CRISIS CAPITALISTA Y PACTO SOCIAL: QUE LA CRISIS LA PAGUEN LOS RICOS

* Socialdemócratas y dirigentes sindicales en busca del ‘Pacto Social Perdido’ ante la crisis capitalista

* Este no es nuestro Sistema social:  ¡¡ Luchemos para Cambiar la Sociedad !!

Salvador PEREZ

                “El rasgo fundamental de la situación política mundial en su conjunto es la crisis histórica de la dirección proletaria. Las condiciones económicas para la revolución proletaria han alcanzado ya el más alto grado de madurez posible bajo el régimen capitalista. Las fuerzas productivas de la humanidad han dejado de crecer. Las nuevas invenciones y las mejoras técnicas no consiguen elevar el nivel de riqueza material. En las condiciones actuales de crisis social del sistema capitalista en su conjunto, cada nueva crisis coyuntural impone a las masas mayores sacrificios y sufrimientos.

              El paro, a su vez, aumenta la crisis de recursos financieros del Estado y socava los inestables sistemas monetarios (…) Las habladurías que tratan de demostrar que las condiciones históricas para el socialismo no han “madurado” aún, son producto de la ignorancia o la mala fe. Las condiciones históricas para la revolución proletaria no sólo han “madurado”, han empezado a pudrirse.

              En el próximo periodo histórico, de no realizar la revolución socialista, toda la civilización humana se verá amenazada por la catástrofe. Es la hora del proletariado, es decir, ante todo de su vanguardia revolucionaria. La crisis histórica de la humanidad se reduce a la crisis de su dirección revolucionaria”.

(León Trotsky, El programa de Transición- 1938)

 

           Ayer, en la manifestación del 1º de Mayo en Madrid pudimos escuchar, algo que nos reafirma en nuestra idea de que los dirigentes sindicales están completamente al trasero del movimiento obrero y sus necesidades objetivas, a Fernández Toxo y a Cándido Méndez, Sec. Generales de CCOO y UGT respectivamente, pedirle al gobierno de Mariano Rajoy “que cese las políticas de austeridad y se siente a negociar un gran acuerdo nacional, social, económico y político para sacar a España de la recesión y que sirva para proteger a las personas".

          Toxo afirmo que "este 1 de mayo es un día señalado en el calendario de la clase obrera. Es un día solidaridad y reivindicación. Y los trabajadores que hoy salen a la calle lo hacen para defender sus intereses, no los de los sindicatos". Y el asunto es que todo esto venía precedido por las ultimas noticias que hemos conocido sobre la situación objetiva de la economía española, con una brutal cifra de 6,2 millones de parados, un 57 por ciento de los jóvenes menores de 25 años sin futuro.

        Los dirigentes sindicales no han ahorrado palabras para definir la situación. Según aporto Méndez, "desde 2010, por cada décima que se ha reducido el déficit han perdido su trabajo 370.000 personas". Ello indica que los dirigentes sindicales son plenamente conscientes de la situación objetiva, por lo que no pueden alegar ignorancia en ningún caso. Por ello es más escandaloso que en esta situación Fernández Toxo vuelva a pedir “un gran pacto social al gobierno”, ante una situación que el califica como de “auténtica emergencia nacional".

        Nosotros nos preguntábamos, viendo como vemos actuar cada viernes después del Consejo de Ministros, al gobierno de Rajoy, aprobando más y más recortes sociales, laborales y salariales, ¿Cómo se puede llamar a este gobierno a una ‘mesa por un gran pacto social’, en vez de darle la batalla social, en la movilización y la lucha, para tumbarlo y hacer caer a este reaccionario gobierno?

        La respuesta vino unas pocas horas después, cuando la dirección del PSOE ha salido en tromba, públicamente, instando al gobierno del PP a cuatro grandes pactos sociales, en los que por supuesto los dirigentes socialdemócratas derechistas del PSOE se proponen para estar en primera fila ellos, acompañados de los dirigentes de los sindicatos.

        Así tenemos ante nuestros ojos a los llamados ‘dirigentes reformistas’, a los socialdemócratas de todo pelaje, jugando el papel que más les gusta jugar: intentar conjugar los intereses enfrentados de las clases pudientes y la clase trabajadora en la sociedad, intentando cuadrar el círculo hablando ‘del interés general’.

         Es hoy mismo cuando sale publicada la noticia de que el Sr. Amancio Ortega, del grupo Zara, recoge otros 406 millones de euros para sus cuentas corrientes, del reparto de beneficio de su multinacional que utiliza mano de obra esclava en diversos países del mundo para producir sus prendas. ¿Que ‘pacto quiere que tengamos con esta gente como Ortega, el pacto del esclavista con el esclavo?. Si los dirigentes sindicales y del PSOE han ‘olvidado’ que los intereses de este y los de su especie son los mismos que los nuestros, estos dirigentes tienen un gravísimo problema de situación ante la realidad, posiblemente porque han olvidado que el gobierno de Rajoy, al igual que antes lo hizo el gobierno de Zapatero, gobierna en exclusiva bajo el prisma y el interés de los multimillonarios, banqueros y grandes empresarios.

        Los trabajadores, los oprimidos de la sociedad, no necesitamos de ningún ‘pacto social’ con la clase dominante, sino que nuestros dirigentes cumplan con su papel, el de organizar y convocar la lucha para defendernos de los planes salvajes de esta gentuza, que pretenden devolvernos a la edad de las cavernas, cuando los trabajadores carecían de todo tipo de derechos y condiciones de vida dignas.

       Esperanza Aguirre, la dirigente reaccionaria del PP de Madrid, ya ha declarado cual será el acuerdo al que están dispuestos a llegar con los dirigentes sindicales y del PSOE: “mas y profundos recortes sociales, laborales, salariales y si hay que subir más los impuestos que pagamos la aplastante mayoría, también”. Tendremos que convenir que esta fascista del PP no es cualquiera, sino alguien que en muchas ocasiones juega el papel de decir en voz alta aquello que los demás en su partido hacen en silencio.

      Aquí estamos ante un pequeño gran monumental problema de fondo. En la medida en que los dirigentes del PSOE, al igual que los dirigentes sindicales, han abandonado hace mucho cualquier perspectiva, ni inmediata ni en 500 años, de luchar por cambiar la sociedad, por acabar con el capitalismo, no tienen más remedio que aceptar todas las ‘medicinas que para solventar la crisis del sistema nos intentan hacer tragar”.

          Ellos hablan de ‘un gran pacto social y político’, en el cual igual tienen depositadas esperanzas de que ‘la austeridad’ sea más humana, lo mismo de siempre, ‘que el capitalismo sea más tragable’. Siempre pretenden lo imposible, como el domador de tigres que se pasa la jornada intentando convencer a las fieras de que coman lechugas, pero al final de la jornada debe darles buenos kilos de carne para evitar ser devorado por ellos. Hablar ahora mismo de ‘pactos sociales’ es lo mismo que reconocer la predisposición a traicionar al movimiento obrero en lucha, aunque lo digan usando con la palabra ‘pacto’. Solo esconden su enorme cobardía y su incapacidad para estar a la altura de las necesidades que de una dirección de lucha tienen los trabajadores.

       Estamos viviendo la crisis más profunda de la historia del capitalismo. Todo lo conquistado, todo lo logrado por años, décadas y hasta siglos de luchas sociales, del movimiento obrero, está siendo demolido sin piedad por la clase dominante a nivel internacional. Y quienes tienen ilusiones en que ello será de otra forma, bajo el capitalismo, en los próximos meses, está profundamente equivocado.

       La única política en manos de los dirigentes de izquierdas y los sindicatos que podrían provocar ciertos cambios en las políticas de ajustes y recortes de los gobiernos seria defender coherentemente y con firmeza un programa de lucha por acabar con el capitalismo. La lucha por expropiar las palancas fundamentales de la económica y las finanzas, para ponerlas bajo el control democrático de los trabajadores y a funcionar para satisfacer las necesidades sociales creciente. Ello, en un momento determinado, ante el miedo de la clase dominante a perderlo todo en la lucha con los trabajadores, los podría incluso contener en sus feroces ataques sistemáticos, que nos están dejando sin piel y hasta sin huesos el cuerpo.

         Los planes de la burguesía y sus gobiernos es proseguir con sus políticas de ataques a la mayoría de la sociedad, haciendo recaer hasta el final todo el peso de la crisis sobre nosotros, la mayoría de la sociedad, al objeto de elevar los beneficios de los grandes empresarios, banqueros y especuladores financieros de todo tipo. ¿Es en esto en lo que estos socialdemócratas derechistas quieren llagar a un ‘gran acuerdo nacional con el gobierno de la derecha’?

          ¡ Basta ya de tirarle tierra a los ojos de los trabajadores !     Bajo este podrido sistema social no hay perspectiva de un futuro digno para nosotros. Tenemos que luchar decididamente por cambiar el sistema y todo lo demás son ‘cuentos’ al objeto de hacer más tragable una situación verdaderamente indigerible para la aplástate mayoría de la sociedad. Los planes de los gobiernos para los próximos años así lo certifican y por cierto, allí donde gobiernan o han gobernado estos ‘amigos de los Pactos Sociales’, los socialdemócratas derechistas, aplican o aplicaron los mismos medicamentos que los gobiernos abiertamente de la clase dominante. No nos llamamos a engaños. Rubalcaba (PSOE) y los dirigentes sindicales quieren que el PP los deje participar en la devastación que se está produciendo en la sociedad. Esa es la razón de fondo de que griten ‘emergencia nacional,… pacto social y político’.

         Los planes de la clase dominante son conocidos públicamente por todos, así que no pueden alegar tampoco ignorancia al respecto. Ante ello es criminal que los dirigentes socialdemócratas del PSOE y de los sindicatos continúen creando dudas entre los trabajadores.

LA AUSTERIDAD EN SUR EUROPA

         El gobierno de Mariano Rajoy acaba de modificar sus previsiones económicas para llevarlas más próximas a la realidad de catástrofe. Una brutal caída del PIB, producto del brutal descenso de los niveles de vida que estamos viendo. Y ello se concreta en un reconocimiento del propio gobierno de que la crisis ya no será hasta 104, sino como mínimo hasta 2016 o 2019.

        Ante esta perspectiva el gobierno de Rajoy no tiene inconveniente en decir que en esta Legislatura se destruirán no menos de un millón trescientos mil empleos (1,3 millones más de parados) y como ahora la Comisión Europea dice que ‘da al gobierno español dos años más para cumplir con el objetivo de déficit publico en el 3 por ciento’, ya preparan concienzudamente una nueva andanada de recortes sociales, laborales y salariales. Es esto llaman cínicamente ‘reformas estructurales’, reducir pensiones, prolongar la edad de jubilación hasta los 70 años, congelación de los salarios (lo cual significa reducciones a los mismos por el efecto IPC),… o recortar tan solo en este año 1.108 millones el presupuesto para los dependientes. Todo ello convenientemente acompañado con más subida de impuestos hacia la mayoría.

        En el entorno de los países del Sur de Europa el panorama no es diferente. El capitalismo hundirá en la miseria a las masas europeas y la única alternativa objetivamente seria es la lucha por acabar con este bárbaro sistema socioeconómico.

         En Grecia después de haber llevado en los últimos 6 años a las masas a la creciente miseria, con una caída del nivel de vida superior al 50 por ciento, de nuevo el gobierno de Samarás plantea nuevos pasos en sus políticas de ataques a la mayoría de la sociedad, comenzando por el despido de otros 15.000 trabajadores de la función pública, más impuestos y nuevos recortes presupuestarios en sanidad, educación,…

        En Portugal el gobierno del derechista Passos procede a recortar de nuevo el gasto social del Estado en otros 2.800 millones de euros en 2014, con una proyección de continuar los recortes hasta al menos el año 2016. Formalmente el próximo año Portugal termina su Programa del Rescate que le realizó la troika, pero lejos de acabar ‘la emergencia nacional’, se proyecta como algo indefinido bajo la lógica aplastante del capitalismo.

        El Ministro de Finanzas portugués, Vítor Gaspar, hace unos días ha declarado que "incluso después de junio de 2014 (cuando termine el programa de rescate) nuestros retos siguen siendo muchos. El ajuste de Portugal sólo se completará cuando hagamos la transición al crecimiento y la creación de empleos". Los presupuestos objeto de las previsiones de más y más recortes en sus presupuestos son, fácilmente imaginables, los de sanidad, hospitales y escuelas, todo ello gastos superfluos desde la óptica de los poderosos.

          En Francia, pese a las declaraciones de su Presidente, el llamado a sí mismo ‘socialista’, M. Hollande, en el sentido de políticas de crecimiento, de juegos de palabras que parecían apuntar hacia políticas de tipo keynesiano, el gobierno aprobó ya un ‘Programa de recortes’ de otros 14.000 millones de euros de reducción en gastos públicos y 6.000 millones en una nueva subida de impuestos.

        Esto hace un total de 20.000 millones para el presupuesto del año que viene y que, como no, el gobierno francés envía a Bruselas, como ‘programa de cumplimiento del déficit’. Esto marca el inicio de la aplicación dura y pura de la llamada política de austeridad en Francia, que como decimos esta Hollande intentado ‘encubrirla’ con el adorno de ‘bellas palabras’, no ha tenido más remedio que reconocer que “la política que propongo es de seriedad presupuestaria”.

  CAPITALISMO Y ‘HORROR SIN FIN’ 

       Sea como sea, ya a la fecha las llamadas políticas de austeridad han provocado la caída en el abismo para amplios sectores de las masas en Europa. Los retrocesos en las condiciones laborales, en las condiciones de vida son claros y nítidos para todo el que quiera ver la realidad. Y la perspectiva del capitalismo no es un retorno hacia las añoradas por los socialdemócratas ‘políticas de reformas’. Los próximos años, como mínimo, son planes de mas y mas medidas reaccionarias, de contrarreformas sociales a todos los niveles y de empuje de las masas europeas hacia nuevas dosis de barbarie. Esto es lo que el llamado ‘sistema de libre empresa’ puede ofrecer al día de hoy.

        Los efectos son devastadores para la mayoría de la sociedad, casi comparados con los que causan las guerras. Y ello no es algo que tengamos que esforzarnos mucho por ver. Hasta los propios miembros de la comunidad científica están planteando con toda crudeza cual es el significado práctico de estos últimos 6 años de las políticas llamadas de austeridad que dominan las acciones de los gobiernos europeos.

        El economista político David Stuckler, de la Universidad de Oxford, y Sanjay Basu, profesor adjunto de medicina y epidemiólogo en la Universidad de Stanford, en una investigación que ha durado un decenio, han afirmado que según muestran los resultados “la austeridad es realmente perjudicial para la salud”.

          Estos investigadores afirman que “han diagnosticado más de 10.000 suicidios y hasta un millón de casos de depresión durante lo que ellos denominan la ‘Gran Recesión’ y la austeridad que viven Europa y América del Norte”… “Grecia experimentó su primer brote de malaria en décadas tras los recortes presupuestarios para programas contra los mosquitos”… “En Grecia, medidas como el recorte de presupuesto en la prevención del VIH han coincidido con un aumento en más de un 200 por cien de las tasas de virus causantes del VIH desde 2011, en parte por el aumento del abuso de drogas en un contexto en el que hay un 50 por ciento de desempleo juvenil”….

         Y continúan afirmando que "los daños que hemos encontrado incluyen brotes de VIH y malaria, escasez de medicinas básicas, pérdida del acceso a asistencia sanitaria y una epidemia evitable de abuso de alcohol, depresión y suicidios. La austeridad está teniendo un efecto devastador"… “Más de cinco millones de estadounidenses han perdido el acceso a la asistencia médica durante la última recesión, mientras que en Reino Unido, alrededor de 10.000 familias se han visto empujadas a perder su hogar por el presupuesto de austeridad del Gobierno”.

         El sistema capitalista se enfrenta a una brutal crisis de sobrecapacidad productiva, donde fruto del robo de la plusvalía al trabajador y a las políticas de brutales recortes de los presupuestos sociales, el ataque a fondo de las condiciones laborales y salariales dignas, la mayoría de la población es empujada hacia cuotas cada vez mayores de autentica barbarie.

         Unos claros ejemplo de todo ello lo venos en el terreno de la salud, que está sufriendo una autentica devastación en las condiciones, no ya en los países de tercer mundo, sino en el corazón de Europa y la propia América del Norte. El capitalismo es la razón que hay detrás del aumento, convirtiendo todo en una autentica lacra, de los suicidios, la depresión, la reaparición de enfermedades infecciosas y contagiosas,…

         Y todo ello no tendrá solución en el marco de ‘acuerdos sociales entre las clases’, como propagan al viento los dirigentes socialdemócratas derechistas de todo el mundo, cogidos de la mano de los viejos dirigentes sindicales, anclados en la época de auge económico del capitalismo. Todo ello no es el producto de la ‘mala voluntad de unos gobernantes de turno’, sino la muestra del carácter reaccionario del sistema y de la necesidad de que los trabajadores pongan punto y final a su existencia.

          Las bases económicas de la sociedad ya no pueden, ni deben, estar dirigidas y controladas por 50 familias de burgueses, banqueros y especuladores. Las grandes industrias, la banca y entidades financieras, la tierra, deben estar bajo el control democrático de los trabajadores, planificadas para poner todo a funcionar en base a satisfacer las necesidades sociales, aumentar la riqueza social y que la humanidad libre de capitalismo viva bajo el signo de la prosperidad.

          Este es el único pacto que los trabajadores y los oprimidos necesitamos, en España, Europa y el mundo: un Gran Pacto de Lucha por la Transformación Socialista de la sociedad.