VIENTOS DE RUPTURA EN LA EUROZONA: EL ‘RESCATE’ A CHIPRE ES EVIDENCIA

 

* Bruselas teme Rescate chipriota fracase por falta estructuras en Chipre. Evidente clara fractura Eurogrupo

* FMI exige a Chipre miles de despidos y ataque a las condiciones salariales y de vida a la mayoría de la población

 

¡¡ LOS ESLABONES MAS DEBILES DE LA CADENA CAPITALISTA EUROPEA COMIENZAN SU RUPTURA, ABRIENDO EL CAMINO HACIA LA REVOLUCION !!

Salvador PEREZ

            Felipe González, el ex presidente ‘socialista’ español, que no albergamos ninguna duda de que ha sido y es, uno de los ‘mejores estrategas que ha tenido la clase dominante’,  camuflado durante un largo tiempo en la que fue la principal organización política de los trabajadores españoles, definió hace ya unos años a la denominada ‘Europa de las dos velocidades’ como “Europa en una dulce decadencia”.

             El asunto ahora mismo es que nadie serio habla de eso de las dos velocidades. Eso quedo en el aparente ahora como lejano pasado ‘teórico’ de la Unión Europea, aunque fue tan solo hace unos años, pero en la época del auge económico del capitalismo europeo. Ahora todos los especialistas y analistas serios de la clase dominante hablan ya abiertamente de que estamos ante dos Europas claramente diferenciadas, lo cual es una clara realidad objetiva a la que hay que prestar una gran atención de cara a las perspectivas para el ‘viejo continente’.

           En la parte de la Europa dominante, la que ha estado beneficiándose en cada momento del proyecto de la Unión Europea, de una forma material, de forma contante y sonante, está el Norte europeo, altamente industrializado y con unas bases económicas estructurales que le permiten imponer sus intereses y leyes al resto de las economías y países del continente.

             Para los países del Norte de Europa la crisis económica ha llegado de una forma totalmente diferente a como está instalada en los países del Sur, mas amortiguada por las grasas del capitalismo acumuladas del periodo anterior. Podemos ver por ejemplo como a pesar de que la Tasa de crecimiento económico es prácticamente negativa en toda Europa, en países como Alemania aún se habla de absolver y emplear a miles de trabajadores procedentes del sur europeo, como mientras el gobierno alemán de Ángela Merkel impone recortes salvajes a los gobiernos de Grecia, Portugal, España, Italia,… este mismo gobierno está manteniendo o rescatando determinadas políticas sociales, con el objetivo de paliar los efectos de la crisis sobre amplias capas de la población, al objeto de evitar o retrasar una posible intensificación del conflicto social.

           Y en toda esta situación que vivimos de DOS EUROPAS, viene el caso de la bancarrota chipriota, un país que pertenece a la zona euro. Chipre como país representa cifras más que pequeñas en el conjunto de la UE, algo así como el 0,3% de la población y un 0,2% del Producto Interior Bruto de la Eurozona. Sin embargo, para demostración de hasta qué punto lo que ocurre en un punto afecta a todos los demás, la bancarrota chipriota ha tenido el efecto objetivo de poner todo patas arriba en el conjunto de la unión europea.

           La Comisión Europea, desde Bruselas, ha temblado política y económicamente ante la crisis de Chipre, que según declaraba un alto responsable europeo, bien escondido en el anonimato, decía que “agrava la fractura entre Norte y Sur, entre Alemania y los demás”. Como ha declarado el analista Charles Kupchan, del Consejo de Relaciones Exteriores, “Los esfuerzos para rescatar el euro están destruyendo la trama que sostiene la Unión. Los líderes, en especial Alemania, deberían asegurarse de que el remedio no es peor que la enfermedad: la austeridad que se impone a la periferia y el modelo de rescate que va a ser Chipre corren el peligro de desencadenar una reacción que haga peligrar la integración europea”.

          Y es que el asunto del rescate de Chipre, mas allá de las insignificantes cantidades económicas del propio rescate, ha permitido visualizar la crisis de la Unión Europea, las diferencias de fondo existentes entre ‘los ricos y los pobres’, entre el norte y el sur de Europa. Las tensiones crecientes que hemos visto manifestarse en torno al asunto de Chipre se trasladarán en el próximo periodo desde el terreno económico al político, en una más que segura ruptura de la zona euro, donde el norte romperá con la ‘pesada carga del sur’, o donde un proceso de explosión social en un país puede desencadenar esa ruptura, intentando las economías más fuertes sobrevivir sin la carga del sur.

         Desde el otro lado del Océano Atlántico, desde USA, el pesimismo sobre la UE no deja de aumentar. En realidad, intentando buscar una explicación al mundo de crisis que vivimos, el sociólogo Norman Birnbaum hace un elocuente resumen del porque en los EEUU cunde el pesimismo ante Europa: “La combinación de políticos con mentalidad de ejecutivos, de economistas prisioneros de sus modelos y de modelos alejados de la realidad con el déficit democrático de la UE ha traído un desastre completamente predecible. Y lo peor puede que esté por venir”.

         Este es un análisis concreto que lleva a pensar en los EEUU que para Europa ‘lo peor puede estar por venir’. Los marxistas solemos ser personas por lo general optimistas y positivas. Nos basamos en una plena confianza en el futuro socialista de la sociedad, como forma de afrontar el callejón sin salida que representa el capitalismo. Por eso, los que se basan y defienden la continuidad de la sociedad capitalista solo exclaman en estos momentos, ‘lo peor aun esta a la vuelta de la esquina’.

          Chipre por sí mismo no ha representado ninguna gran novedad en la situación. Había estado viviendo una década de loca ‘orgia especulativa capitalista’, en donde la banca era un gran casino para albergar grandes fortunas sin controles de su procedencia. Eso explica porque muchos de los nuevos ricos rusos, los que se han dedicado a expoliar al Estado en la ‘orgia de privatizaciones de las empresas estatales’, habían elegido este país para tener sus cuentas corrientes: un país de la zona euro, sin controles de capitales y sin prácticamente impuestos. Lo que podríamos llamar el sueño de la burguesía.

           Sin embargo Chipre era un país financieramente muy dependiente de la situación en Grecia, país en el cual Chipre había ‘invertido muchos millones en bonos, en arriesgadas operaciones de rentabilidad financiera, ACONSEJADOS SOBRE TODO Y ANTE TODO POR EL PROPIO GOBIERNO ALEMAN. Pero el globo de beneficios de inversiones especulativas en Grecia pincho, con la imposición de una quita sobre los bonos, decisión que igualmente tomo e impuso a Grecia el gobierno alemán, lo cual afecto de una forma directa y de primera persona a los bancos chipriotas, arrastrando tras de sí al país entero, como hemos visto estas semanas atrás.

        Ahora la alternativa que le impone el imperialismo alemán y la troika a Chipre es más de lo mismo: una cura de adelgazamiento, dicen, que tiene como claro objetivo desmantelar el sistema bancario chipriota y detrás de el un ataque ponderado y ordenado además por el FMI. Miles de despidos en el sector público, reducciones de salarios y todo lo demás que ya conocemos bien. Nada original, nada nuevo bajo el sol.

CHIPRE PRUEBA DE BANCARROTA UNION EUROPEA

         Ahora bien, el caso de la crisis chipriota, léase igualmente europea, prueba en el terreno de la práctica algunas cosas, que anticipan procesos más generales en los próximos meses. En primer lugar hemos visto como detrás de un acuerdo de la troika con un gobierno de la zona euro, el gobierno chipriota, este llega a su Parlamento nacional y este se rebela contra dicho acuerdo, dejando desnudo al gobierno y patente un rechazo claro, reflejo esta vez sí del rechazo social a los tiburones del Norte de Europa en su depredación de los débiles del Sur.

        Pero lo que ha sido sintomático de la profunda división que existe entre las propias filas de la clase dominante, de los imperialistas europeos, es el hecho del enfrentamiento público que hemos visto en las elites de los estrategas de la clase dominante. Alemania dio un golpe de mano e impuso sus directrices y enseguida vimos declaraciones altisonantes y contradictorias, enfrentadas, dentro de la propia Comisión Europea. Las declaraciones del Presidente del Eurogrupo, en el sentido que ‘Chipre sienta el precedente del futuro para los rescates’, provoco una avalancha de miedo en los llamados mercados y que tuvieran que corregir, o autocorregirse, como se prefiera, al propio Jeroen Dijssenlbloem, quien tuvo que mandar a sus ‘portavoces’ y el personalmente a decir minutos después lo contrario de lo que dijo minutos antes.

         El rescate de Chipre ha reflejado algunas cosas interesantes para el periodo en el que hemos entrado, comenzando porque dicho rescate ha demostrado la debilidad de las estructuras de la Unión Europea, no su fortaleza precisamente. Reunión convocada a altas horas, con nocturnidad y alevosía, en donde leíamos declaraciones enfrentadas de los distintos miembros de los gobiernos de la eurozona. En el dique de contención de la Europa capitalista se han abierto fisuras de ruptura que más temprano que tarde romperán dicho dique. Ello es el verdadero significado que tras llegar a un ‘acuerdo’, acto seguido aparecieran las sinceras e inoportunas declaraciones de holandés Dijsselbloem, que afirmo lo que todos pensaban, que “Chipre será el modelo para futuras crisis”. Estas palabras sirvieron como detonante para que los mercados actuaran como si el acuerdo no fuera ocurrido, poniendo en jaque a las bolsas de Italia; España,…

         El Eurogrupo quería transmitir la idea, falsa hasta la medula, de que “Chipre es un caso de excepcionalidad”. Ello conviene evidentemente a los intereses alemanes, partidaria de ver caso a caso cada crisis de cada país, para imponer su política a esos países, frente a la idea utópica de los gobiernos del Sur de Europa, que quisieran ‘mecanismo permanentes de actuación frente a las necesidades de recapitalización de los bancos y Estados en necesidad de ayuda’, algo que evidentemente ya no está al alcance de las posibilidades del imperialismo europeo, o sea de Alemania.

TODO ES MANIFIESTAMENTE EMPEORABLE

         Toda la situación económica europea esta cogida con alfileres muy débiles, como ha demostrado el ejemplo de Chipre. La economía chipriota es, como hemos dicho, pequeña, débil, y la necesidad de que hayan tenido que abordar un rescate que será echado finalmente sobre los hombros de los más débiles de Chipre, ha evidenciado la enorme fragilidad del conjunto de la zona euro y su absoluta descoordinación y carencia de una actuación que pueda solucionar los problemas de fondo.

             Por ello no es de extrañar que internacionalmente se esté produciendo una alejada de los inversores del euro como moneda llamada ‘refugio’. En estos momentos el euro continúa su espiral descendente frente a las monedas que compiten con él, especialmente el dólar norteamericano. Ayer ya toco mínimos, situándose el cambio a 1,279 frente al billete verde desde los 1,33 dólares. Estamos asistiendo de hecho a una devaluación encubierta del euro, lo cual puede tener un inicial momento de animar las exportaciones europeas, pero ¿a cuales mercados, si todos están afectados por la caída del consumo, típica de la crisis orgánica sin parangón histórico?

             Esta devaluación del euro va a provocar de hecho un aumento de las tensiones económicas mundiales, en un mercado en donde igualmente norteamericanos, japoneses y chinos están necesitados de aumentar las exportaciones de su producción. El término guerra de divisas cobra de nuevo actualidad, algo que habían prometido no ocurriría, en ese ‘aprender del pasado que decían habían hecho. Es irónico leer las declaraciones del gobernador del Bundesbank, Jens Weidmann, acusando a Japón de iniciar la guerra de divisas, ‘propiciando un yen debilitado’.

          Para hacernos una idea de los niveles de confianza de los Bancos Centrales de los países económicos emergentes en el euro, estos vendieron euros por valor de más de 45.000 millones de sus reservas en euros. De ello informa el Fondo Monetario Internacional, que indica que sus propias reservas en euros descienden un 8%, en una situación global en donde el 24 por ciento de las reservas en euros del organismo internacional es el mínimo histórico desde el año 2002.

         Así pues vemos que en estos momentos, con el recién aprobado rescate a Chipre, que pagaran los trabajadores chipriotas con enormes ataques sociales laborales y salariales, con un mundo de incertidumbre sobre el futuro inmediato de Italia y una situación de impasse a punto de romper en el resto del sur de Europa, nadie tiene confianza en el proyecto de la unión europea, de la moneda única, comenzando por las clases dominantes a nivel mundial.

         A pesar de todo esto, todavía podemos leer y escuchar algunas declaraciones, que tenemos que ver como llenas de buena voluntad o con la clara voluntad de arrojarnos tierra a los ojos, en el sentido de que ‘las reformas en los países del Sur están dando sus frutos y que pronto podremos ver la luz’.

        Pero como reconocen los estrategas más serios del Sistema insisten en apuntar lo contrario, con respecto a la crisis global del capitalismo, más concretamente la profunda crisis de la economía real en Europa, que de seguro dará muchos dolores de cabeza a estos estrategas y a la clase a la que representan. “Lo peor puede que esté por venir”, afirman cuando dicen lo que de verdad piensan sobre la base de un análisis objetivo de la situación.

          “Los últimos acontecimientos son preocupantes, necesitábamos una acción política que alineara a Norte y Sur, pero ocurre lo contrario y la situación se torna extremadamente frágil”, afirmaba recientemente Guntram Wolff, del ‘Think Tank Bruegel’. Ellos sienten sobre sus pies que la fractura de Europa está servida, movida por la crisis económica, social y política en el continente. Y no tienen alternativas serias al problema. La Unidad de Europa sobre bases capitalistas aparece así, como los marxistas habíamos pronosticado desde el principio, como “un sueño utópico reaccionario”.

        Chipre ha servido para arrojar luz a todo ello. Los gobiernos de los diferentes países no se fían ya los unos de los otros y los intereses mezquinos y estrechos de las diferentes burguesías nacionales comienzan a levantar cabeza: ‘volcar los efectos de la crisis sobre los más débiles y si es posible hacerlo a costa de los vecinos, también.

        Qué duda cabe, en las alturas del partido en el que estamos ya nadie confía seriamente, tal vez los únicos algunos pobre socialdemócratas y dirigentes sindicales, los bichos más conservadores del planeta, en las recetas ni de la Comisión Europea, ni del Banco Central Europeo, ni por supuesto en esa cabeza del imperialismo mundial llamado Fondo Monetario Internacional. El desanimo y el pesimismo completo ante el futuro comienza a reinar en las estructuras de la Unión Europea. Los próximos capítulos de la crisis serán determinantes para que veamos saltar por los aires a todas estas estructuras, en medio de cruces de acusaciones entre los gobiernos de los distintos países.

          En círculos privilegiados de la Eurozona afirman que “el mundo va a seguir mirando a Chipre, el eslabón más débil del euro pese al rescate. Quedan demasiados flecos: hay dudas de si Nicosia puede aplicar el ajuste requerido. Es un país sin estructuras al que además le espera una larga recesión; no puede descartarse un escenario a la griega”. Nosotros podemos añadir que el mundo mira hacia Chipre, hacia Italia, hacia Grecia, hacia Portugal, hacia España,… Afirman fuentes europeas, de la clase social dominante, afirman “las perspectivas a la corta no acompañan”.

             El diario “Financial Times” se pregunta ¿Cuándo ocurrirá en otros países del Sur de Europa lo ocurrido en Chipre?. Esta es una idea que atemoriza a la clase dominante en Europa y el mundo. El ritmo, el cuando puede ser la duda, de que ocurrirá nadie lo duda. En que lugar comenzará de nuevo el proceso, seria otra incógnita y candidatos existen: Italia, España, Grecia, Portugal,… o hasta la misma Francia. Será por ello que “Financial Times” continua recomendando a España y el resto de los países llamados periféricos de Europa que salgan cuanto antes del euro.

           En la columna semanal que publica en el diario británico, Wolfgang Münchau, afirma y recomienda tajantemente: "Si crees las palabras de Dijsselbloem, como yo hago, entonces sería racional que cada ciudadano del sur de Europa se llevase su dinero de su país y lo depositase fuera de la Eurozona".

          Demasiados eslabones débiles, ara que no estalle cualquiera de ellos, en lo que realmente temen. en lo que es el punto decisivo en todo el asunto, UNA EXPLOSION SOCIAL QUE SE DOTE DE UNA MINIMA DIRECCION REVOLUCIONARIA DE LUCHA Y ROMPA EL DOMINIO DE LA BURGUESIA EN CUALQUIERA DE ESTOS PAISES. Sus efectos serán eléctricos sobre el conjunto y por primera vez en la historia estaríamos ante la posibilidad de acabar con el capitalismo y construir una sociedad socialista a nivel de todo un continente.