TURQUIA ENTIERRA OBREROS MUERTOS: HUELGA GENERAL Y CRECIENTE FURIA

* Hoy han comenzado los entierros de mas de 282 obreros fallecidos. El ‘rescate’ del resto muertos continúa

Salvador PEREZ

          "No es un accidente, es un asesinato", era el grito coreado durante las manifestaciones de hoy, convocadas por los sindicatos en la jornada de Huelga General, para protestar por las políticas que están detrás de estos centenares de muertes de mineros: las privatización y las subcontrataciones.

         "La huelga ha sido un éxito en todas las ciudades, nuestros afiliados se vistieron de negro, observaron un minuto de silencio para conmemorar a los obreros muertos y luego marcharon hacia la delegación de Trabajo de su municipio", así se ha expresado Mehmet Soganci, Presidente del Colegio de Ingenieros y Arquitectos (TMMOB).

        En medio de todo el dolor de clase que vive la sociedad turca, en Esmirna, la policía intervino con dureza y dispersó las manifestaciones de los trabajadores con gases lacrimógenos, en una nueva acción criminal de los lacayos antidisturbios del capitalismo que dejo heridos entre los manifestantes. Uno de los heridos ha sido el Presidente de la Confederación de Sindicatos Obreros Revolucionarios (DISK), Kani Beko.

       Hoy ha sido también el día en el que la clase trabajadora en Soma, oeste de Turquía, ha comenzado a enterrar a los ya confirmados con cuerpo presente 282 obreros fallecidos. Los trabajos para rescatar el resto de muertos continua y las cifras finales de muertes continúan siendo una incógnita.  El gobierno ya ha dejado de actualizar las cifras, pero lo que es seguro es que estamos ante el mayor accidente en la historia de Turquía.

           El Ministro de Energía, Taner Yildizm, aseguro que el momento de la explosión había bajo tierra 787 mineros. Sin embargo la realidad es que nadie sabe las cifras exactas. "Ni siquiera la empresa propietaria de la mina -Soma Holding- conoce con exactitud cuantos trabajadores había dentro. Eso es porque, a diferencia de como debería hacerse y a fin de no perder productividad, los relevos de cambio de turno se hacían dentro de las mismas galerías", afirman entre los trabajadores conocedores de las instalaciones mineras.

          Como decíamos, la clase trabajadora de Soma entierra a los muertos entre evidentes señales de extremo dolor, convertido en rabia e ira. Las familias obreras saben que este accidente no es ningún castigo ‘divino’, sino que se podría y debería haber evitado dotando de mejores medidas de seguridad a la mina. Estas muertes son el fruto de la avaricia empresarial y de las políticas laborales criminales del gobierno capitalista.

         Hasta la Unión Sindical Türk-Is, normalmente más condescendiente con las políticas del gobierno, ha convocado a la huelga y a “tres minutos de silencio diarios durante la próxima semana”, calificando la situación como de “crimen laboral". La enseñanza ha estado igualmente paralizada.

        Todas las acciones de lucha y de rabia se dirigen hacia el gobierno. Los trabajadores denuncian que la privatización ha eliminado cualquier medida de supervisión, de seguridad en las minas. · ”Hace unos cuantos años, con una tecnología mucho más rudimentaria, pero con las minas gestionadas por el Estado, ocurrían menos accidentes",

        TMMOB ha realizado un informe que demuestra firmemente que:

       “en Zonguldak, entre 2000 y 2008, las minas privadas tienen una tasa de mortalidad seis veces más alta que las que son de gestión pública”…  “Por cada millón de toneladas de carbón extraído, en Turquía mueren 6,5 obreros, una cifra seis veces mayor que la de China, treinta veces mayor que la habitual en la India y Sudáfrica, y 200 veces por encima de la de Estados Unidos”.

       A pesar de que todo ello es claro, el Primer Ministro, Recep Tayyip Erdogan, se niega a asumir responsabilidades políticas en toda esta tragedia. Se limito a indicar que ‘existen ejemplos de desgracias similares’, en referencia a accidentes mineros en Inglaterra durante el siglo XIX. Ello es una parte del porque se gano la ira de la población, durante su visita a Soma. Aprendida la lección de ello, el Presidente de Turquía, Abdullah Gül, ha visitado hoy la zona y ha declarado que "estas cosas no ocurren en los países desarrollados, y no deberían ocurrir aquí".

       Recep Tayyip Erdogan mantuvo una actitud criminal durante su visita a Soma, como demuestran los videos disponibles en internet en donde el mismo y su escolta agreden a trabajadores que le gritan que dimita. Lütfü Türkkan, diputado opositor, ha afirmado por Twitter que el mismo ha hablado con trabajador de Soma, al cual Erdogan agarró por el cuello. El mismísimo asesor del Primer Ministro, Yusuf Yerkel, puede ser observado en fotografías pegando patadas a manifestantes en el suelo, que previamente habían sido reducidos por los servicios represivos del Estado, al servicio del reaccionario Erdogan.

      La vida sigue y todo pasara, deben pensar los gobernantes y la clase capitalista. Los trabajadores están destrozados anímicamente ante anta muerte que podría haber sido evitada y como bien decía un ex minero de Soma, Atil Açicek, "nuestro destino es seguir trabajando para que la familia pueda comer un poco. Así que habrá que volver a la mina pronto". Pero los acontecimientos que están ocurriendo en el ultimo periodo marcan un antes y un después para Turquía, en donde prepararse para abordar la transformación socialista de la sociedad es algo ya para amplios sectores de los trabajadores, como el saber que entran al puesto de trabajo y pueden salir para que sus familiares, sus compañeros, acudan a su funeral, fruto de la sociedad clasista en donde la vida es algo sin valor alguno, en donde prima el avaro sentido del beneficio puro y duro de los grandes empresarios.