Egipto: El Movimiento revolucionario de las masas sólo debe confiar en sus propias fuerzas

Jorge Martín  -  www.marxist.com

            Mientras escribimos estas líneas cientos de miles de manifestantes ya están en marcha en Egipto, con un objetivo claro en sus mentes: eliminar a Morsi de su cargo. El movimiento Tamarod que organizó las grandes manifestaciones del domingo 30 de junio ha pedido la Ittihadiya y qubba palacios presidenciales y las gobernaciones regionales, para que sean rodeadas por la gente a las 5 pm y han anunciado que emitirán un comunicado desde el palacio de qubba a las 7.30 h.  Este es el lenguaje de la insurrección.

         Las cuatro puertas del palacio presidencial de qubba ya se han sido cerradas con cadenas y candados por los manifestantes y un enorme cartel anuncia: "El palacio está cerrado por orden de los revolucionarios hasta que llegue un nuevo presidente."  Tamarod Morsi ha declarado que ya no es el presidente. Varias provincias han adoptado o sitiada por las masas.  Las Sedes regionales y nacionales de los Hermanos Musulmanes, su brazo político del FJP y otros partidos islamistas de derecha han sido atacadas.

          Las masas están luchando en las calles para eliminar a Morsi a través de la acción revolucionaria directa, ya que lo ven como la única forma de lograr las aspiraciones traicionado del movimiento 25 de enero de 2011: pan, el trabajo y la democracia. Al mismo tiempo, hay otra lucha entre diferentes sectores de la clase dominante y el aparato del Estado con el fin de aprovechar el movimiento revolucionario de las masas para promover sus propios intereses.

          Cairo está lleno de todo tipo de rumores, desmentidos y la desinformación que revelan el pánico entre la clase dominante y que detrás de las puertas se producen todo tipo de maniobras e intrigas.  El número de ministros que han dimitido del gobierno es cada hora mayor, pero parece que la cifra actual es de seis después de la renuncia del ministro de Relaciones Exteriores, Kamel Amr. Siguen los Ministros de Turismo, Medio Ambiente, Comunicaciones, Asuntos Legales y Servicios de Agua.

         Los Portavoces presidenciales Omar Amer y Ehab Fahmy también han dimitido. En un momento hubo informes contradictorios que todo el gobierno había renunciado y que el primer ministro Qandil también había presentado su renuncia, pero estos fueron posteriormente negada. También se recibieron informes no confirmados de que las fuerzas de seguridad habían instruido Medidas de Seguridad en el Aeropuerto, para impedir que los principales miembros de la Hermandad Musulmana y del Partido Libertad y Justicia salieran del país.  El lunes hubo informes no confirmados, una vez más, que las fuerzas de seguridad habían detenido a 15 guardaespaldas armados de la Hermandad Musulmana, del líder Khairat El-Shater. Más de 100 diplomáticos firmaron una declaración en solidaridad con las demandas del pueblo, como las ratas que abandonan el barco que se hunde.

          Los generales del Ejército, que hicieron tratos con los dirigentes de la Hermandad Musulmana en el momento de las elecciones presidenciales de hace un año, ahora han decidido que Morsi ya no es capaz de controlar a las masas y debe ser eliminado. El ultimátum del ejército contra Morsi está lleno de bonitas palabras sobre el gran pueblo de Egipto, y que sus voces se tienen que escuchar. Lo que dicen, sin embargo, es muy claro: los generales del Ejército no permitirán el caos y la anarquía: Morsi debe irse y los líderes de la oposición debe ser llevado al poder en una especie de gobierno de unidad nacional. El Ministro del Interior declaró que estaba "en solidaridad con la declaración del Ejército," que subyace de la falta de control del presidente sobre el aparato estatal.

          Los generales del ejército no tienen preocupación alguna por la voluntad del pueblo, y ciertamente no les ayudarán a llevarlo a cabo. Pero se dan cuenta de que este es un gran movimiento que no puede ser detenido por la represión. De la misma manera que se eliminó a Mubarak durante la revolución de 2011, con el fin de salvar el régimen, ahora quieren que Morsi se marche, por las mismas razones.

          Muchos comentaristas han dicho que el ultimátum del ejército equivale a un golpe de Estado. En realidad, las últimas cosas que los generales del ejército que quiero es tratar de imponer un golpe de Estado militar en un pueblo revolucionario que está en marcha. Sería imposible en las circunstancias actuales. Esto es lo que quieren decir cuando dicen que: "las Fuerzas Armadas no será un partido en los círculos de la política o de gobierno y no están dispuestos a salir de la función definida por ellos por los ideales básicos de la democracia basada en la voluntad de las personas."

         Los generales del Ejército sólo están interesados ​​en la defensa de sus propios poderes y privilegios, y más en general del sistema capitalista, del que dependen. Se dan cuenta de que si Morsi se aferra al poder, el riesgo es que va a ser derrocado en un levantamiento revolucionario, uno que podría poner en peligro todo el edificio del estado capitalista y la economía de libre mercado.

        Además de esto, hay sectores del antiguo régimen que nunca se reconcilió con la idea de abandonar el poder y mucho menos compartirlo o ceder parcelas con los islamistas. Una lucha entre los diferentes sectores de la clase dominante está teniendo lugar en estos momentos.

         Sin embargo, este no fue el motivo de esta explosión revolucionaria poderosa del movimiento de masas. La verdadera razón está en otra parte, en la constatación de que dos años y medio después de que la revolución no se ha logrado. De hecho, el 63% de la población piensa que sus condiciones han empeorado. El desempleo ha aumentado, la economía se derrumba, hay una ruptura del orden público, con un aumento de la criminalidad, no ha habido justicia para los mártires de la revolución ... ¡Esto no por lo que el Pueblo luchó!

          Y este es precisamente el estado de ánimo que fue capturado por la campaña Tamarod (Rebel!). La campaña, que pretende representar "la dignidad, la justicia y la libertad", enumera 7 razones para exigir la destitución del presidente: la falta de seguridad, la continua marginación de los pobres y los desposeídos, la falta de justicia para los mártires, la falta de la dignidad de las personas y del país, pidiendo préstamos de las potencias extranjeras, siguiendo los dictados de los EEUU.

         A medida que la campaña se hizo más fuerte y su apelación fue más amplio, todo tipo de oportunistas se subieron al carro. Políticos "liberales" burgueses, que ya había sido rechazado por las masas durante la revolución, como ElBaradei, desertores de último minuto desacreditados del régimen de Mubarak, como Amr Moussa, todos compitiendo por posiciones a la cabeza del movimiento en un espectáculo repugnante repugnante.

           El problema es que los dirigentes de este movimiento no tiene realmente un programa capaz de hacer frente a los problemas fundamentales que han provocado la movilización de las masas. Ellos han declarado abiertamente que su programa es el reemplazo de Morsi por el presidente de la Corte Suprema, la formación de un gobierno de salvación y nuevas elecciones en 6 meses. Esto no tiene remedio. La revolución egipcia ha tenido elecciones y presidentes y esto ha resuelto absolutamente nada. El problema no es que Morsi fue un presidente incompetente. Sus políticas fueron dictadas por la grave crisis del capitalismo egipcio, agravada por la crisis mundial del sistema. No hay margen de maniobra. Su incompetencia fue el resultado de la crisis económica, y no al revés.

        El principal problema es que la revolución egipcia comenzó, pero nunca se completó. El Poder y la riqueza están todavía en manos de la misma clase dominante y siguen firmemente el control del aparato estatal, que aún no ha sido objeto de una purga democrática moderada (ni siquiera una purga democrática burguesa). La lucha por una verdadera democracia y la justicia social no se puede resolver dentro de los límites del capitalismo. Cualquier intento de encontrar una solución constitucional a la crisis revolucionaria sólo preparará nuevas decepciones para las masas y, finalmente, nuevas crisis revolucionarias.

        Hasta ahora Morsi está hablando un lenguaje duro y ha rechazado la afirmación del ejército. En una reunión en El Cairo, Mohamed ElBeltagi, destacado miembro del Partido Libertad y Justicia, hizo un encendido discurso pidiendo a los seguidores de Morsi estar dispuestos a sacrificarse en defensa del presidente: "Di adiós a su madre, el padre y la esposa, porque tú sacrificarás tu alma para defender la legitimidad de Mohamed Morsy ".

          Pero mientras se ponía una cara dura frente a sus propios partidarios, Morsi está tratando desesperadamente de negociar una solución que le permite mantener, al menos, algo de energía. Su propuesta de un referéndum sobre la continuidad del presidente, un signo de debilidad, que ya ha sido rechazada por Tamarod. El lunes se reunió, junto con el primer ministro Qandil, con el jefe del Ejército Abdel Fattah al-Sisi y los tres hombres tienen previsto reunirse de nuevo hoy. También se habla de negociaciones entre ElBaradei, como un representante de la oposición, y Qandil, para el gobierno.

          Los Estados Unidos están claramente muy preocupados por esta situación y está tratando de utilizar su influencia para evitar que el conflicto se convierta en una revolución por completo soplado. El lunes, el general Martin Dempsey, presidente de los EE.UU. Mayor Conjunto, habló con el jefe del ejército egipcio, al-Sisi. El mismo día, Obama habló con Morsi para instruirle que hacer algo para calmar la situación. Un comunicado oficial Whitehouse informó que "el presidente Obama alentó presidente Morsy a tomar medidas para demostrar que es sensible a sus preocupaciones" por las que debería leer "por amor de Dios, hacer algunas concesiones sustanciales antes de que sea demasiado tarde", y que " subrayó que la actual crisis sólo puede resolverse a través de un proceso político ", lo que significa que un derrocamiento revolucionario debe ser evitado a toda costa.

         Estas son las apuestas. Mientras que los diferentes sectores de la clase dominante y el aparato estatal están frenéticamente negociando una salida constitucional, las masas cada vez tienen más confianza en su propia fuerza y ​​el espacio para las políticas independientes de la clase obrera se hacen más grandes.  ¿Qué se puede desenredar decisivamente la situación de estancamiento e inclinar la balanza de las fuerzas hacia las masas revolucionarias sería la convocatoria de una huelga general nacional, algo que (en forma de llamadas a la desobediencia civil masiva) ya se está discutiendo.

           Sólo si la clase obrera se pone firmemente a la cabeza del movimiento, se puede resolver la crisis revolucionaria a favor de las masas.

          El pueblo revolucionario ya ha tenido la victoria, arrancada por ellos dos veces en los últimos dos años. No debería haber ninguna confianza en los generales del Ejército y los representantes del antiguo régimen, ni en los que han gobernado durante el último año en una alianza con ellos. Los obreros revolucionarios y los jóvenes sólo pueden confiar en sus propias fuerzas.

          Comités de acción revolucionarios deben establecerse a todos los niveles, en cada lugar de trabajo, barrio de clase, en cada institución educativa y deben ser coordinados a todos los niveles: local, regional y nacionalmente.  Los trabajadores deben crear sus propias instituciones revolucionarias para que de una vez por todas que pueden acabar con el viejo aparato estatal capitalista y expropiar la riqueza de la clase dominante, a partir de las ganancias mal habidas de los capitalistas de la era Mubarak y generales.

¡ Todo el poder a los trabajadores !

¡ Expropiación de la clase dominante !

¡ Comités Revolucionarios por todas partes !