MERKEL - SARKOZY PLANEAN QUIEBRA UE

¡¡ Los Compases Finales de la U.E. Capitalista !!

Alemanes y Franceses 'negocian' Reducir la U.E.

y el euro a unos pocos Países 'Fuertes'

¡ Expulsarán a los Países Debiles, sin 'Piedad' !

Por Salvador PEREZ

              Hasta hace pocas fechas los imperialistas europeos, fundamentalmente su potencia principal, Alemania, hablaban sin cesar de la ampliación a más y más países de la Unión Europea, ‘construyendo el mercado más grande del planeta y una de sus zonas económicas claves’. Los alemanes fijaron sus horizontes en el Este europeo, el cual tras la caída de los regímenes estalinistas abrazaron la ‘economía de mercado’ y ofrecían en apariencia un campo amplio de expansión para los capitalistas, que veían en ellos fuentes importantes de, además de mercados donde vender sus productos, amplio campo de materias primas y mano de obra bien cualificada y barata para la producción.

               Eran los momentos del boom económico, europeo y mundial. Europa trataba de rivalizar con las economías norteamericanas y china en la arena de los mercados mundiales. Hablaban de convertir el Euro en la moneda referencia de la economía mundial y cosas por el estilo. Con el auge económico la burguesía se lleno hasta los huesos de optimismo sin límites y todo le parecía poco, pequeño. Proyectaron ampliaciones de la Unión Europea una vez y otra, al igual que del euro como ‘moneda común’. ¡Qué bonitos sueños!, pero como decía el poeta Calderón de la Barca, ‘los sueños, sueños son’.

                 La experiencia práctica ha venido a demostrar que toda aquella propaganda solo era eso, propaganda de la burguesa inflada y borracha de boom económico y pelotazos especulativos. Los marxistas dijimos, explicándolo con datos y cifras, que todos los intentos de crear de forma firme y estable una Unión Europea sobre bases capitalistas tendría unos límites claros y que además tenía un carácter reaccionario, por la clase social que lo intentaba llevar a cabo.

                Solo, nadie más lo hizo, el marxismo analizó de forma dialéctica como los efectos de una fuerte recesión de la economía, que finalmente se produjo en 2008, vendría a cuestionar esa Unidad de Europa sobre bases capitalistas y que la UE se rompería fruto de la crisis económica, que obligaría a las burguesías nacionales a tirar por diferentes sitios, no hacia la unidad, sino hacia el ‘sálvese quien pueda’. Esto es lo que vemos en estos días.

              Ya en aquellos momentos de crecimiento económico que producía tanta euforia entre la burguesía y sus estrategas, la burguesía estaba haciendo recaer los costes de unir zonas económicamente diferentes en un solo mercado, en una sola moneda común, sobre los hombros de las masas europeas, aunque en un principio las migajas que caían de la mesa capitalista hiciera pasar más desapercibida la cuestión para gran parte de la gente, de los propios trabajadores.

                El establecimiento del Euro como moneda común tenía y ahora se ve nítidamente, dos caras bien opuestas y enfrentadas, según la óptica de la clase social con que se mire. Para los empresarios, banqueros y especuladores, fue toda una bendición. Suponía romper con los círculos cerrados de la existencia de los Estados nacionales europeos, que de por si suponen un obstáculo al desarrollo de la economía, en el mundo absolutamente globalizado económicamente en el que vivimos.  

                  Para los trabajadores europeos, para la gran mayoría, la introducción del euro como moneda común supuso desde un principio serios problemas, desde un punto de los niveles de vida. El sistema aprovecho la ocasión para elevar los precios de las mercancías en todos los países y apareció no en forma de más inflación, que en realidad estaba descendiendo oficialmente, sino encubierto con la implantación del euro como moneda.  

                  En países como España el efecto fue gráficamente este: Antes del euro, alguien pagaba, por un kilo de azúcar, por ejemplo, 100 pesetas. Con la introducción del euro, el mismo artículo pasó a costar 1 Euro. Como el valor de cambio que se hizo era de 166,38 pesetas por euro, el kilo de azúcar del ejemplo de la noche a la mañana se encareció 66,38 pesetas. Eso sí, los empresarios y el gobierno, tanto monta, monta tanto, se encargaron de traducir a euros los salarios para que no subieran, sino si era posible, bajaran inclusive.

                     Pero en definitiva, todos estos asuntos, todos estos hechos fueron tapados por los efectos del crecimiento económico, que al menos posibilitaban los empleos, aunque fueran en precario, y con ellos que las familias tuvieran mayores ingresos,… en una espiral donde la maquinaria del crédito funciono al 190 por ciento, hizo creer en el espejismo de que la sociedad avanzaba sin demasiados problemas y que todo el futuro seria así, o mejor, según nos contaban los burgueses y sus ‘inteligentes estrategas’.

                     La quiebra de Lehman Brothers Holdings causo unos efectos eléctricos sobre el conjunto del sistema financiero internacional y esto, a su vez sobre la economía productiva, que hizo entrar en recesión al capitalismo mundial, en su mayor crisis desde la década de los 30. Hasta el día de hoy la economía europea, ni norteamericana por cierto, no han recuperado los niveles previos a la crisis que siguió a Lehman y ya está preparado todo el escenario del teatro capitalista para una nueva y más profunda recesión, que podría perfectamente terminar en una gran depresión de la economía mundial.

                      Después de la quiebra de Lehman la burguesía mundial sintió un espectacular frio por todo su cuerpo, ante la posibilidad real de que todo el sistema financiero mundial colapsase, con consecuencias imprevisibles para la economía real, productiva, y ante las perspectivas de consecuencias sociales que paralizaban los pensamientos de los estrategas de la burguesía.

                      Ante esta situación, todos los gobiernos del planeta sincronizaron una política común: gastar todas las grasas económicas que se habían generado durante más de una larga década de boom económico en dar cantidades brutales de cientos de miles de millones a la banca internacional, al objeto de evitar las quiebras en cadena de los bancos y entidades financieras. Si hoy repasamos las declaraciones de los líderes mundiales en aquellos días, cuando decidieron regalar todos esos miles de millones a los banqueros, solo podremos quedar riendo y riendo, porque no entendían, y no entienden nada de nada. Ellos decían que daban esos recursos, que en muchos casos encubrían indirectamente nacionalizaciones de bancos, pero dejándolos en manos de los mismos que habían provocado el caos, para solucionar los problemas de una vez y sanear las bases futuras de la economía mundial. Prometieron nuevas reglas económicas y que todo iría bien a partir de entonces.

                       Después de tres años, no solo no arreglaron nada, sino como habíamos dicho, habían regalado cientos de miles de millones preparando las condiciones para que los problemas resurgieran a la superficie en forma de los déficits de los Estados, la llamada deuda pública. Ahora comprueban, en la práctica y sin prever nada, que todo lo que sacan del Estado para regalarlo a los banqueros y empresarios, queda hay pendiente de pagar y que ello en algunos casos, países, ya sobrepaso la capacidad para poder hacerlo.

                        Creían que la política de créditos era estupenda y era la panacea para salvar los ciclos clásicos capitalistas de auge – recesión. Como es la vida eh, ahora se quejan de que muchos no pueden devolverlos. Cuando esto le ocurre a un trabajador, el banco se queda con su piso, el coche,… pero cuando le ocurre, como es el caso, a los Estados todos quedan paralizados del pánico y solo saben gritar y gritar que hay que acabar con esa ‘maldita’ deuda, culpan a los gastos sociales de ello y pretenden borrarla eliminando la educación, la sanidad, las viviendas, las pensiones,… todo lo público.

                          En el fondo son incapaces de reconocer que como en el resto de cosas en la sociedad capitalista, todo el problema radica en ‘el reparto de la tarta’, que siempre se hace injustamente y en contra de los intereses de los trabajadores y oprimidos. Los empresarios/capitalistas realizan dia a dia un robo ‘legal’, extrayendo la ‘plusvalía’ a la clase trabajadora. En ello basan sus beneficios, en el salario que dejan de pagar a los trabajadores. Pero con ello también preparan el terreno fértil para las crisis, las recesiones, haciendo que la mayoría de la sociedad NO pueda consumir todo lo que el sistema es capaz de producir. Es la explicación rápida y correcta al porque de las crisis de sobreproducción capitalista.

                           En el contexto de estas crisis, y estamos ante una de las mayores de todos los tiempos del capitalismo, los Estados son utilizados por la clase dominante para distribuir la riqueza social en su beneficio, aumentando los impuestos a los más débiles y numerosos, al tiempo que se los reduce a los poderosos y ricos, a una miserable minoría social, pero que detenta la mayor parte del pastel de la riqueza.

              Es de esta forma que aumentan aun más la crisis, pues mayores impuestos y reducciones a los presupuestos sociales limitan aun más la capacidad de consumo de la mayoría. Al tiempo que el Estado sigue gastando y gastando en ‘regalar miles y miles de millones a los poderosos’, los mismos millones que ese mismo Estado ha dejado de recaudar por quitarles impuestos a los ricos, por lo cual han tenido que recurrir al endeudamiento público, a pedir dinero a los ‘inversionistas’ a cambio de cada vez mayores tipos de interés. Este es el circulo vicioso que estamos viendo y que explica toda la situación del porque países llamados de ‘segunda fila’, como Grecia, Portugal, Italia o España estén en perspectiva de declarar la QUIEBRA DE SUS ESTADOS.

              Pero el problema como vemos no queda limitado, ni mucho menos a países de segunda fila. Detrás de estos vendrán el resto, con los EEUU a la cabeza. Hace muy pocos meses rozo el techo de su endeudamiento legal y tuvieron que llegar a un acuerdo de urgencia los llamados ‘demócratas y republicanos’ para elevar el mismo y evitar la quiebra. En los próximos meses es muy posible que veamos movimientos en el mismo sentido en Gran Bretaña, que por mucho que se empeñen en querer separar de la zona euro, padece de los mismo males y esta en plena crisis económica, social y política.

              Ayer mismo, dicen hipócritamente que por “la difusión ‘por error’ (amíguetes, en estas cosas no se producen errores así, otra cosa es que luego los quieran llamar así) de una rebaja de la calificación de Francia por parte de la agencia Standard & Poor's ha añadido aún más presión al mercado de deuda de la eurozona y ha propiciado un récord en la prima de riesgo de ese país, colocándola en 170 puntos básicos”. (RTVE, 10/11/2011).

             ¿Así que Francia está en la lista de los especuladores, de los tiburones de los negocios rápidos en el entorno de las deudas de los Estados?, pero Nico Sarcozy no se había enterado, o si y ¿ello era parte de los motivos que le han hecho aparecer las últimas semanas en un tono cansino, envejecido y decadente? Pues fíjense bien, si señores, el ‘pobre de Nico viendo el destino de Papandreu, de Berlusconi, teme correr en próximas fechas el mismo destino, porque los problemas en Francia se agraven bruscamente, tal y como aparentemente ha ocurrido en Italia. Se han agravado bruscamente, pero los problemas estaban ahí, ‘ocultos’, pero sobre la mesa y tal vez la situación en Francia no sea precisamente para tirar cohetes al aire.

               Si nos fijamos bien, y lo hemos explicado en reiterados artículos, toda la situación del futuro de la UE y del euro prende de un frágil y delicado hilo a punto de romperse. Y la ruptura de la cadena se puede producir por cualquier país, por cualquier accidente inclusive. Todos hemos estado y estamos pendientes a la situación griega, pero es posible que ‘aparentemente’ la situación quiebre incluso primero por un país como Italia, España o la propia Francia.

               Por cierto, de nuevo los estrategas de la burguesía y sus medios de comunicación comienzan hablar de una Unión Europea ‘a dos velocidades’, en definitiva de dos Europas, la de los países ‘poderosos’ y la del resto. Esto, en otras palabras es un reconocimiento implícito a la afirmación que habíamos hecho los marxistas de que la burguesía no podría ‘unificar Europa’, que estábamos y estamos ante economías de diferentes niveles y por tanto tratar de unirlas ‘mecánicamente’ como han pretendido los capitalista era una utopía reaccionaria.

             De nuevo apareció en escena el eje Berlín-París, en donde según se desprende de la limitada información que ha transcendido, no casualmente ahora, pero suficiente para poder juzgar de qué están hablando, Merkel y Sarkozy están negociando ellos los aspectos políticos de la ruptura de la Unión Europea, que ellos presentaran sin duda como algo ‘positivo, para fortalecer a Europa’.

                    Están tratando simple y llanamente de ver la lista de países que mandan afuera de la UE y del Euro y a cuales dejan dentro de lo que ellos denominan ‘el núcleo duro’. Con este núcleo, disco, duro, formaran un ordenador poco veloz, lo veremos. Sea como sea, ello será la ruptura, en plan escisión de la UE capitalista, que con seguridad primero echaran a unos pocos países y luego a otros, incluyendo la posibilidad de que fuercen a algunos a pedir el abandono ‘voluntario’. Como hemos dicho desde hace ya meses, estamos asistiendo a la quiebra y ruptura de la UE capitalista y del euro como moneda común europea.

                    Que hagan este movimiento en estos momentos no es nada casual, ni mucho menos. Italia sobrepaso ya las condiciones ‘técnicas’ en las que un país se ve forzado a declararse en quiebra. Por menos Irlanda, Portugal y Grecia tuvieron que recibir ayuda inmediata del Fondo de Rescate de la Unión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional. Italia tiene una Prima de Riesgo de 560 puntos básicos y unos tipos de interés por sus bonos del  7,6 por ciento.

                      El problema como dijimos no era Grecia, Irlanda o Portugal. El problema era y es, que más temprano que tarde el ‘efecto contagio’ hace que la situación llegue a países con economías más grandes que la de estos países. Y llego a Italia y le seguirá de cerquita España, digan lo que digan para ‘tranquilizar. Según sabemos ahora mismo, “el déficit estructural impide a España cumplir con la UE. No sólo basta con los recortes. El cumplimiento de la senda de estabilidad presupuestaria es prácticamente imposible, a tenor de las cifras de déficit estructural que maneja la Comisión Europea...” y Francia no caminara mucho mas lejos tampoco. A pesar de las declaraciones de quien quiera hacerlas, es la siguiente en la lista y le sigue como hemos dicho Francia y el resto.

                     El problema central era y sigue siendo que el sistema productivo está paralizado en Europa, con crecimientos raquíticos e incluso con decrecimiento económico ya. El problema era y sigue siendo que las perspectivas de la burguesía y sus estrategas, no la de payasos como Mariano Rajoy que habla de ‘llevar a España al nivel económico de Francia y Alemania’, que la economía se dirige inexorablemente hacia una profunda recesión, que es posible acabe convertida en una Depresión económica en toda ley y ello tendrá, como advirtió ya el FMI y el Banco Mundial, efectos en las economías de todos los países, de todos.

                    Así que llegados a este punto, los imperialistas alemanes han dicho ¡basta de pagar los platos rotos en otros países cuando necesitaremos esos recursos aquí, en Alemania! Y dan ya por hecho que la UE se dará de bruces con la cruda realidad y se romperá. Pero esta perspectiva abre toda una nueva fosa ante los pies de la burguesía europea.

                      El Presidente de la Comisión Europea, Durao Barroso, ha advertido con estudios en la mano a Alemania sobre las consecuencias de ‘escindir’ la Unión Europea, que “reducirá un 50 por ciento el Producto Interior Bruto de Europa, llevara a un decrecimiento en la economía alemana del 3 por ciento y la perdida de 1 millón de empleos”. En un mensaje claro de miedo que siente la clase dominante en estos momentos, Barroso añadió que "No puede haber paz y la prosperidad en el Norte o en el Oeste de Europa, si no hay paz y prosperidad en el Sur o en el Oriente". Se pueden decir las cosas con palabras mas directas, pero estas reflejan claramente el pánico de la burguesía ante el abismo en el que están inmersos. 

                  Hoy por hoy la sociedad tiene dos frenos gigantescos para desarrollar todo el potencial productivo que existe y que permitiría acabar con todas las plagas de problemas sociales que existen en la humanidad: por una parte la existencia de esa reliquia barbará del pasado, llamada Estados nacionales, que limitan y obstaculizan las relaciones comerciales y humanas. Por otra parte, la propiedad privada sobre los medios de producción y financieros, que hace que todo funciones sobre la base de la obtención del máximo beneficio para unos pocos, a costa de los mayores problemas para la mayoría.

                  Estos dos problemas tienen un carácter social e histórico. Los dos están llamados a resolverse por medio de la transformación socialista de la sociedad, en donde los trabajadores internacionalmente tienen los mismos intereses comunes como clase y desde esta óptica la construcción de una Federación socialista de Europa y el mundo, será un paso gigantesco desde el punto de vista económico, cultural y a todos los demás niveles. Pero para ello la clase trabajadora debe arrebatar el poder económico a la burguesía como clase social, debe expropiarla y poner los monopolios, la gran empresa y el sistema financiero al servicio de satisfacer las necesidades sociales, no el beneficio de unos pocos.

                    La clase obrera europea será, es, la encargada por la historia de proceder de una vez a unificar a Europa económica y políticamente. Otra posibilidad está descartada, pues como estamos viendo en los momentos decisivos cada burguesía, de cada país, tira hacia su casa, hacia sus propios intereses. La unidad de Europa tiene que ver con la solidaridad entre los pueblos también y la clase obrera siempre ha dado y da pruebas de ello, al contrario de la mezquina y ruin clase burguesa, que solo es capaz de mover un dedo cuando detrás hay beneficios en abundancia para ella.