SUDAFRICA: AMENAZAN CON DESPIDOS TRAS ASESINATOS

 

*   Mineros sudafricanos Rechazan Ultimátum de LONMIN ‘Terminar Huelga o Despidos’.

*   Luchar por la Expropiación de la Empresa y  la Dimisión Gobierno de Jacob Zuma

 

Salvador PEREZ

                 Tras perpetrar el tremendo crimen contra la clase obrera sudafricana, provocando el asesinato por parte de la policía de más de 40 mineros en huelga por mejores condiciones de trabajo y salariales, la empresa propietaria de la mina de Platino de Marikana, ‘Lonmin’, ha tenido el atrevimiento de amenazar con despedir a los huelguistas si el lunes no vuelven el trabajo. Los mineros están protagonizando una dura huelga, que ya les ha costado el derramamiento de sangre y la empresa les dice que tienen "una última oportunidad de reanudar el trabajo o enfrentarse a un posible despido".

                Esta provocación empresarial se produce después del asesinato perpetrado el jueves de 35 mineros en huelga a manos de la Policía sudafricana y es una contundente prueba de la absoluta connivencia que ha existido del gobierno, presidido por Jacob Zuma, con la empresa.

              Todo indica hasta ahora que los mineros están dispuestos, mayoritariamente a rechazar este ultimátum empresarial y a no ceder en la huelga hasta que la empresa acceda a las reivindicaciones salariales planteadas en el conflicto. Zachariah Mbewu, líder minero, ha declarado contundentemente que “esperar que volvamos a trabajar es un insulto, muchos de nuestros amigos y colegas están muertos. ¿Esperan que reanudemos el trabajo ¡Jamás!".

               Hoy, después de que haya corrido la sangre minera a manos de la asesina policía del gobierno y empresarios, la presencia policial en los barracones donde los mineros trabajan es poco numerosa. De cualquier forma el sentimiento de indignación, de rabia y la tensión continúa acumulada en la sociedad y especialmente entre los mineros.

                Ante el ultimátum empresarial, los mineros han dado una clara respuesta al mismo: "Estamos esperando un mensaje de la dirección. Mañana no volveremos a trabajar si no escuchan nuestras demandas de un aumento salarial. Hay gente que ha muerto, estamos indignados. Si volvemos al trabajo su muerte habrá sido en vano", han sido las palabras de Fezile Magxaba, supervisor de la mina.

LA FARSA DE INVESTIGACION

                Medios locales han informado que la “Dirección de Investigación Independiente de la Policía de Sudáfrica (IPID, siglas en ingles) ha llegado a recoger no menos de 300 casquillos de balas en el lugar en donde la Policía acribillo a los 34 mineros que fueron asesinados por la policía, lo cual da una idea del salvaje ataque que llevaron a cabo, disparando a ráfagas sus armas. En realidad la cifra de los 34 muertos es casi milagrosa, por la forma como dispararon los policías, que podrían haber causado realmente cientos de muertos. Igual ese era el objetivo.

               'Sunday Tribune', el semanario, afirma que los investigadores del IPID tienen en estos momentos en su poder los más de 300 casquillos de balas y unas 45 armas de fuego que fueron empleadas por los Policías sudafricanos, que se comportaron como auténticos sicarios al servicio de la clase capitalista.

                Este mismo semanario informa que “un equipo de 43 policías peinaron anoche la zona donde tuvo lugar la masacre para hacerse con pruebas forenses. Hasta el momento hemos encontrado 300 balas y 45 armas de fuego. Están siendo precintadas para más tarde realizar pruebas de balística", declaro una fuente policial que solicito permanecer en el anonimato.

                De forma burda las autoridades están citando a declarar a ‘testigos’, un total al parecer de 180, con la idea dicen de averiguar las circunstancias de la matanza. Estamos en el convencimiento de que oficialmente veremos ‘excusas y atenuantes’, claras manipulaciones de los hechos, al objeto de ‘lavar la cara a la policía en sus asesinatos de los mineros’.

               Pero con ello no podrán evitar que los trabajadores sudafricanos, de todo el mundo, conozcamos la autentica verdad de clase que existió tras estos asesinatos. Los mineros iban armados, cosa que forma parte de las propias tradiciones de lucha de los trabajadores para defender la lucha de los gánsteres patronales, con palos y machetes. Frente a esas armas de ‘última generación’, los sicarios policiales dispararon con todo el arsenal que tenían, causando un baño de sangre.

              Los mineros llevaban varios días en huelga, protestando por las duras condiciones laborales impuestas por la empresa ‘Lonmin’ y ello fue la causa de que fueran asesinados hasta el día de hoy 40 mineros. La empresa, en colaboración con el gobierno, intenta aplastar la lucha de los trabajadores recurriendo al asesinato, como en los viejos tiempos del ‘apartheid’.

GOBIERNO COMPLICE DE LOS EMPRESARIOS

               El gobierno presidido por quien es al mismo tiempo el Presidente de la histórica organización de lucha por los derechos de la mayoría negra en Sudáfrica, el Congreso Nacional Africano, esta intentado aparentar que desea investigar las causas que han provocado el asesinato de decenas de mineros en huelga. ¡¡ Pero si estas causas están claras !! Lo están para todo el mundo, menos para los miembros de un gobierno cobarde y vendido a la clase dominante, que donde se sienten cómodos y a gusto es sentados al lado de los empresarios sudafricanos.

                Esta situación esta provocando una tremenda radicalización de clase en el país. Ello lo esta expresando gráficamente hechos como que Julius Malena, un histórico dirigente de las Juventudes del Congreso Nacional Africano (ANC), que como decimos esta gobernando Sudáfrica, ha pedido firmemente la dimisión del Presidente Jacob Zuma. Malena tiene reconocido prestigio e influencia entre la juventud de Sudáfrica, por ello sus palabras afirmando que "yo no tengo un presidente, Zuma no es un presidente", tienen una enorme importancia, ya que además hizo esas declaraciones ante miles de trabajadores y jóvenes que estaban concentrados en el lugar donde ocurrieron los asesinatos de los mineros.

              La cuestión racial en Sudáfrica continúa teniendo un claro significado de clase. Evidentemente la mayoría negra conforma el grueso fundamental del proletariado del país y la minoría blanca la elite acomodada, la clase dominante.

               El “Instituto Sudafricano para las Relaciones Raciales” ha calificado la intervención de la policía como "completamente inaceptable"... "Aunque se hubiera provocado a la Policía o aunque se les hubiera disparado durante el incidente, o aunque estuvieran afectados por la muerte de dos de sus colegas en los días anteriores de la huelga, ningún agente disciplinado y bien entrenado debería disparar sobre el público". Una vez más una confirmación de que lo que hemos visto en torno a los disparos policiales indiscriminados contra los mineros en huelga ha sido totalmente premeditado, al objeto de acabar con el conflicto laboral.

                El año 1994 supuso el final ‘legal’ del régimen del ‘apartheid’ en Sudáfrica. Pero a día de hoy, la lucha contra el verdadero ‘apartheid social’ continua ante nuestros ojos. Desde principios del siglo XX, durante todo el periodo del régimen racista del ‘apartheid’ (1948-1994), los blancos controlaban todo el poder y obligaban a los trabajadores negros a vivir en zonas reservadas, los llamados 'townships', en las afuera de las grandes ciudades. Estos habitantes, trabajadores negros muchos de ellos sin empleos, se veían obligados a emigrar para ganarse la vida.

                 Hoy el sociólogo Adam Habid, de la Universidad de Johannesburgo, opina que "las cosas han cambiado poco, cien años después de haberse empezado a explotar las minas en este país, el modo de vida de la gente en las minas es igual al de principios del siglo XX", dice, exponiendo las condiciones míseras en las que viven los mineros.

              Chozas, chabolas sin saneamiento, ni electricidad, ni agua corriente, imposibilitados económicamente para mandar a sus hijos a las escuelas, afirma. Muchos de estos mineros proceden de países vecinos, todos ellos forzados por la necesidad extrema de someterse al sobre-explotación salvaje para tener algo que comer.

             Las condiciones materiales de vida de los mineros han experimentado escasas mejoras desde la instauración de una democracia multirracial hace 18 años. Los formales derechos democráticos para la mayoría negra han quedado en la práctica confinada a los papeles oficiales, sin que ello se haya visto en el terreno de la verdad concreta, la practica. Las masas negras sudafricanas viven en general en las mismas condiciones materiales que antes del fin formal del ‘apartheid’. Todos menos una elite dirigente negra, como el Presidente Zuma, que se han vendido material y políticamente a los intereses de la clase dominante.

             La lucha del proletariado negro sudafricano es por liberarse de la explotación y la miseria capitalista. La burguesía al objeto de incrementar cada día más sus beneficios con salarios míseros y condiciones laborales que difícilmente se distinguen de las de la esclavitud, no duda ni siquiera en crear auténticos ríos de sangre, de la sangre derramada por los trabajadores.

           Con el objetivo de avanzar, si algo necesitamos ante todo es máxima claridad. En el marco estrecho de los limites del Sistema capitalista los problemas de las masas sudafricanas no podrán ser abordados satisfactoriamente, como hemos dicho es el balance de la experiencia concreta de los últimos 18 años. Solamente aplicando plenamente la Carta de Libertad, esto no es otra cosa que la expropiación de la clase capitalista, puede la mayoría de la población negra aspirar a planificar la riqueza del país democráticamente y poner rumbo definitivo a superar el pasado.

                La dirección pro-capitalista del Congreso Nacional Africano esta permanentemente hablando de la ‘necesidad de una segunda transición’. Esto es erróneo 100%. Lo que se necesita objetivamente no es una nueva transición capitalista, sino una autentica revolución socialista que ponga final al podrido sistema llamado de ‘libre empresa’, que es quien condena a las míseras condiciones de vida de las masas en todo el sur de África y en el mundo entero.

             El proletariado sudafricano debe cobrarse su venganza por los asesinatos de clase que esta recibiendo de manos de la patronal y el gobierno. Pero esta venganza debe ser ante todo social, basada en la lucha firme y hasta el final por la expropiación del conjunto de la riqueza que esta en manos de los capitalistas, de la minoría blanca en Sudáfrica, poniendo al conjunto de las grandes empresas y los recursos naturales en manos de la clase trabajadora, para que las gestiones sobre las bases democráticas de una sociedad socialista.

           Dentro de un verdadero Plan económico democrático, bajo el control de los trabajadores, se puede PLANIFICAR LA ECONOMIA PARA SATISFACER EL CONJUNTO DE LAS NECESIDADES EXISTENTES EN LA SOCIEDAD. El proletariado negro sudafricano tiene una lucha larga por delante que desarrollar, la lucha por una sociedad socialista, que garantice de verdad la igualdad y democracia a todos los seres humanos.