,37%. Ahora, el que declara cantidades superiores a los 290.000 euros paga un tipo efectivo del 30,8%.  En otras palabras, pese a toda la demagogia que escuchamos o leemos, ahora los ricos pagan un 37,6% menos, mientras los que no tenemos casi de nada, pagamos mucho mas por todo. El mundo al revés, como decía el clásico.

              Además de todo ello, al margen de los llamados ‘Paraísos fiscales’ para los ricos, existe un existe un vehículo plenamente legal, que utilizan las grandes fortunas para evitar pasar por ese control del IRPF, que son las ‘Sociedades de Inversión de Capital Variable’ (SICAV), que permiten tributar a los muy ricos a un miserable 1%. En España había el año pasado 3.133 de estas sociedades, con un patrimonio en movimiento de 26.200 millones de euros. Desde un principio han sido el método preferido para ‘refugiarse’ de los impuestos los nombres propios más importantes del capitalismo español: Koplowitz, Amancio Ortega, Del Pino, Bhavnani, Rosalía Mera...

                Pero aun para algunos de estos burgueses pagar el 1% es mucho y por ello, un fenómeno mundial, recurren a ‘evadir los capitales a paraísos fiscales’. La Agencia Merrill Lynch estima que en los paraísos fiscales hay depositados casi seis billones de dólares, lo cual equivale a un tercio de los activos de las fortunas particulares del mundo. La OCDE cree que a partir de sus Estados miembros llegan a estos territorios 600.000 millones de dólares.

              Las cifras, los datos, son contundentes. Las palabras de los Rajoy, Obama, Zaparero, Merkel,… son humo. Estos datos vienen a demostrar, una y otra vez,  como una pequeña cantidad de personas en la sociedad viven existencias rodeadas de asqueroso lujo, de diamantes, brillantes y obras de arte en lujosas mansiones, a costa de exprimir, explotar y condenar a la miseria a la inmensa mayoría de la población.

                Esta minoría parasita de la sociedad está acostumbrada al robo y al saqueo de la sociedad en su conjunto por sistema, para ‘beneficio privado’. El que no paguen impuestos es una más de las cosillas en las que están especializados, esta minoría de la sociedad y sus serviciales ‘criados a sueldo’, desde cualquier instancia oficial del Sistema capitalista.

               Acabar con toda esta situación es la tarea y la obra que tiene por delante la clase trabajadora de todo el mundo. Ningún gobierno, en ningún país, abordara esta tarea. Solo la lucha consciente de los trabajadores, de la juventud, por la transformación socialista de la sociedad, lo cual incluye en su primer punto del orden del día, la expropiación de todas estas grandes fortunas, con el objeto de destinarlas a satisfacer todas las necesidades sociales que la inmensa mayoría tenemos.

Fdo. Salvador Pérez