LUCHA MINERA SUDAFRICA: LECCIONES Y PERSPECTIVAS

*  Los Dirigentes del ANC Han Fracasado en Defender Intereses de los Oprimidos

*  La Lucha de los Trabajadores por Dotarse de Nueva Dirección Revolucionaria

BAJO CAPITALISMO LOS PROBLEMAS DE LAS MASAS NO TIENE SOLUCION.

¡¡ CAMBIAR LA SOCIEDAD ES LA UNICA ALTERNATIVA !!

 

Salvador PEREZ

           Momentos de calma, antes de nuevas tormentas,  existe en la mina de Marikana, en Sudáfrica.  Comenzó a caer una fuerte tormenta de granizo, de forma brusca y dura, si uno de esos granizos cae sobre uno. Es por eso que los mineros en huelga que continúan manifestándose en los terrenos de la mina se han tenido que marchar a casa. Sin duda ello les permitirá meditar, pensar, sobre todos los acontecimientos ocurridos esta ultima semana y sacar conclusiones de ellos.

          Uno de estos participantes de la lucha, llamado Paliso Mncedisi, explica con sus propias palabras como ve la situación: “es una huelga por salarios,, una lucha contra la pobreza y la desigualdad plena… Mejores salarios significarían mejorar nuestras vidas... Si tienes dinero, puedes construir una casa y hacer cosas como cuidar de tu familia."

         Esto lo dice el minero Paliso mientras despeja de granizo el techo de su casa-choza, antes que se derrita. Cuando deja demasiado tiempo el granizo, el agua se filtra por los agujeros del techo de hierro y toda la cama queda empapada por el agua.

          Paliso, junto con su familia, llegaron a Marikana hace tres años, procedentes desde el Cabo Oriental, en busca de un empleo con el que alimentar a los suyos. Tres años después ha tenido que enterrar a sus muertos, a sus compañeros de trabajo en la mina, asesinados por la espalda por la policía. Como las posibilidades de Paliso, la mayoría de sus compañeros en la mina están como el, de ‘regresar a casa’ son casi nulas. Estarían como antes, sin un empleo. Así que les toca la segunda opción en todo esto: trabajar en la mina de planito de la multinacional Lonmin.

 

LAS BASES OBJETIVAS DEL CONFLICTO

         Paliso es un hombre de unos 40 años, aunque aparenta algunos más,  pasa en la mina, bajo tierra, ocho horas mínimo diarias. Él es perforador de rocas y por su trabajo en contrato cobra, menos que la mayoría de sus compañeros: 2.500 rands (unos 300 dólares; 190 Libras esterlinas), que ni siquiera cubren sus gastos familiares de subsistencia.  Él, su esposa y dos hijos, basan el alimentarse cada mes con el insuficiente salario del duro trabajo que realiza en la mina. Están en la lucha, pero ya casi sin esperanzas de que el sindicato consiga arrancar la reivindicación de subida salarial planteada y que llevo a esta lucha que aun perdura.

          Se ha producido en estas últimas semanas un cambio importante en la psicología colectiva de los mineros de la Lonmin. Muchos de ellos, que continúan firmes en la lucha, Paliso es uno de ellos, dicen que: “Preferimos matar que volver a lo que estábamos ganando”, aunque algunos como el propio Paliso piensan que “el problema es más complejo”.

          Tan complejo que muchos de los observadores y analistas están aun algo dudosos de cual será la salida a todas esta situación. Algunos habían apuntado directamente a una salida del tipo de la "primavera árabe africana". Pero ello parece que no esta sucediendo así. Hasta ahora aparentemente todo el movimiento de protestas se está limitando al sector de la minería, en donde por cierto, continúa extendiéndose las protestas a otras minas, aun en zonas distantes de Marikana.

          Pero también es una característica de la mayoría de estos observadores y analistas ser demasiados empíricos, impresionistas, ante los hechos que tienen delante de sus narices. Desprovistos del método dialectico de análisis de la situación son incapaces de ver, de comprender, las enormes corrientes subterráneas que se están desarrollando en estos momentos en Sudáfrica y que, efectivamente, pueden llevar la situación a una ‘primavera árabe’, pero a un nivel aun superior.

          Un ejemplo, de todas formas, de las enormes dudas y confusiones que los acontecimientos están causando en los llamados analistas políticos lo tenemos en McKaiser Eusebio, quien es de la opinión de que "no creo que esto tenga la chispa para que sea una primavera árabe, pero este es el primer evento en Sudáfrica después del apartheid desde 1994 y no se puede decir que habrá cero consecuencias políticas para las principales facciones dentro de la alianza del ANC".

           Independientemente de lo que piensen los pequeños burgueses sobre los acontecimientos, estos tendrán más fuerza en el terreno de la práctica que los deseos conscientes o inconscientes de estos de que ‘reine la paz social’. Desde un punto de vista de clase es mucho más significativo las posturas tomadas en estos acontecimientos por personas que tienen profundos lazos orgánicos con las masas negras oprimidas, entre las cuales han jugado y juegan un papel de dirigentes naturales.

        Así, por ejemplo, ha sido muy positiva y significativa la intervención de Julius Malema, que fue un destacado dirigente de las Juventudes del ANC. El ha afirmado que “el capital blanco tiene la culpa de las desigualdades de Sudáfrica” y aboga abiertamente por la nacionalización de las grandes compañías.

        Julius Malema era el presidente del ANCY (African National Congress Youth League), las juventudes del ANC y por sus criticas por la izquierda al gobierno de Jacob Zuma fue expulsado del partido. Cientos de manifestantes, jóvenes negros, se congregaron ante la sede del ANC en Johanesburgo para protestar contra su expulsión, por motivos claramente políticos en Septiembre de 2011. Ahora mismo sus opiniones están teniendo un claro efecto de apoyo de masas entre los jóvenes y trabajadores sudafricanos.

        Igualmente importante es la opinión de la esposa de Paliso, que si se nos permite expresa la idea que se esta generalizando en la mente de millones en estos momentos en Sudáfrica. Nomnikelo Paliso expresa toda su “decepción para con los dirigentes del partido gobernante, el ANC, un partido que una vez apoye sin dudarlo. Creo que el gobierno es responsable en última instancia", afirma sin ningún tipo de rodeos en el asunto, añadiendo que "ellos son los encargados, son ellos los que deben ser culpados y creo que es su deber para mejorar nuestras vidas”.

 

BAJO EL CAPITALISMO NO HAY SOLUCION

          El escenario económico para mayores dosis de igualdad social y económica en Sudáfrica es una tarea tan inmensa como irrealizable bajo el dominio de la economía llamada de ‘mercado’. Las estadísticas así han venido a afirmarlo una y otra vez. El Banco Mundial afirma que el 10% más rico de la población gana el 58% de los ingresos nacionales, mientras que los de abajo, los más pobres, que constituyen más del 50% de la población ganan sólo el 8%.

          Hasta ahora muchos han culpado ‘simplemente al apartheid’. Pero desde 1994 este ya no existe formalmente y las nuevas elites dirigentes, la mayoría de ellos compuestas por dirigentes negros del Congreso Nacional Africano, no han mejorado para las masas la situación, pero si para ellos, vendiéndose a los intereses de los poderosos, la burguesía blanca nacional e internacional.

         Así es que la conclusión ahora de muchos es que el problema, además del apartheid, es la propia existencia del sistema capitalista, el que permite que unos pocos tengan la mayoría de la riqueza de la sociedad, condenando a la mayoría de la sociedad a tener solo pobreza.

 

LOS DIRIGENTES HAN FRACASADO

         Los trabajadores normales ven claramente como hasta en las propias estructuras de sus organizaciones sindicales, creadas en las mas duras circunstancias y bajo el fuego, textualmente así, del gobierno del apartheid, una vez el régimen de segregación racial se rompió, abandonaron seriamente la lucha por la igualdad social, colocándose ‘demasiado cerca’ de todos los asuntos que afectaban a los gobiernos del ANC.

         Ante esta situación, los trabajadores en las empresas están teniendo que luchar duramente en muchas ocasiones en contra de las propias estructuras de sus sindicatos, cuando no como en el caso de la multinacional Lonmin, crear un nuevo sindicato para luchar por sus intereses de clase. Los trabajadores en las empresas están cuestionando a todas sus estructuras oficiales de representación organizada, por que están comenzando a cuestionar la propia situación de un sistema que les condena a vivir en condiciones denigrantes a todos los niveles.

         El propio presidente de Sudáfrica y del ANC, Jacob Zuma, esta sometido a una feroz critica en estos momentos, que le acusa de “no mostrar, ni tener valor político contra las empresas multinacionales”. Muchos trabajadores ven en ello el “bloqueo a la posibilidad de sacudir las leyes laborales de Sudáfrica”… y lo acusan directamente de defender y proteger los intereses creados dentro de su propio partido, en vez de hacerlo con los trabajadores”.

 

CUESTIONAMIENTO DE TODA LA SITUACION

         Por todo ello, posicionamientos como el de Malema adquiere mucho más valor en estos momentos en Sudáfrica, en una etapa de transición psicológica en las masas, que están desarrollando un rápido aprendizaje sobre que necesitan y como conseguirlo, frente a la pésima situación actual. Cada día más la idea, que defiende Malena también, de “Nacionalizar las bases fundamentales de la economía tienen más eco en las masas oprimidas de la población, que ven en ello “la solución a los problemas de la desigualdad en Sudáfrica”.

        En estos momentos un 36% de los sudafricanos no tiene trabajo alguno. En muchas empresas ni siquiera tienen un sindicato que defienda sus intereses. En la mina de la multinacional Lonmin, que Cotiza en las Bolsas tanto de Johannesburgo como de Londres, los mineros han levantado un nuevo instrumento de lucha, un sindicato con dirigentes que les representa en el tajo y han marcado un antes y un después con la lucha que aún están manteniendo e inspirando a miles, cientos de miles de trabajadores en toda Sudáfrica.

        El proceso de la revolución no es un acto único. Pensar eso es solo de personas incapaces de ver los procesos vivos en la sociedad. En todo caso la revolución es un proceso de actos Y ahora estamos viendo sus primeras etapas en Sudáfrica. Pero ya nadie debe dudar que la senda de la revolución abrió las puertas, aunque estemos en el kilometro uno.