CHINA Y LOS EFECTOS DE LA CRISIS EUROPA - EEUU

 

China Camina de la mano de la UE y USA a la Recesión

La Humanidad en una Encrucijada: “Socialismo o Barbarie”

 

SALVADOR PEREZ

           Las exportaciones de China a nivel internacional están sufriendo una brusca frenada, lo que esta sumergiendo en nuevas angustias a la clase dominante por las repercusiones que ello tendrá a nivel mundial. La clase dominante ya tiene enormes problemas, en Europa y EEUU, que le hacen dudar a cada paso sobre el futuro de su sistema social. Ahora el hecho de que la segunda potencia económica mundial, China, este encendiendo todas las señales de alarma que indican que bien pronto entrará en una grave recesión económica, plantea ante los ojos de todos que el capitalismo sufrirá una crisis global sin precedentes en toda la historia y con consecuencias totalmente imprevisibles, aunque seguro que dramáticas.

             Las cifras que ha publicado el pasado viernes la Administración General de Aduanas de China son concluyentes, para demostrar como la situación de crisis internacional esta atrapando a la economía china, a pesar de que eran muchos los que pensaban que ello no ocurriría. La tendencia hacia la disminución del consumo en EEUU y Europa, fomentado por las políticas de reducciones de los gastos sociales y los recortes salariales, unidos al aumento del desempleo, pasarán factura a toda la economía mundial, convirtiendo la recesión en una verdadera depresión de la economía mundial. Por supuesto que y está claro que China no escapará a todo ello, que como parte del engranaje del mercado mundial, se verá afectada de forma decisiva.

           Las exportaciones chinas crecieron en julio un miserable 1%, con respecto a un año antes, llegando a los 176.900 millones de dólares (unos 145.000 millones de euros). Tan solo un mes antes, en junio, las exportaciones chinas habían subido un 11,3%. Igualmente, como demostración de que existen serios problemas internos en la economía china, presionada también por fuertes niveles de deuda e insuficientes niveles de vida en la población, las importaciones chinas aumentaron en julio un 4,7%, hasta llegar a los 151.800 millones de dólares, lo cual refleja un descenso igualmente, al haber sido las importaciones un 6,3% en junio. El consumo interno chino da así claros avisos de una menor capacidad de consumo de la población. Menos consumo interno y menos capacidad para vender fuera llevara a la economía china a una recesión que puede hacer temblar al resto del mundo.

LAS ECONOMIA OCCIDENTALES Y CHINA

           Una parte importante de los estrategas de la burguesía hasta ahora tenían puestas sus esperanzas en que la situación de boom económico en China podría ser la salvación a la mayor crisis del capitalismo internacional de todos los tiempos. Siempre nos hablaban, al referirse a la economía china, del ‘mayor mercado potencial del planeta’ y cosas por el estilo. Siempre es típico de la mentalidad de la clase dominante ignorante ver solamente los aspectos superficiales de los asuntos. Y la burguesía veía en cada habitante chino un ‘potencial consumidor para el consumo de todo tipo de productos de la industria occidental”.

          No comprendieron nada de lo que ocurría en el fondo de la economía, a la que llevaron de una forma artificial a vivir un auge de más de una década y media en los EEUU y Europa, sobre la base artificial de un crecimiento desmesurado e irracional del consumo mediante el fomento del crédito a gran escala y de las orgias especulativas en las que vivían día a día en las plazas bursátiles de todo el mundo, en torno a los valores bursátiles y más en concreto de una intolerable especulación en los valores inmobiliarios.

          La burguesía y su coro de soplagaitas de todo tipo se dedicaban a mirar para otro lado, recoger fabulosos dividendos en forma de ganancias, y creer en serio las tonterías de sus economistas de que se había creado un nuevo paradigma histórico de la economía, gracias a la globalización, que había logrado dejar atrás las crisis cíclicas capitalistas. En realidad no veían nada de lo que había en la realidad, solo sus bolsillos llenos de capitales y no que estaban sentando las bases objetivas para crear la mayor crisis en toda la historia.

          La burbuja pincho inicialmente en los EEUU, cuya crisis como hemos explicado en otros artículos, se traslado rápidamente a todas las economías avanzadas y termino sentándose sobre la UE, que manifestó rápidamente los problemas de tapar los agujeros del sector financiero con dinero público. Todos los gobiernos, de todos los países, dieron ‘regalos’ al sector financiero en forma de ‘ayudas’ por valor de centenares de miles de miles de millones y lograron trasladar los problemas del sector financiero a los propios Estados, como vemos ahora mismo con la crisis en Europa de la “Deuda Pública”, que tendremos que pagar, si logran sus objetivos los poderosos, la mayoría de la sociedad, las familias trabajadoras.

         Y como no podía ser de otra forma en este contexto de crisis general del capitalismo, el mayor país exportador del mundo, China, ya comienza a sentir los temblores de la crisis. En los próximos meses veremos movimientos fundamentales en la economía china, que afectarán a todas las relaciones sociales en el país y cuyas consecuencias deberemos de ver con mucha atención, pues sus repercusiones serán planetarias.

         Condiciones de estancamiento de sus exportaciones a Europa y a los EEUU, un mercado de consumo limitado en el resto del mundo también, junto a sus gigantes problemas internos, entre lo que cabe destacar una enorme burbuja inmobiliaria, con un elevado endeudamiento general (de los gobiernos regionales y locales y de las familias, todo ello dando como producto un debilitamiento extremo del consumo interno, todo ello da como resultado una autentica bomba de relojería a punto de estallar. Eso es China en estos momentos.

        Las cifras de comercio han sido mucho peores de las que los economistas esperaban y ello se une a una caída en la concesión de nuevos préstamos, en julio, la cifra más baja de concesión de los últimos 10 meses y que refleja ya una desconfianza en que las empresas, instituciones y particulares puedan devolver los mismos. Pero el peor dato de todos ha sido una subida muy por debajo de lo esperado en la Producción Industrial, el peor dato de los últimos tres años. El PIB ha crecido en el segundo trimestre un 7,6% anual, lo cual representa el nivel más bajo desde el resultado del primer trimestre de 1999, que creció un 6,6%.

         Es cierto que hay algunos datos ‘positivos’, sobre todo si se comparan con la situación en USA y Europa. Por ejemplo tenemos el caso de la inflación china, que en nuestra opinión comienza a sentir los efectos e influencia del descenso en el consumo de la gran mayoría de la población, que como hemos dicho esta descendiendo su capacidad adquisitiva. La subida de precios alcanzó récord el año pasado, en julio, situándose en el 6,5%, pero en el primer trimestre de este año ya fue de solo el 3,3% y en julio de este año la inflación oficial se situó en el 1,8%, cuando las previsiones del gobierno era que se situara en el 4%, la previsión para el conjunto del año.

         Con estos datos en la mano, con una clara tendencia a la baja de la producción industrial, descenso en la tasa de crecimiento del conjunto de la economía, caída en la concesión de prestamos y sobre todo en el consumo interno, agregado a la caída de las exportaciones, lo previsible es que el gobierno utilice el margen que le concede la bajada de la inflación para proseguir en su cambio de política monetaria, mediante una bajada de los tipos de interés por parte del Banco Central que pretenda estimular la actividad económica.

          Pero esta claro que hasta en el caso de China, en el que todavía vemos a su economía crecer, hay serias dificultades objetivas para jugar en exceso con las políticas monetarias. El gobierno de Pekín podrá realizar nuevas bajadas de los tipos de interés, pero eso ya lo ha hecho también en junio y julio, al parecer sin los objetivos esperados.

        De la misma forma el gobierno chino ya ha cambiado varias veces los requisitos de ‘reservas de los bancos’ (algo que ya nos suena muy familiar a los europeos y norteamericanos, a los cuales nos esta costando un ojo de la cara los excesos de los banqueros), pretendiendo con ello que exista más liquidez bancaria para conceder nuevos prestamos. En las tres ultimas ocasiones que han hecho esto mismo liberaron una cantidad aproximada al 1,2 billones de yuanes (equivalente a unos 153.780 millones de euros), al objeto de que fueran a parar a otorgar nuevos créditos que pudieran estimular la demanda.

        Pero los prestamos concedidos solo significaron menos de la mitad de esa cifra esperada por el gobierno, alcanzando los 540.000 millones de yuanes (69.200 millones de euros). Las cuentas son claras pues: los créditos son el motor que mueve la actividad de las empresas y los créditos están decayendo, lo cual se hará sentir claramente en una menor actividad empresarial y por tanto con tasas a la baja del crecimiento de la economía real china.

          Es claro ya a estas alturas que China no escapará de la crisis económica capitalista, que tendrá un carácter mundial y que ya esta instalada, a diferentes ritmos, en Europa y los EEUU. El intento de las autoridades chinas de ‘compensar’ la caída de las exportaciones a Europa y USA, ganando mercados en los llamados países emergentes, como por ejemplo en Latinoamérica, están condenados al fracaso. China globalmente a aumentado sus exportaciones en un miserable 1% y ello para una economía especializada y necesitada de aumentar sin cesar esas exportaciones es una cifra ridícula. Este es el nivel más bajo desde el año 2009, en plena primera fase de la crisis económica que afecto a EEUU.

        De ninguna forma los débiles mercados latinoamericanos y africanos pueden compensar la caída de las ventas en mercados que antes eran de amplio consumo para los productos chinos. Y los datos son concluyentes: En junio las exportaciones chinas a EEUU habían crecido un 10%, pero en julio ya solo ha subido un mísero 0,6%, mientras las exportaciones de China a la UE han sufrido una caída del 16,2%.

           “Alemania advierte de que su economía se verá arrastrada por la zona euro”, es la posición del Ministerio de Economía alemán, recogido estos días por las Agencias en Berlín y que refleja el claro estancamiento económico que vive la primera economía de la eurozona. Japón no levanta cabeza en las dos ultimas décadas y fue presentada después de la II Guerra Mundial como un ejemplo sin parangón de prosperidad capitalista, que estaba llamada, decían, en competir con USA como primera potencia económica mundial.  Pues bien, después de que sus gobiernos hayan estado estimulado, con políticas monetarias, el crecimiento de su economía, dando en la practica dinero en forma de prestamos sin intereses, ahora mismo han convertido al Estado nipón en el mayor endeudado del mundo, más que cualquier país europeo.

        Los indicadores económicos en EEUU están dando pruebas que no lograron dejar atrás una recesión, para que de nuevo estén instalándose en ella  nuevamente.  La Deuda pública norteamericana es simplemente brutal, lo que condiciona las políticas de cualquier gobierno “Democrata” o “Republicano”. De la situación en la UE  llevamos todo el año de sobresalto en sobresalto. Los estrategas más audaces de la burguesía, al igual que la mayoría de las grandes empresas y Bancos internacionales apuestan por la ruptura del euro sin muchas dudas. El grupo bancario Citigroup cifra su apuesta en más del 90%.

           La mayor parte de las empresas, grandes y medianas, de todo el mundo que operan en Europa, o sea todas, ya han realizado, o están ultimándolos, planes de contingencias ante una ruptura del euro, con la salida de una forma u otra del mismo de Grecia, Portugal, Irlanda, España, Italia y posiblemente algún que otro país. Y ya antes que ello ocurra se esta produciendo una verdadera tragedia social, como refleja la siguiente noticia periodística:

             “Es como un tsunami que se lleva por delante todo lo que encuentra. El trabajo, la casa, la familia... Una espiral en la que no cuesta nada entrar -eso dicen los que están dentro- y mucho salir. Que zarandea a las personas y las despoja de sus posesiones y sueños. Las humilla y deja a familias enteras sin refugio en el que cobijarse. Antes de entrar en esta pesadilla de la que dicen querer despertar tenían empleo, amigos, una vivienda, coche. No eran ricos, pero tenían para vivir. Sin embargo, de la noche a la mañana la suerte cambió. Sin trabajo, sin un euro para poder hacer frente al pago de la hipoteca algunos pudieron devolver el piso y saldar la deuda con el banco, otros lo siguen intentando después de meses de conversaciones y unos pocos decidieron entrar en alguna de las miles de viviendas que, paradojas de la vida, los bancos mantienen vacías y pasaron a ser ocupas por necesidad”   ( La Vanguardia, 13-08-2012 ).

               Este tipo de noticias las podemos leer en los medios de comunicación menos sensacionalistas de la clase dominante. Ellos lo cuentan, en la mayor parte de las ocasiones, como ‘dramas personales de familias’, pero en realidad están contando auténticos ‘dramas colectivos’, que estremece los cimientos mismos de la sociedad. El Sistema capitalista es ya en día un absoluto freno para que la sociedad, la humanidad, se desarrolle progresistamente. Solo es capaz de ofrecer a la inmensa mayoría penurias, recortes de derechos y de nivel de vida.

              En la primera parte del siglo XX los trabajadores en lucha contra los horrores de la I Guerra Mundial hicieron suya, en la lucha por cambiar la sociedad, la consigna de los marxistas “socialismo o barbarie”.  En la primera parte del siglo XXI esta consigna comienza adquirir una absoluta y plena vigencia. Frente al horror que representa ya para millones de seres humanos la existencia del mal llamado sistema de ‘mercado’, la tarea para la mayoría de nosotros no puede ser otra que la lucha por cambiar la sociedad de abajo arriba, de arriba abajo. Del resultado de la lucha dependerá por tanto el futuro de la propia humanidad.

…SOCIALISMO