ELECCIONES EUROPEAS Y LUCHA SOCIAL POR EL FUTURO

· La población sabe que el resultado de las elecciones no supondrá cambios que vengan a mejorar las condiciones de vida de la mayoría de la población

· La crisis económica y financiera del capitalismo ha provocado el empeoramiento general de las condiciones de vida para la mayoría.

Salvador PEREZ

          La Unión Europea celebra elecciones el próximo 25 de Mayo en un ambiente general, que se puede observar en país tras país, de ‘apatía general’, mayor mientras más duros están siendo sobre la población los efectos de la crisis. De forma inconsciente, pero nítida, la población ve y siente que el resultado de dichas elecciones no supondrá cambios, en todo caso, que vengan a mejorar las condiciones cada vez peores de existencia y de vida, para la mayoría de la población.

      Independientemente de las declaraciones y proclamas electoralistas, la mayoría de la población no ve una defensa clara de sus intereses, soluciones firmes, a los problemas sociales. Y esta apreciación es aplicable al grueso de los diferentes partidos y organizaciones que concurren a estas elecciones.

       Por supuesto en los partidos de la derecha se observa una continuidad de cara a la continuidad de las políticas de agresiones sociales, laborales y salariales que se vienen aplicando en Europa desde hace años. Por otra parte, en los partidos socialdemócratas la mayoría solo observa ‘variantes’, con matices en los discursos, de estas mismas políticas. Las masas europeas tienen la memoria aún fresca, de lo que han supuesto en la practica esos gobiernos socialdemócratas de derechas pro burgueses:  gobierno del PSOE, con Zapatero al frente, en el Estado español, los gobiernos del PASOK en Grecia,… o ahora mismo el de F. Hollade en Francia.

       Resulta paradójico que partidos que llevan inscritos en sus siglas el nombre de ‘socialistas’, en los momentos determinantes, en la práctica, defienden las políticas de los poderosos, de la burguesía.  Claramente ello esta llevando al fortalecimiento y resurgir en todos los países de organizaciones vistas como a la izquierda de la socialdemocracia, vistas como organizaciones para luchar contra el capitalismo. Los casos de SYRIZA en Grecia o de Izquierda Unida en el Estado español son, por ejemplo, una demostración clara de este proceso.

        Pero junto a esto, desgraciadamente, también podemos observar un proceso ‘natural’ en los ‘dirigentes de izquierdas’ de estas organizaciones: estas direcciones sienten verdadero pánico cuando se deben enfrentar con firmeza a las presiones de la clase dominante y titubean en la defensa de un claro programa, que debe suponer en ultima instancia la ruptura con el capitalismo. Mientras más sienten sobre sus pies que asciende su apoyo electoral, reflejo de un aumento del apoyo social para luchar por cambiar la sociedad, ‘más sienten la necesidad de moderar sus programas y discursos’, de adaptarlos a los limites que marca el Sistema capitalista, con el objetivo de que la clase dominante y su ‘opinión publica’ vean en estos dirigentes a ‘personas razonables’.

         Sin embargo, precisamente lo que la mayoría esta demandando a gritos, en la movilización social, es que en las elecciones del próximo 25 de mayo se defienda un genuino programa de lucha anticapitalista. Es la  brutal crisis económica y financiera del capitalismo la que ha provocado un empeoramiento generalizado de las condiciones de vida para la inmensa mayoría. En estos últimos años hemos visto el desarrollo despiadado del saqueo realizado por la minoría de la población –aplicado por políticas de los gobiernos de turno- a la mayoría, reduciendo y eliminando todo el Estado del Bienestar, salarios y demás para transferirlo a las arcas de banqueros y grandes empresarios.

         La clase dominante igualmente ha utilizado la crisis para profundizar en el proceso de concentración de la riqueza en menos manos, hasta límites insospechados. Las brechas sociales entre ricos y la mayoría nunca habían sido tan abismales, en las clases sociales de país tras país y también se ha visto reflejado en la profundización de las diferencias entre los propios países europeos. Las brechas y diferencias entre países ricos – Norte Europa – y los países pobres o periféricos – Sur - han crecido a ritmos acelerados.

         En este contexto no tiene nada de sorprendente que estén creciendo los sentimientos anti Unión Europea y anti euro en amplios sectores de las poblaciones, fundamentalmente del Sur, los países más castigados por la crisis y las políticas que llegan desde el poder imperialista alemán de salvajes recortes y eliminación de los derechos sociales. Estos sentimientos sanos de cada vez más amplios sectores de la población intentan manipularlos políticamente los sectores más reaccionarios de las clases dominantes, fundamentalmente mediante movimientos fascistas. Pero también encuentran su reflejo en sectores de la izquierda, que ven en la salida de la eurozona y del euro una solución a la situación actual.

       Como marxista nunca hemos defendido la Unión Europea sobre bases capitalistas. En distintos momentos hemos explicado que la unidad de Europa sobre bases capitalistas era un sueño reaccionario, incluso en aquellos momentos en los que gracias al boom económico la idea parecía que avanzaba y tenia bases firmes.

       Pero el pequeño gran problema de aquellos que sostienen la idea de sacar a tal cual país de la UE, del euro, es a continuación explicar hacia donde. Sobre bases capitalistas no hay alternativas de progreso para la mayoría, ni dentro ni fuera del euro. Salir seria como saltar de la sartén directamente al fuego, a un mundo de horror social creciente para la clase y las familias obreras.

        En el panorama actual, en donde es socialmente apreciable que la población carece de confianza creciente en las instituciones burguesas, en el Banco Central Europeo, el Parlamento y la Comisión Europea, al igual que en los parlamentos e instituciones nacionales, es necesario que la clase trabajadora, la mayoría de la población, profundicemos en la lucha social contra el orden de cosas establecidos. La oposición am los planes de la burguesía es necesario mantenerla y profundizarla en la movilización y lucha social.

       Es claro que una cuestión que se establece como una necesidad objetiva en estos momentos es que dicha lucha social profundice la presión sobre los dirigentes de las organizaciones de izquierdas, sobre todo con aquellas que aparecen con vacilaciones más a la izquierda, como son los casos de SYRIZA e IU que antes apuntábamos. Si analizamos el comportamiento de sus dirigentes nos indica una clara tendencia hacia girar a la derecha cada vez que reciben más presión de ‘la opinión pública’ burguesa.

        Curiosamente esta misma aptitud la hemos visto desarrollarse rápidamente en otras organizaciones ‘nuevas’, como PODEMOS en el Estado español, cuyos dirigentes han moderado en semanas sus programa con la esperanza de alcanzar unos mejores resultados electorales. A los dirigentes tradicionales de los sindicatos, de las organizaciones reformistas,… a todos aquellos que a la hora de la verdad no son capaces de pasar de las palabras a los hechos, debemos recordarles aquella tradicional idea de José Martí, cuando decía que “Si no luchas, al menos ten la decencia de respetar a quienes si lo hacen”.

       Nosotros, la mayoría de la sociedad, debemos presionar con fuerzas a estas direcciones al objeto de que defiendan claramente un programa de lucha social, en las elecciones y después de las elecciones, que suponga una batalla contra la propia existencia del capitalismo, origen de fondo de los problemas que padecemos.

       Por ello en estas elecciones europeas del 25 es importante que votemos en contra la derecha y las políticas de derechas. Pero tan importante como esto es que mantengamos la lucha y la reforcemos, dotándonos de los instrumentos necesarios, direcciones con programas claros y correctos, para cambiar la sociedad. El futuro lo vamos a decidir no en el Parlamento Europeo sino en la movilización y lucha contra el caos y la anarquía capitalista dominantes.

         Es una necesidad defender un programa que rechace radicalmente los recortes y ataques sociales, laborales y salariales para el conjunto de Europa. Rechazar que con el robo sistemático que nos realiza la clase dominante y sus gobiernos se rescaten a los bancos y grandes empresas capitalistas. Rechazar de plano que la mayoría de la sociedad pague las consecuencias de la crisis de un sistema social que no es el nuestro, el capitalista.

        Y explicar claramente que ¡Fuera o dentro de la UE, en bases capitalistas, la mayoría no tenemos un futuro digno! Es necesario que las clases trabajadoras de Europa planteen una decidida lucha por la expropiación social de la banca, las grandes empresas y la tierra, al objeto de poder planificar la economía sobre la base de satisfacer las necesidades sociales crecientes. La alternativa, la que necesitamos defender firmemente frente al caos capitalista, no es otra que la de construir una verdadera Unión de Europa sobre bases socialistas, liberada del dominio de la economía de las manos de los banqueros, grandes empresarios y terratenientes.

        Este es sin duda el futuro progresista para Europa y el mundo, el futuro de una sociedad de hombres y mujeres viviendo en libertad e igualdad,….  En cierta forma, la lucha por conquistar este futuro ha comenzado, con distintos ritmos, en Europa y el mundo. En esa lucha inevitablemente veremos avances y retrocesos, mas derrotas que victorias, pero lo cierto es que el futuro de la raza humana esta ligado al triunfo final de esa lucha.