UNA ENFERMA LLAMADA ‘UNION EUROPEA CAPITALISTA’
* Cinco Nobel Economía contemplan la salida de España del euro y la ruptura de la Unión Europea capitalista
* Ni dentro, ni fuera del euro hay salida bajo el capitalismo.
Salvador PEREZ
Por toda Europa corre un fuerte viento en contra del proyecto de unidad en el euro del viejo continente. Algunos analistas comienzan a hablar de ‘la enfermedad del proyecto comunitario’. Todo ello no es otra cosa que el reflejo directo de la mayor crisis capitalista de la historia. La mayoría de la población en su rebelión en contra de los recortes y más recortes a los niveles de vida, en Europa esta identificando a la Unión Europea capitalista, al euro, como el causante de sus males y por tanto tomando partido en contra de todo el circo que emana de un centro de poder europeo que solo existe para defender las posiciones de la burguesía europea y más concretamente la que domina económicamente el continente, los grandes empresarios y banqueros alemanes.
En este contexto no es extraño que veamos como por primera vez el apoyo a la unidad europea es totalmente minoritario en ocho países ya. Y como una mancha de aceite el proceso avanza. En España e Italia el apoyo entre la población a la Unión Europea se desvanece, tan rápidamente como lo está haciendo el apoyo electoral al Partido Popular, que está cayendo en picado.
En Grecia hay una actitud combativa en contra de Bruselas y de la palabra que se ha convertido en maldita, la troika. En Francia los primeros compases de los recortes sociales que está aplicando el gobierno de Hollande está llevando también un profundo malestar hacia la unidad de Europa, dominada por los alemanes.
Los intentos propagandísticos de los gobiernos de hacernos creer que todo lo peor ya paso son simples mentiras. Rajoy lleva semanas diciéndolo, en un contexto en donde los mercados están concediendo a España un cierto respiro pasajero. Pero todo volverá a enredarse en las próximas semanas y meses. De ello son conscientes los mentirosos gobernantes y los economistas capitalistas.
Una prueba mas que desmiente las ridículas pretensiones del gobierno de Marrano Rajoy de hacernos creer que ‘lo peor de la crisis ya paso’, son las declaraciones del Ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, en el ‘Foro CincoDías’, donde en su intervención dijo que "La suerte de España depende en gran medida de los caprichos de los mercados y de Bruselas… El Banco Central Europeo (BCE) ha tenido que tomar medidas extraordinarias de liquidez, once de los 17 países que integran la zona euro incumplen los dos criterios del Pacto de Estabilidad y Crecimiento y las diferencias de las primas de riesgo de Grecia y Alemania se han vuelto insoportables”. Las cosas se pueden decir más directas, pero delante de los suyos en estos foros los miembros del gobierno de la derecha hablan claro.
Todo ello son datos que arroja una encuesta realizada por el Centro de investigación USA llamado ‘Pew Research Center’, que afirma que “por primera vez el porcentaje de la población favorable a la Unión Europea queda en minoría, un 45% y solo un 28% bendicen la integración económica. Incluso en España menos de la mitad de la población (46%) se muestra hoy favorable a la UE”.
En sintonía a como se producirá probablemente la ruptura de la Unión Europea y el euro, en los datos de la encuesta vemos por un lado a los países del Sur, entre los cuales tenemos que incluir decisivamente a Francia, cuya población aparece profundamente enfrentada cada vez más, a una Europa liderada y dominada económicamente por Alemania, país en el que aún la población se manifiesta apoyando la idea de la Unidad del continente, sobre las bases económicas actuales. También aquí veremos cambiar las cosas en la medida que la crisis vaya avanzando.
El estudio realizado por el Centro de Investigaciones norteamericano en ocho países (Francia, Italia, España, Polonia, Reino Unido, República Checa, Alemania y Grecia), extrae algunas conclusiones que ya habíamos pronosticado sobre la base de un análisis marxista meses atrás en este blog. Entre ellas estaría el asunto de capital importancia de que ‘la crisis ha hecho volar por los aires el llamado ‘eje franco-alemán’, que fue la base angular en el proyecto de construcción europea. El informe afirma, textualmente, que “Francia ya no ve el mundo a través de las mismas lentes que los alemanes”, según lo afirmado por Bruce Stokes, en la presentación del informe en Bruselas.
Aquellos que desean ver a Francia en las mismas posiciones que las de la burguesía alemana se equivocaban totalmente. Es más, como producto dialectico de la situación económica, cada vez con más fuerza los trabajadores y los oprimidos franceses se sienten más afines en intereses a las poblaciones del conjunto de los países del sur, entre ellos especialmente ante los problemas de los trabajadores españoles, a los cuales ven objetivamente como el espejo en donde mirarse del destino que ellos correrán en los próximos meses.
De ahí nacerá una unidad en la defensa de posiciones en todo este próximo periodo, en el que Francia estará en líneas generales al lado de España, Italia, Portugal o Grecia, frente a las posiciones alemanas en defensa de los intereses de sus grandes empresas y bancos.
Tenemos pues a un 75% de los alemanes aún aprecian en buen estado la situación económica. Pero como decíamos, todo esto cambiara en los próximos meses y años, junto con el avance de la crisis del capitalismo alemán, al cual cada vez le quedan menos grasas acumuladas. Como ya ocurre en el resto de países, en donde la población está muy polarizada en términos de clase, ante la propia visión de la situación económica y las perspectivas: solo ven bien la economía un 1% de los griegos, un 3% de los italianos, un 4% de los españoles y un 9% de los franceses.
Entre los problemas centrales, que lastran el presente y el futuro de la población, es identificado como el problema central y primordial ese autentica lacra social capitalista, que se llama desempleo. Es el principal foco del descontento social en todo el continente europeo, con una media del 78 por ciento de la población que lo identifican como el problema de problemas. En países como España, Portugal, Italia o Grecia, este porcentaje sube, al igual como la caracterización de que junto al desempleo la injusticia social es el otro gran problema existente, cosa que opina el 90 por ciento de los españoles por ejemplo.
De esta forma la Unión Europea vive procesos dialecticos que empujan hacia la ruptura y el mantenimiento del euro, enfrentada internamente por la enorme crisis económica que vive el capitalismo. Ello es irreversible. Los marxistas habíamos pronosticado hace años, que la unidad europea en términos capitalistas era un sueño reaccionario. Ahora lo estamos viendo que pretende llevarse a cabo haciendo recaer enormes sacrificios sobre los hombros de los trabajadores y las capas oprimidas de la sociedad’.
La crisis ha pegado en las narices a todos los estrategas del capital, el pesimismo ante el futuro reina entre todos los círculos de la clase dominante. No es casual que cinco de los últimos premiados con el Nobel de Economía hayan llegado a las mismas conclusiones y el que ocurrirá en esta situación, planteando abiertamente la necesidad de que los países del sur de Europa abandones el euro y vuelvan a sus antiguas monedas.
James Mirrlees, Paul Krugman, Joseph Stiglitz, Christopher Pissarides y Thomas Sargent lo expresan con diferentes palabras, a diferentes ritmos y tal vez hasta con diferentes motives, pero todos coinciden en que dentro del euro Grecia, Italia, Portugal, España o la misma Francia no tienen nada que hacer, tienen cerrado el futuro. En última instancia los cinco ven la ruptura de la Unión Europea y del euro como inevitable a medio plazo y plantean la necesidad de prepararse ante ello.
El mismo Oskar Lafontaine, quien fuera Ministro de Finanzas alemán y firme defensor del euro, ahora afirma que “apuesta por la ruptura de la moneda única para que el sur de Europa pueda recuperarse. El curso actual la está llevando al desastre”. Desde luego no somos quien para dudar de las palabras del Sr. Lafontaine.
Es claro que los principales y más inteligentes estrategas de la burguesía están perplejos ante los efectos de las políticas de austeridad y recortes, que está profundizando la propia crisis y no dejan entrever una salida ni a corto, ni medio ni largo plazo del círculo vicioso de la crisis capitalista.
Por ello algunos están buscando un camino intermedio entre estas políticas y algunas que podríamos denominar como keynesianas. Eso parece reflejar las palabras de James Mirrlees, en entrevista con el diario ‘EXPANSIÓN’, cuando afirma que “España sólo saldrá a flote fuera de la moneda común. La hoja de ruta sería: Salir del euro, volver a la peseta e imprimir mucho dinero y usarlo en inversiones públicas deseables y en políticas de empleo”.
Pero lo interesante es lo que propone como alternativa o solución, cuando añade que “Salir del euro es sólo parte de la solución, porque España necesita, también, generar mucha demanda nueva, para incurrir en un déficit sustancial e invertir con fuerza. Estoy a favor de gastar el dinero en infraestructuras en países con mucho desempleo”.
Paul Krugman se ha ganado las iras de los gobernantes europeos por sus advertencias ante la crisis. Ellos aplican ciegamente las políticas de recortes sociales y de austeridad y están obteniendo los peores de los mundos. Krugman afirma que “Europa está cerca del abismo, cerca del momento de la verdad, en el que se tendrá que producir un gran cambio en la política de la zona euro o planificar una ruptura de la moneda única”… “sin un cambio de política monetaria y fiscal España e Italia podrían dejar del euro, Portugal presumiblemente les seguiría y Francia, probablemente, también saldría”… “Europa se asoma a un posible escenario de una suerte de 'corralito', en España e Italia, para evitar la salida masiva de depósitos hacia Alemania”.
Para comprender algo más la situación real, diremos que hace tan solo unos días el diario ‘The Telegraph’ publicaba en su portada un análisis del último informe del FMI, que le llevaba a decir que “España es oficialmente insolvente, aconsejamos sacar el dinero mientras se pueda”. Bueno, a pesar de que en las últimas semanas hemos escuchado a los miembros del gobierno de Marrano Rajoy decir que ‘lo peor de la crisis ya paso’, también escuchamos a Bruselas decirle que debe continuar los recortes, Una receta acabada para aumentar la crisis.
Parece ser que algunos otros, entre ellos el Nobel de Economía Christopher Pissarides, quien aseguró en 2011 que “un colapso de España sería un problema muy serio, y podría acarrear el fin del euro como moneda común”… “España debería volver a la peseta, desde un punto de vista económico sería lo mejor para todos. Devaluar la peseta un 20% y luego recalcular la deuda y valorar los activos españoles según ese valor”.
Otros ven algo indiferente la cuestión de la moneda y se basan en las políticas económicas que el sistema aplicara, por las necesidades objetivas de la clase dominante. Este parece ser el punto de vista de Edward C. Prescott, quien afirma que “España seguirá en el euro, pero que lo haga o que no, no cambiará mucho el desempeño de la economía española”.
Todos estos datos, estas citas y argumentos, solo vienen a demostrar una vez más la completa carencia de alternativas de los estrategas de la burguesía frente a la crisis orgánica de su sistema. Cuando plantean cambiar de política económica en realidad están planteando ‘saltar de la sartén directamente al fuego’. La clase dominante abandono conscientemente las políticas keynesianas por los enormes efectos perversos que ocasionan sobre el déficit y la inflación, que finalmente es traducido para las masas con el mismo significado que las políticas monetaristas y de austeridad: recortes en las condiciones y niveles de vida para la aplastante mayoría de la sociedad.
Pero están tan desesperados por la situación del presente que olvidaron las duras lecciones de los años 70 y 80, con procesos de inflación en muchos casos de dos cifras. Esta fue igualmente una dura lección en los años 30, cuya crisis económica abono el terreno fértil para el estallido de la II Guerra Mundial.
En última instancia todos estos economistas son ‘torpes animalitos’ intentando buscar los cinco pies al gato del capitalismo, para ‘curar su enfermedad’. Pero en realidad querer curar la crisis del capitalismo sin romper con la propia existencia del capitalismo es como el médico que tiene aspirinas en el botiquín y trata de curar el cáncer de su paciente con ellas. Los efectos que tendrán sobre la crisis serán los mismos. Ninguno.
Aquí el problema de fondo radica en la existencia de un puñado de familias en Europa y el mundo que controlan, como dueños de los mismos, los grandes medios de producción y el sistema bancario/financiero internacional. Ellos son los dueños de la economía, de la sociedad, y quieren mas y mas beneficios para ellos tenerlos bien a recaudo en los paraísos fiscales y jugando a la especulación en los mercados bursátiles de todo el planeta.
Objetivamente, desde el prisma económico, el capitalismo es irracional e ilógico. Se están cerrando como cajas de cerillas miles de empresas, se esta destruyendo una parte considerable de la capacidad productiva creada, se pone de patitas en la plena calle a millones de trabajadores condenados al paro forzoso, a los cuales se les paga subsidios de desempleo insultantes, cuando no se les deja sin nada simplemente. Todo ello provocando un aumento espectacular de las necesidades sociales entre la mayoría de la población. No es tolerable que mientras las necesidades sociales están aumentando de forma brusca, el capitalismo en el Estado español tan solo sea capaz de utilizar menos de un 68 por ciento de su capacidad productiva. Eso significa que sin invertir un solo euro, sin contratar nuevos trabajadores,… la economía podría funcionar un 30 por ciento más que ahora, satisfaciendo las necesidades sociales que se generan. Si los grandes empresarios no lo hacen es solo porque ello no les genera más beneficios a sus bolsillos.
Ello significa que todo el potencial productivo que hemos creado están dilapidándolo, tirándolo por el retrete, por el simple hecho de que ellos ganan más destruyendo fuerzas productivas que haciendo que estas satisfagan nuestras necesidades sociales. Todo ello en su conjunto es capaz de daros una explicación objetiva de las bases de la crisis capitalista: la incapacidad por falta de recursos, que tenemos la mayoría de la población de consumir todo lo que el sistemas es capaz de producir.
Esto genera lo que vemos reflejado en crisis de sobrecapacidad productiva, que hunde sus raíces en el robo sistemático y permanente por parte de la burguesía de la plusvalía a los trabajadores. Ese robo legal que realiza la clase dominante del trabajo que realizamos imposibilita a la mayoría de la población que tengamos nivel de vida suficiente como para poder satisfacer nuestras necesidades, de consumir lo que la economía puede producir. Y con la crisis la clase dominante ordena a sus gobiernos reducir los gastos sociales, lo cual no empobrece mas aun, limita nuestras posibilidades de consumo y profundiza aun mas la espiral diabólica de la crisis capitalista.
La propiedad y el beneficio privado de unos pocos choca frontalmente con las necesidades básicas de la aplastante mayoría. Expropiar a esa minoría que detenta los medios de producción y financieros solo en el afán del beneficio privado no solo es legitimo, sino una absoluta necesidad para la aplastante mayoría de la población.
El capitalismo es un sistema irracional, con un funcionamiento anárquico. Ello lo demuestra por ejemplo el simple hecho de que al mismo tiempo que los gobiernos están reduciendo y suprimiendo derechos sociales conquistados, en sanidad, educación, pensiones,… con el pretexto de ‘gastar menos y reducir el déficit’, cientos de miles de millones de euros estén siendo regalados a los banqueros, especuladores y grandes empresarios. Esta es la autentica realidad, a la que no se atreven a poner nombre y apellidos los economistas Premios Nobel.
Un sistema que ‘rescata a banqueros, a grandes fortunas’, pero no a las personas normales que sufren y padecen necesidades, personas a las que se les quita hasta el techo en el que viven, es un sistema que no merece mantenerse en pie un día más. Nuestra lucha debe estar dirigida hacia este objetivo, el derrocamiento de este anacrónico sistema de explotación del hombre por el hombre, en el que unos pocos viven ‘paradisiacas vidas’ condenando a la mayoría a las mayores atrocidades humanas.
Por todo ello cuando nos dicen que la sociedad no tiene recursos suficientes para dar una solución racional a todos los problemas y necesidades que padecemos. Esos es simple y llanamente mentira. Existen decenas de billones de euros apalancados en las cuentas corrientes de los grande banqueros y empresarios, declarados defraudadores del pago de impuestos, pero que ellos tienen esos recursos a buen recaudo en los paraísos fiscales, de donde solo los mueven para hacer operaciones especulativas y obtener más millones. Esos recursos están en manos de los grandes banqueros, de los grandes empresarios como Amancio Ortega, que hace sus millonarios beneficios con mano de obra esclava. Nosotros tenemos que levantar la bandera por la lucha para expropiar esos recursos a quienes durante décadas nos los han robado.
La alternativa no se nos presenta ‘dentro o fuera de la Unión Europea’. En términos capitalistas efectivamente el resultado será el mismo: horrores crecientes para la mayoría al objeto de que una pequeña minoría tenga garantizada privilegiadas existencias. La alternativa desde el punto de vista de los intereses de las familias trabajadoras, de la aplastante mayoría de la población, es acabar con el capitalismo y construir una sociedad de justicia e igualdad social, una sociedad socialista.
Desde un punto de vista objetivo los trabajadores de Grecia, Portugal, Francia, España o Alemania tendremos muchas más ventajas y avances planificando el conjunto de los recursos económicos existentes y potenciales de Europa. Los trabajadores de unos países no tenemos interés en sacar provecho de los de ningún otro país. Solo tenemos el interés de hacer avanzar entre todos a la sociedad en su conjunto.
La clase trabajadora en su lucha por una nueva sociedad en Europa haremos posible y viable la unidad a todos los niveles del viejo continente europeo. Una Federación Socialista de los pueblos de Europa planificara el conjunto de la economía, de las fuerzas productivas y financieras del continente con el objetivo de eliminar de forma inmediata todas las necesidades sociales existentes, acabando con el desempleo y estableciendo jornadas laborales de 35 o 30 horas semanales, jubilaciones a los 60 años y salarios dignos y suficientes en todo el continente. La unidad de Europa será sobre bases socialistas, lejos de los egoístas y mezquinos intereses de la burguesía, o no lo será.
Un mundo viejo, enfermo y condenado históricamente agoniza a nuestros ojos, el capitalismo y su clase dominante, la decrepita burguesía parasitaria. Un mundo nuevo late en el interior de la vieja sociedad, en un parto que tendrá que alumbrarlo la clase trabajadora, hacia el nacimiento del socialismo como nuevo orden social. Ello no será el producto mecánico y simplista de voluntades sin más. El socialismo en Europa será el resultado directo de la lucha revolucionaria de la clase trabajadora por expropiar del poder a la burguesía y tomar en control de la sociedad en sus manos, para gestionar sobre los principios de la democracia de los trabajadores.
A esta lucha estamos invitado a participar todos: nosotros, vosotros y ellos, la clase trabajadora y los oprimidos de Europa y el mundo. La lucha comenzó ya, no sabemos cuándo terminará, pero estamos manos a la obra. Construir fuertes direcciones revolucionarias en cada país es ahora una necesidad. Con una dirección correcta los resultados de la lucha ahora mismo en Grecia, España o Portugal estarían siendo bien distintos. Debemos además perfilar bien el programa para el día después de poner fin al dominio burgués,…
Amigos/as, compañeros/as, la historia comenzamos a escribirla ahora nosotros, los desposeídos del planeta.
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